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Los demás días. Antonio García Soler

Llama la atención este poemario, «Los demás días», de Antonio García Soler.
No es fácil hallar en los tiempos que corren estilo, precisión, solidez y sentimiento poético tan profundo y riguroso como el que expresa García Soler en estos versos. La espera ha sido larga –casi treinta años, según nos dice Francisco Domene, autor del prólogo, refiriéndose al tiempo que ha silenciado su poética García Soler. 

Empero, hay que señalar que este es precisamente uno de los rasgos que ponderan y caracterizan al poemario, me refiero a los «silencios», a esos que el poeta acude para componer sus versos, a los que le proporcionan la armonía suficiente para indagar sobre la existencia humana, su existencia, además de descubrir sus propias limitaciones y las que bullen a su alrededor. Primero interioriza para después contextualizar, aplicar sus leyes, su filosofía de la vida, la que fluye y confluye en algún lugar del cosmos. García Soler no es poeta de circunstancias, sino de esencias.
 
 Observa, medita y labora sin prisas, dejándose acariciar por la brisa marina o el aire gélido de las montañas, abriéndose paso en un frondoso bosque o abismándose desde el más elevado acantilado. Evocador unas veces y otras soñador no atiende a modas o modismos; al abrigo de sus soledades construye el solar de su poética con verdadero temple y perseverancia, mostrándonos así una poesía esencial, leve y profunda al mismo tiempo, en la que los versos son alas de mariposa o tentáculos que amordazan. Mas por encima de todo y para todo, la palabra exacta y no otra fulge sobre el albo papel, ensueña la realidad, vivifica lo amorfo y destila silenciosa belleza.
 
En su búsqueda de la verdad el poeta siente la amarga derrota o la discreta conquista, y sabe que en las cosas sencillas –tal vez por ello el uso del verso menor- se halla el camino, esa luz que guía y salva al poeta de la tortuosa oscuridad. Coincido con el también poeta y prologuista Francisco Domene cuando dice: «Los hombres como él no necesitan la luz de las hogueras, porque tienen luz interior», y así es. Por ello el poeta recurre a la memoria para evocar otros días y otros mundos; necesita del recuerdo para construir el presente, también el futuro.

Variedad temática: el amor, recuerdos de infancia, los sentimientos aprehendidos, los signos y símbolos que acompañan al poeta en su camino, en su trayecto vital. «Los demás días» son el todo y la nada, la esencialidad del poeta que observa el paso del tiempo y medita serenamente sobre la existencia, trascendida en el yo que se rebela: «La vida iba también / en broma / a ratos impares». La memoria en la raíz misma de la tierra: «Tierra / sola / con nosotros», pero nada supera a los silencios que el poeta descubre desde la más íntima y apreciada soledad. Con ellos –los silencios- abre y cierra las puertas y las ventanas; deja que entre el aire fresco de los días, desde el primero al último, hasta convertirlos en «Los demás días», que podría resumirse en el poema titulado Página 52, cuando escribe: «Como renglón en blanco, añadir solo este otro silencio».

Nos deja Antonio García Soler un libro de poemas equilibrado y sólido, hondo y sincero, esencial. Es «Los demás días» un poemario necesario por hallarse en él enteramente, en su desnudez completa, el poeta y el hombre, y viceversa.



Título: Los demás días
Autor: Antonio García Soler
Editorial: Instituto de Estudios Almerienses

Los demás días. Antonio García Soler

Llama la atención este poemario, «Los demás días», de Antonio García Soler.
No es fácil hallar en los tiempos que corren estilo, precisión, solidez y sentimiento poético tan profundo y riguroso como el que expresa García Soler en estos versos. La espera ha sido larga –casi treinta años, según nos dice Francisco Domene, autor del prólogo, refiriéndose al tiempo que ha silenciado su poética García Soler. 

Empero, hay que señalar que este es precisamente uno de los rasgos que ponderan y caracterizan al poemario, me refiero a los «silencios», a esos que el poeta acude para componer sus versos, a los que le proporcionan la armonía suficiente para indagar sobre la existencia humana, su existencia, además de descubrir sus propias limitaciones y las que bullen a su alrededor. Primero interioriza para después contextualizar, aplicar sus leyes, su filosofía de la vida, la que fluye y confluye en algún lugar del cosmos. García Soler no es poeta de circunstancias, sino de esencias.
 
