BARRO DEL PARAÍSO. ALFREDO PÉREZ ALENCART |
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SALA DE LECTURA. PERIÓDICO IDEAL. POR JOSÉ ANTONIO SANTANO
SALA DE LECTURA. PERIÓDICO IDEAL. POR JOSÉ ANTONIO SANTANO
BARRO DEL PARAÍSO. ALFREDO PÉREZ ALENCART |
CECILIA ÁLVAREZ.
SALA DE LECTURA : José Antonio Santano |
Versos Enhebrados
Si observamos el actual panorama de la poesía española, en general, comprobaremos que no es muy frecuente hallar en él referencias a poetas canarios, por no decir olvidados absolutamente del circuito peninsular. Esta circunstancia resulta incomprensible, más aún si se tiene en cuenta la calidad de la que goza la lírica canaria en la actualidad. Prueba de lo que digo es la reciente publicación del libro “Versos enhebrados. (Antología 2008-2018), de la poeta Cecilia Álvarez (La Palma, 1955) y publicado por Ediciones Aguere e Idea. A su autora la conocí el pasado año con motivo del XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos celebrado en la monumental ciudad de Salamanca. Ciertamente hay que reconocer que estos Encuentros vienen siendo para todos los poetas de la comunidad iberoamericana una ocasión extraordinaria para intercambiar experiencias poéticas de incalculable valor, pero también para celebrar el milagro de amistades imperecederas aunque sea desde la distancia que nos separa a muchos de los poetas representados en Salamanca año tras año. Pues bien, en esa ocasión pude comprobar y descubrir la voz poética de Cecilia Álvarez, diferente y de una sensibilidad poco común en los tiempos que corren. La poesía que escribe Cecilia posee un natural latido, un ritmo hondo y transparente al mismo tiempo, capaz de hacernos vibrar y sentir de otra manera hasta entonces desconocida.
En Salamanca conocí a la poeta de “Almenara de sueños”, libro con el que celebramos nuestro encuentro y del cual se recogen en esta antología (“Versos enhebrados”) algunos de sus poemas. Nos dice de Cecilia el poeta Carlos Murciano que «Su escritura desvela “lo que el amor esconde” y lleva de la mano al lector, con delicadeza y sabiduría, hasta asomarlo a ese “cristal de la memoria”, a cuyo través puede contemplar lo mejor de su envés: el verso palpitante, colmado de verdad». No se puede decir con más claridad. Efectivamente, la poesía recogida en esta antología y perteneciente a sus poemarios “El alma deshabitada” (2008), “Primera luz” (2009), “Palabras al alba” (2012), “Adagio del silencio “ (2013), “El lento suspirar de la aurora” (2016) y el ya citado “Almenara de sueños (2018) son un vivo reflejo de su honda y precisa poesía amorosa fundamentalmente, si bien aderezada de los elementos que siempre acompañan al amor: melancolía, miedo, derrota, dolor o sufrimiento, silencio, el tiempo pero signado todo con un lenguaje depurado y exquisito, y la palabra exacta que define su verdadera concepción de lo poético como universo trascendental de lo desconocido o mistérico. Cecilia Álvarez es una poeta que produce un cierto encantamiento, que nos seduce y reconforta de la soledad y el acelerado vivir del hombre sobre la tierra, que nos aparta de lo vacuo para transmitirnos la verdad que la empuja a escribir y escribir como antídoto de un mundo cruel e insolidario. Su mirada, a veces triste, es la mirada que hipnotiza desde la más absoluta entrega amorosa, ella es el amor en toda su esencia: «Hiere el amor y vano vacío de las horas, / hiere el mar y el aire salobre que te cubre. / Hiere la vida cuando sólo el silencio te vive.». Así va entretejiendo Cecilia su verdad más precisa, su andadura vital que no es otra que un darse al otro, incondicionalmente, la otredad como razón de la existencia.
CECILIA ÁLVAREZ.
