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POESÍA VALENCIANA



SALÓN DE LECTURA
 por  José Antonio Santano



Resulta muy estimulante comprobar que la maquinaria editorial en nuestro país no solo se mantiene, sino que se refuerza con la aparición de nuevas editoriales dispuestas a favorecer la cultura del libro, que como bien sabemos quieren aniquilar a toda costa algunos desaprensivos. Esta fortaleza que asumen algunas editoriales merece el reconocimiento claro de lectores y críticos. En este sentido es objeto de nuestro interés la editorial OléLibros, y más concretamente su colección “Vuelta de tuerca”, con una nómina de autores muy significativa ya, y la salida al mercado hasta ahora de las antologías poéticas “El sueño de la funambulista”, de Ricardo Bellveser; “Un yo sin mí”, Jaime Siles; “Leer después de quemar”, de Rafael Soler; “Prenda de abrigo”, de Francisca Aguirre y “La mirada de la esfinge”, de José María Álvarez, todos ellos nacidos en la comunidad valenciana, a excepción del último citado, que nace en Cartagena (Murcia). Además, OléLibros atiende igualmente otras colecciones de narrativa, de artistas plásticos, divulgación, Ites, Mujeres sin límites, entre otras. Lo que viene a confirmar el buen estado de salud de esta empresa con más de 30 años de existencia en el mundo de la edición. No obstante, es a partir de 2012 cuando se constituyen en dos sellos editoriales, Olé Libros y Loto Azul, comienzo de una nueva e ilusionante etapa, en la que se atenderá fundamentalmente a la literatura valenciana. De la colección “Vuelta de tuerca”, como se ha dicho, han visto la luz cinco poemarios, antologías todos. De cada una nos ocupamos a continuación. 

La primera de ellas la firma el poeta Ricardo Bellveser, una de las voces más interesantes de su generación y del panorama póetico español actual. Voz diferencial, sólida, que bebe de la más culta tradición poética universal. El propio autor, que prologa su antología, alude al hecho de que «Hacer una selección propia de la propia obra, es una de las tareas tan ingratas como insatisfactorias de cuantas me he visto obligado a realizar. El núm. 1 de esta colección corresponde, precisamente, a Ricardo Bellveser, de título “El sueño de la funambulista”, un texto antológico cuya selección ha corrido, como ya hemos dicho, a cargo del propio autor, con la clara intención de acercar al lector a su poesía. Corresponden los poemas a diferentes libros publicados desde 1977 (“La estrategia”) hasta 2016, “Primavera de la noche”. El poema “La casa de los padres”, perteneciente al libro “Las cenizas del nido", con el que obtiene el premio Gil de Biedma, viene a confirmar su buen oficio y a destacar su singular voz dentro del panorama actual de la poesía española: «La casa de los padres, ahora lo sé, / se transforma en una tibia crisálida, / espesa red de recuerdos aturdidos / que tejen las madres con hilos de seda / mientras nos tienen atrapado el corazón. / Allí pasé de gusano a mariposa, / y emprendí el vuelo si es que andar es volar». Cierra cada antología un poema en contraportada, que en el caso de Bellveser se titula “Nada”, que nos recuerda otros versos de Jose Hierro, y dice así: «La nada, nada es y todo es nada. / Emerge íntegra desde el principio. /En ella, la presencia de un guijarro / engendra la montaña y la desborda. / Una gota fecunda un manantial, / una roca un acantilado hace. / Una sola hoja preludia un bosque. / Plenitudes de nada. Todo en nada». El número 2 de la colección corresponde al poeta y profesor de la Universidad de Valencia, Jaime Siles. 

Como en el caso anterior la selección de poemas la ha efectuado el autor, señalando así la dificultad que conlleva hacerlo. Sin embargo, nos anuncia que ha querido que los poemas seleccionados mantengan un mismo corpus, de manera que se ha decantado por el hecho de “la identidad”. Comienza la antología con un poema perteneciente a su libro “Génesis de la luz” (1969) y concluye con poemas incluidos en su libro “Horas extra” (2011). Y, ciertamente, el tema principal o el hilo conductor de todos los poemas de esta antología es la cuestión identitaria, el Lenguaje. Esa preocupación por conocer el origen del “yo” en correspondencia con el “tú”, con la otredad. De ahí, tal vez, que haya titulado su antología “Un yo sin mí”, en esa pretensión de hallar todo conocimiento identitario. 

Nada descubro si digo que el poeta Jaime Siles derrocha luz en cada verso, que el silencioso temblor de su palabra retumba en un eco de voces inextinguibles y su poética el fulgor incandescente del lenguaje: «No está el poema / en las oscuridades del lenguaje / sino en las de la vida. / No está en las perfecciones de su cuerpo / sino en las hemorragias de su herida. // No está el poema, no, en el lenguaje / sino en el alfabeto de la vida». Ese arraigo de su voz a la tierra, a lo que vive y sueña es, la palabra como eternidad, igual que un beso ascendente al cielo de la luz y los silencios. El poema que aparece en la contraportada se titula “Tinctus colore noctis”. En él la aliteración es un canto, la agridulce música de la palabra: «Tinta la noche extinta, / tíntame, / nocturnidad azul, / de húmedas notas. // Cuanto tiene materia en la memoria / de un cuerpo extinto, / tinta, tíntame». El núm.3 de la colección corresponde al poeta y narrador Rafael Soler, también valenciano, con la antología “Leer después de quemar”. Como poeta ha reunido en los últimos años una valiosa obra, diferenciada de la ortodoxia oficial y donde la ironía y la contundencia del verso son claves de su poética. Los poemas seleccionados por Lucía Comba pertenecen a cinco de sus libros publicados entre 1980, “Los sitios interiores” y 2016, “No eres nadie hasta que te disparan”. Con el libro “Ácido almíbar” obtuvo el Premio de la Crítica Literaria Valenciana 2015. Del poema “Ha llegado la hora de nombrarte”, contenido en el libro “Las cartas que debía”, estos versos como botón de muestra: «…dame los brazos / que tanto necesito para otros // devuelve por favor / la entera mitad de mis afectos / que siempre se enfriaron en tu boca // y si lo estimas oportuno / por tu descanso eterno y por el mío / dame el perdón que no te pido». 

Para la contraportada de esta antología de Rafael Soler se ha seleccionado el poema “Cuando tu única certeza es el insomnio”, en el cual el poeta reflexiona sobre el tiempo y la vida: «Sé fugaz / y coge entre tus manos cuanto estalla / para efímero buscar / de la primera noche el último rescoldo / dejando para otros la fortaleza insigne / la rotunda vejez interminable / el hábito de amar a las renuncias // y en plenitud porfía / luciendo con orgullo cada herida pues siempre vivir te costará la vida». “Prenda de abrigo” es el número 4 de la colección y es autoría de la poeta alicantina recientemente fallecida Francisca Aguirre. Su trayectoria poética está avalada por los premios Nacional de Poesía 2011 y el Nacional de las Letras 2018, año este en el que se publica su obra completa bajo el título de “Ensayo General”, ed. Calambur. El libro está prologado por su hija, también poeta, Guadalupe Grande, y en él hallará el lector las claves de la poesía de Paca Aguirre, como se la conoce popularmente. Nos dice su hija en el citado prólogo respecto a la poesía de su madre: «Una prenda de abrigo, todo en la vida de Francisca Aguirre tiene que ver con el deseo de que la palabra sea el abrigo contra la intemperie: el habla de la memoria, la palabra hecha de amor, la palabra concebida como amistad, la palabra hecha música, la palabra como recordatorio de un sueño». 
De los 11 libros antologados, que van de “Ítaca” (1972) a “Una larga dolencia” (2018), seleccionamos estos versos pertenecientes al poema “Desanimada, qué palabra triste”, del libro “La herida absurda” (2006), que vienen, de alguna manera, a resumir toda una vida hecha luz en la soledad de la palabra y el rumor de la memoria: «Definitivamente amo / el escándalo deslumbrante de la vida. / Muy pocos paraísos comparables / al asombro que nos regala la existencia: / torpe, desesperada, incomprensible, / audaz, consoladora, inabarcable: / “vida y dulzura, esperanza nuestra». Así son los versos de Francisca Aguirre, desgarradores, luminosos, abarcadores, merecedores de ser leídos en la soledad de estancia o a orillas de la mar que siempre quiso. El poeta siempre vuelve a la infancia, a ese claustro de luz y de inocencia; en contraportada del libro podemos leer este poema: «Se sostiene la infancia en nuestra historia / igual que se sostienen las estrellas / porque dentro del firmamento de una vida / algo brilló una vez con inocencia. (…) Igual que los vilanos y el rocío, / hermosos e intocables, se sostiene la infancia». 

