En los días aciagos de un año, 2020, que difícilmente
olvidaremos, y con una voluntad férrea, emergía de entre las
sombras, un hálito de esperanza en un pueblecito de la provincia
de Salamanca, Béjar. En aquellos días del mes de marzo, cuando
todo parecía desvanecerse, como queriéndose parar el mundo, sin
horizonte casi, y anidando un silencio sepulcral en todas las
calles y plazas de nuestros pueblos y ciudades, amén de que los
muertos comenzaban a contarse por decenas primero y luego por
centenares hasta alcanzar miles de cadáveres a causa de un
maldito virus, nos esperanzaba, aunque no mucho, todo hay que
decirlo, escuchar la voz de un poeta, leer una novela o dejarse
llevar por el sueño de un paisaje deseado o una música que
recorriese el cuerpo de pies a cabeza.
De ese tiempo, digo, y aun sabiéndose herido por la
incertidumbre y el desasosiego, brotó una creciente necesidad de
ser otredad, de compartir con el resto del mundo las horas y los
días vividos, recluido en su hogar de Béjar. De la experiencia
vivida al límite, como jamás se hubiera pensado que sería unos
meses antes, surge “La metáfora del mirlo”, del poeta, escritor,
ensayista, crítico literario y profesor de Literatura española
en la Universidad de Burgos, Pedro Ojeda Escudero (Valladolid,
1963). Narra Ojeda en este libro su experiencia vital durante
los meses de marzo, abril y mayo, centrada en la profunda
meditación sobre la sociedad actual, donde la tensión
ideológica, política, social, económica y cultural ha venido a
replantearnos, quizá, un nuevo modelo más acorde con los tiempos
por venir. “La metáfora del mirlo” es un viaje al interior hacía
sí, al pensamiento y las ideas, a la necesidad de sustentar una
sociedad, la nuestra, sobre bases más sólidas, es decir, más
humanas. En ese trayecto Ojeda ha sabido sustanciar lo mejor y
lo peor de nuestra sociedad actual, pero sobre todo, ha
construido un universo en el que convivir todos sin
discriminación alguna. La expresión humanista del contenido de
este libro es suficiente para acrecentar la esperanza en el
futuro, a sabiendas que el camino no será fácil, que necesitará,
como todas las conquistas, del esfuerzo y la capacidad creadora
para convertir en realidad nuestros sueños.
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La Metáfora del Mirlo
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Reflexiones sobre política, economía, ética, naturaleza,
literatura son acicate suficiente para acercarse a este texto,
pero sobre todo, y permítanme que lleve el agua a mi molino, se
aprecia una considerable tensión expresiva en el terreno
puramente literario. Abordar tan variadas temáticas y mantener
esa sensibilidad creciente con la que Pedro Ojeda vislumbra y
certifica al mismo tiempo su oficio de escritor, su capacidad
creadora para mostrarnos el interior de las cosas en ese
abismarse en la nada para alcanzar lo absoluto no es fácil, y él
lo ha conseguido. Prueba de todo ello es ese continuo ir y venir
de lo hondo a lo cotidiano, y viceversa. Este es un libro, un
diario del tiempo detenido, donde la fuerza de la palabra lo es
todo, y el hombre su actor principal, el único capaz de
atemperar calamidades, el centro de la vida y de la muerte. Y en
ese estado laberíntico, el escritor no puede ser sino esa luz
que muestra la salida del túnel.
Escribe Ojeda: «Es curioso. A pesar de que solo hace tres
días que no salimos de casa, echo de menos, sobre todo, andar
sin dirección fija. Con las manos en los bolsillos,
despreocupado, como quien no tiene más oficio que no ir a ningún
sitio en concreto». La ansiada libertad de un tiempo detenido y
cautivo, como si nada más importara en el mundo, solo el deseo
de ser libres, como los pájaros que sobrevuelan la sierra de
Béjar, ese lugar mítico donde tanto brilla el silencio de los
atardeceres y el amor es el único horizonte: «En el centro del
paisaje, Mayca, que me salvó de la tristeza». He aquí, una vez
más, el verdadero poder de la literatura en la serena voz del
escritor y poeta Pedro Ojeda Escudero.
Título: La metáfora del mirlo Autor: Pedro Ojeda
Escudero Editorial: Eolas & menos lobos (2020)
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