SALA DE LECTURA : José Antonio Santano |
Versos Enhebrados
Si observamos el actual panorama de la poesía española, en general, comprobaremos que no es muy frecuente hallar en él referencias a poetas canarios, por no decir olvidados absolutamente del circuito peninsular. Esta circunstancia resulta incomprensible, más aún si se tiene en cuenta la calidad de la que goza la lírica canaria en la actualidad. Prueba de lo que digo es la reciente publicación del libro “Versos enhebrados. (Antología 2008-2018), de la poeta Cecilia Álvarez (La Palma, 1955) y publicado por Ediciones Aguere e Idea. A su autora la conocí el pasado año con motivo del XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos celebrado en la monumental ciudad de Salamanca. Ciertamente hay que reconocer que estos Encuentros vienen siendo para todos los poetas de la comunidad iberoamericana una ocasión extraordinaria para intercambiar experiencias poéticas de incalculable valor, pero también para celebrar el milagro de amistades imperecederas aunque sea desde la distancia que nos separa a muchos de los poetas representados en Salamanca año tras año. Pues bien, en esa ocasión pude comprobar y descubrir la voz poética de Cecilia Álvarez, diferente y de una sensibilidad poco común en los tiempos que corren. La poesía que escribe Cecilia posee un natural latido, un ritmo hondo y transparente al mismo tiempo, capaz de hacernos vibrar y sentir de otra manera hasta entonces desconocida.
En Salamanca conocí a la poeta de “Almenara de sueños”, libro con el que celebramos nuestro encuentro y del cual se recogen en esta antología (“Versos enhebrados”) algunos de sus poemas. Nos dice de Cecilia el poeta Carlos Murciano que «Su escritura desvela “lo que el amor esconde” y lleva de la mano al lector, con delicadeza y sabiduría, hasta asomarlo a ese “cristal de la memoria”, a cuyo través puede contemplar lo mejor de su envés: el verso palpitante, colmado de verdad». No se puede decir con más claridad. Efectivamente, la poesía recogida en esta antología y perteneciente a sus poemarios “El alma deshabitada” (2008), “Primera luz” (2009), “Palabras al alba” (2012), “Adagio del silencio “ (2013), “El lento suspirar de la aurora” (2016) y el ya citado “Almenara de sueños (2018) son un vivo reflejo de su honda y precisa poesía amorosa fundamentalmente, si bien aderezada de los elementos que siempre acompañan al amor: melancolía, miedo, derrota, dolor o sufrimiento, silencio, el tiempo pero signado todo con un lenguaje depurado y exquisito, y la palabra exacta que define su verdadera concepción de lo poético como universo trascendental de lo desconocido o mistérico. Cecilia Álvarez es una poeta que produce un cierto encantamiento, que nos seduce y reconforta de la soledad y el acelerado vivir del hombre sobre la tierra, que nos aparta de lo vacuo para transmitirnos la verdad que la empuja a escribir y escribir como antídoto de un mundo cruel e insolidario. Su mirada, a veces triste, es la mirada que hipnotiza desde la más absoluta entrega amorosa, ella es el amor en toda su esencia: «Hiere el amor y vano vacío de las horas, / hiere el mar y el aire salobre que te cubre. / Hiere la vida cuando sólo el silencio te vive.». Así va entretejiendo Cecilia su verdad más precisa, su andadura vital que no es otra que un darse al otro, incondicionalmente, la otredad como razón de la existencia.
ELOCUENCIA DE SILENCIOS de FRANCISCO MUÑOZ SOLER por JOSÉ ANTONIO SANTANO
SALA DE LECTURA PERIÓDICO IDEAL POR JOSÉ ANTONIO SANTANO ELOCUENCIA DE SILENCIOS ____________________________________ |
Francisco Muñoz Soler |
«¿Qué es ser poeta y por qué serlo?
/ Nunca me hice las preguntas,
/ fluye del venero de mi ánima,
/ forjando elección de vida
/ mi posicionamiento en el mundo,
/ manifestarme en la palabra
/ y en los silencios /
con belleza y humanismo».
Su poesía parte así de un compromiso cívico, donde estética y ética van de la mano, al unísono, convencido que solo de esta forma, la verdad –su verdad- nos hará libres a todos. Sitúa al poeta en el centro de ese silencio abarcador, capaz de transformar, de cambiar una realidad por otra, siempre desde la creencia justa de que la palabra es en sí misma el medio para alcanzar el fin. La palabra poética, en toda su intensidad, merodea por doquier, nos abisma en la oscuridad y nos ilumina al mismo tiempo. Crece de esta manera en el poeta la necesidad de comunicar y comunicarse con el mundo exterior, y no puede detenerse ahora, que todo parece imposible o al menos inalcanzable.
