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CULTOS

Aquella mañana el cielo amenazaba con descargar toda el agua-barro del mundo. El color gris anaranjado de una única y gigantesca nube parecía presagiar el final o acabamiento de todo. No obstante, y a pesar del estado agónico del cielo sobre la mar y los hogares, un calor sofocante emergía del mismo centro de la tierra. La luna, como una tímida dama en el cielo, asomaba por segundos su deslumbrante blancura. Reconozco que el paisaje, aunque hosco, no dejaba de ser conmovedor. La vida estaba en cada átomo o partícula, ofreciéndose desnuda y libre, y a mí esta circunstancia me pareció extraordinariamente bella. La razón de mi culto a estos días grises unas veces y otras lluviosos viene de antiguo, pero no me pregunten la razón. Tal vez, se me ocurre a bote pronto, mi madre sea la causa, que siempre confesó su deleite por ellos, contagiándome a mí de la misma querencia. Realmente, todos los seres humanos mostramos una tendencia hacia algún culto, con independencia de cuál sea su naturaleza. Los hay hacia el poder, la imagen, el dinero, la religión, y un largo etcétera. Los cultos pueden ser tantos como personas existen en el mundo.
Por la tarde, todo fue distinto. Ante mí, el bullicio de la gente de un lado para otro, subiendo y bajando escaleras, mirando escaparates o en las cafeterías componía el nuevo paisaje. En las entrañas del gran centro comercial la vida discurría aceleradamente. Entre tanta gente una joven pareja suscitó mi atención. Ella cubría su cuerpo con un manto negro, bajo el cual asomaban los bajos de un pantalón blanco, y la cabeza, con un pañuelo también negro; él, una camisa blanca y desabotonada hasta el pecho, así como unos destintados y modernos pantalones vaqueros. Al verlos pensé enseguida en los cultos y en las diferencias que los marcan, pero lo hice sin acritud alguna, desde el respeto que merecen las costumbres y tradiciones de cada pueblo, su singular cultura.
Durante el resto de la tarde no pude apartar de mí aquella imagen. Él, igual a sus iguales, consumiendo los mismos objetos o productos que sus iguales; normalizado en sus costumbres; ella, en cambio, anclada en el pasado, conservadora de un culto ancestral, diferente a sus iguales. Ambos, seguramente, educados en la misma cultura.
Cada vez que visito el centro comercial pienso en aquella joven pareja y no puedo evitar que una cierta tristeza me asalte. El hombre, por mucho que nos pese, sigue siendo ese ser egocéntrico e insolidario, incapaz de compartir con sus iguales las grandezas del mundo, una sonrisa siquiera.
Atardece, delante del escaparate, la joven pareja. Él, habla y habla; ella calla, y sueña.

DESMEMORIA


Existe un dicho popular que dice "siempre". Cuando se hace uso de él, al menos en el noventa por ciento de las ocasiones, mi experiencia me dice que acierta de pleno. Y es que en esta España nuestra siguen hablando los de siempre, que no son otros que los que debían de callarse, y no meter la pata hasta el corvejón que es lo que hacen un día tras otro delante de las cámaras de televisión, en los periódicos o en la radio. A veces tengo la sensación de hallarme en otro tiempo, un lugar que atisbo todavía en blanco y negro, en ocasiones gris, donde la luz casi nunca se advierte. En ese mundo, quienes me rodean –hombres y mujeres humildes- evitan hablar por temor a ser castigados, y la hipocresía, la mentira y el boato campan a sus anchas por doquier. Quienes vivieron ese tiempo de riguroso silencio, de miedo continuo y humillación, ahora, sólo pretenden que se les devuelva la memoria, por justicia y dignidad.


Quienes tuvieron que soportar durante tantos años el desprecio, la soledad y el silencio como una losa tan pesada como insoportable y dolorosa, tienen derecho a que se les escuche ahora, a hablar, y si me apuran, por qué no, a gritar de impotencia y de rabia por tanto desagravio. Todos ellos, sin exclusión, no existieron ni vivos ni muertos. Hurgaron en sus cerebros con la intención de desmemoriarlos, pero no lo consiguieron, y ahora, cuando están dispuestos a desenterrar tanta angustia y desesperación también se les quiere silenciar.



