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EL ZAGUÁN. CÉSAR MALDONADO




EL ZAGUÁN


Resulta que a veces te sorprende la música de un verso en la cálida voz de un ser humano, de un joven que nos descubre los silencios y la soledad, la vida misma con una sinfonía única, que nos deleita y nos hace reflexionar también hasta límites insospechados. Es la música de los días, de la cotidianidad que surge con el temblor de los acordes y la agridulce melodía de las palabras escritas sobre el papel y que el vuelo de las manos, como un regalo, depositan en nuestras pupilas y en nuestra alma. Es la voz armónica de un poeta músico que nos desvela la magia de la vida cuando todo es oscuridad y sombras, el desvalimiento, pero que resiste heroico ante la cruda realidad que rodea al ser humano. Sorprende, como digo, que un músico sea también o poeta, o viceversa, o tal vez sea lo uno y lo otro al mismo tiempo. Aunque “El zaguán” no es un libro propiamente dicho, sino un disco y su autor el almeriense César Maldonado (Almería, 1979), la lectura de los poemas-canciones se hace necesaria por su calidad y hondura poética. Son sus canciones (poemas) algo más que un lugar donde cobijarse del frío de la indiferencia o la soledad, el dolor o las guerras, son gritos que se alzan hasta la bóveda celeste, un temblor que nos invade y conmociona.



 Como la vida misma, pero versificada y cantada, la voz toda hecha alma y corazón. Poemas que nos hablan de momentos y cosas sencillas, del amor, de la soledad, de los silencios refugio del poeta, sus dudas y meditaciones en un mundo cada vez más alejado de la razón y el humanismo. Humanismo que el poeta-cantautor nos muestra en sus poemas, devolviéndonos así la dignidad perdida o sustraída, arrebatada en muchos casos. De esta manera el poeta está cercano, vive cada instante como si fuese el último, y ama, ama hasta quedar exhausto: «Regálame cualquier velada, / una tímida mañana, / el baila de tus labios / y el abrigo de tu cuerpo / para no tiritar / cuando intente rescatar / de tu blusa un poema (…) Miles de flores deshojadas a tu espalda, / miles de historias dormidas en tus brazos / y un cofre lleno de fantasías / donde guardo las notas que me escribías». Pero el poeta también se rebela contra la sinrazón y la estulticia del ser humano que arremete contra su igual hasta la destrucción, y es cuando determinante dice “No”, título de este poema de tanta actualidad aún y contra los “señores de la guerra y el poder”, : «No creeré en mi gobierno / si salvaguarda al fusil. / No creeré en mi bandera / si dispara a matar. / La libertad no es duradera / si la guía un batallón / de soldados y de aviones / que financiamos y nos matan / como a piezas de ajedrez». Aflora libertad, humanismo y solidaridad en los versos, en las canciones de este poeta y cantautor almeriense, cuya mirada esplendente va más allá de lo superficial y efímero, de lo mediático. Se agradece, sinceramente, en este tiempo de tanta mediocridad, que la palabra escrita, el verso sencillo y directo sea el más convincente de los argumentos para transformar la más deprimente realidad. La palabra como instrumento ineludible para cambiar, para soñar con un mundo más justo y equitativo. Aún a pesar de todo, el amor abrasa a la palabra hasta convertirla en el mejor aliado posible, en la mirada que va más allá del horizonte y se interna en la espesura del bosque para mirar de frente a la luz imperecedera, a la vida en su esencia: «Suéñame en tu vida, dame mil mañanas, / mírame de frente que sólo hay libertad / donde miras tú». Cuando la poesía y la música se funden en una misma voz, la del poeta César Maldonado, una luz deslumbradora incendia la tarde, todo se vuelve más claro y transparente, de forma que el tiempo espejea en lluvia de amorosa entrega. Poesía y música en el centro del universo, en la quietud de los anocheceres, cuando el salón es música toda y poesía en la voz de César Maldonado, que nos regala «aquellos versos / que esperaron en un libro / igual que espera el aire / a que un cuerpo lo respire: / sin hacerse de rogar, / sin buscarle utilidad / al mundo que habita».
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EL ZAGUÁN. CÉSAR MALDONADO




