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Weblog del tiempo



 Escaparate de Libros _________ Por José Antonio Santano   





Weblog del tiempo

El hallazgo de un libro de poemas en mi buzón siempre es motivo de alborozo, de alegría inconmensurable. Los libros que recibo, ¡esos grandes amigos que me consuelan, alientan y alimentan! Llegan de toda España. Cuando siento su calidez en mis manos me transformo en otro ser, me dejo llevar por su embriagador aroma a tinta y por el tacto sedoso de sus páginas. El estímulo de su existencia es motivo suficiente para afrontar los días que vendrán. Un libro es, sin ningún tipo de reserva, un regalo de valor incalculable. En esta ocasión mi comentario se centra en el poemario Weblog del tiempo, de la madrileña afincada en Algeciras Paloma Fernández Gomá y editado por el veterano sello editorial andaluz Corona del Sur. Nuestra poeta cuenta con una excelente trayectoria que se traduce en la publicación de más de una veintena de  libros. En este tiempo ha sido merecedora de la atención crítica, que siempre ha valorado su poética. Si el anterior poemario quiso adentrarse en la forma expresiva del zéjel, composición métrica española de origen árabe y de gran desarrollo en Al-andalus, con esta nueva entrega nos propone adentrarnos en un mundo frontalmente opuesto, que tiene mucho que ver con la era digital y sus formas expresivas, tal el título de este poemario, con el neologismo “weblog”, que la poeta introduce para acercarnos a un nuevo tiempo, a una nueva experiencia poética en la cual los diferentes tipos de comunicación están tan presentes en la sociedad actual. Sin embargo, Fernández Gomá confronta esa idea de digitalización global con aspectos tales como la Naturaleza y la propia condición humana, en la que profundiza para un mayor y mejor entendimiento de cuanto acontece en el mundo. En esa búsqueda de la identidad ajena y propia, en ese caminar hacia su verdad poéticas, Paloma Fernández nos deja estos versos: «Desprenderte de tu doble será un ejercicio de autocrítica / que lleva como archivo adjunto una única cuestión: / sé tú mismo». Alberto Torés, en su acertado prólogo nos deja algunas perlas propias de una concienzuda lectura, cuando escribe: «Weblog del tiempo recoge la reflexión sobre la condición humana, el sentido de la existencia y la naturaleza de la libertad”. Las continuadas metáforas que trascienden en imágenes de sorprendente riqueza conforman un estilo propio, que nace de la más pura esencia del lenguaje. Un recorrido sereno por este libro lo confirma, y es que Paloma Fernández se adapta al tiempo que le ha tocado vivir en su toda su madurez creadora, legándonos obras extraordinarias, en las que la belleza y el humanismo son ejes centrales de la misma: «Hilvanar la trama de la herida / y cruzar el Estrecho de Gibraltar / es un rito para la esperanza. / Allí reposan los cíngulos / y permanecen a la deriva los metales / que ungieron las despedidas. / En el mar se instalan los sueños, desplazándose / junto a la voluntad de las mareas». Paloma Fernández oficia de la gran poeta que es, ajena a modas y determinados cenáculos, siempre atenta a la esencia del poema que construye lenta y cuidadosamente cada día en la más estricta soledad. En la mirada del poeta se halla toda la luz y las sombras que abastecen el ser mismo, y a veces, el recuerdo o la nostalgia se abren paso en los pasillos de la casa o en una imagen color sepia. Es la vida rondándonos en su lenta caída hacia la nada y es ahí donde Fernández Gomá se crece y se hace más niña y más mujer al mismo tiempo, esperanzada por recobrar la inocencia primera: «Aquel olor a frío y la calle desierta / dejan horas a destiempo en mi ventana, / cuando la tarde huye borrosa / entre imágenes de niña-mujer». Pero también los sueños se arremolinan en los atardeceres gibraltareños y unas luces se alzan como ángeles invisibles sobre el cielo estrellado de la vida: «Hay ángeles que reposan en las yemas de los árboles / y trasladan el óleo de la tarde hasta las orillas. / Ellos conocen el eje de las horas / y el óxido de la espera sobre el tiempo». Recalar en este Weblog del tiempo será para el lector una experiencia inolvidable, un paseo por la auténtica poesía, la de Paloma Fernández Gomá. 





