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ENCARNA LEÓN, "ESTA ESPERA DE AVE" por JOSÉ ANTONIO SANTANO

ENCARNA LEÓN
-  ENCARNA LEÓN-                   
ESTA ESPERA DE AVE
ESTA ESPERA DE AVE















      





SALÓN DE LECTURA _____ José Antonio Santano
 para DIARIO DE ALMERÍA.


Esta espera de Ave

Como el agua que fluye por las venas del mar y que no cesa es la poesía. Sube a la cresta de las olas (risas de los mares las llamó Esquilo) o se abisma en las profundidades de coral y silencios. Estallido de lluvia en otoño o sol abrasador en el estío, así la poesía se adentra en los bosques y en los pájaros vuelo es. En lo absoluto existe, principio y fin, luz y sombra al mismo tiempo, alegría y tristeza, cara y cruz de la misma moneda, hondo silencio trascendido. 






ESTA ESPERA DE AVE DE ENCARNA LEÓN
SALÓN DE LECTURA EN EL DIARIO DE ALMERÍA. ESTA ESPERA DE AVE
Una música que se clava tal cuchillo en el pecho y que ensordece y nos nubla y enloquece hasta no ser nada y todo. Poesía es un ave que espera la vuelta de sus crías y es rito en la entrega amorosa, y un dulce fruto, sin duda, en la voz de la poeta Encarna León (Granada, 1944). La poeta, aunque nacida en Granada, reside en la ciudad Melilla, cuyo gobierno homenajea con la creación en el año 2000 de un Certamen Internacional de Relato Corto que lleva su nombre y mantiene en la actualidad. Su obra es extensa, con trece títulos de poesía y tres de narrativa; su poesía reunida hasta ahora se halla en el libro “El color de los ritos. Obra poética 1984-2010”, lo que nos da una idea de su incansable labor en pro de la literatura, y en concreto de la poesía. Asimismo pertenece a las asociaciones Colegial de Escritores de España, Andaluza de Críticos Literarios y de Humanismo Solidario. Su último libro "Esta espera de ave" es el que hoy traemos a este espacio.
La madurez poética de Encarna León está de sobra demostrada por el ya largo camino recorrido y por la calidad de su obra, influenciada por la mejor tradición clásica y su renovada concepción de la poesía como instrumento no solo de transmisión de conocimientos, sino de la vital trascendencia de la palabra y su esencia emocional. De una primera lectura de “Esta espera de ave” hallamos una plena sensación de paz y armonía en comunión perfecta y amorosa con la Naturaleza en su más amplio sentido. Asiste a la poeta una continua melancolía, un hálito que embarga su espíritu y hace que su mirada hacia el pasado sea el motivo principal para construir un universo propio donde el Amor y el Tiempo son los asideros, los pilares que sustentan su particular concepción de la poesía, donde la Belleza también ocupa un lugar de relevancia.
Parte Encarna León de lo cotidiano para crear otro mundo en el cual el yo poético trasciende hasta convertirse en otra realidad, como así lo expone Fernández de la Torre en  su estudio sobre la obra reunida de la poeta: «La poesía de Encarna León parte de un principio vital ineludible, ese que se re-produce y transmite en imágenes el yo, un sujeto poético en el que la ‘verdad’ en la escritura se libera de los límites de lo cotidiano». “Esta espera de ave” contiene 28 poemas divididos en dos partes, a saber: “Un juego de inquietudes” y “Con ropaje de adagio”, a las que precede un prólogo de María del Carmen Hoyos Ragel, que nos aproxima con rigor a los poemas contenidos. Destacaría de este poemario su lenguaje, sencillo y cercano, esa cierta nostalgia en la mirada, la natural cohabitación de forma y fondo, tanto por uso de recursos retóricos (anáfora, aliteraciones, oxímoron, metáfora, paralelismos, etc.), como por la temática muy en su línea de libros anteriores; el amor por encima de todo, el paso del tiempo, y la mar al fondo, siempre. Ya desde el título del poemario viene a confirmar dichas circunstancias. El ave como símbolo de la libertad, de su majestuoso vuelo hacia todo lugar, y también de la naturaleza, y el tiempo en la continuada “espera” de un tiempo que pasa y nos deja sus huellas, sus cicatrices, sus soledades y silencios:
«A veces el silencio te otorga
/ una liturgia de sueños encontrados
 / al pasear caminos con sus duendes
/ prendidos al filo de un deseo.»;
 y todo, a su vez, envuelto en la sedosa forma del amor: «Cómo me gustaría retornar a ese / tiempo de escalofríos tenues. / de jilgueros cantando en el centro / del pecho. // Cómo me gustaría encontrar ese tiempo / dormido en la memoria. // Cómo me gustaría conocerte de nuevo»
 Encarna León ahonda en la naturaleza de las cosas sencillas y cotidianas para descubrirnos otras realidades, otras verdades, quizá las de un yo que es otredad en sí mismo, que necesita del tú y el nosotros para ser y estar en el mundo que ella misma edifica cada día desde su más sentida soledad, de saberse en la espera y esperada: «La butaca sostiene esta espera / de ave y cobija tu esfuerzo / y tu cansancio en estancia de olvido.». Y es por ello que su voz se alza hasta las nubes y las estrellas, y en ellas vive, como el sueño en las noches de otoño, al compás de una música que se repite como un eco y adormece los sentidos nutriendo de esperanza  todos los miedos que el tiempo ha ido sembrando: 


«Ahora, cuando se ven caer
 las hojas finales de los años 
en ramales imprecisos de vida, 
cuando los ojos perdieron su luz
y su armonía y piden un milagro 
para cruzar las últimas estancias,
  ahora, el miedo es el más ferviente
 amigo, el que siempre acompaña, 
  y no quiere dejarte completamente 
 a solas perdida en esa melodía». 

Pero siempre, antes, durante y después del camino, el Amor (de y con Rafael) salvador de abismos: «Amor, / solo tengo ternura al filo de los labios / y con ella te ofrezco este abrazo infinito.». Poesía y emoción en la voz singular y clara de Encarna León.

Título: Esta espera de ave              
Autor: Encarna León
Editorial: GEEPP (Melilla, 2018) 

ENCARNA LEÓN, "ESTA ESPERA DE AVE" por JOSÉ ANTONIO SANTANO

ENCARNA LEÓN
-  ENCARNA LEÓN-                   
ESTA ESPERA DE AVE
ESTA ESPERA DE AVE















      





SALÓN DE LECTURA _____ José Antonio Santano
 para DIARIO DE ALMERÍA.


Esta espera de Ave

Como el agua que fluye por las venas del mar y que no cesa es la poesía. Sube a la cresta de las olas (risas de los mares las llamó Esquilo) o se abisma en las profundidades de coral y silencios. Estallido de lluvia en otoño o sol abrasador en el estío, así la poesía se adentra en los bosques y en los pájaros vuelo es. En lo absoluto existe, principio y fin, luz y sombra al mismo tiempo, alegría y tristeza, cara y cruz de la misma moneda, hondo silencio trascendido. 






