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Dos clásicos. José Antonio Santano



Nada mejor, en este tiempo de crisis generalizada, que un buen libro, o mejor dos libros, dos clásicos de la literatura universal de todos los tiempos. Un oasis representan, entre tanta vorágine, los libros “Un hombre acabado”, de Giovanni Papini y “W o el recuerdo de la infancia”, de Georges Perec, dos obras maestras que nos devuelven la fe en la literatura y en el hombre como creador de arte, ideas y pensamiento. Una vuelta a un humanismo depauperado por la desmedida ambición de los poderosos. Publicar en estos difíciles tiempos estos textos viene a confirmar que algunas editoriales: “Cálamo” en el primer caso y “Menoscuarto” en el segundo, apuestan por algo más que el simple beneficio empresarial –único objetivo de los grandes sellos editoriales-, es decir, afrontan el reto de competir en el mercado con productos de verdadera calidad literaria, un riesgo que difícilmente concurre en las más afamadas. “Un hombre acabado” es sin duda la obra maestra de Papini. 
Ha transcurrido mucho tiempo desde su primera edición (100 años), pero aún así es un libro imprescindible para entender la Europa del siglo XX. Papini es ese intelectual inconformista, renovador del pensamiento y las ideas transformadoras, representante de la vanguardia de su tiempo y, yo diría también, de nuestros días; escritor incansable y agitador de conciencias que supo, desde la libertad, crear un universo filosófico propio: «Queríamos trastornar la misma idea de la filosofía y dar al pensamiento las imágenes y el vuelo de la poesía; e inculcar en la poesía de los literatos una levadura, un fermento, una esencia de pensamiento […] y nosotros queríamos que fuera creadora (la filosofía) y que tomase parte en la obra de rehacer el mundo». George Perec es otro genio de las letras universales y “W o el recuerdo de la infancia” es una narración autobiográfica a través de dos relatos convergentes: la de una niño que crea una isla imaginaria llamada “W” y, por otro lado, los recuerdos vividos tras la Segunda Guerra Mundial y su posguerra, por ese mismo niño de ascendencia judía. 


Perec es un referente ineludible, uno de los grandes novelistas del siglo XX, y en este libro está presente como tal en cada una de sus páginas. En ellas sabe combinar las dos voces existentes para trasladarnos a una tierra imaginaria “W” unas veces, y otras, a la cruda realidad de los recuerdos infantiles. Y así, Perec escribe: «Pero la infancia no es nostalgia, terror, paraíso perdido ni Toisón de Oro, sino quizás horizonte, coordenadas a partir de las cuales podrían hallar sentido los ejes de mi vida». Con toda seguridad, dos clásicos de la literatura universal.

Dos clásicos. José Antonio Santano



Nada mejor, en este tiempo de crisis generalizada, que un buen libro, o mejor dos libros, dos clásicos de la literatura universal de todos los tiempos. Un oasis representan, entre tanta vorágine, los libros “Un hombre acabado”, de Giovanni Papini y “W o el recuerdo de la infancia”, de Georges Perec, dos obras maestras que nos devuelven la fe en la literatura y en el hombre como creador de arte, ideas y pensamiento. Una vuelta a un humanismo depauperado por la desmedida ambición de los poderosos. Publicar en estos difíciles tiempos estos textos viene a confirmar que algunas editoriales: “Cálamo” en el primer caso y “Menoscuarto” en el segundo, apuestan por algo más que el simple beneficio empresarial –único objetivo de los grandes sellos editoriales-, es decir, afrontan el reto de competir en el mercado con productos de verdadera calidad literaria, un riesgo que difícilmente concurre en las más afamadas. “Un hombre acabado” es sin duda la obra maestra de Papini. 
Ha transcurrido mucho tiempo desde su primera edición (100 años), pero aún así es un libro imprescindible para entender la Europa del siglo XX. Papini es ese intelectual inconformista, renovador del pensamiento y las ideas transformadoras, representante de la vanguardia de su tiempo y, yo diría también, de nuestros días; escritor incansable y agitador de conciencias que supo, desde la libertad, crear un universo filosófico propio: «Queríamos trastornar la misma idea de la filosofía y dar al pensamiento las imágenes y el vuelo de la poesía; e inculcar en la poesía de los literatos una levadura, un fermento, una esencia de pensamiento […] y nosotros queríamos que fuera creadora (la filosofía) y que tomase parte en la obra de rehacer el mundo». George Perec es otro genio de las letras universales y “W o el recuerdo de la infancia” es una narración autobiográfica a través de dos relatos convergentes: la de una niño que crea una isla imaginaria llamada “W” y, por otro lado, los recuerdos vividos tras la Segunda Guerra Mundial y su posguerra, por ese mismo niño de ascendencia judía. 


Perec es un referente ineludible, uno de los grandes novelistas del siglo XX, y en este libro está presente como tal en cada una de sus páginas. En ellas sabe combinar las dos voces existentes para trasladarnos a una tierra imaginaria “W” unas veces, y otras, a la cruda realidad de los recuerdos infantiles. Y así, Perec escribe: «Pero la infancia no es nostalgia, terror, paraíso perdido ni Toisón de Oro, sino quizás horizonte, coordenadas a partir de las cuales podrían hallar sentido los ejes de mi vida». Con toda seguridad, dos clásicos de la literatura universal.