Título: Weblog del tiempo

Autora: Paloma Fernández Gomá

Editorial: Corona del Sur (2021)  


Madre lluvia por Paloma Fernández Gomá

 

MADRE LLUVIA


Madre lluvia de José Antonio Santano. Editorial Olifante. Zaragoza 2021.

__________________________________



Por Paloma Fernández Gomá




El poeta y crítico literario José Antonio Santano nos presenta su nueva obra editada en tierras aragonesas con acento andaluz: Madre lluvia. Un libro de poemas que aproximan los recuerdos del poeta hacia su madre, desde su admiración. El afecto hacia su progenitora eleva el contenido de los versos, siempre sugerentes, transparentes y acertados; trazando una sincronía de tiempo y acontecimientos vividos por su madre. Vivencias que van marcando la existencia del propio poeta como coprotagonista. Su madre vivió la guerra y la posguerra , como muchos otros españoles, perdiendo parte de su familia en una contienda fratricida que produjo muchísimo dolor. Pero nuestro poeta se sobrepone al dolor; lo va dilatando en sus versos, hasta convivir con él y demarcar su campo de acción entre recuerdos, sensaciones, vivencias, ausencias y amor como regenerador de la convivencia.

La lluvia es un elemento regenerador que aparece en el libro como símbolo necesario para unir y transmitir. Identifica nuestro poeta la lluvia con su madre, para aproximarse a ella a través de  la huella limpia y fértil que supone la lluvia en los versos de José Antonio Santano.

El autor inicia el poemario con citas concernientes a la lluvia, de Ángel Valente, Pablo García Baena y Antonio Colinas.

José Antonio Santano es un poeta de calado con una trayectoria amplia y fructífera. Su poesía bebe de la fuente del humanismo y siempre está cerca del hombre y su esencia vital y trascendente  como persona, capaz de reconducir  la sociedad e intentar cambiar el mundo. Junto a otro escritores Santano es fundador del Movimiento Humanismo Solidario fundado en el año 2013 con ocasión de la primera gran crisis vivida en el siglo XXI.

Los versos  de Santano son  humanistas y cercanos, donde la figura de su madre es la lluvia necesaria para cambiar el mundo y acercar la conciencia hacia la solidaridad y el respeto al otro.

En la página 26 del libro leemos: La lluvia toda/ su voz en la azotea,/ en el patio y los geranios,/ aletea como una mariposa/ de múltiples colores por la estancia,/un río en los ventanales/ corriente abajo/ regresa,/ en murmullo de sílabas/ al tiempo de la historia/ sigilosamente,/ de puntillas pasa la hierba,/ su frágil cuerpo acomoda,/ azulan los recuerdos en la sala,/ el retrato de una joven relumbra/ en el silencio/ lento vuela/ monocorde el sonido de campanas,/ también de los espíritus,/ la lluvia que no cesa. 

Página 29. En otoño/ los amantes se sueñan/ y un temblor de cuerpos/ se oculta en la noche/ por la lluvia invocados/y la negrura del miedo..

Página 33. Madre lluvia/ que humedece las mejillas/ y sabe a sal y sangre/ y a derrota/después de aquel temblor/ primero y naciente/ llegado el invierno a los caminos/ y a los campos de olivos,/ como si nada existiera/ en la alcoba/ desolada de la ausencia,/repetida y fría como el hielo/ que se hospeda en la mirada/ que otea el horizonte/ y nada ve y todo extraña.

La ausencia de la madre deja un espacio de vacío que el poeta no puede llenar con palabras. Es un salto mortal imposible de afrontar que te deja: un grito vacío en los muebles oscuros de la sala lejana en la puerta palabras que las noches de estío se tragaron de un golpe de regreso a la lluvia.

Las calles y plazas del pueblo, los muebles de la casa y hasta la lluvia recobran vida llaman a la ausencia sentida que se muestra en este libro. La ausencia de la madre son su dolor y el amor, junto  al recuerdo y la añoranza.