Es precisamente en esta hora adversa cuando el poeta regresa a los silencios y en ellos redescubre la esperanza, y la palabra se hace luz en su interior para proyectarla luego hacia el cosmos. Su mirada, la del poeta que vive en Muñoz Soler, percibe la dolorosa tragedia de la vida, y a ella se entrega en cuerpo y alma: «Debemos tenerle miedo / a no atrevernos / a desear una vida digna». En su visión humanista del mundo no cabe sino la reivindicación plena de la dignidad en primer término, de no claudicar a lo que nos pertenece por nacimiento, a lo que es inherente al hombre. Es por ello que nos quiere mostrar otros silencios, esos que pueden cambiar y transformar la triste realidad que nos doblega: «La basura inunda los arcenes, terrales que separan del matorral, / entre ellos, hogares donde la / pobreza es dueña desde el principio de los tiempos y la violencia / ordena el tránsito de los años / de sus moradores». Pero el poeta necesita resistir, renacer de las cenizas, no claudicar, convencido de que solo la palabra será el haz de luz que entre, aunque sea poco a poco, en el corazón del ser humano. Mas la realidad está ahí, presente en cada acto de vida, en cada ser que habita este planeta moribundo, como así nos muestra el poeta en el poema que titula “Mujer Mara”: «Tengo fija en mi mente su mirada, con un odio que rasga la vida. / La muerte esculpida en su / joven rostro. // Solo su esencia de madre la hace dudar de volver a matar, no por / temor o desafecto, sino por / apartar a sus hijos de tanta crueldad, cuya recompensa es recibir y causar daño. // Su sangre, convertida en futuro, sacude la empatía que aún / queda en su naturaleza». Adentrarse en los silencios es una clara meta del poeta, hundirse en su interior y respirar su aire y sus aromas, ser su sangre, para sentirse libre como el vuelo de los pájaros: «Que el silencio no sea resignación, / sino pausa con más alcance que las palabras, / que derribe los muros invisibles de la infamia / y su sonido simiente de esperanza / sea espacio de belleza y piedad / donde se construya convivencia plena». El poeta se rebela contra toda injusticia, para él como ya dijera el poeta, el hombre es el centro del universo y con él pretende caminar de la mano, asumir este compromiso cívico en la defensa de los marginados y desfavorecidos socialmente es un deber ineludible para el poeta. Así lo entiende Muñoz Soler y así se traduce en “Elocuencia de silencios”. Emigración, violencia machista o cualesquier conculcación de los derechos humanos. Mientras esto suceda allí estará el poeta, allí estarán sus versos como única arma, la palabra que aviva el corazón de los hombres y los hace más fuertes y libres. El poeta siente la necesidad de vivir, como anuncia en la última parte del libro, de “sentir cada día como un regalo”:
«Recorro en un canto íntimo
/ habitadas escenas del mundo
/ de mi yo en otro,
/ sombras de mi alma
/ desplegadas en recuerdos…
// solo nuestro silencioso amor
/ se alza sobre el ocaso /
con escalas de ternuras.».
El poeta se resiste a vivir en «una patria de cenizas / donde brota el odio / y el sol siempre está lejano.», de aquí su voz en grito a través de la palabra que ahonda en los silencios, en el alma humana. “Elocuencia de silencios”, un lugar para la reflexión y la esperanza.
Francisco Muñoz Soler (Autor) Málaga 24/12/1957. |
Detalles del Libro
Título: ELOCUENCIA DE SILENCIOS2017- Poemas Selectos-Select Poems. Costa Literaria- España
2016- Poemas Selectos- Selected Poems. Instituto Indo Hispanic - Calcuta-India.
2016- Cuaderno de Viaje. Hanan Hurawi - Perú
2014- Latido íntimo- Inner heartbeat. Corona del Sur- España
2014- Selected Poems- Poemas Selectos. CreativeSpace- California-USA
2014- En tiempo de prodigios - Navegando sueños - El Salvador.
