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ASOCIACIÓN ANDALUZA DE ESCRITORES Y CRÍTICOS LITERARIOS.


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XXII PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA 2016




El Jurado del Premio Andalucía de la Crítica, formado por veinte miembros entre profesores de Universidad, escritoras y escritores, críticos literarios y periodistas se reunirá el segundo fin de semana de marzo de 2016 en la ciudad de Málaga para proceder a elegir entre estos finalistas a los ganadores o ganadoras de los premios de narrativa, relato y poesía de este año, que recibirán una escultura de la artista cordobesa Marta Campos.
El acto de entrega del XXII PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA 2016 tendrá lugar durante el mes de mayo en la ciudad de Almería y cuenta con la colaboración de la Fundación Unicaja, la Consejería de Educación, Cultura y Deporte de la Junta de Andalucía y el Centro Andaluz de las Letras.




Poesía

  1. Desaprendizajes de JOSÉ MANUEL CABALLERO BONALD, Ed. Seix Barral.
  2. Ficciones para una autobiografía de ÁNGELES MORA, Ed. Bartleby.
  3. La herida en la lengua de CHANTAL MAILLARD, Ed. Tusquets.
  4. García de PABLO GARCÍA CASADO, Ed. Visor.
  5. Hierba en los tejados de RAFAEL ESPEJO, Ed. Pre-textos.
  6. La habitación cerrada de JUAN JOSÉ CASTRO, Ed. Hiperión.
  7. Morir por mi demanda de FERNANDO DE VILLENA, Ed. Port-Royal.
  8. La mesa italiana de VÍCTOR JIMÉNEZ, Ed. Renacimiento.
  9. Game over de DIEGO VAYA, Ed. Renacimiento.



Novela

  1. Gran Granada de JUSTO NAVARRO, Ed. Anagrama.
  2. El relojero de Yuste de JOSÉ A. RAMÍREZ LOZANO, Ediciones del Viento.
  3. Amar tanta belleza de HERMINIA LUQUE, Ed. Fundación José Manuel Lara.
  4. El rey del juego de JUAN FRANCISCO FERRÉ, Ed. Anagrama.
  5. La emperatriz de Tánger de SERGIO BARCE, Ediciones del Genal





Relato

  1. Trece de diciembre de FRANCISCO DE PAULA SÁNCHEZ ZAMORANO, Ed. Ánfora Nova.
  2. Teoría de lo imperfecto de ANTONIO LUIS GINÉS, Ed. Isla de Siltolá.
  3. Yo soy los besos que nunca pude darte de FRANCISCO LÓPEZ BARRIOS, Ed. Dauro.
  4. La vuelta al mundo de JUAN FRANCISCO FERRÉ, Ed. Pálido Fuego.
  5. Relatos de la Biblia de FRANCISCO DOMENE, Ed. Anaya.









LISTADO DE LIBROS DE ESCRITORAS Y ESCRITORES ANDALUCES DE LOS QUE SE TIENE NOTICIA PUBLICADOS EN 2015 PARA EL XXII PREMIO ANDALUCÍA DE LA CRÍTICA 2016

(Actualizado hasta la fecha del  31 de diciembre). 