 Observa, medita y labora sin prisas, dejándose acariciar por la brisa marina o el aire gélido de las montañas, abriéndose paso en un frondoso bosque o abismándose desde el más elevado acantilado. Evocador unas veces y otras soñador no atiende a modas o modismos; al abrigo de sus soledades construye el solar de su poética con verdadero temple y perseverancia, mostrándonos así una poesía esencial, leve y profunda al mismo tiempo, en la que los versos son alas de mariposa o tentáculos que amordazan. Mas por encima de todo y para todo, la palabra exacta y no otra fulge sobre el albo papel, ensueña la realidad, vivifica lo amorfo y destila silenciosa belleza.
 
En su búsqueda de la verdad el poeta siente la amarga derrota o la discreta conquista, y sabe que en las cosas sencillas –tal vez por ello el uso del verso menor- se halla el camino, esa luz que guía y salva al poeta de la tortuosa oscuridad. Coincido con el también poeta y prologuista Francisco Domene cuando dice: «Los hombres como él no necesitan la luz de las hogueras, porque tienen luz interior», y así es. Por ello el poeta recurre a la memoria para evocar otros días y otros mundos; necesita del recuerdo para construir el presente, también el futuro.

Variedad temática: el amor, recuerdos de infancia, los sentimientos aprehendidos, los signos y símbolos que acompañan al poeta en su camino, en su trayecto vital. «Los demás días» son el todo y la nada, la esencialidad del poeta que observa el paso del tiempo y medita serenamente sobre la existencia, trascendida en el yo que se rebela: «La vida iba también / en broma / a ratos impares». La memoria en la raíz misma de la tierra: «Tierra / sola / con nosotros», pero nada supera a los silencios que el poeta descubre desde la más íntima y apreciada soledad. Con ellos –los silencios- abre y cierra las puertas y las ventanas; deja que entre el aire fresco de los días, desde el primero al último, hasta convertirlos en «Los demás días», que podría resumirse en el poema titulado Página 52, cuando escribe: «Como renglón en blanco, añadir solo este otro silencio».

Nos deja Antonio García Soler un libro de poemas equilibrado y sólido, hondo y sincero, esencial. Es «Los demás días» un poemario necesario por hallarse en él enteramente, en su desnudez completa, el poeta y el hombre, y viceversa.



Título: Los demás días
Autor: Antonio García Soler
Editorial: Instituto de Estudios Almerienses

Publicaciones. Estación Sur


 PUBLICACIONES. INSTITUTO DE ESTUDIOS ALMERIENSES
 
Hace unos días, en ese afán de acceder a las novedades editoriales, vengan de donde vengan, el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) me hacía llegar sus últimos títulos publicados. Hay que decir que la temática contenida en cada uno de esos libros es de lo más variada, desde narrativa para adultos e infantil, etnografía y cultura popular, pasando por varios ensayos sobre autores indalianos, guías o poesía. La autoría editorial, como digo, pertenece al IEA, que diversifica así tanto los temas como las colecciones.



<<Somontín.Crónicas e historias de otros tiempos>>, de Baldomero Oliver Navarro nos invita a realizar un viaje al pasado, y así evoca las riquezas naturales de la Sierra de Somontín (extracción de talco o jaboncillo, el esparto, etc.), detalla la emigración de antes de la guerra, nos acerca al mundo del estraperlo y el bandolerismo, nos habla de los juegos, de las fiestas o de las bandas de música. Un libro que, sin entrar en otras cuestiones, nos descubre algunas claves de la cultura popular.



Sorprende <<La parsimonia del corazón>>, de José Carlos Castaño Muñoz, con esos cuentos y recuentos de Padules que nos presenta a través de los personajes (gentes del pueblo) seleccionados, con un discurso cercano al reportaje intimista y en el que cada historia individual se convierte en la colectiva de todo un pueblo.



Respecto a la guía en cuestión <<Toros>>, autoría y coordinación de Antonio Sevillano, sobran las palabras. Dicha guía es continuación de las anteriores y sabemos de su magnífica edición. No obstante, y aunque sea el mundo del toro un tema polémico en los últimos tiempos, el resultado final es encomiable.



