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Umbrales de otoño. MARILUZ ESCRIBANO PUEO.





UMBRALES DE OTOÑO


Como el otoño, que sugiere lluvias y soledades, la voz de la poeta granadina Mariluz Escribano nos envuelve del verso sentido, acogido en la calidez del vientre y el pecho de una madre, que mima y cuida, en este caso la palabra escrita. Esto me recuerda que tiempo atrás tuve la suerte de leer un bellísimo poema suyo publicado en la colección «Cuadernos del Tamarit», dirigida por el también poeta Juan de Loxa, con el título «Desde un mar de silencio», obsequio de quien es la encargada del estudio preliminar del libro que reseñamos, «Umbrales de otoño», la profesora Remedios Sánchez García. Si en aquella ocasión aquel único poema mostraba el buen oficio de Escribano, con esa cálida voz que alentaba cada verso, producto de la emoción y la evocación de un tiempo pretérito, siendo la madre, el centro de su universo poético («el amor fue mi casa, / quiero decir mi madre, / nuevamente con esa voz cálida y serena, propia de quien sabe añadir a los acon sus andares lentos…»), y no menos la soledad («Detrás de los visillos silenciosos y albos, […],/ habitaba la luz insomne de mi madre, / su silencio de flor, / su soledad de pájaro»), en «Umbrales de otoño» nos reencontramos ños sabiduría y experiencia, ese tono o armonía de la alquimia depurada en la soledad y el silencio de las noches y los días. Dice la profesora Remedios Sánchez que «Escribano traza sus versos, tanto en esta obra como en las demás, desde el yo más profundo, desde un aislamiento no siempre deseado pero que es una realidad ineluctable… –para añadir a continuación- Escribe desde una soledad que no es sonora, desmenuzando recuerdos, porque ella ama el silencio» Y, ciertamente, la poeta granadina desempolva el pasado y lo muestra en su desnudez de tiempo aprehendido. El tono elegíaco cuando escribe y piensa en la figura de la madre, a la que vuelve en este poemario, como en la del padre («Camino con mi padre. […] Y todo pasa y llega de su mano, / y a mi infancia regresa / el calor confortable de su sangre»). 



El reencuentro con la infancia, aquellos días vividos en orfandad tras el fusilamiento de su padre, ordenado por el comandante Valdés (el mismo que llevó a cabo el fusilamiento de García Lorca). La poesía de Mariluz Escribano bebe de las cosas sencillas, de la naturaleza y la vida que le rodea, silenciosa y solitaria a la vez («Soledades te doy para evitar tristezas»), pero muy enriquecedora. Desde el intimismo más profundo ha sabido crear un mundo propio, un universo donde la palabra brilla como una gran estrella en el firmamento. Escribano Pueo es la amiga incondicional y se entrega tal es. Surge una y otra vez el otoño como símbolo de lluvias silenciosas de soledad, el otoño vive en la poeta, como la poesía vive en su ser entero: «Como ayer, hace un año, el otoño era el mismo, / repetida tristeza que unía nuestras manos, / con iguales preguntas y un fuerte desaliento, / suave desesperanza que ya sólo es recuerdo». La invaden los recuerdos y se adensa la nostalgia en torno al verso que construye serenamente, desde su propio silencio. Sin lugar a duda alguna, Mariluz Escribano, es una voz poética diferente, y auténtica.



Título: Umbrales de otoño
Autora:Mariluz Escribano Pueo
Edita: Hiperión (Madrid, 2013)
10 €


SALÓN DE LECTURA ____________________________Por José Antonio Santano

Umbrales de otoño. MARILUZ ESCRIBANO PUEO.





UMBRALES DE OTOÑO


Como el otoño, que sugiere lluvias y soledades, la voz de la poeta granadina Mariluz Escribano nos envuelve del verso sentido, acogido en la calidez del vientre y el pecho de una madre, que mima y cuida, en este caso la palabra escrita. Esto me recuerda que tiempo atrás tuve la suerte de leer un bellísimo poema suyo publicado en la colección «Cuadernos del Tamarit», dirigida por el también poeta Juan de Loxa, con el título «Desde un mar de silencio», obsequio de quien es la encargada del estudio preliminar del libro que reseñamos, «Umbrales de otoño», la profesora Remedios Sánchez García. Si en aquella ocasión aquel único poema mostraba el buen oficio de Escribano, con esa cálida voz que alentaba cada verso, producto de la emoción y la evocación de un tiempo pretérito, siendo la madre, el centro de su universo poético («el amor fue mi casa, / quiero decir mi madre, / nuevamente con esa voz cálida y serena, propia de quien sabe añadir a los acon sus andares lentos…»), y no menos la soledad («Detrás de los visillos silenciosos y albos, […],/ habitaba la luz insomne de mi madre, / su silencio de flor, / su soledad de pájaro»), en «Umbrales de otoño» nos reencontramos ños sabiduría y experiencia, ese tono o armonía de la alquimia depurada en la soledad y el silencio de las noches y los días. Dice la profesora Remedios Sánchez que «Escribano traza sus versos, tanto en esta obra como en las demás, desde el yo más profundo, desde un aislamiento no siempre deseado pero que es una realidad ineluctable… –para añadir a continuación- Escribe desde una soledad que no es sonora, desmenuzando recuerdos, porque ella ama el silencio» Y, ciertamente, la poeta granadina desempolva el pasado y lo muestra en su desnudez de tiempo aprehendido. El tono elegíaco cuando escribe y piensa en la figura de la madre, a la que vuelve en este poemario, como en la del padre («Camino con mi padre. […] Y todo pasa y llega de su mano, / y a mi infancia regresa / el calor confortable de su sangre»). 



El reencuentro con la infancia, aquellos días vividos en orfandad tras el fusilamiento de su padre, ordenado por el comandante Valdés (el mismo que llevó a cabo el fusilamiento de García Lorca). La poesía de Mariluz Escribano bebe de las cosas sencillas, de la naturaleza y la vida que le rodea, silenciosa y solitaria a la vez («Soledades te doy para evitar tristezas»), pero muy enriquecedora. Desde el intimismo más profundo ha sabido crear un mundo propio, un universo donde la palabra brilla como una gran estrella en el firmamento. Escribano Pueo es la amiga incondicional y se entrega tal es. Surge una y otra vez el otoño como símbolo de lluvias silenciosas de soledad, el otoño vive en la poeta, como la poesía vive en su ser entero: «Como ayer, hace un año, el otoño era el mismo, / repetida tristeza que unía nuestras manos, / con iguales preguntas y un fuerte desaliento, / suave desesperanza que ya sólo es recuerdo». La invaden los recuerdos y se adensa la nostalgia en torno al verso que construye serenamente, desde su propio silencio. Sin lugar a duda alguna, Mariluz Escribano, es una voz poética diferente, y auténtica.



Título: Umbrales de otoño
Autora: Mariluz Escribano Pueo
Edita: Hiperión (Madrid, 2013)
10 €


SALÓN DE LECTURA ____________________________Por José Antonio Santano

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986