Nuestro poeta describe en su poemario la figura de su madre alentando su vida. La lluvia fértil y necesaria que le ayudó a crecer.

La sincronía y similitud entre madre y lluvia son eje y cuerpo en torno al que gira el libro. Los versos escalan las sensaciones vertidas por el poeta y a las que el lector se aproxima llegando a la máxima del libro: identificar madre y lluvia como dualidad única que genera protección, amor y sendero que nos conduce en la vida.

El hombre es el auténtico protagonista, capaz de llegar y asombrar con sus versos fraternos, transmitiendo los valores inculcados por su madre.

Un libro y un poeta unánimes, necesarios para recuperar valores sociales desde la convivencia.

En el epílogo leemos: Nuevamente la lluvia por su pálido rostro en rumor de silencios y una leve sonrisa.

José Antonio Santano nace en Baena en 1957 es poeta, ensayista y crítico literario. También publica narrativa. El Excmo. Ayuntamiento de Baena ha creado en 2021 el Premio Internacional de Poesía Joven “José Antonio Santano”.

Blogs: http://elolivardelaluna.blogspot.com/

  En este enlace podrán ver y consultar la obra del escritor y poeta José Antonio Santano.


Madre lluvia.

Editorial:
OLIFANTE
Año de edición:
Materia
Poesía
ISBN:
978-84-122535-5-9
Páginas:
100
Colección:

OLIFANTE EDICIONES DE POESIA

ZÉJELES DE ALBORADA




SALÓN DE LECTURA
Por José Antonio Santano



Zéjeles de Alborada

Recibe uno con alborozo cada libro que llega a su morada, que no es otra que la biblioteca personal. Libros los hay para todos los gustos, pero tratándose de poesía y si esta, además, viene avalada por la experiencia vivificadora y la emoción latente de su expresión más sublime y bella, que bebe de la más grande tradición andalusí como es el zéjel en su forma más popular de un estribillo de dos versos, a los que siguen otros tres con distinta rima y un cuarto que muda, para finalizar con el estribillo, la satisfacción es mayor. 
Dicho lo cual conviene decir que su autora, la poeta residente en Algeciras, Paloma Fernández Gomá, ha conseguido crear un texto, “Zéjeles de alborada”, que nos transporta a ese tiempo de Al-Andalus, en el cual la poesía formaba parte de la cultura, de la vida. Fernández Gomá es una poeta de la luz y la memoria, y gusta de adentrarse en las formas tradicionales de igual forma que experimenta otras nuevas, propias del tiempo que le ha tocado vivir. 

Los zéjeles que nos presenta en este libro son un total de diecisiete, rigurosos en su forma y en su fondo, donde el tema central es el ruiseñor, construyendo así un discurso en el cual la Naturaleza y lo vivido forman un corpus sólido y existencial, interiorizado y hondo a su vez. 

PALOMA FERNÁNDEZ GOMÁ
RESEÑA EN EL PERIÓDICO IDEAL, CRÓNICA LITERARIA  POR JOSÉ ANTONIO SANTANO



Es esa mirada atenta y reflexiva, esa luz que no cesa, como así lo fue en su anterior entrega poética, al titular su obra “Iris”, que su autora templa, y que recorre las esencias de la vida, los detalles de la cotidianidad, siempre desde la palabra y el hálito de los silencios que la contienen:

«El destello que se filtra en la mirada
y el hueco de la luz en el iris
siempre permanecen
en una vigilia continua
de múltiples connotaciones
que jamás se ausentan…».

Paloma Fernández, en su camino hacia la otra luz, nos convoca ahora a vivir un tiempo pasado, un tiempo que sabe a miel, como así saben estos “Zéjeles´de alborada”. Traspasar la frontera y refugiarnos en la palabra precisa, en la belleza del verso rimado:

«Trinos de melancolía
con esperanza tardía.
En abril ecos lejanos
de los surcos arcanos
cubren lugares montanos,
sutilmente amanecía.
Trinos de melancolía
con esperanza tardía».