2013- Zona Cero- Zero Zone-. La ovejitabooks- Nueva York, USA
2012- Esencias – Transtextual - México
2012- Alma entre almas -Transtextual- México
2012- La claridad asombrosa (2.ª ed.)- El barco ebrio - España
2011- La incierta superficie - Colección Sur La Habana-Cuba
2011- Ícaro. El barco ebrio - España
2011- Selección natural. Ediciones Rubeo- España
2010- La voz del pensamiento - A bordo del polen- México
2010- Restauración - A bordo del polen - México
2010- Una flor erguida - Paracaídas, Lima, Perú
2009- La claridad asombrosa - Voces de hoy, Florida- USA
2008- La densa corporeidad de mi memoria. Ediciones Estival, Venezuela
2006- Áspero tránsito, Pájaros en los cables, Lima - Perú
2000- Lluvia ácida, Vicio Perfecto, Lima - Perú
1996- Prehistoria poética (1978-1996). Ediciones Estival - Venezuela
Traducido al inglés, árabe, italiano, bengalí, rumano, assamese, alemán.
Traslated to english, arabic, italian, bengali, romanian, assamese, german.
ELOCUENCIA DE SILENCIOS de FRANCISCO MUÑOZ SOLER por JOSÉ ANTONIO SANTANO
SALA DE LECTURA PERIÓDICO IDEAL POR JOSÉ ANTONIO SANTANO ELOCUENCIA DE SILENCIOS ____________________________________ |
Francisco Muñoz Soler |
«¿Qué es ser poeta y por qué serlo?
/ Nunca me hice las preguntas,
/ fluye del venero de mi ánima,
/ forjando elección de vida
/ mi posicionamiento en el mundo,
/ manifestarme en la palabra
/ y en los silencios /
con belleza y humanismo».
Su poesía parte así de un compromiso cívico, donde estética y ética van de la mano, al unísono, convencido que solo de esta forma, la verdad –su verdad- nos hará libres a todos. Sitúa al poeta en el centro de ese silencio abarcador, capaz de transformar, de cambiar una realidad por otra, siempre desde la creencia justa de que la palabra es en sí misma el medio para alcanzar el fin. La palabra poética, en toda su intensidad, merodea por doquier, nos abisma en la oscuridad y nos ilumina al mismo tiempo. Crece de esta manera en el poeta la necesidad de comunicar y comunicarse con el mundo exterior, y no puede detenerse ahora, que todo parece imposible o al menos inalcanzable.
Es precisamente en esta hora adversa cuando el poeta regresa a los silencios y en ellos redescubre la esperanza, y la palabra se hace luz en su interior para proyectarla luego hacia el cosmos. Su mirada, la del poeta que vive en Muñoz Soler, percibe la dolorosa tragedia de la vida, y a ella se entrega en cuerpo y alma: «Debemos tenerle miedo / a no atrevernos / a desear una vida digna». En su visión humanista del mundo no cabe sino la reivindicación plena de la dignidad en primer término, de no claudicar a lo que nos pertenece por nacimiento, a lo que es inherente al hombre. Es por ello que nos quiere mostrar otros silencios, esos que pueden cambiar y transformar la triste realidad que nos doblega: «La basura inunda los arcenes, terrales que separan del matorral, / entre ellos, hogares donde la / pobreza es dueña desde el principio de los tiempos y la violencia / ordena el tránsito de los años / de sus moradores». Pero el poeta necesita resistir, renacer de las cenizas, no claudicar, convencido de que solo la palabra será el haz de luz que entre, aunque sea poco a poco, en el corazón del ser humano. Mas la realidad está ahí, presente en cada acto de vida, en cada ser que habita este planeta moribundo, como así nos muestra el poeta en el poema que titula “Mujer Mara”: «Tengo fija en mi mente su mirada, con un odio que rasga la vida. / La muerte esculpida en su / joven rostro. // Solo su esencia de madre la hace dudar de volver a matar, no por / temor o desafecto, sino por / apartar a sus hijos de tanta crueldad, cuya recompensa es recibir y causar daño. // Su sangre, convertida en futuro, sacude la empatía que aún / queda en su naturaleza». Adentrarse en los silencios es una clara meta del poeta, hundirse en su interior y respirar su aire y sus aromas, ser su sangre, para sentirse libre como el vuelo de los pájaros: «Que el silencio no sea resignación, / sino pausa con más alcance que las palabras, / que derribe los muros invisibles de la infamia / y su sonido simiente de esperanza / sea espacio de belleza y piedad / donde se construya convivencia plena». El poeta se rebela contra toda injusticia, para él como ya dijera el poeta, el hombre es el centro del universo y con él pretende caminar de la mano, asumir este compromiso cívico en la defensa de los marginados y desfavorecidos socialmente es un deber ineludible para el poeta. Así lo entiende Muñoz Soler y así se traduce en “Elocuencia de silencios”. Emigración, violencia machista o cualesquier conculcación de los derechos humanos. Mientras esto suceda allí estará el poeta, allí estarán sus versos como única arma, la palabra que aviva el corazón de los hombres y los hace más fuertes y libres. El poeta siente la necesidad de vivir, como anuncia en la última parte del libro, de “sentir cada día como un regalo”:
«Recorro en un canto íntimo
/ habitadas escenas del mundo
/ de mi yo en otro,
/ sombras de mi alma
/ desplegadas en recuerdos…
// solo nuestro silencioso amor
/ se alza sobre el ocaso /
con escalas de ternuras.».