La quinta y última antología corresponde al poeta murciano José María Álvarez (Cartagena, 1942), que formara parte de aquella corriente alentada por Castellet y denominada Novísimos. Con una larga trayectoria, la presente antología está prologada por la también poeta Noelia Illán, estudiosa de la obra de Álvarez -su maestro-, por la que siente verdadera admiración, y escribe: «En definitiva, he querido aquí conformar un libro de deseo a base de los versos de José María Álvarez que más me han emocionado a lo largo de los años». Amor y sexo, o el deseo que lo resume, en su más amplio sentido se da cita en esta selección de intensa y extensa obra de Álvarez. Versos que para alumbrar el camino del hombre sobre la tierra o allá en la altura del firmamento, versos para sentir los silencios del amor absoluto y en todas sus variantes. 


Como síntesis nos vale estos versos del poema “Meditación amorosa”: «Huele este cuerpo, acaricia estos cabellos, / mira estos ojos. Mas no pretendas / tenerlos. Aun en la vasta noche del placer, / cuando más tuyos los creas, / estarán tan lejos como la patria de tus padres. / Sólo tu placer es tuyo. / Nunca traspasarás el velo». Para concluir, como en los casos anteriores, reproducimos el poema de contraportada, que lleva por título “Nocturno XII”, y dice así: «En la mujer como en los gatos, / Una extraña diosa muerta anida. / Y la acariciarás en cuántos cuerpos, / Y alguna vez incluso habrás de demorarte / En la luz de unos ojos. / La desearás cuando ya nada desees, /Y si la fortuna llena tus manos / la buscarás para entregársela. / Ante ella caracoleará tu caballo / Y brillará tu espada. / Y ella, muda y ciega, sonreirá. / Y ha de bastarte ese milagro». Cinco antologías, cinco poetas y una editorial, OléLibros, que apuesta decididamente por la poesía. Ojalá que esta iniciativa sea por muchos años y que la poesía valenciana siga acrecentando, por su demostrada calidad, el número de poetas que conformen la colección “Vuelta de tuerca”, de la editorial OléLibros.




VERSOS CONTRA VIRUS. JOSÉ ANTONIO SANTANO

POEMAS LEÍDOS POR     JOSÉ ANTONIO SANTANO



Siguiendo las sugerencias del profesor de la Universidad de Almería y amigo Manuel López    y ante la grave crisis surgida por causa del coronavirus, como filólogo, inicio esta serie titulada "Versos contra virus", que iré publicando diariamente y hasta que concluya este necesario confinamiento.

Entrada día  18/03/2020 (1)
Versos contra virus en fase de confinamiento.




Día 19/03/2020(2)
Versos contra virus
En fase de confinamiento.





Día 20/03/2020 (3)

Versos contra virus
La voz ausente




DÍA 20/03/2020 (4)

Versos contra virus
Con mi gratitud a todos los que en estos críticos días nos ayudan a seguir viviendo. Salud.






DÍA 21/03/2020 (5)

Versos contra virus
Lectura de mi segundo poema en la celebración del Día Mundial de la Poesía. En esta ocasión sirve de homenaje al poeta Premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre, de mi libro "Marparaíso".





DÍA 22/03/2020 (6)

Versos contra virus
Día Mundial de la Poesía, y Primavera.




DÍA  22/03/2020 (7)
Versos contra virus. 
Del libro "Tierra madre" (Ed. Alhulia, 2019)





DÍA 22/03/2020 (8)
Versos contra virus
Del libro "Lunas de Oriente" (Ed. Dauro, 2018) Traducción al árabe de Meimouna Hached Khabou.




DÍA 23/03/2020 (9)
Versos contra virus
Poema "Sur" del libro inédito "El corazón del viento". A mi amigo y poeta Alfonso Berlanga





Día 24/03/2020 (10)
Versos contra virus
Del libro "Caleidoscopio", el poema en prosa "La habitación secreta", homenaje al fotógrafo Manuel Falces, In Memoriam.






Día 24/03/2020 (11)

Versos contra virus

Del libro " Los silencios de La Cava", (Ed. Alhulia, 2015), el poema "Después de los silencios".


EL VIOLINISTA IMPOSIBLE




SALÓN DE LECTURA 

      
EL VIOLINISTA IMPOSIBLE

FRANCISCO LÓPEZ BARRIOS


FRANCISCO LÓPEZ BARRIOS


Título: El violinista imposible
Autor: Francisco López Barrios
Editorial: Dauro (Granada, 2019)