ESTA ESPERA DE AVE DE ENCARNA LEÓN
SALÓN DE LECTURA EN EL DIARIO DE ALMERÍA. ESTA ESPERA DE AVE
Una música que se clava tal cuchillo en el pecho y que ensordece y nos nubla y enloquece hasta no ser nada y todo. Poesía es un ave que espera la vuelta de sus crías y es rito en la entrega amorosa, y un dulce fruto, sin duda, en la voz de la poeta Encarna León (Granada, 1944). La poeta, aunque nacida en Granada, reside en la ciudad Melilla, cuyo gobierno homenajea con la creación en el año 2000 de un Certamen Internacional de Relato Corto que lleva su nombre y mantiene en la actualidad. Su obra es extensa, con trece títulos de poesía y tres de narrativa; su poesía reunida hasta ahora se halla en el libro “El color de los ritos. Obra poética 1984-2010”, lo que nos da una idea de su incansable labor en pro de la literatura, y en concreto de la poesía. Asimismo pertenece a las asociaciones Colegial de Escritores de España, Andaluza de Críticos Literarios y de Humanismo Solidario. Su último libro "Esta espera de ave" es el que hoy traemos a este espacio.
La madurez poética de Encarna León está de sobra demostrada por el ya largo camino recorrido y por la calidad de su obra, influenciada por la mejor tradición clásica y su renovada concepción de la poesía como instrumento no solo de transmisión de conocimientos, sino de la vital trascendencia de la palabra y su esencia emocional. De una primera lectura de “Esta espera de ave” hallamos una plena sensación de paz y armonía en comunión perfecta y amorosa con la Naturaleza en su más amplio sentido. Asiste a la poeta una continua melancolía, un hálito que embarga su espíritu y hace que su mirada hacia el pasado sea el motivo principal para construir un universo propio donde el Amor y el Tiempo son los asideros, los pilares que sustentan su particular concepción de la poesía, donde la Belleza también ocupa un lugar de relevancia.
Parte Encarna León de lo cotidiano para crear otro mundo en el cual el yo poético trasciende hasta convertirse en otra realidad, como así lo expone Fernández de la Torre en  su estudio sobre la obra reunida de la poeta: «La poesía de Encarna León parte de un principio vital ineludible, ese que se re-produce y transmite en imágenes el yo, un sujeto poético en el que la ‘verdad’ en la escritura se libera de los límites de lo cotidiano». “Esta espera de ave” contiene 28 poemas divididos en dos partes, a saber: “Un juego de inquietudes” y “Con ropaje de adagio”, a las que precede un prólogo de María del Carmen Hoyos Ragel, que nos aproxima con rigor a los poemas contenidos. Destacaría de este poemario su lenguaje, sencillo y cercano, esa cierta nostalgia en la mirada, la natural cohabitación de forma y fondo, tanto por uso de recursos retóricos (anáfora, aliteraciones, oxímoron, metáfora, paralelismos, etc.), como por la temática muy en su línea de libros anteriores; el amor por encima de todo, el paso del tiempo, y la mar al fondo, siempre. Ya desde el título del poemario viene a confirmar dichas circunstancias. El ave como símbolo de la libertad, de su majestuoso vuelo hacia todo lugar, y también de la naturaleza, y el tiempo en la continuada “espera” de un tiempo que pasa y nos deja sus huellas, sus cicatrices, sus soledades y silencios:
«A veces el silencio te otorga
/ una liturgia de sueños encontrados
 / al pasear caminos con sus duendes
/ prendidos al filo de un deseo.»;
 y todo, a su vez, envuelto en la sedosa forma del amor: «Cómo me gustaría retornar a ese / tiempo de escalofríos tenues. / de jilgueros cantando en el centro / del pecho. // Cómo me gustaría encontrar ese tiempo / dormido en la memoria. // Cómo me gustaría conocerte de nuevo»
 Encarna León ahonda en la naturaleza de las cosas sencillas y cotidianas para descubrirnos otras realidades, otras verdades, quizá las de un yo que es otredad en sí mismo, que necesita del tú y el nosotros para ser y estar en el mundo que ella misma edifica cada día desde su más sentida soledad, de saberse en la espera y esperada: «La butaca sostiene esta espera / de ave y cobija tu esfuerzo / y tu cansancio en estancia de olvido.». Y es por ello que su voz se alza hasta las nubes y las estrellas, y en ellas vive, como el sueño en las noches de otoño, al compás de una música que se repite como un eco y adormece los sentidos nutriendo de esperanza  todos los miedos que el tiempo ha ido sembrando: 


«Ahora, cuando se ven caer
 las hojas finales de los años 
en ramales imprecisos de vida, 
cuando los ojos perdieron su luz
y su armonía y piden un milagro 
para cruzar las últimas estancias,
  ahora, el miedo es el más ferviente
 amigo, el que siempre acompaña, 
  y no quiere dejarte completamente 
 a solas perdida en esa melodía». 

Pero siempre, antes, durante y después del camino, el Amor (de y con Rafael) salvador de abismos: «Amor, / solo tengo ternura al filo de los labios / y con ella te ofrezco este abrazo infinito.». Poesía y emoción en la voz singular y clara de Encarna León.

Título: Esta espera de ave              
Autor: Encarna León
Editorial: GEEPP (Melilla, 2018) 

DEMOLICIÓN de FRANCISCO CAÑABATE RECHE por JOSÉ ANTONIO SANTANO


DEMOLICIÓN DE FRANCISCO CAÑABATE RECHE.
DEMOLICIÓN, FRANCISCO CAÑABATE RECHE, por JOSÉ ANTONIO SANTANO para DIARIO DE ALMERÍA


Vivimos tiempos confusos, también de autocomplacencia. Visto así parecería contradictorio, pero no. Lo uno lleva a lo otro, y viceversa. 
 