El poeta se resiste a vivir en «una patria de cenizas / donde brota el odio / y el sol siempre está lejano.», de aquí su voz en grito a través de la palabra que ahonda en los silencios, en el alma humana. “Elocuencia de silencios”, un lugar para la reflexión y la esperanza.
Francisco Muñoz Soler (Autor) Málaga 24/12/1957. |
Detalles del Libro
Título: ELOCUENCIA DE SILENCIOS2017- Poemas Selectos-Select Poems. Costa Literaria- España
2016- Poemas Selectos- Selected Poems. Instituto Indo Hispanic - Calcuta-India.
2016- Cuaderno de Viaje. Hanan Hurawi - Perú
2014- Latido íntimo- Inner heartbeat. Corona del Sur- España
2014- Selected Poems- Poemas Selectos. CreativeSpace- California-USA
2014- En tiempo de prodigios - Navegando sueños - El Salvador.
2013- Zona Cero- Zero Zone-. La ovejitabooks- Nueva York, USA
2012- Esencias – Transtextual - México
2012- Alma entre almas -Transtextual- México
2012- La claridad asombrosa (2.ª ed.)- El barco ebrio - España
2011- La incierta superficie - Colección Sur La Habana-Cuba
2011- Ícaro. El barco ebrio - España
2011- Selección natural. Ediciones Rubeo- España
2010- La voz del pensamiento - A bordo del polen- México
2010- Restauración - A bordo del polen - México
2010- Una flor erguida - Paracaídas, Lima, Perú
2009- La claridad asombrosa - Voces de hoy, Florida- USA
2008- La densa corporeidad de mi memoria. Ediciones Estival, Venezuela
2006- Áspero tránsito, Pájaros en los cables, Lima - Perú
2000- Lluvia ácida, Vicio Perfecto, Lima - Perú
1996- Prehistoria poética (1978-1996). Ediciones Estival - Venezuela
Traducido al inglés, árabe, italiano, bengalí, rumano, assamese, alemán.
Traslated to english, arabic, italian, bengali, romanian, assamese, german.
ENCARNA LEÓN, "ESTA ESPERA DE AVE" por JOSÉ ANTONIO SANTANO
SALÓN DE LECTURA _____ José Antonio Santano
Esta espera de Ave
Como el agua que fluye por las venas del mar y que no cesa es la poesía. Sube a la cresta de las olas (risas de los mares las llamó Esquilo) o se abisma en las profundidades de coral y silencios. Estallido de lluvia en otoño o sol abrasador en el estío, así la poesía se adentra en los bosques y en los pájaros vuelo es. En lo absoluto existe, principio y fin, luz y sombra al mismo tiempo, alegría y tristeza, cara y cruz de la misma moneda, hondo silencio trascendido.
SALÓN DE LECTURA EN EL DIARIO DE ALMERÍA. ESTA ESPERA DE AVE |
La madurez poética de Encarna León está de sobra demostrada por el ya largo camino recorrido y por la calidad de su obra, influenciada por la mejor tradición clásica y su renovada concepción de la poesía como instrumento no solo de transmisión de conocimientos, sino de la vital trascendencia de la palabra y su esencia emocional. De una primera lectura de “Esta espera de ave” hallamos una plena sensación de paz y armonía en comunión perfecta y amorosa con la Naturaleza en su más amplio sentido. Asiste a la poeta una continua melancolía, un hálito que embarga su espíritu y hace que su mirada hacia el pasado sea el motivo principal para construir un universo propio donde el Amor y el Tiempo son los asideros, los pilares que sustentan su particular concepción de la poesía, donde la Belleza también ocupa un lugar de relevancia.