En este premio colaboran la Consejería de Cultura de la Junta Andalucía, el Centro Andaluz de las Letras y la Fundación Unicaja.
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POESÍA
  1. Afganistán: diario de un soldado (poemas de paz y de la guerra) de Guillermo de Jorge, Ed. Playa de Ákaba.
  2. Alianzas de Salvador Pérez Dueñas, Ed. Nazarí.
  3. Amante infiltrada de Paco Carrascal, Ed. Anantes.
  4. Anatomía del tornado de Francisco Javier Guerrero, Ediciones En Huida
  5. Antagonía de Juan Carlos Friebe, Ed. Nazarí.
  6. Antología de Carmen López, ETC Libros El Toro Celeste.
  7. Café pendiente de Mari Cruz Garrido, Ed. Lastura.
  8. Candela de Juan de Dios Villanueva Roa, Ediciones Dauro.
  9. Centinelas del frío de María Collado, Editorial Corona del Sur.
  10. Con el calor de la mirada, de Ramón G. Medina, Editorial Guadalturia.
  11. Consumación de lo eterno de Carlos Vaquerizo, Ediciones En Huida.
  12. Cuadernos de Flandes de Aurora Luque, Ediciones En Huida.
  13. De pie en el vacío de Antonio García Siles, Ed. Litopress.
  14. Virginia Fernández Collado. La Oficina Ediciones Culturales. Almería.
  15. Desaprendizajes de José Manuel Caballero Bonald, Ed. Seix Barral.
  16. De tu vida y la mía. Diego Sabiote. Lleonard Muntaner. Palma de Mallorca.
  17. Dos, de Francis Vaz, Editorial Niebla
  18. Dos garzas y otros pájaros, de Eladio Orta, Editorial Niebla
  19. Ecdisis, de Estela Rengel, Editorial Niebla.
  20. El agua y la sed de María Elena Higueruelo, Ed. Hiperión.
  21. El confesionario de Francisco Quintero González, Ed. Endymión.
  22. El hombre de las suelas de viento. Poemas africanos de Arthur R. David González. Arma Poética Editorial. Sevilla
  23. El hospital de las muñecas. Begoña Callejón. Vitruvio. Madrid.
  24. El humo de los labios de Fidel Villar Ribot, Ed. Esdrújula.
  25. El límite de las inercias. Germen y corolario del amor de Antonio César Morón, Ed. Devenir.
  26. El oro fundido de Francisco Gálvez, Pretextos.
  27. El primer reino de María Sanz de Editorial Agua Clara.
  28. El sur de Azabache. José Jaime Capel. Vitruvio.
  29. El valor de las palabras, de Rafael Vargas, El Bohodón.
  30. El vértigo del águila de Víctor Manuel Domínguez Calvo, Ed. Palimpsesto 2.0.
  31. Ellas y el paraíso de Antonio Quintana, Ed. Ánfora Nova.
  32. El vértigo del águila de Víctor Manuel Domínguez Calvo, Editorial Pasimpsepto 2.0
  33. Eros enajenado de Fernando Sánchez Mayo, Ediciones Depapel.
  34. Es inútil que duerma de María Sanz, Ed. Celya.
  35. Fábula del vacío de Ramón Llanes, Editorial Niebla.
  36. Ficciones para una autobiografía de Ángeles Mora, Ed. Bartleby.
  37. Flaquezas mías de Manuel Francisco Reina, Ed. Endymión.
  38. Fósforo Blanco de Pedro Luis Casanova, Ed. La Isla de Siltolá.
  39. Fumando con mis muertos de Álvaro Salvador, Ed. Fundación José Manuel Lara.
  40. Gafas de cerca, de Mario Rodríguez, Editorial Niebla
  41. Game over, de Diego Vaya, Editorial Renacimiento
  42. García de Pablo García Casado, Ed. Visor.
  43. Hierba en los tejados de Rafael Espejo, Ed. Pre-textos.
  44. Hilvanando Sueños, de J.J. Guerra, Editorial Niebla
  45. Hojas secas mojadas, de Isabel Bono. Isla de Sistolá.
  46. La habitación cerrada de Juan José Castro Martín, Ed. Hiperion.
  47. La herida en la lengua de Chantal Maillard, Ed. Tusquets.
  48. La luna que se mueve quieta de Jesús Aguado, Ed. La Isla de Siltolá.
  49. La luz de las persianas, de Bárbara Grande, Editorial Niebla
  50. La mesa italiana de Víctor Jiménez, Ed. Renacimiento.
  51. La puerta entornada de Jesús Montiel, Editorial Libros Canto y Cuento
  52. La senda honda de José Manuel Ramón, Ed. Devenir.
  53. La uva de cristal, de Ángel Poli, Editorial Niebla.
  54. Las flores altas de Nicolás Ramos, E.D.A. Libros.
  55. Las nubes transitorias de Daniel García Florindo, Ed. Guadalturia.
  56. Llueve horizontal de Miguel Ángel Arcas. Hiperión. Madrid.
  57. Latido íntimo. Innear Beartbeat de Francisco Muñoz Soler, Ed. Corona del Sur.
  58. Lo que importa de Antonio Rivero Taravillo, Ed. Renacimiento.
  59. Los oficios de Pablo Acevedo, Ed. Devenir.
  60. Los sitios conocidos, de Isabel Tejada, Isla de Siltolá
  61. Manual de taxidermista, de Ferrán Fernández, Editorial Luces de Gálibo
  62. Mediodía en Kensington Park de Javier Sánchez Menéndez, Ed. Isla de Siltolá.
  63. Memoria del cuerpo de Eva Sarrias Rodríguez, Ed. Círculo Rojo.
  64. Miembro fantasma de María Pizarro, Editores Florentinos.
  65. Morir por mi demanda de Fernando de Villena, Ed. Port Royal.
  66. Mujeres de cristal de Virtudes Reza, Ed. Ledoria.
  67. Música es el libro de José Antonio García, Ediciones En Huida.
  68. Ni una palabra de esto. Germán Guirado. La Oficina. Ediciones Culturales. Almería.
  69. Oboe d´Amore de María Sanz, Ayuntamiento de Talavera de la Reina, 2015.
  70. Oferta Callada, de Javier Berrio, Editorial Niebla
  71. Oscura transparencia de Enrique Morón, Ed. Port Royal.
  72. Palabras clandestinas de Manuel Ruiz Amezcua, Ed. Huerga & Fierro.
  73. Personal & político de Aurora Luque, Ed. Fundación José Manuel Lara.
  74. Pisadas en la nieve sucia de Ismael Cabezas, Editorial Baile del Sol.
  75. Poesía (1990-2010) de Rafael Ballesteros, ETC Libros El Toro Celeste.
  76. Poto y Cabengo de Alejandra Vanesa, Ed. Valparaíso.
  77. Quienes me habitan de Carlos Vaquerizo, Editorial La Isla de Sitolá
  78. Salto sin red de Antonio Apresa, Ed. Libros Canto y Cuento.
  79. Septiembre en los armarios de Ramón Martínez López, Ed. Alhulia.
  80. Serán ceniza de Pedro Sevilla, Ed. Libros de Canto y Cuento.
  81. Serán ceniza de Francisco Mulet, Editorial Niebla.
  82. Serie de Vicente Luis Mora, Ed. Pre-Textos.
  83. Sin trámites de urgencia de Alberto Torés, Ed. Corona del Sur.
  84. Sistemas inestables de Rubén Martín, Bartleby Editorial.
  85. Sonata del agua viva de Carlos Benítez Villodres, Ed. Granada Club Selección.
  86. Soroeste, de Sofía Serna Giráldez, Ediciones en Huida.
  87. Subway de Tirso Priscillo Vallecillo, Ediciones en Huida.
  88. Sucesión de lunas de Jesús Cárdenas, Ed. Anantes.
  89. Sujetos omitidos. Antonio Pilar, ETC Libros El Toro Celeste.
  90. Tierra de Guillermo Fernández Rojano, Ed. Taller Clandestino de las Letras.
  91. 33 Sueños de Juan Carlos Garvayo, Ed. Nazarí.
  92. Un año en la otra vida de José Mateos, Pre-textos.
  93. Un sendero entre la niebla de Juan Emilio Ríos, Editorial Imagenta.
  94. Viajes de la eternidad de José María Velázquez-Gaztelu, Ed. Visor.
  95. Zumo de anclas de Pilar Sanabria Cañete, Ed. Adeshoras.