La palabra en una música que nos llega de Al-andalus y que aún resiste y vuela hasta el cielo de esta patria madrastra, y que Fernández Gomá preserva y restituye del olvido:
«Hoja de almendro vacía
del ruiseñor que huía.
Alborada del Estrecho,
furtiva voz de helecho,
tú habitas en mi pecho,
raíz de Andalucía.
Hoja de almendro vacía
del ruiseñor que huía».
Así son estos zéjeles, traducidos también al árabe por Chakib Chairi en este libro, y así también la palabra de su prologuista, el hispanista y profesor de la Universidad de Nador, Aziz Amahjour, cuando escribe: «El libro en su totalidad es un festín de sonido, de melodía y canto. Fruto, sin duda, de un riguroso cuidado -pero que no parece nada forzado- de la estructura del zéjel y de su metro». Con este libro, no cabe duda que nuestra poeta recupera no solo la tradición popular del zéjel, sino que rescata para las nuevas generaciones, una forma de expresividad que incita al amor a la Naturaleza y a su más grande creación: el hombre en su sentido más amplio.



Título: Zéjeles de alborada
Autor: Paloma Fernández Gomá
Editorial: Imagenta (Tarifa, 2019)






Espacios Oblicuos, Paloma Fernández Gomá.









ESPACIOS OBLICUOS


                  La palabra poética en su esencia, desnuda, antagónica, surrealista, descubridora de luces y sombras, sin artificios que distraigan su verdad, alentadora, alada, emotiva y evocadora, son aspectos que distinguen o hacen singular a Paloma Fernández Gomá, poeta nacida en Madrid en la década de los cincuenta y algecireña de adopción. Una larga y fructífera trayectoria avalan su poesía, con más de una decena de libros publicados. En esta última entrega «Espacios oblicuos» se confirma su condición de poeta de las dos orillas, pues en su obra está bien presente toda referencia al universo hispano-marroquí. Esa dualidad, y en consecuencia, ese desdoblamiento poético permiten a Fernández Gomá tener un visión más enriquecedora del mundo en el que vive, y, por supuesto, detentar una mayor capacidad para la solidaridad y fraternidad humanas. En ese juego de intercambio y mestizaje encuentra Paloma Fernández Gomá su voz, libre y desnuda de todo artificio, esencial en su forma y en su fondo, y que podemos comprobar desde el primer poema de los 32 que componen este libro, titulado “Cenital” y del que reproducimos algunos versos: «Súbitamente se desvanecerán todas las incógnitas / y se abrirá la senda del agua / perfilando una ruta interminable / encaminada hacia los altares / donde es anunciada la aventura del reencuentro». Del reencuentro con la vida a través de los tiempos, de los siglos de existencia humana, del viaje de ida y vuelta a nuestras raíces mediterráneas, como así la poeta lo describe en los poemas “Vínculos”, “Las dos orillas” y, cómo no, en “La senda del agua” ya citada: «La otra orilla, camino obligado / que cruza el Estrecho / nos espera con su rellano de luz». Sentimiento y razón para mostrar el camino hacia la libertad y la luz de los silencios, la fuerza del viento para vivir el instante hasta desfallecer si es preciso, y el poder de la palabra para seducirnos con su poesía, simbolizada en unos ángeles poemáticos muy especiales: «del ocaso, de añil, del alba, de la tarde, del encuentro, azul». De «Ángel zul», precisamente seleccionamos estos versos: «Y fue el ángel azul, el que ilumina las distancias / desde el fecundo faro de los espacios». Porque a Fernández Gomá ya no le bastan sólo los espacios verticales u horizontes, no, va más allá, se abisma en las profundidades para crear otros universos, ahora, oblicuos, diagonales, cruzados, transversales para aprehender de ellos lo esencial de la vida. Y para ello, nos conducirá hasta Tetuán o “Las hespérides”, al laberinto colorista del “Zoco” («Múltiples recovecos conducen al centro, / círculos convergentes intuyen el objetivo: / la púrpura extensa, / el cilantro, / brazaletes de color, / plata cincelada, / arte de curtidores y alfareros, / perfumes de jazmín y azahar…», a Fez, “Tánger”, al “Atardecer en Larache” o a “Chauen”, para concluir en el “Puerto de Algeciras” («Este ir y venir de pasajeros, / de equipajes, / de mercancias». La poesía como razón de vida, como espacio de vida compartida, abierta al otro en ese camino hacia el horizonte, convergente con la Naturaleza, pensada en clave de hermandad. Esta es, aunque con elementos surrealistas reiterados, la poética de Paloma Fernández Gomá, y en este sentido, hallamos estos versos del poema “A un roble envejecido”: «A dónde fueron los pájaros que poblaron / de trinos tu sombra. / Qué fue de tu savia fecunda, / aquélla que anegó el viento / de efluvios ancestrales». También el tiempo ocupa un lugar destacado en la poesía de Fernández Gomá, ese transcurrir de la vida ajustada a las manecillas del reloj, al ayer y al mañana, la monotonía de los días y las noches: «Todo se vuelve tiempo transcurrido, holocausto / de nuestros días, desvelando el índice perdido / de la existencia, negándose a sí misma, su origen».
La proliferación del gerundio y el predominio de sustantivos y adjetivos proporcionan una adecuada solidez constructiva al poemario, tanto en su aspecto sintáctico como semántico. Para concluir diremos que la clave tal vez resida íntegramente en el poema titulado “Plegaria de Fuego”, concretamente en los siguientes versos: «Existe una razón que dirime todos los espacios oblicuos, / socavando las estrías convergentes que el viento / hace ondear desde las costas más lejanas / hasta la orilla temprana del salitre, / ventana diáfana, / tras las huellas invictas de las aves / o el clmaro de los hijos de Gea». El cosmos en toda su grandeza y la poeta frente a frente, como espacio oblicuo, vivo, como lo es el verso de Paloma Fernández Gomá.