EL ZAGUÁN


Resulta que a veces te sorprende la música de un verso en la cálida voz de un ser humano, de un joven que nos descubre los silencios y la soledad, la vida misma con una sinfonía única, que nos deleita y nos hace reflexionar también hasta límites insospechados. Es la música de los días, de la cotidianidad que surge con el temblor de los acordes y la agridulce melodía de las palabras escritas sobre el papel y que el vuelo de las manos, como un regalo, depositan en nuestras pupilas y en nuestra alma. Es la voz armónica de un poeta músico que nos desvela la magia de la vida cuando todo es oscuridad y sombras, el desvalimiento, pero que resiste heroico ante la cruda realidad que rodea al ser humano. Sorprende, como digo, que un músico sea también o poeta, o viceversa, o tal vez sea lo uno y lo otro al mismo tiempo. Aunque “El zaguán” no es un libro propiamente dicho, sino un disco y su autor el almeriense César Maldonado (Almería, 1979), la lectura de los poemas-canciones se hace necesaria por su calidad y hondura poética. Son sus canciones (poemas) algo más que un lugar donde cobijarse del frío de la indiferencia o la soledad, el dolor o las guerras, son gritos que se alzan hasta la bóveda celeste, un temblor que nos invade y conmociona.



 Como la vida misma, pero versificada y cantada, la voz toda hecha alma y corazón. Poemas que nos hablan de momentos y cosas sencillas, del amor, de la soledad, de los silencios refugio del poeta, sus dudas y meditaciones en un mundo cada vez más alejado de la razón y el humanismo. Humanismo que el poeta-cantautor nos muestra en sus poemas, devolviéndonos así la dignidad perdida o sustraída, arrebatada en muchos casos. De esta manera el poeta está cercano, vive cada instante como si fuese el último, y ama, ama hasta quedar exhausto: «Regálame cualquier velada, / una tímida mañana, / el baila de tus labios / y el abrigo de tu cuerpo / para no tiritar / cuando intente rescatar / de tu blusa un poema (…) Miles de flores deshojadas a tu espalda, / miles de historias dormidas en tus brazos / y un cofre lleno de fantasías / donde guardo las notas que me escribías». Pero el poeta también se rebela contra la sinrazón y la estulticia del ser humano que arremete contra su igual hasta la destrucción, y es cuando determinante dice “No”, título de este poema de tanta actualidad aún y contra los “señores de la guerra y el poder”, : «No creeré en mi gobierno / si salvaguarda al fusil. / No creeré en mi bandera / si dispara a matar. / La libertad no es duradera / si la guía un batallón / de soldados y de aviones / que financiamos y nos matan / como a piezas de ajedrez». Aflora libertad, humanismo y solidaridad en los versos, en las canciones de este poeta y cantautor almeriense, cuya mirada esplendente va más allá de lo superficial y efímero, de lo mediático. Se agradece, sinceramente, en este tiempo de tanta mediocridad, que la palabra escrita, el verso sencillo y directo sea el más convincente de los argumentos para transformar la más deprimente realidad. La palabra como instrumento ineludible para cambiar, para soñar con un mundo más justo y equitativo. Aún a pesar de todo, el amor abrasa a la palabra hasta convertirla en el mejor aliado posible, en la mirada que va más allá del horizonte y se interna en la espesura del bosque para mirar de frente a la luz imperecedera, a la vida en su esencia: «Suéñame en tu vida, dame mil mañanas, / mírame de frente que sólo hay libertad / donde miras tú». Cuando la poesía y la música se funden en una misma voz, la del poeta César Maldonado, una luz deslumbradora incendia la tarde, todo se vuelve más claro y transparente, de forma que el tiempo espejea en lluvia de amorosa entrega. Poesía y música en el centro del universo, en la quietud de los anocheceres, cuando el salón es música toda y poesía en la voz de César Maldonado, que nos regala «aquellos versos / que esperaron en un libro / igual que espera el aire / a que un cuerpo lo respire: / sin hacerse de rogar, / sin buscarle utilidad / al mundo que habita».
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EL ZAGUÁN. CÉSAR MALDONADO