Parte Encarna León de lo cotidiano para crear otro mundo en el cual el yo poético trasciende hasta convertirse en otra realidad, como así lo expone Fernández de la Torre en su estudio sobre la obra reunida de la poeta: «La poesía de Encarna León parte de un principio vital ineludible, ese que se re-produce y transmite en imágenes el yo, un sujeto poético en el que la ‘verdad’ en la escritura se libera de los límites de lo cotidiano». “Esta espera de ave” contiene 28 poemas divididos en dos partes, a saber: “Un juego de inquietudes” y “Con ropaje de adagio”, a las que precede un prólogo de María del Carmen Hoyos Ragel, que nos aproxima con rigor a los poemas contenidos. Destacaría de este poemario su lenguaje, sencillo y cercano, esa cierta nostalgia en la mirada, la natural cohabitación de forma y fondo, tanto por uso de recursos retóricos (anáfora, aliteraciones, oxímoron, metáfora, paralelismos, etc.), como por la temática muy en su línea de libros anteriores; el amor por encima de todo, el paso del tiempo, y la mar al fondo, siempre. Ya desde el título del poemario viene a confirmar dichas circunstancias. El ave como símbolo de la libertad, de su majestuoso vuelo hacia todo lugar, y también de la naturaleza, y el tiempo en la continuada “espera” de un tiempo que pasa y nos deja sus huellas, sus cicatrices, sus soledades y silencios:
«A veces el silencio te otorga
/ una liturgia de sueños encontrados
/ al pasear caminos con sus duendes
/ prendidos al filo de un deseo.»;
y todo, a su vez, envuelto en la sedosa forma del amor: «Cómo me gustaría retornar a ese / tiempo de escalofríos tenues. / de jilgueros cantando en el centro / del pecho. // Cómo me gustaría encontrar ese tiempo / dormido en la memoria. // Cómo me gustaría conocerte de nuevo»
Encarna León ahonda en la naturaleza de las cosas sencillas y cotidianas para descubrirnos otras realidades, otras verdades, quizá las de un yo que es otredad en sí mismo, que necesita del tú y el nosotros para ser y estar en el mundo que ella misma edifica cada día desde su más sentida soledad, de saberse en la espera y esperada: «La butaca sostiene esta espera / de ave y cobija tu esfuerzo / y tu cansancio en estancia de olvido.». Y es por ello que su voz se alza hasta las nubes y las estrellas, y en ellas vive, como el sueño en las noches de otoño, al compás de una música que se repite como un eco y adormece los sentidos nutriendo de esperanza todos los miedos que el tiempo ha ido sembrando:
Pero siempre, antes, durante y después del camino, el Amor (de y con Rafael) salvador de abismos: «Amor, / solo tengo ternura al filo de los labios / y con ella te ofrezco este abrazo infinito.». Poesía y emoción en la voz singular y clara de Encarna León.
Título: Esta espera de ave
Autor: Encarna León
Editorial: GEEPP (Melilla, 2018)
ENCARNA LEÓN, "ESTA ESPERA DE AVE" por JOSÉ ANTONIO SANTANO
SALÓN DE LECTURA _____ José Antonio Santano
Esta espera de Ave
Como el agua que fluye por las venas del mar y que no cesa es la poesía. Sube a la cresta de las olas (risas de los mares las llamó Esquilo) o se abisma en las profundidades de coral y silencios. Estallido de lluvia en otoño o sol abrasador en el estío, así la poesía se adentra en los bosques y en los pájaros vuelo es. En lo absoluto existe, principio y fin, luz y sombra al mismo tiempo, alegría y tristeza, cara y cruz de la misma moneda, hondo silencio trascendido.