DEMOLICIÓN. FRANCISCO CAÑABATE RECHE La carencia de estímulos capaces de provocar en las personas la necesidad de plantearse el análisis o la meditación relacionada con todo lo que le rodea, dejándose arrastrar hacia el acomodo y la indiferencia lleva, sin lugar a dudas, a la autocomplacencia. Si esto se produce en cualquier ámbito de la vida, también ocurre cuando tratamos de la literatura. Existe una aceptación cada vez más mayoritaria respecto a un canon o una tendencia determinada, muy mediática y mercantilista que daña la esencia misma de lo literario. El tiempo, estoy seguro, pasará por encima de quienes ahora, autocomplacidos por  su suerte y sus amistades ocupan un lugar preferente, para ser  al final del camino, tan invisibles como olvidados. Lo verdaderamente literario trascenderá ese tiempo y se perpetuará en las bibliotecas y en la memoria de los lectores.
El camino de la literatura no es ni muchos menos fácil, todo lo contrario, está repleto de obstáculos que todo escritor ha de salvar de la mejor manera posible, siempre desde el conocimiento y la experiencia desarrollada a lo largo de su vida, en la medida en que para llegar a la meta, al objetivo último, es necesario la voluntad y el tesón suficiente para alcanzarlo, capacidades ambas que se manifiestan en el escritor Francisco Cañabate Reche (Almería, 1962) desde que diera a la luz pública su primer libro de relatos “El burlador del tiempo”, allá por el año 1998. Luego vinieron otros como “La sonrisa secreta de la luna” (2001), “El grito” (2003), “El arco iris de Rubens” (2007), “Las miradas cruzadas” (2009), “Sueños encadenados” (2013), “Escaques amarillos” (2016) y “La posibilidad de la pantera” (2017). Su último libro y el que nos convoca en esta ocasión se titula “Demolición”, publicado al igual que los anteriores en la granadina editorial Alhulia. En estos veintiún años de trayectoria literaria Cañabate Reche ha mantenido, con algunas variaciones propias del paso del tiempo, unas personalísimas características identitarias, una estética singular que lo distingue de otros escritores y otros géneros narrativos.
Como no podía ser de otra  forma la temática expuesta en sus narraciones ha sido variada, pero siempre y en todas, se vislumbra en sus textos una particular manera de concebir el mundo, desde una óptica filosófica o metafísica muy clara. De ahí esa necesidad suya de explicar cuanto acontece y de aclararlo mediante el uso continuado del paréntesis, seguida inmediatamente de la duda, de las constantes preguntas y respuestas, de los paralelismos y las hipótesis, lo que vendría en denominarse, o así me lo parece, una narrativa filosófica,  poco frecuente en el panorama literario actual. El propio autor, en las páginas iniciales, manifiesta que en todas sus novelas «hay claves, conexiones, que permiten el paso de una historia a otra», y a todo esto, habría que añadir el mundo de lo desconocido, de la imaginación o el sueño como elemento fundamental de la creación literaria: «Una vez fue posible soñar el universo. Ver estrellas lejanas, pensar en alcanzarlas.
No hace tanto, en los tiempos previos al gran desastre, en contraste con el desorden y la inseguridad reinante en todas partes, hubo un momento de enorme desarrollo tecnológico. En lugares secretos se llevaban a cabo proyectos muy sofisticados. Florecían las ciudades aisladas, herméticas, completamente rígidas, creadas alrededor de una de esas ideas, solo para servirla. La carrera espacial estaba abierta.». Cañabate parte de una suposición, de una hipótesis existente sólo en su imaginario y sobre él va construyendo una historia o una serie de historias que se interrelacionan a medida que avanza el discurso narrativo, a través de un narrador omnisciente o de los propios personajes.
El protagonista de “Demolición” se llama Joaquim Almeida Jr., es brasileño y por su gran capacidad memorística acabará al servicio del capo mafioso Don Anselmo di Mica, que tras la muerte de este será su sustituto.   Estructurada en tres libros, el primero Demolición, el segundo Abismos y el tercero Notas de viaje y otros des(a)tinos (estas dos últimas partes con relatos breves, a veces casi aforísticos), la novela narra la historia de un desastre que se anuncia desde la primera página: «El final de esta historia, o el principio, fue la explosión que lo silenció todo. La voz del monstruo dentro de las cabezas de nueve mil millones de personas que murieron a un tiempo y acabaron, que se quedaron quietas, como estaban, en cualquier posición, calladas para siempre, entonces.», una historia única ante una última esperanza. Cañabate fija la mirada, la que representa el escritor, en el mundo que le rodea para conformar otro bien distinto e imaginario que bebe del viaje como elemento aglutinador de la narración, de las narraciones, provocando el suspense necesario para que el lector no abandone y siga con interés el hilo narrativo. De esta manera, Cañabate Reche pertenece a ese club de narradores que se distinguen por un estilo propio, por una estética que lo identifica y que bien podría denominarse filosófica o metafísica y por esa capacidad innata en él para imaginar, para inventar. 

FRANCISCO CAÑABATE RECHE

     
Autor: Francisco Cañabate Reche
Título: Demolición       
Editorial: Alhulia (2019) 

DEMOLICIÓN de FRANCISCO CAÑABATE RECHE por JOSÉ ANTONIO SANTANO


DEMOLICIÓN DE FRANCISCO CAÑABATE RECHE.
DEMOLICIÓN, FRANCISCO CAÑABATE RECHE, por JOSÉ ANTONIO SANTANO para DIARIO DE ALMERÍA


Vivimos tiempos confusos, también de autocomplacencia. Visto así parecería contradictorio, pero no. Lo uno lleva a lo otro, y viceversa. 
 

DEMOLICIÓN. FRANCISCO CAÑABATE RECHE La carencia de estímulos capaces de provocar en las personas la necesidad de plantearse el análisis o la meditación relacionada con todo lo que le rodea, dejándose arrastrar hacia el acomodo y la indiferencia lleva, sin lugar a dudas, a la autocomplacencia. Si esto se produce en cualquier ámbito de la vida, también ocurre cuando tratamos de la literatura. Existe una aceptación cada vez más mayoritaria respecto a un canon o una tendencia determinada, muy mediática y mercantilista que daña la esencia misma de lo literario. El tiempo, estoy seguro, pasará por encima de quienes ahora, autocomplacidos por  su suerte y sus amistades ocupan un lugar preferente, para ser  al final del camino, tan invisibles como olvidados. Lo verdaderamente literario trascenderá ese tiempo y se perpetuará en las bibliotecas y en la memoria de los lectores.
El camino de la literatura no es ni muchos menos fácil, todo lo contrario, está repleto de obstáculos que todo escritor ha de salvar de la mejor manera posible, siempre desde el conocimiento y la experiencia desarrollada a lo largo de su vida, en la medida en que para llegar a la meta, al objetivo último, es necesario la voluntad y el tesón suficiente para alcanzarlo, capacidades ambas que se manifiestan en el escritor Francisco Cañabate Reche (Almería, 1962) desde que diera a la luz pública su primer libro de relatos “El burlador del tiempo”, allá por el año 1998. Luego vinieron otros como “La sonrisa secreta de la luna” (2001), “El grito” (2003), “El arco iris de Rubens” (2007), “Las miradas cruzadas” (2009), “Sueños encadenados” (2013), “Escaques amarillos” (2016) y “La posibilidad de la pantera” (2017). Su último libro y el que nos convoca en esta ocasión se titula “Demolición”, publicado al igual que los anteriores en la granadina editorial Alhulia. En estos veintiún años de trayectoria literaria Cañabate Reche ha mantenido, con algunas variaciones propias del paso del tiempo, unas personalísimas características identitarias, una estética singular que lo distingue de otros escritores y otros géneros narrativos.
Como no podía ser de otra  forma la temática expuesta en sus narraciones ha sido variada, pero siempre y en todas, se vislumbra en sus textos una particular manera de concebir el mundo, desde una óptica filosófica o metafísica muy clara. De ahí esa necesidad suya de explicar cuanto acontece y de aclararlo mediante el uso continuado del paréntesis, seguida inmediatamente de la duda, de las constantes preguntas y respuestas, de los paralelismos y las hipótesis, lo que vendría en denominarse, o así me lo parece, una narrativa filosófica,  poco frecuente en el panorama literario actual. El propio autor, en las páginas iniciales, manifiesta que en todas sus novelas «hay claves, conexiones, que permiten el paso de una historia a otra», y a todo esto, habría que añadir el mundo de lo desconocido, de la imaginación o el sueño como elemento fundamental de la creación literaria: «Una vez fue posible soñar el universo. Ver estrellas lejanas, pensar en alcanzarlas.
No hace tanto, en los tiempos previos al gran desastre, en contraste con el desorden y la inseguridad reinante en todas partes, hubo un momento de enorme desarrollo tecnológico. En lugares secretos se llevaban a cabo proyectos muy sofisticados. Florecían las ciudades aisladas, herméticas, completamente rígidas, creadas alrededor de una de esas ideas, solo para servirla. La carrera espacial estaba abierta.». Cañabate parte de una suposición, de una hipótesis existente sólo en su imaginario y sobre él va construyendo una historia o una serie de historias que se interrelacionan a medida que avanza el discurso narrativo, a través de un narrador omnisciente o de los propios personajes.
El protagonista de “Demolición” se llama Joaquim Almeida Jr., es brasileño y por su gran capacidad memorística acabará al servicio del capo mafioso Don Anselmo di Mica, que tras la muerte de este será su sustituto.   Estructurada en tres libros, el primero Demolición, el segundo Abismos y el tercero Notas de viaje y otros des(a)tinos (estas dos últimas partes con relatos breves, a veces casi aforísticos), la novela narra la historia de un desastre que se anuncia desde la primera página: «El final de esta historia, o el principio, fue la explosión que lo silenció todo. La voz del monstruo dentro de las cabezas de nueve mil millones de personas que murieron a un tiempo y acabaron, que se quedaron quietas, como estaban, en cualquier posición, calladas para siempre, entonces.», una historia única ante una última esperanza. Cañabate fija la mirada, la que representa el escritor, en el mundo que le rodea para conformar otro bien distinto e imaginario que bebe del viaje como elemento aglutinador de la narración, de las narraciones, provocando el suspense necesario para que el lector no abandone y siga con interés el hilo narrativo. De esta manera, Cañabate Reche pertenece a ese club de narradores que se distinguen por un estilo propio, por una estética que lo identifica y que bien podría denominarse filosófica o metafísica y por esa capacidad innata en él para imaginar, para inventar. 