JOSÉ ANTONIO SANTANO

JOSÉ ANTONIO SANTANO
 EL VIOLINISTA IMPOSIBLE

Poco antes del abismo todo se transforma y lo desconocido hace acto de presencia. Recordamos entonces el devenir de las cosas sencillas. Desciende el cuerpo a los infiernos que es como regresar a la vida, al origen de la voz y la palabra, dones supremos. Caminar sobre el agua, recorrer las paredes bocabajo, flotar en el aire hasta sumergirnos en el inmenso firmamento o el ajardinado solar de las estrellas. Sólo hay que dejarse llevar por su música interior. Remover las entrañas mismas, buscarse en el vuelo del águila o la corriente de un río, en la copa de un árbol o en el silencio absoluto de un desierto sin nombre. Todo esto y más puede sentir el lector que se adentre en el último libro del granadino Francisco López Barrios, “El violinista imposible”. Con anterioridad ya disfrutamos de la lectura de “Yo soy todos los besos que nunca pude darte”, Premio Andalucía de la Crítica 2016 o de “Amado pulpo”, una narración tan original como transgresora. En López Barrios es de suma importancia su capacidad creadora, el poder de fabulación con el que nos sorprende siempre, tan diferente de un libro a otro, tan sugestivo y al mismo tiempo complejo en la estructuración y desarrollo de los relatos, como así sucede en este magnífico libro. No es casual que López Barrios tome del desván de la memoria aquellos momentos o instantes que marcaron un tiempo y que a la hora de transformarlos en narración vivan de ese inmenso poder del buen escritor: la fabulación, que no es otra cosa que esa capacidad para trascender la realidad y crear otra distinta. Francisco López Barrios trabaja desde el silencio y la soledad, sin encorsetamiento alguno, libre y consciente de que la única manera de vivir pasa por vivir en otras vidas, asumiendo el riesgo que ello conlleva. Cuatro son los relatos contenidos en este libro: “Rashid”, “El violinista imposible”, que da título al libro; “Papaloco” y “Plano corto de moros y cristianos. Memoria, pasión y muerte del morisco Aben Farax”. En el primer relato, el juego sucesivo de imágenes aporta originalidad y oficio en un claro discurso narrativo que crece y crece, elevándose en su descenso, en esa contradicción o anverso y reverso de una misma moneda, como la vida y la muerte, una frente a la otra. Así, López Barrios, en el primer párrafo, nos presenta la realidad premonitoria, la semilla de lo que será luego el fruto, y escribe: «Pocos segundos antes de estrellarse contra el suelo, Martín se sintió como un fardo pesado y ligero. Una sensación extraña, contradictoria. Y oyó mientras volaba, sabiendo que caía irremisiblemente y que muy pronto sería un amasijo de fluidos derramados y vísceras esparcidas, tinta sobre papel de periódico, crujir de huesos quebrados y asombro de transeúntes; oyó, o creyó oír, como en un sueño, el repique de campanas del cercano convento de las Clarisas». ¿Por qué las campanas como recurso, su sonido anunciador de vida o muerte? Esa tensión desde el inicio con la que nos sorprende López Barrios es razón suficiente, la clave de su magisterio narrativo, y que para mí culmina no cuando finaliza el relato sino cuando se inicia: «Martín solo derramó una lágrima en su postrer viaje, y la vio partir hacia el cielo mientras él se desplomaba sobre la tierra». ¿No es sublime? López Barrios ha sabido contener todo lo que una lágrima, una sola lágrima puede ser, principio y fin a la vez: ver cómo la lágrima asciende mientras el cuerpo se precipita, todo un acierto narrativo, una imagen que difícil será que olvide el lector. Pura sugerencia, transparencia y rigor narrativo en quien es un cuentista de raza. En el segundo relato se advierte la necesidad de arbitrar un modelo de narración que intercambie futuro y pasado, presente y futuro, en una especie de alquimia narrativa muy interesante y dinámica. El protagonista de este relato, Israel Cendón, marca el ritmo y la armonía, desde su inicio con la Alhambra al frente: «Porque a Israel Cendón la Alhambra le pareció desde siempre una feminidad densa e intensa por la sensualidad que le sugería el aspaviento de sus torres y cipreses y el aire de zambra de sus ventanas y alféizares» -nos dice el narrador-, hasta el final, que convierte en descubrimiento. La pasión de Israel por la literatura contendrá los espacios y tiempos por los que transcurre el relato, y todo desarrollándose en un ir, hacia el futuro (cuando construye su propio relato, el de una sociedad futura donde los rebeldes y ancianos no tienen cabida, y enfrentada a los revolucionarios literarios a través de sus enormes pompas de jabón de contenido poético), y un venir, hacia el presente del pasado. De ahí que Israel nos muestre a personajes como Alfredo Lombardo, “visionario de barbas luengas y delgadez extrema”, inventor del holograma, estudiante y rico terrateniente de Jáen en la realidad; o como Don Ramón Aparicio, “hombre de paz y coleccionista de tinteros de época, y que obsequiará a Israel con “un tintero de tinta Montblanc, acompañado de una pluma Meisterstück 149 de la misma marca”. Es verano y hace mucha calor, exactamente son las 14:30 horas del día 18 de julio de 1936, y el único lugar donde poder aliviarse de ese calor es el carmen, “paraíso en el que el frescor y la umbría serenaban el espíritu y refrescaban la piel, las venas y el corazón”. Allí en el carmen conoció el niño Israel a “Manuel de Falla, Rusiñol o Ángel Barrios, el joven músico formado en París con Debussy…”. Allí la música como el más grande tesoro, luego el Real Conservatorio de Madrid, concierto de violín con Albeniz en el Escorial, hasta su total consagración como músico. Estamos en Granada, es verano y el calor es sofocante. Israel necesita tocar el violín, quiere que sea aquel himno que descubriera en París, compuesto por Pedro Degeuter y escrito por el poeta Eugenio Pottier. Aquel día de extremado calor Granada enlutaría. Un disparo enfrentaría a un violín con un fusil hasta silenciar la última nota de La Internacional y también la vida de Israel Cendón. Son las 14:30 horas del día 18 de julio de 1936. Con este relato que da título al libro “El violinista imposible”, López Barrios ha sabido componer una verdadera sinfonía y ha devuelto al violinista olvidado, a su carmen, al paraíso, al alma de Granada, y lo ha hecho con el rigor de su escritura y su palabra iluminada. El tercer relato “Papaloco” es una propuesta narrativa distinta, donde el humor y la ironía cabalgan por sus páginas con el oficio del ingenioso narrador que es López Barrios. El Vaticano, la Sierra de Granada, El Grove e Israel, un asno y otros personajes configuran una historia de mafias y espías, de traiciones, y donde el azar es la última pieza que encaja al final de la partida. En el cuarto y último relato nos sitúa en la última batalla acaecida en las Alpujarras entre moros y cristianos. Para este relato, que titula “Plano corto de moros y cristianos. Memoria, pasión y muerte del morisco Aben Farax”, el autor ha necesitado de la documentación necesaria de ese hecho histórico, para luego fabular sobre él y conseguir una narración verosímil, coherente, donde el lenguaje juega un papel de gran significación. Conoce bien López Barrios del hecho social de la convivencia entre culturas y esta consideración se aprecia en el desarrollo del relato. Con todo, López Barrios ha creado la ambientación necesaria en cada uno de los relatos, demostrando así su solvencia y destacada posición en el panorama de la narrativa andaluza y española actual.

POESÍA ARAGONESA II



SALA DE LECTURA _______________José Antonio Santano


Poesía Aragonesa
( y II)