Dos indalianos ocupan la atención de María Dolores Durán Díaz: <<Siguiendo los pasos de Luis Cañadas en Almería>> y <<Antonio López Díaz. Un indaliano entre pinturas y esculturas>>, que nos aproximan, deseo de su autora, a la vida y obra de estos dos reconocidos artistas almerienses.



<<Urcitania, Reino del Sol>> es la apuesta de la escritora Concha Castro: un viaje que nos adentra en el conocimiento de la historia de Almería, con un lenguaje atractivo, fácil y adecuado para los más pequeños.



Y, finalmente, el poemario <<Los demás días>>, de Antonio García Soler, un texto sólido, apasionado, donde los silencios juegan un papel excepcional. De él hablaremos más detalladamente en otra ocasión. 

publicado en el  DIARIO DE ALMERÍA. ESTACIÓN SUR. Viernes, 25 octubre, 2013

Publicaciones. Estación Sur


 PUBLICACIONES. INSTITUTO DE ESTUDIOS ALMERIENSES
 
Hace unos días, en ese afán de acceder a las novedades editoriales, vengan de donde vengan, el Instituto de Estudios Almerienses (IEA) me hacía llegar sus últimos títulos publicados. Hay que decir que la temática contenida en cada uno de esos libros es de lo más variada, desde narrativa para adultos e infantil, etnografía y cultura popular, pasando por varios ensayos sobre autores indalianos, guías o poesía. La autoría editorial, como digo, pertenece al IEA, que diversifica así tanto los temas como las colecciones.



<<Somontín.Crónicas e historias de otros tiempos>>, de Baldomero Oliver Navarro nos invita a realizar un viaje al pasado, y así evoca las riquezas naturales de la Sierra de Somontín (extracción de talco o jaboncillo, el esparto, etc.), detalla la emigración de antes de la guerra, nos acerca al mundo del estraperlo y el bandolerismo, nos habla de los juegos, de las fiestas o de las bandas de música. Un libro que, sin entrar en otras cuestiones, nos descubre algunas claves de la cultura popular.



Sorprende <<La parsimonia del corazón>>, de José Carlos Castaño Muñoz, con esos cuentos y recuentos de Padules que nos presenta a través de los personajes (gentes del pueblo) seleccionados, con un discurso cercano al reportaje intimista y en el que cada historia individual se convierte en la colectiva de todo un pueblo.



Respecto a la guía en cuestión <<Toros>>, autoría y coordinación de Antonio Sevillano, sobran las palabras. Dicha guía es continuación de las anteriores y sabemos de su magnífica edición. No obstante, y aunque sea el mundo del toro un tema polémico en los últimos tiempos, el resultado final es encomiable.



Dos indalianos ocupan la atención de María Dolores Durán Díaz: <<Siguiendo los pasos de Luis Cañadas en Almería>> y <<Antonio López Díaz. Un indaliano entre pinturas y esculturas>>, que nos aproximan, deseo de su autora, a la vida y obra de estos dos reconocidos artistas almerienses.



<<Urcitania, Reino del Sol>> es la apuesta de la escritora Concha Castro: un viaje que nos adentra en el conocimiento de la historia de Almería, con un lenguaje atractivo, fácil y adecuado para los más pequeños.



Y, finalmente, el poemario <<Los demás días>>, de Antonio García Soler, un texto sólido, apasionado, donde los silencios juegan un papel excepcional. De él hablaremos más detalladamente en otra ocasión. 

publicado en el  DIARIO DE ALMERÍA. ESTACIÓN SUR. Viernes, 25 octubre, 2013

El lugar de la palabra. Elisa Martín Ortega


El libro que comentamos en esta ocasión es una obra ensayística, que bajo el título de El lugar de la palabra y autoría de Elisa Martín Ortega nos propone un estudio sobre Cábala y poesía contemporánea. Novedosa propuesta de Elisa Martín, quien nos adentra en esas a través, fundamentalmente, de tres autores de la literatura universal: José Ángel Valente, Jorge Luis Borges y Juan Gelman, así como la poeta judeoespañola Clarisse Nicoïdski. Cábala y poesía en la mirada atenta de esta investigadora, con cuyo trabajo disfrutará, con toda seguridad, todo lector que se precie. Un estudio profundo y estimulante, abierto a múltiples reflexiones sobre la cábala y su incidencia en la poesía contemporánea. Ya desde la introducción se nos advierte: <<La Cábala y la poesía constituyen, en un sentido estricto, universos paralelos. No se enfrentan ni compiten en saber o en belleza porque su razón de existir y sus propios fines son distantes, diversos>>.