Lo que sé lo sé de oídas, eso sí, quienes contaban las historias de sus vidas lo hicieron siempre en voz baja, muy baja, porque hasta las paredes creían que escuchaban. Sucedía a la luz de una vela y al calor del brasero de picón, en las noches de invierno, de vuelta de la recogida de aceitunas. Así fue durante muchos años, con la expresión del miedo en los ojos; temiendo una llamada en la puerta de la casa mientras se dormía plácidamente, aterrorizados día y noche.



Nadie escapó a la venganza y la vileza de un tiempo gris, a la ignominia y el sufrimiento de la oscuridad y el silencio. No había nada que hacer, la vida era un túnel sin salida.



Aún hoy, la vida es una secuencia en blanco y negro, y los rostros que se muestran lo hacen escondidos tras unas grandes gafas de cristal negro. El origen de todo es la total oscuridad, el silencio que nace de las entrañas de la tierra, de una tierra regada con sangre y fuego. Todo acabó tiempo atrás, y sin embargo, preciso es que se restituya la memoria colectiva, la de todos, sin exclusión, por dignidad.

DESMEMORIA


Existe un dicho popular que dice "siempre". Cuando se hace uso de él, al menos en el noventa por ciento de las ocasiones, mi experiencia me dice que acierta de pleno. Y es que en esta España nuestra siguen hablando los de siempre, que no son otros que los que debían de callarse, y no meter la pata hasta el corvejón que es lo que hacen un día tras otro delante de las cámaras de televisión, en los periódicos o en la radio. A veces tengo la sensación de hallarme en otro tiempo, un lugar que atisbo todavía en blanco y negro, en ocasiones gris, donde la luz casi nunca se advierte. En ese mundo, quienes me rodean –hombres y mujeres humildes- evitan hablar por temor a ser castigados, y la hipocresía, la mentira y el boato campan a sus anchas por doquier. Quienes vivieron ese tiempo de riguroso silencio, de miedo continuo y humillación, ahora, sólo pretenden que se les devuelva la memoria, por justicia y dignidad.


Quienes tuvieron que soportar durante tantos años el desprecio, la soledad y el silencio como una losa tan pesada como insoportable y dolorosa, tienen derecho a que se les escuche ahora, a hablar, y si me apuran, por qué no, a gritar de impotencia y de rabia por tanto desagravio. Todos ellos, sin exclusión, no existieron ni vivos ni muertos. Hurgaron en sus cerebros con la intención de desmemoriarlos, pero no lo consiguieron, y ahora, cuando están dispuestos a desenterrar tanta angustia y desesperación también se les quiere silenciar.



Lo que sé lo sé de oídas, eso sí, quienes contaban las historias de sus vidas lo hicieron siempre en voz baja, muy baja, porque hasta las paredes creían que escuchaban. Sucedía a la luz de una vela y al calor del brasero de picón, en las noches de invierno, de vuelta de la recogida de aceitunas. Así fue durante muchos años, con la expresión del miedo en los ojos; temiendo una llamada en la puerta de la casa mientras se dormía plácidamente, aterrorizados día y noche.



Nadie escapó a la venganza y la vileza de un tiempo gris, a la ignominia y el sufrimiento de la oscuridad y el silencio. No había nada que hacer, la vida era un túnel sin salida.



Aún hoy, la vida es una secuencia en blanco y negro, y los rostros que se muestran lo hacen escondidos tras unas grandes gafas de cristal negro. El origen de todo es la total oscuridad, el silencio que nace de las entrañas de la tierra, de una tierra regada con sangre y fuego. Todo acabó tiempo atrás, y sin embargo, preciso es que se restituya la memoria colectiva, la de todos, sin exclusión, por dignidad.

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986