Editorial Olifante Zaragoza, 2019 Tal y como había dicho en la primera entrega sobre la poesía que hoy se escribe en tierras de Aragón, continuamos con siete libritos más, menores solo por su tamaño, pero no por su contenido. Sigue esta segunda entrega la estela de la primera en cuanto a la importancia de los autores que reseñamos y de la editorial que publica los textos, Olifante, en esta ocasión a través de su colección “Papeles del Trasmoz”. Es la poesía aragonesa actual un oasis entre tanta otra banal y plana, que deja al lector indiferente, cosa que no pasa con los poetas y las poetas que a continuación iremos citando. Al menos la poesía aragonesa objeto de atención determina una reflexión continua, un pensar incesante hasta construir un discurso poético dinámico y diferente de la poesía hegemónica actual. Ahondan estos poetas en el conocimiento y la emoción, produciéndose así aquello que nuestra María Zambrano llamó el “temblor” necesario de toda la poesía que así se precie, como sucede con este ramillete de poetas que hoy traigo a este escaparate. Con un generoso prólogo de la también poeta Inés Ramón, la propuesta de Juan Alonso (Zaragoza, 1964) toma por título “Oniros” palabra que en la mitología griega representa las personificaciones del sueño. Pero también y según su prologuista los “instrumentos estéticos de que se vale su autor son dos: el humor y la ironía”. Añade Mariano Anós (Zaragoza, 1945) a esta poesía aragonesa que se escribe hoy, rigor y coherencias, contundencia expresiva que se constata en sus determinantes versos de arte menor, que convierte en excelencia, en una suerte de mística humanista: «Al despierto le sobra / la espuma del sueño. / Calcula el hueso, / lo que perdió, la fábrica / de humo dibujada / por mano ardiendo. / La noche calla. Música». Nos presenta Mikel Arilla (Tudela, 1987) su ópera prima “En la ciudad sin mar”, con prólogo de José Javier Alfaro Calvo quien nos adelanta que «Mikel Arilla nos acerca muchas de sus inquietudes y cosmovisiones». Y así es, en esta su primera obra poética Arilla, en esa búsqueda por una voz personal e intransferible bucea en la cotidianidad para engrandecerla con la palabra en un tiempo que se escapa, que huye o se esconde en los silencios: «Un lugar sin pasado. / Una luz cincelada / con la arenisca de la ciega Historia. / Y apareciste sola y envuelta al mismo / tiempo». La poeta Julia Piera (Madrid, 1970) es una de las voces más interesantes del panorama poético español. En este corto pero suculento poemario Piera nos propo,ne un viaje a la poesía, esa que agita y proporciona un continuo despertar de los sentidos, de la emoción, con sus versos nos obsequia, como estos pertenecientes al poema “Y abre un texto”, dedicado a la poeta malagueña María Victoria Atencia: «Unos acordes de guitara clásica, suaves / y precisos, se escuchan en la cubierta del / transatlántico. Subimos la escalera atraídas / por la música. Las notas huelen a mar, / a viento, a sales. Acariciamos el perfil / de las caracolas, las olivinas que la poeta / consagrada nos entrega en su diminuto / estuche de coral. Refulgen». De Colombia nos llega la voz de Lilián Pallares (Barranquete, 1976), que recibiera en 2017 la XIV distinción Poetas de Otros Mundos y concedida por el Fondo Poético Internacional. “Bestial” es el título de su obra y una muestra singular, y de la fuerza con que escribe esta poeta colombiana, los siguientes versos: «-Siempre estaré contigo- / dijiste mientras cruzabas aquel / pasadizo de sombras. / Tu voz me hablaba, / yo a ciegas la seguía, / como quien persigue un astro / en la soledad del desierto». Y para concluir este viaje a la poesía aragonesa o publicada en Aragón, regresamos con la voz del poeta zaragozano Mariano Zaro, con un texto que titula “Padre Tierra. Poema en 28 fragmentos”. La obra de Zaro está escrita en lengua castellana e inglés, ha sido incluidos en antologías tales commo Monster Verse, Wide Awake o The Coiled Serpentregre, además de ser profesor de español en Rio Hondo Community College (California). En este regreso a la tierra “padre” Zaro nos devuelve los aromas y la palabra que aún tiembla en los senderos de la luz y los árboles, de la casa primigenia, de los objetos, de la vida: «Cañas y árboles tiemblan, / Padre. Tú nunca dices árboles, / dices cerezo, abedul, manzano, / roble, castaño. // Cada árbol / tiene su nombre / y su pena / como los hijos». He querido dejar para el final a quien es autora del libro “Una carta de amor como un disparo. Moncayo. Moncayo”, Trinidad Ruiz Marcellán, y también responsable de este proyecto editorial que ya ha cumplido 40 años de vida bajo la tutela y esmerado cuidado de su persona. No obstante, solo escribiré de ella como poeta, aunque conviene antes decir que fue, con Marcelo Reyes fundadora y directora de los Festivales Internacionales de Poesía Moncayo y el Premio Internacional de Poesía de Miedo, como también la creadora de la Casa del Poeta de Trasmoz y la Ruta de los Hermanos Bécquer. Autora de un libro anterior que comenté en su día “Traducción del silencio”, en el que una voz segura se adentraba en el corazón de la soledad y sus silencios para alzar el vuelo hacia los montes y los prados, los ríos y los bosques que siempre nacen en el alma del poeta. El que ahora nos presenta, “Una carta de amor como un disparo”, contiene muchos recursos del anterior, y siendo la soledad la que nos invita a recorrer una geografía de árboles, en cada uno la poeta advierte una luz distinta, colores y silencios diferentes, todo el amor desprendido tras la pérdida, su gran pérdida. Por ello esta carta: «Toda carta de amor es un disparo / que da o quita la vida. / Toda carta de amor es un disparo / que agita la arboleda de la razón. / Es un trueno de paz, es un relámpago. / Toda carta de amor es un torrente / que se desborda al llegar al corazón». Y así su vida en ese territorio que todo poeta crea en su interior, inexpugnable castillo, sagrado paisaje, como lo es el Moncayo: «He mirado al Moncayo / y me ha devuelto misterio», y por eso se pregunta insistente: «¿Seré capaz de dar a los demás / cuanto la vida ha inventado en mí?». En ese territorio misterioso del Moncayo, donde la vida transcurre plena y el silencio grita entre todos los árboles existentes, la poeta mira al mundo en su total desnudez hasta descubrir que de todo solo queda el amor: «Descubro / la película muda que fui / cuando la montaña y el universo quedaban atrás. / También el sol quedó atrás. / Y si en la despedida / se nos lleva el viento / no te atrevas a olvidarme. / Regresa del final de la tierra / con mirada de océano». Es el triunfo del amor y sus silencios, el inagotable amor a la vida de Trinidad Ruiz Marcellán. 
 

Poesía Aragonesa
Autores Varios
Editorial: Olifante (Zaragoza, 2019)
Colec. Papeles del Trasmoz