FRANCISCO CAÑABATE RECHE

     
Autor: Francisco Cañabate Reche
Título: Demolición       
Editorial: Alhulia (2019) 

MATRIA .- SALÓN DE LECTURA : José Antonio Santano

MATRIA. SALÓN DE LECTURA. DIARIO DE ALMERÍA

Matria de Raquel Lanseros  
Solo un nombre a veces es suficiente para regresarte al origen, a ese lugar oscuro y líquido que cobija el silencio en toda su inmensidad. Solo un nombre, una  palabra que nace  viva y libre, un monosílabo para definir y describir cuanto el hombre necesita saber de sí mismo. El todo y la nada de un laberinto creciente, que deja su luz en las cosas sencillas y cotidianas, que no necesita sino de la soledad y el silencio para florecer, para espigarse en el espacio y el tiempo vividos. Raquel Lanseros declara que para ella «la poesía es un territorio de libertad, también de resistencia y de investigación de lo individual y colectivo, una herramienta efectiva para luchar contra el paso del tiempo, la fugacidad de la vida. Por eso entiende que la poesía ha de estar alimentada de sinceridad, de autenticidad suficiente para crear e interpretar el mundo». Y, ciertamente, en ‘Matria’, último libro de la jerezana, hallamos sinceridad, resistencia y libertad, tres elementos fundamentales a la hora de aplicar una hermenéutica conforme a la idea conceptual que de la poesía tiene su autora. Por estas y otras razones ‘Matria’, a juicio del jurado del Premio de la Crítica 2019 ha merecido ser distinguido y galardonado con dicho premio por considerar que «es un poemario original que destaca en tres planos: realidad trascendida dentro de un territorio íntimo, culturas perfectamente asimiladas por la autora y una imaginación transmutadora y desbordada que desarrolla un universo poético propio y original que define a una poeta cuya honda personalidad está ya asentada con fuerza en las letras española». Y yo añadiría que es un texto envolvente, que se aleja y mucho de la influencia de corrientes y tendencias poéticas actuales, hasta el punto de considerar que su autora, en creciente madurez, ha creado una estética propia,  consecuencia directa de la interrelación  de la más rica tradición lírica española y la interiorización conceptual de la realidad apremiante en la que vive, de tal manera que partiendo de un lenguaje preciso y renovado, desde la preeminencia de valores tales como la libertad, resistencia y sinceridad, construye un sólido discurso de una otra realidad que interpreta y muestra con sencillez suprema y que provoca en el lector una sensación embriagadora de plenitud.  ‘Matria’ es el gran monumento a la palabra, a la lengua (otras lenguas como la  inglesa, la francesa o las indígenas americanas) por ser hija del mestizaje («Nací en el sur de Europa, donde todos los pueblos se quedaron. / Soy hija del camino, el azar y la distancia. / Amo el decir callado de los que piensan hondo / y el tintineo feliz de quienes sueñan. / En cada surco encuentro una  nueva llanura / en cada madrugada semillas del crepúsculo.»), a la poesía, con la que dialoga constantemente en este libro: «Bendito sea el día, el mes, el año / y la estación, el tiempo, la hora, el punto / en que nació: Poesía / que sabe hablar con Dios y nunca muere.».  Lanseros bucea en el lenguaje como fuente natural de inspiración y creatividad, desde un trabajo ímprobo por descubrir tonalidades y matices que distingan su quehacer poético y provoque al mismo tiempo en el lector ese temblor, ese chispazo tan necesario para vislumbrar el camino que ha de llevarnos al fin a la meta propuesta o soñada.  ‘Matria’ es un viaje al origen de toda humanidad, al nacimiento biológico y conceptual de vida, y por eso se dedica el texto al hijo («Laten dentro de mí dos corazones. / Uno lleva conmigo cuántos años...// El otro es breve y frágil / apenas perceptible / aún cuenta por semanas su presente», y por eso es también el territorio de los símbolos y los afectos desde la feminidad más sincera de “España” cono matria y no patria, en un canto general que asume y establece la poeta en un diálogo continuo con la realidad cercana  de una Europa tan segada como las palabras que conforman los versos del poema del mismo título («amo la Europa del siglo veintiuno / por lo mucho que separece a mí / desmembrada y cosida...»), con el pasado aciago de su historia («Fue en España donde mi generación aprendió / que una guerra también puede perderse / mucho antes de nacer.») y el devenir futuro en la traslación de un humanismo solidario tan necesario como oportuno en este tiempo de incertidumbres y desaliento, y que solo el amor puede anunciarlo, incluso desde la perspectiva predestinada de la muerte (Amo todas las manos. / ¿Qué son? ¿Qué pueden solas? / Son otras manos las que mueven los trenes / otras las que conectan las bombillas / otras las que abastecen los bazares.  // Y serán otras manos / tal vez aún no nacidas / las que caven la tierra que me habrá de cubrir» Tal  vez sea la vuelta a los orígenes, a la ‘Matria’ la razón existencial que mueve el pensamiento y la emoción que anidan en las páginas de este libro y que podría resumirse en esencia en estos versos: «Nos llamamos memoria, sol, infancia. / Nos llamamos semilla. / Nuestro nombre es la casa / donde nace la madre.». Y así un día nació la palabra libre y sincera de la mujer y poeta, y viceversa, que es Raquel Lanseros, una de las voces más sólidas del panorama poético español. 