Título: Espacios oblicuos
Autor: Paloma Fernández Gomá


Editorial: Devenir (Madrid, 2015)

Espacios Oblicuos, Paloma Fernández Gomá.









ESPACIOS OBLICUOS


                  La palabra poética en su esencia, desnuda, antagónica, surrealista, descubridora de luces y sombras, sin artificios que distraigan su verdad, alentadora, alada, emotiva y evocadora, son aspectos que distinguen o hacen singular a Paloma Fernández Gomá, poeta nacida en Madrid en la década de los cincuenta y algecireña de adopción. Una larga y fructífera trayectoria avalan su poesía, con más de una decena de libros publicados. En esta última entrega «Espacios oblicuos» se confirma su condición de poeta de las dos orillas, pues en su obra está bien presente toda referencia al universo hispano-marroquí. Esa dualidad, y en consecuencia, ese desdoblamiento poético permiten a Fernández Gomá tener un visión más enriquecedora del mundo en el que vive, y, por supuesto, detentar una mayor capacidad para la solidaridad y fraternidad humanas. En ese juego de intercambio y mestizaje encuentra Paloma Fernández Gomá su voz, libre y desnuda de todo artificio, esencial en su forma y en su fondo, y que podemos comprobar desde el primer poema de los 32 que componen este libro, titulado “Cenital” y del que reproducimos algunos versos: «Súbitamente se desvanecerán todas las incógnitas / y se abrirá la senda del agua / perfilando una ruta interminable / encaminada hacia los altares / donde es anunciada la aventura del reencuentro». Del reencuentro con la vida a través de los tiempos, de los siglos de existencia humana, del viaje de ida y vuelta a nuestras raíces mediterráneas, como así la poeta lo describe en los poemas “Vínculos”, “Las dos orillas” y, cómo no, en “La senda del agua” ya citada: «La otra orilla, camino obligado / que cruza el Estrecho / nos espera con su rellano de luz». Sentimiento y razón para mostrar el camino hacia la libertad y la luz de los silencios, la fuerza del viento para vivir el instante hasta desfallecer si es preciso, y el poder de la palabra para seducirnos con su poesía, simbolizada en unos ángeles poemáticos muy especiales: «del ocaso, de añil, del alba, de la tarde, del encuentro, azul». De «Ángel zul», precisamente seleccionamos estos versos: «Y fue el ángel azul, el que ilumina las distancias / desde el fecundo faro de los espacios». Porque a Fernández Gomá ya no le bastan sólo los espacios verticales u horizontes, no, va más allá, se abisma en las profundidades para crear otros universos, ahora, oblicuos, diagonales, cruzados, transversales para aprehender de ellos lo esencial de la vida. Y para ello, nos conducirá hasta Tetuán o “Las hespérides”, al laberinto colorista del “Zoco” («Múltiples recovecos conducen al centro, / círculos convergentes intuyen el objetivo: / la púrpura extensa, / el cilantro, / brazaletes de color, / plata cincelada, / arte de curtidores y alfareros, / perfumes de jazmín y azahar…», a Fez, “Tánger”, al “Atardecer en Larache” o a “Chauen”, para concluir en el “Puerto de Algeciras” («Este ir y venir de pasajeros, / de equipajes, / de mercancias». La poesía como razón de vida, como espacio de vida compartida, abierta al otro en ese camino hacia el horizonte, convergente con la Naturaleza, pensada en clave de hermandad. Esta es, aunque con elementos surrealistas reiterados, la poética de Paloma Fernández Gomá, y en este sentido, hallamos estos versos del poema “A un roble envejecido”: «A dónde fueron los pájaros que poblaron / de trinos tu sombra. / Qué fue de tu savia fecunda, / aquélla que anegó el viento / de efluvios ancestrales». También el tiempo ocupa un lugar destacado en la poesía de Fernández Gomá, ese transcurrir de la vida ajustada a las manecillas del reloj, al ayer y al mañana, la monotonía de los días y las noches: «Todo se vuelve tiempo transcurrido, holocausto / de nuestros días, desvelando el índice perdido / de la existencia, negándose a sí misma, su origen».
La proliferación del gerundio y el predominio de sustantivos y adjetivos proporcionan una adecuada solidez constructiva al poemario, tanto en su aspecto sintáctico como semántico. Para concluir diremos que la clave tal vez resida íntegramente en el poema titulado “Plegaria de Fuego”, concretamente en los siguientes versos: «Existe una razón que dirime todos los espacios oblicuos, / socavando las estrías convergentes que el viento / hace ondear desde las costas más lejanas / hasta la orilla temprana del salitre, / ventana diáfana, / tras las huellas invictas de las aves / o el clmaro de los hijos de Gea». El cosmos en toda su grandeza y la poeta frente a frente, como espacio oblicuo, vivo, como lo es el verso de Paloma Fernández Gomá.


Título: Espacios oblicuos
Autor: Paloma Fernández Gomá


Editorial: Devenir (Madrid, 2015)

Espacios oblicuos. Paloma Fernández Gomá.