En cuanto al primero de los bloques estudiados, la interpretación, Borges se siente atraído por la Cábala en <<la idea de que el mundo es un simple sistema de símbolos; que el mundo entero, incluidas las estrellas, simboliza la escritura secreta de Dios>>. El camino de la interpretación queda expedito, y así queda escrito: <<En sus versos, el poeta intenta llevar a cabo un trabajo de interpretación del mundo, atendiendo a los murmullos, los sonidos y las luces, tratando de revelar su significado oculto>>. Para todo este trabajo se toma como fuente el texto más importante de la Cábala, el Sefer ha-Zohar (Libro del Esplendor), escrita en Castilla allá por el siglo XIII. Gelman dijo: <<dar con la palabra que calla lo que dice>>. La palabras esconden el misterio de lo cotidiano, y Gelman lo sabe bien, porque bucea en cada una de esas palabras que usamos diariamente con la intención de crear otras nuevas; interpreta así el mundo y nos revela otro diferente y diverso. José Ángel Valente, por su parte escribe: <<Y en el espacio de la creación no hay nada (para que algo pueda ser creado). La creación de la nada es el principio absoluto de toda creación>>. El poeta gallego <<reconoció, en una entrevista, la correspondencia entre las ideas de la Cábala de Safed y su propia poética>>. Escribe la autora de este texto que las relaciones entre Cábala y poesía son antiguas y se producen en ambas direcciones, remontándose a los orígenes de la doctrina. En otro orden de cosas la Cábala y la infancia mantienen una relación significativa. La infancia, entendida como ese espacio o territorio previo al lenguaje. <<La niñez, como silencio, es el territorio de lo inefable>>, nos indica Martín Ortega; de ahí que el poeta siempre aspire a reencontrarla, redescubrirla, motivo fundamental de la poesía de Gelman. Para Anidjar, la Cábala no es solo literatura, pero también es literatura. Podría decirse, como conclusión respecto a la interpretación que, <<según la Cábala y la tradición judía general, nos es un juego, sino una actitud fundadora, el principal motor del pensamiento>>.

Una segunda parte nos habla del exilio. Para Bloom, <<la Cábala nació, a finales del siglo XII, como respuesta al exilio y el desconsuelo. La idea del exilio está patente en la poesía de Valente: << […] Nacieron / con los ojos azules de distancia / en la nostalgia / de Separad>> Así, pues, se puede considerar que << lo que define a un judío sefardí no es la pertenencia a Separad sino la nostalgia de Separad>>. Tanto Gelman como Valente incidirán repetidamente sobre la idea del exilio. Este último llegará a decir: <<El acto creador supone un movimiento exílico, una retracción, una distancia y, en la praxis humana, una retirada de los honores y, ciertamente, del territorio impuro del poder>>. María Zambrano también nos ofrece su pensamiento sobre la figura del exiliado: <<El exiliado posee una extraña armonía, pertenece al lugar de nadire, y explora su condición intentando llevarla hasta sus últimas consecuencias: sosteniéndose sobre el hilo que lleva de la vida a la muerte>>. Deduce la autora del ensayo que <<la figura del exiliado se acerca a una concepción mística; tiene que ver con la poesía y con el misterio: refleja un deseo de adentrarse en lo desconocido, yendo más allá de sí, despojándose del propio yo>>. Gelman es un claro ejemplo: <<El exilio modificó todo en mí>>. Su poesía se sitúa al filo de la vida y la muerte en situaciones extremas. Sin embargo, Gelman arremete contra lo que él llama <<profesionales del exilio>>. Para el exiliado la lengua materna supondrá una nueva patria. Con toda probabilidad el exiliado aturdido por la pérdida de su tierra, buscará refugio en la palabra. De tal manera que <<las palabras han de estar en el límite, traspasarlo quizá; y la vez seguir siendo comprensibles. Tienen que poseer la fuerza del llanto o el grito sin perder el sentido de la lengua>>.