EL ZAGUÁN


Resulta que a veces te sorprende la música de un verso en la cálida voz de un ser humano, de un joven que nos descubre los silencios y la soledad, la vida misma con una sinfonía única, que nos deleita y nos hace reflexionar también hasta límites insospechados. Es la música de los días, de la cotidianidad que surge con el temblor de los acordes y la agridulce melodía de las palabras escritas sobre el papel y que el vuelo de las manos, como un regalo, depositan en nuestras pupilas y en nuestra alma. Es la voz armónica de un poeta músico que nos desvela la magia de la vida cuando todo es oscuridad y sombras, el desvalimiento, pero que resiste heroico ante la cruda realidad que rodea al ser humano. Sorprende, como digo, que un músico sea también o poeta, o viceversa, o tal vez sea lo uno y lo otro al mismo tiempo. Aunque “El zaguán” no es un libro propiamente dicho, sino un disco y su autor el almeriense César Maldonado (Almería, 1979), la lectura de los poemas-canciones se hace necesaria por su calidad y hondura poética. Son sus canciones (poemas) algo más que un lugar donde cobijarse del frío de la indiferencia o la soledad, el dolor o las guerras, son gritos que se alzan hasta la bóveda celeste, un temblor que nos invade y conmociona.



 Como la vida misma, pero versificada y cantada, la voz toda hecha alma y corazón. Poemas que nos hablan de momentos y cosas sencillas, del amor, de la soledad, de los silencios refugio del poeta, sus dudas y meditaciones en un mundo cada vez más alejado de la razón y el humanismo. Humanismo que el poeta-cantautor nos muestra en sus poemas, devolviéndonos así la dignidad perdida o sustraída, arrebatada en muchos casos. De esta manera el poeta está cercano, vive cada instante como si fuese el último, y ama, ama hasta quedar exhausto: «Regálame cualquier velada, / una tímida mañana, / el baila de tus labios / y el abrigo de tu cuerpo / para no tiritar / cuando intente rescatar / de tu blusa un poema (…) Miles de flores deshojadas a tu espalda, / miles de historias dormidas en tus brazos / y un cofre lleno de fantasías / donde guardo las notas que me escribías». Pero el poeta también se rebela contra la sinrazón y la estulticia del ser humano que arremete contra su igual hasta la destrucción, y es cuando determinante dice “No”, título de este poema de tanta actualidad aún y contra los “señores de la guerra y el poder”, : «No creeré en mi gobierno / si salvaguarda al fusil. / No creeré en mi bandera / si dispara a matar. / La libertad no es duradera / si la guía un batallón / de soldados y de aviones / que financiamos y nos matan / como a piezas de ajedrez». Aflora libertad, humanismo y solidaridad en los versos, en las canciones de este poeta y cantautor almeriense, cuya mirada esplendente va más allá de lo superficial y efímero, de lo mediático. Se agradece, sinceramente, en este tiempo de tanta mediocridad, que la palabra escrita, el verso sencillo y directo sea el más convincente de los argumentos para transformar la más deprimente realidad. La palabra como instrumento ineludible para cambiar, para soñar con un mundo más justo y equitativo. Aún a pesar de todo, el amor abrasa a la palabra hasta convertirla en el mejor aliado posible, en la mirada que va más allá del horizonte y se interna en la espesura del bosque para mirar de frente a la luz imperecedera, a la vida en su esencia: «Suéñame en tu vida, dame mil mañanas, / mírame de frente que sólo hay libertad / donde miras tú». Cuando la poesía y la música se funden en una misma voz, la del poeta César Maldonado, una luz deslumbradora incendia la tarde, todo se vuelve más claro y transparente, de forma que el tiempo espejea en lluvia de amorosa entrega. Poesía y música en el centro del universo, en la quietud de los anocheceres, cuando el salón es música toda y poesía en la voz de César Maldonado, que nos regala «aquellos versos / que esperaron en un libro / igual que espera el aire / a que un cuerpo lo respire: / sin hacerse de rogar, / sin buscarle utilidad / al mundo que habita».
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EL ZAGUÁN. CÉSAR MALDONADO