SALÓN DE LECTURA EN EL DIARIO DE ALMERÍA. ESTA ESPERA DE AVE |
La madurez poética de Encarna León está de sobra demostrada por el ya largo camino recorrido y por la calidad de su obra, influenciada por la mejor tradición clásica y su renovada concepción de la poesía como instrumento no solo de transmisión de conocimientos, sino de la vital trascendencia de la palabra y su esencia emocional. De una primera lectura de “Esta espera de ave” hallamos una plena sensación de paz y armonía en comunión perfecta y amorosa con la Naturaleza en su más amplio sentido. Asiste a la poeta una continua melancolía, un hálito que embarga su espíritu y hace que su mirada hacia el pasado sea el motivo principal para construir un universo propio donde el Amor y el Tiempo son los asideros, los pilares que sustentan su particular concepción de la poesía, donde la Belleza también ocupa un lugar de relevancia.
Parte Encarna León de lo cotidiano para crear otro mundo en el cual el yo poético trasciende hasta convertirse en otra realidad, como así lo expone Fernández de la Torre en su estudio sobre la obra reunida de la poeta: «La poesía de Encarna León parte de un principio vital ineludible, ese que se re-produce y transmite en imágenes el yo, un sujeto poético en el que la ‘verdad’ en la escritura se libera de los límites de lo cotidiano». “Esta espera de ave” contiene 28 poemas divididos en dos partes, a saber: “Un juego de inquietudes” y “Con ropaje de adagio”, a las que precede un prólogo de María del Carmen Hoyos Ragel, que nos aproxima con rigor a los poemas contenidos. Destacaría de este poemario su lenguaje, sencillo y cercano, esa cierta nostalgia en la mirada, la natural cohabitación de forma y fondo, tanto por uso de recursos retóricos (anáfora, aliteraciones, oxímoron, metáfora, paralelismos, etc.), como por la temática muy en su línea de libros anteriores; el amor por encima de todo, el paso del tiempo, y la mar al fondo, siempre. Ya desde el título del poemario viene a confirmar dichas circunstancias. El ave como símbolo de la libertad, de su majestuoso vuelo hacia todo lugar, y también de la naturaleza, y el tiempo en la continuada “espera” de un tiempo que pasa y nos deja sus huellas, sus cicatrices, sus soledades y silencios:
«A veces el silencio te otorga
/ una liturgia de sueños encontrados
/ al pasear caminos con sus duendes
/ prendidos al filo de un deseo.»;
y todo, a su vez, envuelto en la sedosa forma del amor: «Cómo me gustaría retornar a ese / tiempo de escalofríos tenues. / de jilgueros cantando en el centro / del pecho. // Cómo me gustaría encontrar ese tiempo / dormido en la memoria. // Cómo me gustaría conocerte de nuevo»
Encarna León ahonda en la naturaleza de las cosas sencillas y cotidianas para descubrirnos otras realidades, otras verdades, quizá las de un yo que es otredad en sí mismo, que necesita del tú y el nosotros para ser y estar en el mundo que ella misma edifica cada día desde su más sentida soledad, de saberse en la espera y esperada: «La butaca sostiene esta espera / de ave y cobija tu esfuerzo / y tu cansancio en estancia de olvido.». Y es por ello que su voz se alza hasta las nubes y las estrellas, y en ellas vive, como el sueño en las noches de otoño, al compás de una música que se repite como un eco y adormece los sentidos nutriendo de esperanza todos los miedos que el tiempo ha ido sembrando:
Pero siempre, antes, durante y después del camino, el Amor (de y con Rafael) salvador de abismos: «Amor, / solo tengo ternura al filo de los labios / y con ella te ofrezco este abrazo infinito.». Poesía y emoción en la voz singular y clara de Encarna León.
Título: Esta espera de ave
Autor: Encarna León
Editorial: GEEPP (Melilla, 2018)
DEMOLICIÓN de FRANCISCO CAÑABATE RECHE por JOSÉ ANTONIO SANTANO
DEMOLICIÓN, FRANCISCO CAÑABATE RECHE, por JOSÉ ANTONIO SANTANO para DIARIO DE ALMERÍA |
MIS COLABORACIONES EN YOUTUBE
VERSOS CONTRA VIRUS.
SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
ALTA LUCIÉRNAGA. 2021
Dos orillas.2020
Marparaíso.2019
TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014
ISBN: 13: 978-84-942992-3-0
Clasificación: Poesía.
Tamaño: 14x21 cm
Idioma de publicación: Castellano
Edición: 1ª Ed.1ª Impr.
Fecha de impresión: Noviembre 2014
Encuadernación: Rústica con solapa
Páginas: 104
PVP: 12€
Colección: Daraxa
José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.
Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.
José Cabrera Martos