Otra de las cuestiones que se plantean en el texto tiene que ver con las teorías místicas del lenguaje:<<Qué es esa dimensión secreta de la lengua, sobre cuya existencia están de acuerdo desde siempre todos los místicos…? Toma importancia aquí la palabra, lo que nos hace recordar a Antonio Machado cuando dijo: <<La poesía es palabra esencial en el tiempo>>. En otro sentido, Valente, al referirse a la lengua castellana dice: <<La lengua es bella y ancha y honda. Es un gran don. Ha tenido muy ricas expresiones en lo moderno. Desde ellas, a mí me ha gustado navegar su caudaloso río, aguas arriba, hacia la lengua del siglo XVI: Juan de Valdés, Fray Luis de León, Juan de la Cruz. Esa es la matriz que nos une al español de América y al español de la diáspora sefardí. Yo tengo un sentimiento muy vivo de la unidad de la lengua, que aloja una riquísima diversidad>>. Otra concepción del lenguaje nos muestra Gelman cuando escribe: <<Mora en la sombra la palabra que te nombraría. Cuanto te nombre, serás sombra. Crepitarás en la boca que te perdió para tenerte>>. Para Borges, <<la poesía, finalmente, sería un intento de vuelta a ese lenguaje mágico; una búsqueda de los nombres secretos a través de las palabras comunes>>.

Respecto a La palabra y el cuerpo, Elisa Martín incide en <<el lenguaje como experiencia primera y última>>. Asimismo, se nos dice: <<La escritura ocupa, al igual que la voz, un lugar trascendental en el pensamiento cabalístico>>. Se dirá, refiriéndose a la poesía de Clarisse Nicoïdski <<que está atravesada por la experiencia del cuerpo que se abre como revelación, y ofrece sus pliegues y escondrijos para cobijar las palabras (Lus ojus, las manus, la boca, constituyen un motivo de predilección en su obra)>>.

El resultado final es, pues, tan variado como doctrinas y textos han sido, desde los cabalísticos hasta las obras de Gelman, Valente, Borges y Nicoïdski; así se insiste <<en la idea compartida de que tanto las palabras como el mundo son universos interpretables>>. Sin embargo, será la experiencia de la muerte la que nos muestre a cada poeta en su esencia. En Gelman, cuando dice: <<muertos que habla y que me hablan […] como palabras / como sombras apalabrándose a la muerte>>; en Valente cuando escribe: <<Ni la palabra ni el silencio. Nada pudo servirme para que tú vivieras>> y en Borges: <<Solo el que ha muerto es nuestro, solo es nuestro lo que perdimos […] No hay otros paraísos que los paraísos perdidos>>.

El lugar de la palabra es, sin duda alguna, un ensayo extraordinario, una oportunidad que nos ofrece su autora, Elisa Martín Ortega, para adentrarnos en el mundo de la Cábala y la poesía contemporánea, para profundizar en el verdadero valor de las palabras.

 

Título: El lugar de la palabra

Autor: Elisa Martín Ortega

Ediciones Cálamo (Palencia, 2013)

19 euros



Elisa Martín ortega (Valladolid, 1980) es investigadora, poeta y traductora. Ha trabajado en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en un proyecto dedicado al estudio de la lengua, la literatura y la cultura de los judíos sefardíes. Es autora de los poemarios Corazón huido (Birmingham, 2003) y Ensueño (Visor, 2009). Ha traducido y comentado el Cantar de los cantares. Colabora habitualmente en el diario El Norte de Castilla.
                

El lugar de la palabra. Elisa Martín Ortega


El libro que comentamos en esta ocasión es una obra ensayística, que bajo el título de El lugar de la palabra y autoría de Elisa Martín Ortega nos propone un estudio sobre Cábala y poesía contemporánea. Novedosa propuesta de Elisa Martín, quien nos adentra en esas a través, fundamentalmente, de tres autores de la literatura universal: José Ángel Valente, Jorge Luis Borges y Juan Gelman, así como la poeta judeoespañola Clarisse Nicoïdski. Cábala y poesía en la mirada atenta de esta investigadora, con cuyo trabajo disfrutará, con toda seguridad, todo lector que se precie. Un estudio profundo y estimulante, abierto a múltiples reflexiones sobre la cábala y su incidencia en la poesía contemporánea. Ya desde la introducción se nos advierte: <<La Cábala y la poesía constituyen, en un sentido estricto, universos paralelos. No se enfrentan ni compiten en saber o en belleza porque su razón de existir y sus propios fines son distantes, diversos>>.