Dos clásicos. Estación Sur



Nada mejor, en este tiempo de crisis generalizada, que un buen libro, o mejor dos libros, dos clásicos de la literatura universal de todos los tiempos. Un oasis representan, entre tanta vorágine, los libros “Un hombre acabado”, de Giovanni Papini y “W o el recuerdo de la infancia”, de Georges Perec, dos obras maestras que nos devuelven la fe en la literatura y en el hombre como creador de arte, ideas y pensamiento. Una vuelta a un humanismo depauperado por la desmedida ambición de los poderosos. Publicar en estos difíciles tiempos estos textos viene a confirmar que algunas editoriales: “Cálamo” en el primer caso y “Menoscuarto” en el segundo, apuestan por algo más que el simple beneficio empresarial –único objetivo de los grandes sellos editoriales-, es decir, afrontan el reto de competir en el mercado con productos de verdadera calidad literaria, un riesgo que difícilmente concurre en las más afamadas. “Un hombre acabado” es sin duda la obra maestra de Papini. 
Ha transcurrido mucho tiempo desde su primera edición (100 años), pero aún así es un libro imprescindible para entender la Europa del siglo XX. Papini es ese intelectual inconformista, renovador del pensamiento y las ideas transformadoras, representante de la vanguardia de su tiempo y, yo diría también, de nuestros días; escritor incansable y agitador de conciencias que supo, desde la libertad, crear un universo filosófico propio: «Queríamos trastornar la misma idea de la filosofía y dar al pensamiento las imágenes y el vuelo de la poesía; e inculcar en la poesía de los literatos una levadura, un fermento, una esencia de pensamiento […] y nosotros queríamos que fuera creadora (la filosofía) y que tomase parte en la obra de rehacer el mundo». George Perec es otro genio de las letras universales y “W o el recuerdo de la infancia” es una narración autobiográfica a través de dos relatos convergentes: la de una niño que crea una isla imaginaria llamada “W” y, por otro lado, los recuerdos vividos tras la Segunda Guerra Mundial y su posguerra, por ese mismo niño de ascendencia judía. 


Perec es un referente ineludible, uno de los grandes novelistas del siglo XX, y en este libro está presente como tal en cada una de sus páginas. En ellas sabe combinar las dos voces existentes para trasladarnos a una tierra imaginaria “W” unas veces, y otras, a la cruda realidad de los recuerdos infantiles. Y así, Perec escribe: «Pero la infancia no es nostalgia, terror, paraíso perdido ni Toisón de Oro, sino quizás horizonte, coordenadas a partir de las cuales podrían hallar sentido los ejes de mi vida». Con toda seguridad, dos clásicos de la literatura universal.

Dos clásicos. Estación Sur



Nada mejor, en este tiempo de crisis generalizada, que un buen libro, o mejor dos libros, dos clásicos de la literatura universal de todos los tiempos. Un oasis representan, entre tanta vorágine, los libros “Un hombre acabado”, de Giovanni Papini y “W o el recuerdo de la infancia”, de Georges Perec, dos obras maestras que nos devuelven la fe en la literatura y en el hombre como creador de arte, ideas y pensamiento. Una vuelta a un humanismo depauperado por la desmedida ambición de los poderosos. Publicar en estos difíciles tiempos estos textos viene a confirmar que algunas editoriales: “Cálamo” en el primer caso y “Menoscuarto” en el segundo, apuestan por algo más que el simple beneficio empresarial –único objetivo de los grandes sellos editoriales-, es decir, afrontan el reto de competir en el mercado con productos de verdadera calidad literaria, un riesgo que difícilmente concurre en las más afamadas. “Un hombre acabado” es sin duda la obra maestra de Papini. 
Ha transcurrido mucho tiempo desde su primera edición (100 años), pero aún así es un libro imprescindible para entender la Europa del siglo XX. Papini es ese intelectual inconformista, renovador del pensamiento y las ideas transformadoras, representante de la vanguardia de su tiempo y, yo diría también, de nuestros días; escritor incansable y agitador de conciencias que supo, desde la libertad, crear un universo filosófico propio: «Queríamos trastornar la misma idea de la filosofía y dar al pensamiento las imágenes y el vuelo de la poesía; e inculcar en la poesía de los literatos una levadura, un fermento, una esencia de pensamiento […] y nosotros queríamos que fuera creadora (la filosofía) y que tomase parte en la obra de rehacer el mundo». George Perec es otro genio de las letras universales y “W o el recuerdo de la infancia” es una narración autobiográfica a través de dos relatos convergentes: la de una niño que crea una isla imaginaria llamada “W” y, por otro lado, los recuerdos vividos tras la Segunda Guerra Mundial y su posguerra, por ese mismo niño de ascendencia judía. 


Perec es un referente ineludible, uno de los grandes novelistas del siglo XX, y en este libro está presente como tal en cada una de sus páginas. En ellas sabe combinar las dos voces existentes para trasladarnos a una tierra imaginaria “W” unas veces, y otras, a la cruda realidad de los recuerdos infantiles. Y así, Perec escribe: «Pero la infancia no es nostalgia, terror, paraíso perdido ni Toisón de Oro, sino quizás horizonte, coordenadas a partir de las cuales podrían hallar sentido los ejes de mi vida». Con toda seguridad, dos clásicos de la literatura universal.

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986