POESÍA ARAGONESA I


SALA DE LECTURA:  José Antonio Santano


Poesía Aragonesa
(I)
Hace muy poco nos sorprendía una agrupación electoral con el nombre de “Teruel Existe”, irrumpiendo con tal fuerza en el panorama político español que llegó a obtener un escaño en el Congreso de los Diputados. Pues bien, un caso similar sucede con la poesía aragonesa. Me explico. La actual poesía española parece que contempla en su nómina a muy pocos vates, me atrevería a decir que, oficialmente, pudieran contarse con los dedos de una sola mano. Craso error. Toca ahora analizar una buena parte de la poesía española actual ajena al centralismo cultural determinado por un poder hegemónico compuesto tanto por algunos poetas mediáticos como por algunas editoriales de todos conocidas. Claro que esta circunstancia que viene reiterándose en el tiempo, opino que habría que reorientarla, y la única forma que conozco para llevar esta empresa a buen puerto no es otra que, desde la libertad y la difusión en medios de comunicación o revistas en papel y digital independientes, analizar otras propuestas venidas de todos los lugares de España, sin discriminación alguna, y bajo la óptica siempre del rigor y la más absoluta imparcialidad crítica. De lo contrario, ese empecinamiento en silenciar a otros poetas, editoriales y lugares, sólo nos empobrecerá más aún. Alejarse de influencia mediática de algunos periódicos y sus suplementos, y de la supremacía de algunas editoriales no sólo es necesario sino saludable desde un punto de vista de higiene crítico-literaria. La realidad existente, aunque sea lejana, no se podrá ocultar o enmudecer siempre, puede que durante algún tiempo esto funcione, pero al final las aguas de la expresión poética, respecto a lo diferencial y genuino, que huye de lo plano y clónico, volverán a su cauce natural. A nadie se le escapa que la poesía actual pasa por un momento de crisis de valores, que el “todo vale” se ha instalado en ella y que es difícil luchar contra corriente, más si ésta merodea por los círculos más cercanos del poder en las instituciones. Hecha esta breve aclaración y preámbulo creo necesario explicar el por qué detengo mi mirada en la poesía aragonesa, bien sea de vates nacidos en Aragón, bien por motivos de residencias, o, aun siendo ajenos a dicha Comunidad, formen parte de la nómina de una editorial aragonesa, con una trayectoria muy plausible, coherente, responsable e independiente, que durante cuarenta años -recién cumplidos- como es el caso de “Olifante” haya sido capaz, no sólo de mantenerse en el tiempo, que ya es mucho, sino de hacerlo con títulos y poetas de una excelencia demostrada, amén de un cuidado editorial que quienes así lo consideren pueden comprobar con los textos publicados en este largo tiempo de existencia. La poesía aragonesa que se publica, y que se hace desde y por la editorial Olifante, referente no sólo local sino nacional, contribuye al conocimiento individual de cada poeta, y por tanto al hecho diferencial más concretamente de cada voz, pero sobre todo, anima a entender que existen otras propuestas poéticas tan enriquecedoras o más que aquellas mercantilistas o mediáticas. No es la primera vez que me acerco a la poesía aragonesa, con anterioridad he reseñado a poetas como Ángel Guinda, Enrique Villagrasa, Irene Vallejo e Inés Ramón, o la propia editora Trinidad Ruiz Marcellán, y otros no aragoneses pero que han publicado en Olifante, como es el caso de Luis Tamarit. En esta ocasión traigo a este escaparate trece títulos que de una u otra manera tienen que ver con la actividad poética en tierras aragonesas, mayoritariamente con poetas nacidos o residentes en Aragón. Iniciamos este breve viaje crítico por seis títulos, todos pertenecientes a la colección Olifante (Ediciones de Poesía). El primero de ellos: El ojo y la ceniza, de Mariano Castro. Un texto de una extraordinaria interiorización de los silencios, y como dice su prologuista, Manuel Martínez-Forega: «El ojo y la ceniza es un tránsito necesariamente conducido a la interpretación de lo inexplicable y de lo innombrado a través de la experiencia y del conocimiento…»; y así escribe el poeta: «El cuerpo siempre habla / cuando calla la lengua. // El cuerpo siempre habla / en favor del silencio. // Y el silencio eres tú, / abrasado en la pira / de tu nombre, / vocablo impronunciable». Carmen Aliaga nos presenta su libro Madaleine y las otras, un texto que indaga en la búsqueda de la identidad y va del “yo” al “otro” hasta llegar al “yo” último, ontológico, y donde los sentidos aportan y reportan al sujeto lírico una otra realidad. En palabras de José Antonio Conde: «Se trata, en suma, de una obra donde el significado gobierna la forma…». Y escribe la poeta: «Madeleine, / yo / y mis otras, / agitadas, / ardientes, / sublimes, // alzándonos hermosas / como castillos, / en la espalda desnuda / de las ciudades». Otro de los títulos a destacar de esta remesa de libros de Olifante es Vino del mar, del poeta gallego y residente en Zaragoza Antón Castro. Este es un poemario denso, sólido y cuyo tema principal aborda el universo del vino, un viaje al territorio de las viñas aragonesas que viene a mostrarse como un mar en el cual la palabra poética se Antón Castro se consolida y resucita en cada verso, comenzando en Cariñena: «Entre los guijarros brota un tesoro. / Cariñena: el viñedo de un milagro. / El vino de un territorio que sueña. / Cariñena, surco, mar y oleaje: / el vino que hace estremecer la tierra». Como consecuencia de la I Beca Residencia Internacional SxS Antonio Machado 2016, Marta Eloy Cichocka escribe “Encrucijada de cien caminos”. Según su autora «este libro es un fruto de muchas coincidencias felices, errores inevitables, encuentros fortuitos (aunque providenciales) y otras ironías del destino. Es un homenaje -continúa diciento- y, a la vez, una conversación con uno de los mayores poetas de la lengua castellana del siglo XX -quien, para mí, sigue siéndolo en el siglo XXI…». Soy de la misma opinión y me reafirmo en dicha aseveración. Una muestra de este buen hacer de Cichocka son los siguientes versos: « no me toméis demasiado en serio / pero ese culto a los muertos me repugna / el ayer hay que buscarlo en el hoy / aquellos polvos trajeron estos lodos / antonio machado no ha muerto / antonio machado soy yo». Con prólogo del gran poeta Ángel Guinda y epílogo de Fernando Rivarés, “La felicidad, cariño, es para malgastarla”, Josema Carrasco, el poeta, además de serlo también del dibujo y la ilustración, nos presenta un texto en el cual el corazón late aceleradamente en esa búsqueda que todo ser humano comienza como el más grande de los retos: la felicidad. Josema Carrasco, en palabras de Guinda, «consigue que el poema sea una verdad en bruto y nos demuestra que tener una pasión es estar vivos»; por su parte, Rivarés, nos invita a “deglutir, escupir y reposar” sus versos como un ejercicio revivificador: «A tiempo completo y con disponibilidad horaria, / sin festivos, ni requisitos, ni duración mínima, / se puede formalizar de manera verbal o escrita, / no hay período de prueba, de duración indefinida, / sin indemnización en caso de que se extinga, / retribución escasa y ni se incentiva ni se cotiza. // Lo dijo, en una terraza, un martes, Ángel Guinda: / “uno es poeta las veinticuatro horas, todo el día”». Este barcelonés de nacimiento, Jorge Martínez, nos presenta su último poemario, “General Invierno”, un texto que según so prologuista «recorre espacios interiores y ciudades, escenarios y nombres propios por los que vamos a pasear junto a él mientras lo leemos. Y eso es unirse a una campaña peligrosa. Y a una fiesta». Y, efectivamente, a eso suena, es el rumor de una música festiva que nos invita a concelebrar con el poeta el tiempo que nos ha tocado vivir, la realidad presente, en ese corto viaje que es la vida: «Los paisajes de la muerte son la vida, / rebelde y hermosa. / Un viejo sauce me dijo: “Es solo tuya”. / Solo mía. / Igual es que este momento». Concluimos así la primera parte de este viaje por la poesía aragonesa actual, pero habrá una interesante parte segunda, con la que cerraremos definitivamente esta reseña.
VARIOS AUTORES


Poesía Aragonesa
Autores Varios
Editorial: Olifante (Zaragoza, 2019)