En cuanto al primero de los bloques estudiados, la interpretación, Borges se siente atraído por la Cábala en <<la idea de que el mundo es un simple sistema de símbolos; que el mundo entero, incluidas las estrellas, simboliza la escritura secreta de Dios>>. El camino de la interpretación queda expedito, y así queda escrito: <<En sus versos, el poeta intenta llevar a cabo un trabajo de interpretación del mundo, atendiendo a los murmullos, los sonidos y las luces, tratando de revelar su significado oculto>>. Para todo este trabajo se toma como fuente el texto más importante de la Cábala, el Sefer ha-Zohar (Libro del Esplendor), escrita en Castilla allá por el siglo XIII. Gelman dijo: <<dar con la palabra que calla lo que dice>>. La palabras esconden el misterio de lo cotidiano, y Gelman lo sabe bien, porque bucea en cada una de esas palabras que usamos diariamente con la intención de crear otras nuevas; interpreta así el mundo y nos revela otro diferente y diverso. José Ángel Valente, por su parte escribe: <<Y en el espacio de la creación no hay nada (para que algo pueda ser creado). La creación de la nada es el principio absoluto de toda creación>>. El poeta gallego <<reconoció, en una entrevista, la correspondencia entre las ideas de la Cábala de Safed y su propia poética>>. Escribe la autora de este texto que las relaciones entre Cábala y poesía son antiguas y se producen en ambas direcciones, remontándose a los orígenes de la doctrina. En otro orden de cosas la Cábala y la infancia mantienen una relación significativa. La infancia, entendida como ese espacio o territorio previo al lenguaje. <<La niñez, como silencio, es el territorio de lo inefable>>, nos indica Martín Ortega; de ahí que el poeta siempre aspire a reencontrarla, redescubrirla, motivo fundamental de la poesía de Gelman. Para Anidjar, la Cábala no es solo literatura, pero también es literatura. Podría decirse, como conclusión respecto a la interpretación que, <<según la Cábala y la tradición judía general, nos es un juego, sino una actitud fundadora, el principal motor del pensamiento>>.

Una segunda parte nos habla del exilio. Para Bloom, <<la Cábala nació, a finales del siglo XII, como respuesta al exilio y el desconsuelo. La idea del exilio está patente en la poesía de Valente: << […] Nacieron / con los ojos azules de distancia / en la nostalgia / de Separad>> Así, pues, se puede considerar que << lo que define a un judío sefardí no es la pertenencia a Separad sino la nostalgia de Separad>>. Tanto Gelman como Valente incidirán repetidamente sobre la idea del exilio. Este último llegará a decir: <<El acto creador supone un movimiento exílico, una retracción, una distancia y, en la praxis humana, una retirada de los honores y, ciertamente, del territorio impuro del poder>>. María Zambrano también nos ofrece su pensamiento sobre la figura del exiliado: <<El exiliado posee una extraña armonía, pertenece al lugar de nadire, y explora su condición intentando llevarla hasta sus últimas consecuencias: sosteniéndose sobre el hilo que lleva de la vida a la muerte>>. Deduce la autora del ensayo que <<la figura del exiliado se acerca a una concepción mística; tiene que ver con la poesía y con el misterio: refleja un deseo de adentrarse en lo desconocido, yendo más allá de sí, despojándose del propio yo>>. Gelman es un claro ejemplo: <<El exilio modificó todo en mí>>. Su poesía se sitúa al filo de la vida y la muerte en situaciones extremas. Sin embargo, Gelman arremete contra lo que él llama <<profesionales del exilio>>. Para el exiliado la lengua materna supondrá una nueva patria. Con toda probabilidad el exiliado aturdido por la pérdida de su tierra, buscará refugio en la palabra. De tal manera que <<las palabras han de estar en el límite, traspasarlo quizá; y la vez seguir siendo comprensibles. Tienen que poseer la fuerza del llanto o el grito sin perder el sentido de la lengua>>.