Raquel Lanseros

Título: Matria              
Autor: Raquel Lanseros
Editorial: Visor (2018) 

MATRIA .- SALÓN DE LECTURA : José Antonio Santano

MATRIA. SALÓN DE LECTURA. DIARIO DE ALMERÍA

Matria de Raquel Lanseros  
Solo un nombre a veces es suficiente para regresarte al origen, a ese lugar oscuro y líquido que cobija el silencio en toda su inmensidad. Solo un nombre, una  palabra que nace  viva y libre, un monosílabo para definir y describir cuanto el hombre necesita saber de sí mismo. El todo y la nada de un laberinto creciente, que deja su luz en las cosas sencillas y cotidianas, que no necesita sino de la soledad y el silencio para florecer, para espigarse en el espacio y el tiempo vividos. Raquel Lanseros declara que para ella «la poesía es un territorio de libertad, también de resistencia y de investigación de lo individual y colectivo, una herramienta efectiva para luchar contra el paso del tiempo, la fugacidad de la vida. Por eso entiende que la poesía ha de estar alimentada de sinceridad, de autenticidad suficiente para crear e interpretar el mundo». Y, ciertamente, en ‘Matria’, último libro de la jerezana, hallamos sinceridad, resistencia y libertad, tres elementos fundamentales a la hora de aplicar una hermenéutica conforme a la idea conceptual que de la poesía tiene su autora. Por estas y otras razones ‘Matria’, a juicio del jurado del Premio de la Crítica 2019 ha merecido ser distinguido y galardonado con dicho premio por considerar que «es un poemario original que destaca en tres planos: realidad trascendida dentro de un territorio íntimo, culturas perfectamente asimiladas por la autora y una imaginación transmutadora y desbordada que desarrolla un universo poético propio y original que define a una poeta cuya honda personalidad está ya asentada con fuerza en las letras española». Y yo añadiría que es un texto envolvente, que se aleja y mucho de la influencia de corrientes y tendencias poéticas actuales, hasta el punto de considerar que su autora, en creciente madurez, ha creado una estética propia,  consecuencia directa de la interrelación  de la más rica tradición lírica española y la interiorización conceptual de la realidad apremiante en la que vive, de tal manera que partiendo de un lenguaje preciso y renovado, desde la preeminencia de valores tales como la libertad, resistencia y sinceridad, construye un sólido discurso de una otra realidad que interpreta y muestra con sencillez suprema y que provoca en el lector una sensación embriagadora de plenitud.  ‘Matria’ es el gran monumento a la palabra, a la lengua (otras lenguas como la  inglesa, la francesa o las indígenas americanas) por ser hija del mestizaje («Nací en el sur de Europa, donde todos los pueblos se quedaron. / Soy hija del camino, el azar y la distancia. / Amo el decir callado de los que piensan hondo / y el tintineo feliz de quienes sueñan. / En cada surco encuentro una  nueva llanura / en cada madrugada semillas del crepúsculo.»), a la poesía, con la que dialoga constantemente en este libro: «Bendito sea el día, el mes, el año / y la estación, el tiempo, la hora, el punto / en que nació: Poesía / que sabe hablar con Dios y nunca muere.».  Lanseros bucea en el lenguaje como fuente natural de inspiración y creatividad, desde un trabajo ímprobo por descubrir tonalidades y matices que distingan su quehacer poético y provoque al mismo tiempo en el lector ese temblor, ese chispazo tan necesario para vislumbrar el camino que ha de llevarnos al fin a la meta propuesta o soñada.  ‘Matria’ es un viaje al origen de toda humanidad, al nacimiento biológico y conceptual de vida, y por eso se dedica el texto al hijo («Laten dentro de mí dos corazones. / Uno lleva conmigo cuántos años...// El otro es breve y frágil / apenas perceptible / aún cuenta por semanas su presente», y por eso es también el territorio de los símbolos y los afectos desde la feminidad más sincera de “España” cono matria y no patria, en un canto general que asume y establece la poeta en un diálogo continuo con la realidad cercana  de una Europa tan segada como las palabras que conforman los versos del poema del mismo título («amo la Europa del siglo veintiuno / por lo mucho que separece a mí / desmembrada y cosida...»), con el pasado aciago de su historia («Fue en España donde mi generación aprendió / que una guerra también puede perderse / mucho antes de nacer.») y el devenir futuro en la traslación de un humanismo solidario tan necesario como oportuno en este tiempo de incertidumbres y desaliento, y que solo el amor puede anunciarlo, incluso desde la perspectiva predestinada de la muerte (Amo todas las manos. / ¿Qué son? ¿Qué pueden solas? / Son otras manos las que mueven los trenes / otras las que conectan las bombillas / otras las que abastecen los bazares.  // Y serán otras manos / tal vez aún no nacidas / las que caven la tierra que me habrá de cubrir» Tal  vez sea la vuelta a los orígenes, a la ‘Matria’ la razón existencial que mueve el pensamiento y la emoción que anidan en las páginas de este libro y que podría resumirse en esencia en estos versos: «Nos llamamos memoria, sol, infancia. / Nos llamamos semilla. / Nuestro nombre es la casa / donde nace la madre.». Y así un día nació la palabra libre y sincera de la mujer y poeta, y viceversa, que es Raquel Lanseros, una de las voces más sólidas del panorama poético español. 

Raquel Lanseros

Título: Matria              
Autor: Raquel Lanseros
Editorial: Visor (2018) 

Espectral CÓMIC. ÁNGEL GUINDA y JOSEMA CARRASCO

 

 

 

Espectral CÓMIC. ÁNGEL GUINDA

JOSEMA CARRASCO

JOSEMA CARRASCO

Siempre la poesía, como bálsamo o luz que ilumina la oscuridad de la vida. La poesía para reencontrarse con uno mismo y los otros, para sentirse libre como un río que recorre el paisaje de la vida y nunca se detiene, para soñar lo desconocido. Y si después de todo hallas en su voz el verdadero camino hacia lo absoluto y la nada, si consigue deslumbrarte su palabra viva y cristalina, si desnuda se muestra, un nuevo mundo renacerá de las cenizas como ave Fénix. Si el hallazgo de esa voz toma en su voz el nombre de Ángel Guinda (Zaragoza, 1948) ocurre que el hallazgo de su palabra es como el descubrimiento de un tesoro en una isla perdida. Nace al ser y desde el ser del poemario “Espectral”, publicado en la colección “Papeles del Trasmoz” (2011), este “Espectral cómic”, una apuesta innovadora, moderna y diferenciadora de la expresión artística, y digo bien, porque en ella se reúne la palabra y la plástica, el poeta y el dibujante, para crear una obra tan brillante en su ejecución como magistral en su contenido. “Espectral cómic” responde a la necesidad de construir un universo pleno de belleza en su sentido más amplio.