EL ZAGUÁN


Resulta que a veces te sorprende la música de un verso en la cálida voz de un ser humano, de un joven que nos descubre los silencios y la soledad, la vida misma con una sinfonía única, que nos deleita y nos hace reflexionar también hasta límites insospechados. Es la música de los días, de la cotidianidad que surge con el temblor de los acordes y la agridulce melodía de las palabras escritas sobre el papel y que el vuelo de las manos, como un regalo, depositan en nuestras pupilas y en nuestra alma. Es la voz armónica de un poeta músico que nos desvela la magia de la vida cuando todo es oscuridad y sombras, el desvalimiento, pero que resiste heroico ante la cruda realidad que rodea al ser humano. Sorprende, como digo, que un músico sea también o poeta, o viceversa, o tal vez sea lo uno y lo otro al mismo tiempo. Aunque “El zaguán” no es un libro propiamente dicho, sino un disco y su autor el almeriense César Maldonado (Almería, 1979), la lectura de los poemas-canciones se hace necesaria por su calidad y hondura poética. Son sus canciones (poemas) algo más que un lugar donde cobijarse del frío de la indiferencia o la soledad, el dolor o las guerras, son gritos que se alzan hasta la bóveda celeste, un temblor que nos invade y conmociona.



 Como la vida misma, pero versificada y cantada, la voz toda hecha alma y corazón. Poemas que nos hablan de momentos y cosas sencillas, del amor, de la soledad, de los silencios refugio del poeta, sus dudas y meditaciones en un mundo cada vez más alejado de la razón y el humanismo. Humanismo que el poeta-cantautor nos muestra en sus poemas, devolviéndonos así la dignidad perdida o sustraída, arrebatada en muchos casos. De esta manera el poeta está cercano, vive cada instante como si fuese el último, y ama, ama hasta quedar exhausto: «Regálame cualquier velada, / una tímida mañana, / el baila de tus labios / y el abrigo de tu cuerpo / para no tiritar / cuando intente rescatar / de tu blusa un poema (…) Miles de flores deshojadas a tu espalda, / miles de historias dormidas en tus brazos / y un cofre lleno de fantasías / donde guardo las notas que me escribías». Pero el poeta también se rebela contra la sinrazón y la estulticia del ser humano que arremete contra su igual hasta la destrucción, y es cuando determinante dice “No”, título de este poema de tanta actualidad aún y contra los “señores de la guerra y el poder”, : «No creeré en mi gobierno / si salvaguarda al fusil. / No creeré en mi bandera / si dispara a matar. / La libertad no es duradera / si la guía un batallón / de soldados y de aviones / que financiamos y nos matan / como a piezas de ajedrez». Aflora libertad, humanismo y solidaridad en los versos, en las canciones de este poeta y cantautor almeriense, cuya mirada esplendente va más allá de lo superficial y efímero, de lo mediático. Se agradece, sinceramente, en este tiempo de tanta mediocridad, que la palabra escrita, el verso sencillo y directo sea el más convincente de los argumentos para transformar la más deprimente realidad. La palabra como instrumento ineludible para cambiar, para soñar con un mundo más justo y equitativo. Aún a pesar de todo, el amor abrasa a la palabra hasta convertirla en el mejor aliado posible, en la mirada que va más allá del horizonte y se interna en la espesura del bosque para mirar de frente a la luz imperecedera, a la vida en su esencia: «Suéñame en tu vida, dame mil mañanas, / mírame de frente que sólo hay libertad / donde miras tú». Cuando la poesía y la música se funden en una misma voz, la del poeta César Maldonado, una luz deslumbradora incendia la tarde, todo se vuelve más claro y transparente, de forma que el tiempo espejea en lluvia de amorosa entrega. Poesía y música en el centro del universo, en la quietud de los anocheceres, cuando el salón es música toda y poesía en la voz de César Maldonado, que nos regala «aquellos versos / que esperaron en un libro / igual que espera el aire / a que un cuerpo lo respire: / sin hacerse de rogar, / sin buscarle utilidad / al mundo que habita».
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SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986