ESPACIOS OBLICUOS


                  La palabra poética en su esencia, desnuda, antagónica, surrealista, descubridora de luces y sombras, sin artificios que distraigan su verdad, alentadora, alada, emotiva y evocadora, son aspectos que distinguen o hacen singular a Paloma Fernández Gomá, poeta nacida en Madrid en la década de los cincuenta y algecireña de adopción. Una larga y fructífera trayectoria avalan su poesía, con más de una decena de libros publicados. En esta última entrega «Espacios oblicuos» se confirma su condición de poeta de las dos orillas, pues en su obra está bien presente toda referencia al universo hispano-marroquí. Esa dualidad, y en consecuencia, ese desdoblamiento poético permiten a Fernández Gomá tener un visión más enriquecedora del mundo en el que vive, y, por supuesto, detentar una mayor capacidad para la solidaridad y fraternidad humanas. En ese juego de intercambio y mestizaje encuentra Paloma Fernández Gomá su voz, libre y desnuda de todo artificio, esencial en su forma y en su fondo, y que podemos comprobar desde el primer poema de los 32 que componen este libro, titulado “Cenital” y del que reproducimos algunos versos: «Súbitamente se desvanecerán todas las incógnitas / y se abrirá la senda del agua / perfilando una ruta interminable / encaminada hacia los altares / donde es anunciada la aventura del reencuentro». Del reencuentro con la vida a través de los tiempos, de los siglos de existencia humana, del viaje de ida y vuelta a nuestras raíces mediterráneas, como así la poeta lo describe en los poemas “Vínculos”, “Las dos orillas” y, cómo no, en “La senda del agua” ya citada: «La otra orilla, camino obligado / que cruza el Estrecho / nos espera con su rellano de luz». Sentimiento y razón para mostrar el camino hacia la libertad y la luz de los silencios, la fuerza del viento para vivir el instante hasta desfallecer si es preciso, y el poder de la palabra para seducirnos con su poesía, simbolizada en unos ángeles poemáticos muy especiales: «del ocaso, de añil, del alba, de la tarde, del encuentro, azul». De «Ángel zul», precisamente seleccionamos estos versos: «Y fue el ángel azul, el que ilumina las distancias / desde el fecundo faro de los espacios». Porque a Fernández Gomá ya no le bastan sólo los espacios verticales u horizontes, no, va más allá, se abisma en las profundidades para crear otros universos, ahora, oblicuos, diagonales, cruzados, transversales para aprehender de ellos lo esencial de la vida. Y para ello, nos conducirá hasta Tetuán o “Las hespérides”, al laberinto colorista del “Zoco” («Múltiples recovecos conducen al centro, / círculos convergentes intuyen el objetivo: / la púrpura extensa, / el cilantro, / brazaletes de color, / plata cincelada, / arte de curtidores y alfareros, / perfumes de jazmín y azahar…», a Fez, “Tánger”, al “Atardecer en Larache” o a “Chauen”, para concluir en el “Puerto de Algeciras” («Este ir y venir de pasajeros, / de equipajes, / de mercancias». La poesía como razón de vida, como espacio de vida compartida, abierta al otro en ese camino hacia el horizonte, convergente con la Naturaleza, pensada en clave de hermandad. Esta es, aunque con elementos surrealistas reiterados, la poética de Paloma Fernández Gomá, y en este sentido, hallamos estos versos del poema “A un roble envejecido”: «A dónde fueron los pájaros que poblaron / de trinos tu sombra. / Qué fue de tu savia fecunda, / aquélla que anegó el viento / de efluvios ancestrales». También el tiempo ocupa un lugar destacado en la poesía de Fernández Gomá, ese transcurrir de la vida ajustada a las manecillas del reloj, al ayer y al mañana, la monotonía de los días y las noches: «Todo se vuelve tiempo transcurrido, holocausto / de nuestros días, desvelando el índice perdido / de la existencia, negándose a sí misma, su origen».
La proliferación del gerundio y el predominio de sustantivos y adjetivos proporcionan una adecuada solidez constructiva al poemario, tanto en su aspecto sintáctico como semántico. Para concluir diremos que la clave tal vez resida íntegramente en el poema titulado “Plegaria de Fuego”, concretamente en los siguientes versos: «Existe una razón que dirime todos los espacios oblicuos, / socavando las estrías convergentes que el viento / hace ondear desde las costas más lejanas / hasta la orilla temprana del salitre, / ventana diáfana, / tras las huellas invictas de las aves / o el clmaro de los hijos de Gea». El cosmos en toda su grandeza y la poeta frente a frente, como espacio oblicuo, vivo, como lo es el verso de Paloma Fernández Gomá.


Título: Espacios oblicuos
Autor: Paloma Fernández Gomá


Editorial: Devenir (Madrid, 2015)

Espacios oblicuos. Paloma Fernández Gomá.