ERNESTO CARDENAL. POESÍA COMPLETA

SALÓN DE LECTURA ____ Por José Antonio Santano   


Poesía Completa

Existe en la actualidad poética española demasiado ruido y poca hondura. La reflexión necesaria que todo ejercicio poético necesita brilla por su ausencia. Demasiada banalidad. Es por ello que cuando nos acercamos a una obra íntegra, recuperadora de la palabra poética en toda su extensión y significado, cuando esa palabra remueve el interior de cada lector y se acomoda desde ese instante como parte del propio ADN, toda emoción está garantizada, y de esta forma, la Poesía vuelve a su estado natural. Habría para muchas páginas si nos detuviéramos en esta cuestión tan importante, pero no es posible ahora. La obra que hoy traemos a este escaparate de libros es imprescindible, porque nos acerca a uno de los grandes poetas actuales: Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925). La editorial Trotta nos convoca a la lectura de la Poesía Completa del poeta nicaragüense, en un solo volumen con más de mil páginas. Una edición, en honor a la verdad, extraordinaria, a la que hay que sumar el estudio preliminar de una buena conocedora de la poesía hispanoamericana, y en concreto de la de Ernesto Cardenal, María Ángeles Pérez López, profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, además de poeta. Pérez López nos presenta en este estudio previo todas y cada una de las claves de la poesía de Cardenal. Y lo hace de manera clara y precisa, sentando las bases que permiten al lector conocer la figura de este controvertido poeta nicaragüense. María Ángeles detalla en su análisis cada una de las facetas creadoras de Cardenal, desde su primer libro Epigramas hasta el último Hijos de las estrellas que incluye los poemas inéditos “Estamos en el firmamento” y “Con la puerta cerrada”. Toda una trayectoria poética no exenta de controversias sobre su particular modo de entender la poesía, tanto desde el punto de vista teórico como de la praxis. Sin embargo, Cardenal es honesto consigo mismo y se desnuda ante los demás con la misma naturalidad como quien toma un vaso de agua. No hay sobreactuación, él es el hombre y el poeta en un mismo cuerpo y mente; lo humano y lo divino se complementa y se manifiesta en su particular manera de entender el mundo, que es lo mismo que decir la poesía. Pérez López se adentra en cada uno de los libros publicados por Cardenal en su ya larga vida poética, los analiza al detalle hasta conseguir que sea meridianamente comprensible para el lector tanto el texto en sí mismo como el momento histórico en el que se escribe. La actividad política, religiosa y literaria de Ernesto Cardenal compone un paisaje luminoso donde la palabra y la acción se complementan, y la revolución que proclama tiene un sentido evangélico y humano de imprevisible respuesta. No obstante, Cardenal es hombre y conoce bien al hombre, al poderoso y al desposeído, y solo cuando ese humanismo florece todo parece dignificarse, si bien antes haya sido necesario la lucha por la libertad, incluso con las armas. El exteriorismo, que bebe del imaginismo representado por un movimiento poético angloamericano promovido por el también poeta Ezra Pound, se manifiesta en la mayor parte de la obra de Cardenal e  incluye la presencia de la historia, la teología, la antropología, la lingüística, la economía o la ciencia… La presente obra, Poesía completa, viene a demostrar que la palabra poética es todavía imprescindible, como lo es conocer a Ernesto Cardenal en toda su esencia humanística y poético-espiritual, donde el Amor es la razón de toda existencia. Nos dice la profesora Pérez López que ya desde Epigramas, “pueden advertirse tempranos rasgos de la poesía de Cardenal, en particular la búsqueda de un lenguaje sencillo que explica su gran popularidad, como puede comprobarse en los siguientes versos: «Si tú estás en Nueva York / en Nueva York no hay nadie más / y si no estás en Nueva York / en Nueva York no hay nadie.» En los “Poemas documentales” hallamos ya al poeta “exteriorista”, que bebe fundamentalmente de las imágenes del mundo exterior” y que derivan en poemas narrativos: «Salí del puerto de Acapulco el 23 de marzo /  y vine navegando hasta el sábado 4 de abril / y media hora antes que amaneciera / vimos con la luna un navío junto al nuestro / con las velas y la proa que parecían de plata…», del poema “El pirata Drake en las costas de Nicaragua”. Su siguiente poemario “Hora 0”, se sitúa, según Pérez López, “por su vocación narrativa, coloquialista y prosaísta en el territorio de la poesía comunicante…y vendría a ser el manifiesto exteriorista que Cardenal y José Coronel Urtecho no escribieron”. Corren los años de la rebelión de 1954, con Sandino al frente y el ajusticiamiento de Somoza en 1956: «El abrazo es el saludo de todos nosotros, / decía Sandino- y nadie ha abrazado como él. / Y siempre que hablaban de ellos decían todos: “Todos nosotros…” “Todos somos iguales”, / “Aquí todos somos hermanos”, decía Umanzor». “Gethsemani, Ky” tiene que ver mucho ya con la llamada religiosa de Cardenal. “Se trata -según Pérez López-, del libro más lírico de Cardenal, en el que se trasluce la angustia vivida por el poeta…”, y aparece su singular misticismo. De este tiempo es también “Salmos”, donde hallamos versos como estos: «Cantaré Señor tus maravillas / Te cantaré salmos / porque fueron derrotadas sus Fuerzas Armadas / Los poderosos han caído del poder. // Guárdame de la soberbia del dinero y del poder político / y estaré libre de todo crimen / y del delito grande / Y séante gratas las palabras de mis poemas / Señor / mi Libertador», donde comprobamos la idea de un Dios que está en el poeta-hombre-revolucionario. Destacamos, de su “Oración por Marilyn Monroe y otros poemas, aquellos que más recursos lingüísticos ofrecen y que aportan el conocimiento y la bondad poética de Cardenal: «Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara / y el odio al maquillaje -insistiendo maquillarse en cada escena- / y cómo se fue haciendo mayor el horror / y mayor la impuntualidad a los estudios». Luego vendría “El estrecho dudoso”, esa búsqueda anhelada por unir los dos océanos (Atlántico y Pacífico), partiendo de una revisión de la historia : «”El país es bello” / le había dicho a Colón Toscanelli./ De la isla Ofir, Ophaz o Cipanga / (llamada también La Española) el Almirante / se hizo a la vela a descubrir el Estrecho…». La siguiente obra, “Los ovnis de oro”,  es un poemario extenso, centrado en las formas de vida y la tradición de las tribus indígenas: árboles sagrados, dioses, jefes, pueblos, reyes, costumbres…: «No he venido a hacer guerras en la tierra  sino a cortar flores / yo soy el rey cantor buscador de flores / yo, Netzahualcóyotl / su palacio lleno de cantores / no de militares.». Antes de la fusión de lo cristiano y revolucionario, Cardenal pasará un momento amargo tras la muerte de Thomas Merton, con quien tanto quiso, y así lo escribe en sus “Coplas a la muerte de Merton”: «Había en los besos un sabor a muerte / ser / es ser / en otro ser / solo somos al amar». “Será en “Canto Nacional” cuando Cardenal considerará a un Cristo subversivo y revolucionario. Seguirán a éste “Oráculo sobre Managua”, “Dos epístolas”, “Pasajero de tránsito”, hasta llegar a más ambicioso de sus proyectos poéticos “Cántico cósmico”, donde reunirá un total de 42 cantigas, en él hallamos, según María Ángeles Pérez, “las grandes constantes cardenalianas -amor, revolución, religión-, un único objetivo: “El propósito de mi Cántico es dar consuelo. / También para mí mismo este consuelo. / Tal vez más”, de la cantiga 42, como señala Pérez López. “Cántico cósmico” es, sin duda, el más grande monumento a la palabra, principio y fin, alfa y omega de todas las cosas, como el amor frente al mundo, la única razón de la existencia. “Telescopio en la noche oscura”, “Versos del pluriverso”, “Hijos de las estrellas” y “Otros poemas”, cierran el hasta ahora ciclo poético del gran vate nicaragüense Ernesto Cardenal. En todos ellos insiste, regresa a la honda reflexión, a una mística singular y efectiva, que nos recuerda la más grande tradición de la poesía española en Santa Teresa y San Juan de la Cruz, donde el verso se hace absoluta luz y silencio: «Yo nací para un amor extremista. // Amado misterioso que no gozo / ¡nada quiero sino estar contigo!». Mística, amor, religión, ciencia, revolución, solidaridad en su conjunto, inseparable todo de la condición del ser humano y del poeta que habita el universo espiritual del gran Ernesto Cardenal.  