Es, como escribe el crítico Antón Castro en su prólogo, «el libro de un vómito del alma y de la inteligencia», y refiriéndose al dibujante y poeta Josema Carrasco y a su trabajo en este libro: «...en el cómic todo puede hacerse: la gravedad de existir, la belleza del dolor, el diálogo incesante que cualquier ser humano mantiene con sus fantasmas». En esta dualidad de las artes, que se complementan, el verso en prosa de Guinda no deja de sorprendernos, porque igual descendemos a lo más oscuro que ascendemos hasta una luz cegadora: «¿Eres tú, la oscuridad, la llama que me llama? ¡Apagada en la sombra hay otra sombra! La necesidad de saber, de saberse quién, permite a Ángel Guinda indagar, meditar sobre sí y el mundo que le rodea, comparar y vivir en plenitud. Quiere saber y por ello se pregunta y se responde: «¡Para saber quién soy comienzo a dialogar con mis fantasmas! ¿Dónde está el trillo quee ralló el temblor? ¿Dónde los fuegos fatuos de la infancia? ¿De qué eran clave las chispas espaciales?». Y en el camino que se traza el poeta desde la infancia existe la libertad plena de imaginar de saberse otro y distinto en cada palabra o pensamiento: «De niño yo veía en Zaragoza rinocerontes con cabeza de hombre, hombres con cabeza de pistola, hombres con cabeza de falo, hombres con cabeza de copón, hombres con cabeza de mardano, con cabeza de buey, de jíbaro; hombres cabezones, cabezudos, hombres con la cabeza en los pies». Sutileza y desnudez convergen en la palabra de Guinda y la plástica de Carrasco, un corpus sólido y frágil a la vez, dependiendo de la mirada de cada lector, pero nunca indiferente. «¿Esta sed insaciable es el destino?», se pregunta el poeta. 

Esa insaciable necesidad de conocimiento del “yo” lírico y su trascendencia y metamorfosis en lo distinto, en los otros, deviene en magma inagotable, en imperecedera luz que ilumina el espacio. La palabra y la imagen en una fusión única, sincera, tal verdad al desnudo, en una sincronía absoluta, solidaria y humanista que recorre la geografía del desastre para ser eco y altavoz de la continua deshumanización de la sociedad actual: «En mi frente triscada de enfrentarse tatuadme los países destrozados». Y así se inicia un viaje hacia el dolor ajeno y la muerte desde el desdoblamiento del yo poético que recorrerá ciudades como Saigón: «¿Por qué, bajo el firmamento de Saigón, donde otros ven la atmósfera como un lienzo etéreo, polvo de arroz, polvo de agua, veo un aire triturado por las mandíbulas del desastre, calambrazo de luz de la tortura?», las ruinas de Palmira o Alepo, Amán, New York, Sarajevo («¡Me ha traído el dolor a Sarajevo!», Madrid («Suicidarse en Madrid ofende al sol. ¿Será el canto del cisne este poema?» o Berlín («Abracé las huidas en Berlín. Los verdugos imploran a sus víctimas con bozales infartados en el almirez del terror»). En “Espectral” Guinda sacude la existencia misma, la suya y la ajena, se desangra en la dolencias de un mundo cada vez más deshumanizado, de espaldas a la razón y el amor. La angustia y el desastre golpea al poeta: «Yo no debo escuchar como si nada los ejes desquiciados, volver la cara al hedor de las masacres».
 Guinda es el poeta total, pero también el hombre: «Yo soy el hombre que llora dentro de una lágrima», escribe, pero también la voz que se desvive y se desnuda ante sí y ante el mundo. Palabra e imagen en en perfecta comunión. La gran preocupación del poeta es la vida, pero también la muerte. Dirá: «No se agota una vida en su vivir. ¡Vivir es arrojarse a convivir! o ¡Quiero morir de pie, como mueren los árboles! La palabra es esencia y salvación: «¡Si me dejo la vida en la palabra, la palabra me devolverá a la vida!»...y así hasta el final de los días o el silencio de la noche que brama en sus oídos: «Ya la noche se ha tapado la cara con las nubes para no iluminar, no ver, no oler, no decir nada. Para que yo, en sus brazos, me abandone al silencio y al reposo infinito».

Josema Carrasco


Título: Espectral Cómic
Autor: Angel Guinda y Josema Carrasco
Editorial: Olifante (2018)

Espectral CÓMIC. ÁNGEL GUINDA y JOSEMA CARRASCO

 

 

 

Espectral CÓMIC. ÁNGEL GUINDA

JOSEMA CARRASCO

JOSEMA CARRASCO

Siempre la poesía, como bálsamo o luz que ilumina la oscuridad de la vida. La poesía para reencontrarse con uno mismo y los otros, para sentirse libre como un río que recorre el paisaje de la vida y nunca se detiene, para soñar lo desconocido. Y si después de todo hallas en su voz el verdadero camino hacia lo absoluto y la nada, si consigue deslumbrarte su palabra viva y cristalina, si desnuda se muestra, un nuevo mundo renacerá de las cenizas como ave Fénix. Si el hallazgo de esa voz toma en su voz el nombre de Ángel Guinda (Zaragoza, 1948) ocurre que el hallazgo de su palabra es como el descubrimiento de un tesoro en una isla perdida. Nace al ser y desde el ser del poemario “Espectral”, publicado en la colección “Papeles del Trasmoz” (2011), este “Espectral cómic”, una apuesta innovadora, moderna y diferenciadora de la expresión artística, y digo bien, porque en ella se reúne la palabra y la plástica, el poeta y el dibujante, para crear una obra tan brillante en su ejecución como magistral en su contenido. “Espectral cómic” responde a la necesidad de construir un universo pleno de belleza en su sentido más amplio.