Otra de las cuestiones que se plantean en el texto tiene que ver con las teorías místicas del lenguaje:<<Qué es esa dimensión secreta de la lengua, sobre cuya existencia están de acuerdo desde siempre todos los místicos…? Toma importancia aquí la palabra, lo que nos hace recordar a Antonio Machado cuando dijo: <<La poesía es palabra esencial en el tiempo>>. En otro sentido, Valente, al referirse a la lengua castellana dice: <<La lengua es bella y ancha y honda. Es un gran don. Ha tenido muy ricas expresiones en lo moderno. Desde ellas, a mí me ha gustado navegar su caudaloso río, aguas arriba, hacia la lengua del siglo XVI: Juan de Valdés, Fray Luis de León, Juan de la Cruz. Esa es la matriz que nos une al español de América y al español de la diáspora sefardí. Yo tengo un sentimiento muy vivo de la unidad de la lengua, que aloja una riquísima diversidad>>. Otra concepción del lenguaje nos muestra Gelman cuando escribe: <<Mora en la sombra la palabra que te nombraría. Cuanto te nombre, serás sombra. Crepitarás en la boca que te perdió para tenerte>>. Para Borges, <<la poesía, finalmente, sería un intento de vuelta a ese lenguaje mágico; una búsqueda de los nombres secretos a través de las palabras comunes>>.

Respecto a La palabra y el cuerpo, Elisa Martín incide en <<el lenguaje como experiencia primera y última>>. Asimismo, se nos dice: <<La escritura ocupa, al igual que la voz, un lugar trascendental en el pensamiento cabalístico>>. Se dirá, refiriéndose a la poesía de Clarisse Nicoïdski <<que está atravesada por la experiencia del cuerpo que se abre como revelación, y ofrece sus pliegues y escondrijos para cobijar las palabras (Lus ojus, las manus, la boca, constituyen un motivo de predilección en su obra)>>.

El resultado final es, pues, tan variado como doctrinas y textos han sido, desde los cabalísticos hasta las obras de Gelman, Valente, Borges y Nicoïdski; así se insiste <<en la idea compartida de que tanto las palabras como el mundo son universos interpretables>>. Sin embargo, será la experiencia de la muerte la que nos muestre a cada poeta en su esencia. En Gelman, cuando dice: <<muertos que habla y que me hablan […] como palabras / como sombras apalabrándose a la muerte>>; en Valente cuando escribe: <<Ni la palabra ni el silencio. Nada pudo servirme para que tú vivieras>> y en Borges: <<Solo el que ha muerto es nuestro, solo es nuestro lo que perdimos […] No hay otros paraísos que los paraísos perdidos>>.

El lugar de la palabra es, sin duda alguna, un ensayo extraordinario, una oportunidad que nos ofrece su autora, Elisa Martín Ortega, para adentrarnos en el mundo de la Cábala y la poesía contemporánea, para profundizar en el verdadero valor de las palabras.

 

Título: El lugar de la palabra

Autor: Elisa Martín Ortega

Ediciones Cálamo (Palencia, 2013)

19 euros



Elisa Martín ortega (Valladolid, 1980) es investigadora, poeta y traductora. Ha trabajado en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona y en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas, en un proyecto dedicado al estudio de la lengua, la literatura y la cultura de los judíos sefardíes. Es autora de los poemarios Corazón huido (Birmingham, 2003) y Ensueño (Visor, 2009). Ha traducido y comentado el Cantar de los cantares. Colabora habitualmente en el diario El Norte de Castilla.
                

Secuestrados. Estación Sur


SECUESTRADOS

La verdad es que no hay motivos fehacientes para preocuparnos por la marcha del país. Las cosas están saliendo a pedir de boca. Los presupuestos del Estado, elaborados por el inefable y súper ministro Montoro, tildados a bombo y platillo como los de la “recuperación” nos salvarán a todos, y tendremos que callar cuanto hemos dicho hasta ahora. Rajoy es nuestro presidente, el mejor presidente que España ha tenido en estos ya treinta y cinco años de democracia, y ahí están las hemerotecas. Rajoy perseverante, luchador, hasta que ha conseguido su primer objetivo, ser presidente del Gobierno de España; su segundo objetivo, acabar con el paro, y en poco tiempo lo veremos también cumplido, si ahora son 700 mil españoles los emigrados a otros países, en unos años ni un parado. ¡No digan que no es eficiente nuestro presidente! Se lo propuso y lo fue.