Título: POESÍA COMPLETA
Autor: Ernesto Cardenal
Editorial: Trotta (Madrid, 2019

ERNESTO CARDENAL. POESÍA COMPLETA

SALÓN DE LECTURA ____ Por José Antonio Santano   


Poesía Completa

Existe en la actualidad poética española demasiado ruido y poca hondura. La reflexión necesaria que todo ejercicio poético necesita brilla por su ausencia. Demasiada banalidad. Es por ello que cuando nos acercamos a una obra íntegra, recuperadora de la palabra poética en toda su extensión y significado, cuando esa palabra remueve el interior de cada lector y se acomoda desde ese instante como parte del propio ADN, toda emoción está garantizada, y de esta forma, la Poesía vuelve a su estado natural. Habría para muchas páginas si nos detuviéramos en esta cuestión tan importante, pero no es posible ahora. La obra que hoy traemos a este escaparate de libros es imprescindible, porque nos acerca a uno de los grandes poetas actuales: Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925). La editorial Trotta nos convoca a la lectura de la Poesía Completa del poeta nicaragüense, en un solo volumen con más de mil páginas. Una edición, en honor a la verdad, extraordinaria, a la que hay que sumar el estudio preliminar de una buena conocedora de la poesía hispanoamericana, y en concreto de la de Ernesto Cardenal, María Ángeles Pérez López, profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, además de poeta. Pérez López nos presenta en este estudio previo todas y cada una de las claves de la poesía de Cardenal. Y lo hace de manera clara y precisa, sentando las bases que permiten al lector conocer la figura de este controvertido poeta nicaragüense. María Ángeles detalla en su análisis cada una de las facetas creadoras de Cardenal, desde su primer libro Epigramas hasta el último Hijos de las estrellas que incluye los poemas inéditos “Estamos en el firmamento” y “Con la puerta cerrada”. Toda una trayectoria poética no exenta de controversias sobre su particular modo de entender la poesía, tanto desde el punto de vista teórico como de la praxis. Sin embargo, Cardenal es honesto consigo mismo y se desnuda ante los demás con la misma naturalidad como quien toma un vaso de agua. No hay sobreactuación, él es el hombre y el poeta en un mismo cuerpo y mente; lo humano y lo divino se complementa y se manifiesta en su particular manera de entender el mundo, que es lo mismo que decir la poesía. Pérez López se adentra en cada uno de los libros publicados por Cardenal en su ya larga vida poética, los analiza al detalle hasta conseguir que sea meridianamente comprensible para el lector tanto el texto en sí mismo como el momento histórico en el que se escribe. La actividad política, religiosa y literaria de Ernesto Cardenal compone un paisaje luminoso donde la palabra y la acción se complementan, y la revolución que proclama tiene un sentido evangélico y humano de imprevisible respuesta. No obstante, Cardenal es hombre y conoce bien al hombre, al poderoso y al desposeído, y solo cuando ese humanismo florece todo parece dignificarse, si bien antes haya sido necesario la lucha por la libertad, incluso con las armas. El exteriorismo, que bebe del imaginismo representado por un movimiento poético angloamericano promovido por el también poeta Ezra Pound, se manifiesta en la mayor parte de la obra de Cardenal e  incluye la presencia de la historia, la teología, la antropología, la lingüística, la economía o la ciencia… La presente obra, Poesía completa, viene a demostrar que la palabra poética es todavía imprescindible, como lo es conocer a Ernesto Cardenal en toda su esencia humanística y poético-espiritual, donde el Amor es la razón de toda existencia. Nos dice la profesora Pérez López que ya desde Epigramas, “pueden advertirse tempranos rasgos de la poesía de Cardenal, en particular la búsqueda de un lenguaje sencillo que explica su gran popularidad, como puede comprobarse en los siguientes versos: «Si tú estás en Nueva York / en Nueva York no hay nadie más / y si no estás en Nueva York / en Nueva York no hay nadie.» En los “Poemas documentales” hallamos ya al poeta “exteriorista”, que bebe fundamentalmente de las imágenes del mundo exterior” y que derivan en poemas narrativos: «Salí del puerto de Acapulco el 23 de marzo /  y vine navegando hasta el sábado 4 de abril / y media hora antes que amaneciera / vimos con la luna un navío junto al nuestro / con las velas y la proa que parecían de plata…», del poema “El pirata Drake en las costas de Nicaragua”. Su siguiente poemario “Hora 0”, se sitúa, según Pérez López, “por su vocación narrativa, coloquialista y prosaísta en el territorio de la poesía comunicante…y vendría a ser el manifiesto exteriorista que Cardenal y José Coronel Urtecho no escribieron”. Corren los años de la rebelión de 1954, con Sandino al frente y el ajusticiamiento de Somoza en 1956: «El abrazo es el saludo de todos nosotros, / decía Sandino- y nadie ha abrazado como él. / Y siempre que hablaban de ellos decían todos: “Todos nosotros…” “Todos somos iguales”, / “Aquí todos somos hermanos”, decía Umanzor». “Gethsemani, Ky” tiene que ver mucho ya con la llamada religiosa de Cardenal. “Se trata -según Pérez López-, del libro más lírico de Cardenal, en el que se trasluce la angustia vivida por el poeta…”, y aparece su singular misticismo. De este tiempo es también “Salmos”, donde hallamos versos como estos: «Cantaré Señor tus maravillas / Te cantaré salmos / porque fueron derrotadas sus Fuerzas Armadas / Los poderosos han caído del poder. // Guárdame de la soberbia del dinero y del poder político / y estaré libre de todo crimen / y del delito grande / Y séante gratas las palabras de mis poemas / Señor / mi Libertador», donde comprobamos la idea de un Dios que está en el poeta-hombre-revolucionario. Destacamos, de su “Oración por Marilyn Monroe y otros poemas, aquellos que más recursos lingüísticos ofrecen y que aportan el conocimiento y la bondad poética de Cardenal: «Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara / y el odio al maquillaje -insistiendo maquillarse en cada escena- / y cómo se fue haciendo mayor el horror / y mayor la impuntualidad a los estudios». Luego vendría “El estrecho dudoso”, esa búsqueda anhelada por unir los dos océanos (Atlántico y Pacífico), partiendo de una revisión de la historia : «”El país es bello” / le había dicho a Colón Toscanelli./ De la isla Ofir, Ophaz o Cipanga / (llamada también La Española) el Almirante / se hizo a la vela a descubrir el Estrecho…». La siguiente obra, “Los ovnis de oro”,  es un poemario extenso, centrado en las formas de vida y la tradición de las tribus indígenas: árboles sagrados, dioses, jefes, pueblos, reyes, costumbres…: «No he venido a hacer guerras en la tierra  sino a cortar flores / yo soy el rey cantor buscador de flores / yo, Netzahualcóyotl / su palacio lleno de cantores / no de militares.». Antes de la fusión de lo cristiano y revolucionario, Cardenal pasará un momento amargo tras la muerte de Thomas Merton, con quien tanto quiso, y así lo escribe en sus “Coplas a la muerte de Merton”: «Había en los besos un sabor a muerte / ser / es ser / en otro ser / solo somos al amar». “Será en “Canto Nacional” cuando Cardenal considerará a un Cristo subversivo y revolucionario. Seguirán a éste “Oráculo sobre Managua”, “Dos epístolas”, “Pasajero de tránsito”, hasta llegar a más ambicioso de sus proyectos poéticos “Cántico cósmico”, donde reunirá un total de 42 cantigas, en él hallamos, según María Ángeles Pérez, “las grandes constantes cardenalianas -amor, revolución, religión-, un único objetivo: “El propósito de mi Cántico es dar consuelo. / También para mí mismo este consuelo. / Tal vez más”, de la cantiga 42, como señala Pérez López. “Cántico cósmico” es, sin duda, el más grande monumento a la palabra, principio y fin, alfa y omega de todas las cosas, como el amor frente al mundo, la única razón de la existencia. “Telescopio en la noche oscura”, “Versos del pluriverso”, “Hijos de las estrellas” y “Otros poemas”, cierran el hasta ahora ciclo poético del gran vate nicaragüense Ernesto Cardenal. En todos ellos insiste, regresa a la honda reflexión, a una mística singular y efectiva, que nos recuerda la más grande tradición de la poesía española en Santa Teresa y San Juan de la Cruz, donde el verso se hace absoluta luz y silencio: «Yo nací para un amor extremista. // Amado misterioso que no gozo / ¡nada quiero sino estar contigo!». Mística, amor, religión, ciencia, revolución, solidaridad en su conjunto, inseparable todo de la condición del ser humano y del poeta que habita el universo espiritual del gran Ernesto Cardenal.  