ESPACIOS OBLICUOS


                  La palabra poética en su esencia, desnuda, antagónica, surrealista, descubridora de luces y sombras, sin artificios que distraigan su verdad, alentadora, alada, emotiva y evocadora, son aspectos que distinguen o hacen singular a Paloma Fernández Gomá, poeta nacida en Madrid en la década de los cincuenta y algecireña de adopción. Una larga y fructífera trayectoria avalan su poesía, con más de una decena de libros publicados. En esta última entrega «Espacios oblicuos» se confirma su condición de poeta de las dos orillas, pues en su obra está bien presente toda referencia al universo hispano-marroquí. Esa dualidad, y en consecuencia, ese desdoblamiento poético permiten a Fernández Gomá tener un visión más enriquecedora del mundo en el que vive, y, por supuesto, detentar una mayor capacidad para la solidaridad y fraternidad humanas. En ese juego de intercambio y mestizaje encuentra Paloma Fernández Gomá su voz, libre y desnuda de todo artificio, esencial en su forma y en su fondo, y que podemos comprobar desde el primer poema de los 32 que componen este libro, titulado “Cenital” y del que reproducimos algunos versos: «Súbitamente se desvanecerán todas las incógnitas / y se abrirá la senda del agua / perfilando una ruta interminable / encaminada hacia los altares / donde es anunciada la aventura del reencuentro». Del reencuentro con la vida a través de los tiempos, de los siglos de existencia humana, del viaje de ida y vuelta a nuestras raíces mediterráneas, como así la poeta lo describe en los poemas “Vínculos”, “Las dos orillas” y, cómo no, en “La senda del agua” ya citada: «La otra orilla, camino obligado / que cruza el Estrecho / nos espera con su rellano de luz». Sentimiento y razón para mostrar el camino hacia la libertad y la luz de los silencios, la fuerza del viento para vivir el instante hasta desfallecer si es preciso, y el poder de la palabra para seducirnos con su poesía, simbolizada en unos ángeles poemáticos muy especiales: «del ocaso, de añil, del alba, de la tarde, del encuentro, azul». De «Ángel zul», precisamente seleccionamos estos versos: «Y fue el ángel azul, el que ilumina las distancias / desde el fecundo faro de los espacios». Porque a Fernández Gomá ya no le bastan sólo los espacios verticales u horizontes, no, va más allá, se abisma en las profundidades para crear otros universos, ahora, oblicuos, diagonales, cruzados, transversales para aprehender de ellos lo esencial de la vida. Y para ello, nos conducirá hasta Tetuán o “Las hespérides”, al laberinto colorista del “Zoco” («Múltiples recovecos conducen al centro, / círculos convergentes intuyen el objetivo: / la púrpura extensa, / el cilantro, / brazaletes de color, / plata cincelada, / arte de curtidores y alfareros, / perfumes de jazmín y azahar…», a Fez, “Tánger”, al “Atardecer en Larache” o a “Chauen”, para concluir en el “Puerto de Algeciras” («Este ir y venir de pasajeros, / de equipajes, / de mercancias». La poesía como razón de vida, como espacio de vida compartida, abierta al otro en ese camino hacia el horizonte, convergente con la Naturaleza, pensada en clave de hermandad. Esta es, aunque con elementos surrealistas reiterados, la poética de Paloma Fernández Gomá, y en este sentido, hallamos estos versos del poema “A un roble envejecido”: «A dónde fueron los pájaros que poblaron / de trinos tu sombra. / Qué fue de tu savia fecunda, / aquélla que anegó el viento / de efluvios ancestrales». También el tiempo ocupa un lugar destacado en la poesía de Fernández Gomá, ese transcurrir de la vida ajustada a las manecillas del reloj, al ayer y al mañana, la monotonía de los días y las noches: «Todo se vuelve tiempo transcurrido, holocausto / de nuestros días, desvelando el índice perdido / de la existencia, negándose a sí misma, su origen».
La proliferación del gerundio y el predominio de sustantivos y adjetivos proporcionan una adecuada solidez constructiva al poemario, tanto en su aspecto sintáctico como semántico. Para concluir diremos que la clave tal vez resida íntegramente en el poema titulado “Plegaria de Fuego”, concretamente en los siguientes versos: «Existe una razón que dirime todos los espacios oblicuos, / socavando las estrías convergentes que el viento / hace ondear desde las costas más lejanas / hasta la orilla temprana del salitre, / ventana diáfana, / tras las huellas invictas de las aves / o el clmaro de los hijos de Gea». El cosmos en toda su grandeza y la poeta frente a frente, como espacio oblicuo, vivo, como lo es el verso de Paloma Fernández Gomá.


Título: Espacios oblicuos
Autor: Paloma Fernández Gomá


Editorial: Devenir (Madrid, 2015)

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986