Es, como escribe el crítico Antón Castro en su prólogo, «el libro de un vómito del alma y de la inteligencia», y refiriéndose al dibujante y poeta Josema Carrasco y a su trabajo en este libro: «...en el cómic todo puede hacerse: la gravedad de existir, la belleza del dolor, el diálogo incesante que cualquier ser humano mantiene con sus fantasmas». En esta dualidad de las artes, que se complementan, el verso en prosa de Guinda no deja de sorprendernos, porque igual descendemos a lo más oscuro que ascendemos hasta una luz cegadora: «¿Eres tú, la oscuridad, la llama que me llama? ¡Apagada en la sombra hay otra sombra! La necesidad de saber, de saberse quién, permite a Ángel Guinda indagar, meditar sobre sí y el mundo que le rodea, comparar y vivir en plenitud. Quiere saber y por ello se pregunta y se responde: «¡Para saber quién soy comienzo a dialogar con mis fantasmas! ¿Dónde está el trillo quee ralló el temblor? ¿Dónde los fuegos fatuos de la infancia? ¿De qué eran clave las chispas espaciales?». Y en el camino que se traza el poeta desde la infancia existe la libertad plena de imaginar de saberse otro y distinto en cada palabra o pensamiento: «De niño yo veía en Zaragoza rinocerontes con cabeza de hombre, hombres con cabeza de pistola, hombres con cabeza de falo, hombres con cabeza de copón, hombres con cabeza de mardano, con cabeza de buey, de jíbaro; hombres cabezones, cabezudos, hombres con la cabeza en los pies». Sutileza y desnudez convergen en la palabra de Guinda y la plástica de Carrasco, un corpus sólido y frágil a la vez, dependiendo de la mirada de cada lector, pero nunca indiferente. «¿Esta sed insaciable es el destino?», se pregunta el poeta. 

Esa insaciable necesidad de conocimiento del “yo” lírico y su trascendencia y metamorfosis en lo distinto, en los otros, deviene en magma inagotable, en imperecedera luz que ilumina el espacio. La palabra y la imagen en una fusión única, sincera, tal verdad al desnudo, en una sincronía absoluta, solidaria y humanista que recorre la geografía del desastre para ser eco y altavoz de la continua deshumanización de la sociedad actual: «En mi frente triscada de enfrentarse tatuadme los países destrozados». Y así se inicia un viaje hacia el dolor ajeno y la muerte desde el desdoblamiento del yo poético que recorrerá ciudades como Saigón: «¿Por qué, bajo el firmamento de Saigón, donde otros ven la atmósfera como un lienzo etéreo, polvo de arroz, polvo de agua, veo un aire triturado por las mandíbulas del desastre, calambrazo de luz de la tortura?», las ruinas de Palmira o Alepo, Amán, New York, Sarajevo («¡Me ha traído el dolor a Sarajevo!», Madrid («Suicidarse en Madrid ofende al sol. ¿Será el canto del cisne este poema?» o Berlín («Abracé las huidas en Berlín. Los verdugos imploran a sus víctimas con bozales infartados en el almirez del terror»). En “Espectral” Guinda sacude la existencia misma, la suya y la ajena, se desangra en la dolencias de un mundo cada vez más deshumanizado, de espaldas a la razón y el amor. La angustia y el desastre golpea al poeta: «Yo no debo escuchar como si nada los ejes desquiciados, volver la cara al hedor de las masacres».
 Guinda es el poeta total, pero también el hombre: «Yo soy el hombre que llora dentro de una lágrima», escribe, pero también la voz que se desvive y se desnuda ante sí y ante el mundo. Palabra e imagen en en perfecta comunión. La gran preocupación del poeta es la vida, pero también la muerte. Dirá: «No se agota una vida en su vivir. ¡Vivir es arrojarse a convivir! o ¡Quiero morir de pie, como mueren los árboles! La palabra es esencia y salvación: «¡Si me dejo la vida en la palabra, la palabra me devolverá a la vida!»...y así hasta el final de los días o el silencio de la noche que brama en sus oídos: «Ya la noche se ha tapado la cara con las nubes para no iluminar, no ver, no oler, no decir nada. Para que yo, en sus brazos, me abandone al silencio y al reposo infinito».

Josema Carrasco


Título: Espectral Cómic
Autor: Angel Guinda y Josema Carrasco
Editorial: Olifante (2018)

SALÓN DE LECTURA: José Antonio Santano.- SUR

SALÓN DE LECTURA. SUR

SUR, ANTONIO SOLER



SUR
«La leche tibia del cielo se derrama en silencio sobre todas las cosas». Así comienza “Sur”esta imponente y magistral novela de Antonio Soler que ha merecido el premio de “Andalucía de la Crítica 2019”, fallado recientemente en Málaga, ese lugar donde “todas las cosas”, y añado, todos los seres que la habitan pueden ser”los otros”, en alusión a la cita de Octavio Paz en el frontispicio de “Sur”: «...la ciudad de la que no podemos salir nunca sin caer en otra idéntica aunque sea distinta; la ciudad, realidad inmensa y diaria que se resume en dos palabras: los otros». Así es como Soler construye los cimientos y andamiaje no solo de una historia sino de la propia v ida, la nuestra y la de “los otros”. Desnuda su voz Soler al socaire de un discurso narrativo brillante, desgarrador y tan ágil que a veces parece que se abismará en segundos por no se sabe qué precipicio o dónde, pero que nunca sucede porque es tal la maestría y el tratamiento de las situaciones y los personajes, amén de las técnicas narrativas, incluidas las que corresponden a las nuevas tecnologías (whatsapp), que el lector no puede salir de la espiral en la que ha sido envuelto, y así hasta el final. La descripción e interiorización de la psicología de los personajes es como un magma, una luz que deslumbra, pero no para cegarte, sino para iluminar el camino de las sombras que cruzan la ciudad -Málaga- de un extremo a otro. Si en anteriores entregas Soler no había sido capaz de conquistar enteramente a lectores y críticos -a algunos al menos-, aun a sabiendas de que la presencia del narrador puro que es estaba merodeando, en cambio en esta novela su autor se vacía hasta límites insospechados, creando una nueva manera de narrar, de la que deberán aprender los jóvenes que ahora se inician en el difícil arte de novelar. En “Sur” Soler ha creado un microcosmos -quizá no tan micro-, un lugar, un territorio propio -como aquel Celama de Luis Mateo Díez- en el cual conforma, mediante un juego de espejos extraordinario, lo que se esconde y no se dice, pero está ahí, vivo, esperando el momento de su reflejo en cosas y seres. Esta no es una novela cualquiera, una novela de circunstancia, sino “la novela”, y creo no equivocarme si digo, la novela del siglo XXI. Un hecho cotidiano, aunque en la forma pudiera no parecerlo, cual es el descubrimiento de un cadáver cubierto de hormigas, y a partir de ahí que bien podría pensarse en una historia policíaca, Soler nos conducirá por toda una ciudad, por su variopintos personajes y barrios malagueños; nos descubrirá, en suma las entrañas de la ciudad. Podría parecer desmesurado y pensarse que con 200 personajes que fluyen por las páginas de esta novela, su autor acabaría desbordado y a punto de enloquecer, o al menos, de abandonar su escritura, pero ocurre todo lo contrario, se crece con cada situación y cada personaje hasta el punto de conciliar todas las formas expresivas y concitar al lector a no detenerse, a seguir hasta el final, exhausto pero feliz de haber conseguido culminar esta particular colmena «que convierten a Málaga en un universo emocional», como así se señala en el fallo del jurado del Premio Andalucía de la Crítica. Un ambiente envolvente está presente a lo largo de sus casi 500 páginas, la vibración de unas vidas en una cotidianidad que sorprende por su forma de narrarla, de introducir sus códigos y claves para entender unos hechos tan normales como mágicos a la hora de llegar al lector en forma de grafías, como si de un sueño se tratara, porque nunca se sabe a ciencia cierta, por el mantenimiento de una tensión discursiva apabullante, llena de matices y elementos que al mezclarse desconciertan por su equilibrio y armonía a pesar de que pudiera sentirse todo lo contrario. Esa es, verdaderamente, la fuerza de Soler, también zu gran virtud, al menos para quien esto escribe. Multiplicidad de historias y personajes en un mismo lugar, en una misma ciudad, la del burgués y la del paria, el empresario y el parado, el drogadicto y el médico, la fiesta y el dolor, el sexo y la mentira, la vida y la muerte, pero todo enhebrado con la maestría y el dominio de la palabra en todas sus formas posibles. Soler no ha querido dejar ningún hilo suelto, y por ello, ha tomado para sí las riendas del relato y los personajes, para que nada ni nadie se desbandara, se apartara del camino trazado consciente y concienzudamente, sin prisas pero sin pausa, día a día, como si de un encaje de bolillos se tratara o una filigrana cordobesa. Es verano en la ciudad (agosto para ser exactos) y un calor húmedo lo impregna todo, también al lector que lo siente y lo padece conforme avanza en la lectura; un viento terral que va y viene de un lado a otro, del centro a los extremos y viceversa; la rutina de los días que golpean la ciudad y sus habitantes. La noche y el mar como elementos aglutinadores del discurso narrativo; la vida y la muerte como esencia de un tiempo finito. Sin duda que Soler ha escrito la mejor de sus novelas hasta ahora, diría que, posiblemente, la novela referente de la literatura española del siglo XXI.
ANTONIO SOLER