Título: POESÍA COMPLETA
Autor: Ernesto Cardenal
Editorial: Trotta (Madrid, 2019

POESÍA DE ULTRAMAR

José Antonio Santano, IDEAL DE ALMERÍA
CRÓNICA LITERARIA: POESÍA DE ULTRAMAR DE ERNESTO CARDENAL por JOSÉ ANTONIO SANTANO



SALÓN DE LECTURA  


JOSÉ ANTONIO SANTANO

 José Antonio Santano 


ERNESTO CARDENAL










POESÍA DE ULTRAMAR


Existe en la actualidad poética española demasiado ruido y poca hondura. La reflexión necesaria que todo ejercicio poético necesita brilla por su ausencia. Demasiada banalidad. Es por ello que cuando nos acercamos a una obra íntegra, recuperadora de la palabra poética en toda su extensión y significado, cuando esa palabra remueve el interior de cada lector y se acomoda desde ese instante como parte del propio ADN, toda emoción está garantizada, y de esta forma, la Poesía vuelve a su estado natural. Habría para muchas páginas si nos detuviéramos en esta cuestión tan importante, pero no es posible ahora. La obra que hoy traemos a este escaparate de libros es imprescindible, porque nos acerca a uno de los grandes poetas actuales: Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925). La editorial Trotta nos convoca a la lectura de la Poesía Completa del poeta nicaragüense, en un solo volumen con más de mil páginas. Una edición, en honor a la verdad, extraordinaria, a la que hay que sumar el estudio preliminar de una buena conocedora de la poesía hispanoamericana, y en concreto de la de Ernesto Cardenal, María Ángeles Pérez López, profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, además de poeta. Pérez López nos presenta en este estudio previo todas y cada una de las claves de la poesía de Cardenal. Y lo hace de manera clara y precisa, sentando las bases que permiten al lector conocer la figura de este controvertido poeta nicaragüense. María Ángeles detalla en su análisis cada una de las facetas creadoras de Cardenal, desde su primer libro Epigramas hasta el último Hijos de las estrellas que incluye los poemas inéditos “Estamos en el firmamento” y “Con la puerta cerrada”. Toda una trayectoria poética no exenta de controversias sobre su particular modo de entender la poesía, tanto desde el punto de vista teórico como de la praxis. Sin embargo, Cardenal es honesto consigo mismo y se desnuda ante los demás con la misma naturalidad como quien toma un vaso de agua. No hay sobreactuación, él es el hombre y el poeta en un mismo cuerpo y mente; lo humano y lo divino se complementa y se manifiesta en su particular manera de entender el mundo, que es lo mismo que decir la poesía. Pérez López se adentra en cada uno de los libros publicados por Cardenal en su ya larga vida poética, los analiza al detalle hasta conseguir que sea meridianamente comprensible para el lector tanto el texto en sí mismo como el momento histórico en el que se escribe. La actividad política, religiosa y literaria de Ernesto Cardenal compone un paisaje luminoso donde la palabra y la acción se complementan, y la revolución que proclama tiene un sentido evangélico y humano de imprevisible respuesta. No obstante, Cardenal es hombre y conoce bien al hombre, al poderoso y al desposeído, y solo cuando ese humanismo florece todo parece dignificarse, si bien antes haya sido necesario la lucha por la libertad, incluso con las armas. El exteriorismo, que bebe del imaginismo representado por un movimiento poético angloamericano promovido por el también poeta Ezra Pound, se manifiesta en la mayor parte de la obra de Cardenal e  incluye la presencia de la historia, la teología, la antropología, la lingüística, la economía o la ciencia… La presente obra, Poesía completa, de Ernesto Cardenal viene a demostrar que la palabra poética es todavía imprescindible, como lo es conocer a Ernesto Cardenal en toda su esencia humanística y poético-espiritual, donde el Amor es la razón de toda existencia.   

POESÍA DE ULTRAMAR

José Antonio Santano, IDEAL DE ALMERÍA
CRÓNICA LITERARIA: POESÍA DE ULTRAMAR DE ERNESTO CARDENAL por JOSÉ ANTONIO SANTANO



SALÓN DE LECTURA  


JOSÉ ANTONIO SANTANO

 José Antonio Santano 


ERNESTO CARDENAL










POESÍA DE ULTRAMAR


Existe en la actualidad poética española demasiado ruido y poca hondura. La reflexión necesaria que todo ejercicio poético necesita brilla por su ausencia. Demasiada banalidad. Es por ello que cuando nos acercamos a una obra íntegra, recuperadora de la palabra poética en toda su extensión y significado, cuando esa palabra remueve el interior de cada lector y se acomoda desde ese instante como parte del propio ADN, toda emoción está garantizada, y de esta forma, la Poesía vuelve a su estado natural. Habría para muchas páginas si nos detuviéramos en esta cuestión tan importante, pero no es posible ahora. La obra que hoy traemos a este escaparate de libros es imprescindible, porque nos acerca a uno de los grandes poetas actuales: Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925). La editorial Trotta nos convoca a la lectura de la Poesía Completa del poeta nicaragüense, en un solo volumen con más de mil páginas. Una edición, en honor a la verdad, extraordinaria, a la que hay que sumar el estudio preliminar de una buena conocedora de la poesía hispanoamericana, y en concreto de la de Ernesto Cardenal, María Ángeles Pérez López, profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, además de poeta. Pérez López nos presenta en este estudio previo todas y cada una de las claves de la poesía de Cardenal. Y lo hace de manera clara y precisa, sentando las bases que permiten al lector conocer la figura de este controvertido poeta nicaragüense. María Ángeles detalla en su análisis cada una de las facetas creadoras de Cardenal, desde su primer libro Epigramas hasta el último Hijos de las estrellas que incluye los poemas inéditos “Estamos en el firmamento” y “Con la puerta cerrada”. Toda una trayectoria poética no exenta de controversias sobre su particular modo de entender la poesía, tanto desde el punto de vista teórico como de la praxis. Sin embargo, Cardenal es honesto consigo mismo y se desnuda ante los demás con la misma naturalidad como quien toma un vaso de agua. No hay sobreactuación, él es el hombre y el poeta en un mismo cuerpo y mente; lo humano y lo divino se complementa y se manifiesta en su particular manera de entender el mundo, que es lo mismo que decir la poesía. Pérez López se adentra en cada uno de los libros publicados por Cardenal en su ya larga vida poética, los analiza al detalle hasta conseguir que sea meridianamente comprensible para el lector tanto el texto en sí mismo como el momento histórico en el que se escribe. La actividad política, religiosa y literaria de Ernesto Cardenal compone un paisaje luminoso donde la palabra y la acción se complementan, y la revolución que proclama tiene un sentido evangélico y humano de imprevisible respuesta. No obstante, Cardenal es hombre y conoce bien al hombre, al poderoso y al desposeído, y solo cuando ese humanismo florece todo parece dignificarse, si bien antes haya sido necesario la lucha por la libertad, incluso con las armas. El exteriorismo, que bebe del imaginismo representado por un movimiento poético angloamericano promovido por el también poeta Ezra Pound, se manifiesta en la mayor parte de la obra de Cardenal e  incluye la presencia de la historia, la teología, la antropología, la lingüística, la economía o la ciencia… La presente obra, Poesía completa, de Ernesto Cardenal viene a demostrar que la palabra poética es todavía imprescindible, como lo es conocer a Ernesto Cardenal en toda su esencia humanística y poético-espiritual, donde el Amor es la razón de toda existencia.   

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986