Quiso ser presidente por encima de todo y de todos, y ahí está, tan majo, y siempre con la verdad por delante, cumpliendo sus promesas electorales, como mandan los cánones y él, que para eso es el presidente de su partido. Rajoy, el honesto y honrado, aunque le haya salido una oveja negra llamado Bárcenas, ¡qué cosas piensan algunos!, ¿acaso no sucede esto mismo en las mejores familias?; él no tiene la culpa, y, además, no se enteraba de nada, concentrado como estaba en ser Presidente del Gobierno, y tampoco, total, por unos cuantos euros de más después de jornadas interminables de mítines y discursos, de viajes y comidas y cenas y desayunos de trabajo. ¡Qué poca consideración hay en este país para los verdaderos mártires de la patria! ¿No es suficiente con el desvelo de noches enteras pensando en cómo mejorar la sanidad, la educación, la dependencia, la fiscalidad, las pensiones, las infraestructuras, el I + D, las nuevas tecnologías, el transporte, las exportaciones, la industria, el turismo, etc., etc.? ¡Qué inconscientes somos! Tampoco ha transcurrido tanto tiempo desde su toma de posesión como presidente, confiemos en su indiscutible preparación y competencia. 
 
De verdad que no es para tanto. Hay que ser pacientes, y esperar un poco más, estoy seguro que de aquí a unos añitos, se arreglará todo y viviremos felices y nos acordaremos siempre del mejor de los presidentes. Al fin de cuentas, Rajoy, nuestro campechano Mariano, solo ha secuestrado la voluntad popular. Estamos secuestrados, sí, pero vivos aún, gracias a Dios.

Secuestrados. Estación Sur


SECUESTRADOS

La verdad es que no hay motivos fehacientes para preocuparnos por la marcha del país. Las cosas están saliendo a pedir de boca. Los presupuestos del Estado, elaborados por el inefable y súper ministro Montoro, tildados a bombo y platillo como los de la “recuperación” nos salvarán a todos, y tendremos que callar cuanto hemos dicho hasta ahora. Rajoy es nuestro presidente, el mejor presidente que España ha tenido en estos ya treinta y cinco años de democracia, y ahí están las hemerotecas. Rajoy perseverante, luchador, hasta que ha conseguido su primer objetivo, ser presidente del Gobierno de España; su segundo objetivo, acabar con el paro, y en poco tiempo lo veremos también cumplido, si ahora son 700 mil españoles los emigrados a otros países, en unos años ni un parado. ¡No digan que no es eficiente nuestro presidente! Se lo propuso y lo fue.

Quiso ser presidente por encima de todo y de todos, y ahí está, tan majo, y siempre con la verdad por delante, cumpliendo sus promesas electorales, como mandan los cánones y él, que para eso es el presidente de su partido. Rajoy, el honesto y honrado, aunque le haya salido una oveja negra llamado Bárcenas, ¡qué cosas piensan algunos!, ¿acaso no sucede esto mismo en las mejores familias?; él no tiene la culpa, y, además, no se enteraba de nada, concentrado como estaba en ser Presidente del Gobierno, y tampoco, total, por unos cuantos euros de más después de jornadas interminables de mítines y discursos, de viajes y comidas y cenas y desayunos de trabajo. ¡Qué poca consideración hay en este país para los verdaderos mártires de la patria! ¿No es suficiente con el desvelo de noches enteras pensando en cómo mejorar la sanidad, la educación, la dependencia, la fiscalidad, las pensiones, las infraestructuras, el I + D, las nuevas tecnologías, el transporte, las exportaciones, la industria, el turismo, etc., etc.? ¡Qué inconscientes somos! Tampoco ha transcurrido tanto tiempo desde su toma de posesión como presidente, confiemos en su indiscutible preparación y competencia. 
 
De verdad que no es para tanto. Hay que ser pacientes, y esperar un poco más, estoy seguro que de aquí a unos añitos, se arreglará todo y viviremos felices y nos acordaremos siempre del mejor de los presidentes. Al fin de cuentas, Rajoy, nuestro campechano Mariano, solo ha secuestrado la voluntad popular. Estamos secuestrados, sí, pero vivos aún, gracias a Dios.

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

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Marparaíso.2019

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Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986