Título:Sur
Autor: Antonio Soler
Editorial: Galaxia Gutember g (2018)

SALÓN DE LECTURA: José Antonio Santano.- SUR

SALÓN DE LECTURA. SUR

SUR, ANTONIO SOLER



SUR
«La leche tibia del cielo se derrama en silencio sobre todas las cosas». Así comienza “Sur”esta imponente y magistral novela de Antonio Soler que ha merecido el premio de “Andalucía de la Crítica 2019”, fallado recientemente en Málaga, ese lugar donde “todas las cosas”, y añado, todos los seres que la habitan pueden ser”los otros”, en alusión a la cita de Octavio Paz en el frontispicio de “Sur”: «...la ciudad de la que no podemos salir nunca sin caer en otra idéntica aunque sea distinta; la ciudad, realidad inmensa y diaria que se resume en dos palabras: los otros». Así es como Soler construye los cimientos y andamiaje no solo de una historia sino de la propia v ida, la nuestra y la de “los otros”. Desnuda su voz Soler al socaire de un discurso narrativo brillante, desgarrador y tan ágil que a veces parece que se abismará en segundos por no se sabe qué precipicio o dónde, pero que nunca sucede porque es tal la maestría y el tratamiento de las situaciones y los personajes, amén de las técnicas narrativas, incluidas las que corresponden a las nuevas tecnologías (whatsapp), que el lector no puede salir de la espiral en la que ha sido envuelto, y así hasta el final. La descripción e interiorización de la psicología de los personajes es como un magma, una luz que deslumbra, pero no para cegarte, sino para iluminar el camino de las sombras que cruzan la ciudad -Málaga- de un extremo a otro. Si en anteriores entregas Soler no había sido capaz de conquistar enteramente a lectores y críticos -a algunos al menos-, aun a sabiendas de que la presencia del narrador puro que es estaba merodeando, en cambio en esta novela su autor se vacía hasta límites insospechados, creando una nueva manera de narrar, de la que deberán aprender los jóvenes que ahora se inician en el difícil arte de novelar. En “Sur” Soler ha creado un microcosmos -quizá no tan micro-, un lugar, un territorio propio -como aquel Celama de Luis Mateo Díez- en el cual conforma, mediante un juego de espejos extraordinario, lo que se esconde y no se dice, pero está ahí, vivo, esperando el momento de su reflejo en cosas y seres. Esta no es una novela cualquiera, una novela de circunstancia, sino “la novela”, y creo no equivocarme si digo, la novela del siglo XXI. Un hecho cotidiano, aunque en la forma pudiera no parecerlo, cual es el descubrimiento de un cadáver cubierto de hormigas, y a partir de ahí que bien podría pensarse en una historia policíaca, Soler nos conducirá por toda una ciudad, por su variopintos personajes y barrios malagueños; nos descubrirá, en suma las entrañas de la ciudad. Podría parecer desmesurado y pensarse que con 200 personajes que fluyen por las páginas de esta novela, su autor acabaría desbordado y a punto de enloquecer, o al menos, de abandonar su escritura, pero ocurre todo lo contrario, se crece con cada situación y cada personaje hasta el punto de conciliar todas las formas expresivas y concitar al lector a no detenerse, a seguir hasta el final, exhausto pero feliz de haber conseguido culminar esta particular colmena «que convierten a Málaga en un universo emocional», como así se señala en el fallo del jurado del Premio Andalucía de la Crítica. Un ambiente envolvente está presente a lo largo de sus casi 500 páginas, la vibración de unas vidas en una cotidianidad que sorprende por su forma de narrarla, de introducir sus códigos y claves para entender unos hechos tan normales como mágicos a la hora de llegar al lector en forma de grafías, como si de un sueño se tratara, porque nunca se sabe a ciencia cierta, por el mantenimiento de una tensión discursiva apabullante, llena de matices y elementos que al mezclarse desconciertan por su equilibrio y armonía a pesar de que pudiera sentirse todo lo contrario. Esa es, verdaderamente, la fuerza de Soler, también zu gran virtud, al menos para quien esto escribe. Multiplicidad de historias y personajes en un mismo lugar, en una misma ciudad, la del burgués y la del paria, el empresario y el parado, el drogadicto y el médico, la fiesta y el dolor, el sexo y la mentira, la vida y la muerte, pero todo enhebrado con la maestría y el dominio de la palabra en todas sus formas posibles. Soler no ha querido dejar ningún hilo suelto, y por ello, ha tomado para sí las riendas del relato y los personajes, para que nada ni nadie se desbandara, se apartara del camino trazado consciente y concienzudamente, sin prisas pero sin pausa, día a día, como si de un encaje de bolillos se tratara o una filigrana cordobesa. Es verano en la ciudad (agosto para ser exactos) y un calor húmedo lo impregna todo, también al lector que lo siente y lo padece conforme avanza en la lectura; un viento terral que va y viene de un lado a otro, del centro a los extremos y viceversa; la rutina de los días que golpean la ciudad y sus habitantes. La noche y el mar como elementos aglutinadores del discurso narrativo; la vida y la muerte como esencia de un tiempo finito. Sin duda que Soler ha escrito la mejor de sus novelas hasta ahora, diría que, posiblemente, la novela referente de la literatura española del siglo XXI.
ANTONIO SOLER


Título: Sur
Autor: Antonio Soler
Editorial: Galaxia Gutember g (2018)

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986