NOVELA
  1. Alas de plata, de Julián Rabasco, Editorial Niebla.
  2. Amar tanta belleza de Herminia Luque, Ed. Fundación José Manuel Lara
  3. Arquímedes está en el tejado de Juan Pardo Vidal. Baile del Sol. Santa Cruz de Tenerife.
  4. Caras y caretas de Juan Antonio palacios Escobar, Editorial Absalom.
  5. Casa de Ánimas de Mar Ríos, Ed. La Voz de Almería.
  6. Cicatriz de Sara Mesa, Ed. Anagrama.
  7. Cuando sangra el cobre, de Alfonso Pedro Domínguez, Editorial Niebla.
  8. Disolución de Pablo Bujalance, ETC Libros El Toro Celeste.
  9. Doce velas y un don de José Belenguer Serrano, Menoscuarto Ediciones.
  10. El Arcángel (La canción del hijoputa) de Cristóbal Ruiz, Ed. E.D.A.
  11. El creador de ánimas de Cristina León Lopa, Ed. Nazarí.
  12. El día que cambió la historia de José Ruiz Mata, Ed. Alhulia.
  13. El equinoccio de las ánimas de Rafael E. Muñoz, Ed. Carena.
  14. El niño que nunca fue a la guerra (1936-1939) de José María Santos Villar, Ed. Círculo Rojo.
  15. El protegido de Pablo Aranda, Ed. Malpaso.
  16. El relojero de Yuste de José A. Ramírez Lozano, Ediciones del  Viento.
  17. El rey del juego de Juan Francisco Ferré, Ed. Anagrama.
  18. El vuelo de la salamandra de Antonio Abad, ETC Libros El Toro Celeste.
  19. El secreto de las constelaciones de Pedro Molino, Ed. Liberman.
  20. El tatuaje del faro, de María D. Laso (Editorial Niebla)
  21. En el umbral de la hoguera de Josefina Molina, Almuzara.
  22. Espiral de Estefanía Flores García, MRV Editor Independiente.
  23. Fuera de trama de Gabriel Noguera, Ed. Berenice.
  24. Gran Granada de Justo Navarro, Ed. Anagrama.
  25. Hotel Mediterráneo de Alejandro Pedregosa Morales, Ed. Planeta.
  26. La emperatriz de Tánger de Sergio Barce, Ediciones del Genal.
  27. La legión de los justos de Andrés Nadal, Ed. Perímetro
  28. La noche que no tenía final de Antonio Lara Ramos, Ed. Esdrújula.
  29. La rastreadora de Antonio Lagares, Ediciones Javisa 23.
  30. La rosa ilimitada. Carlos Maleno. Slopper. Palma de Mallorca.
  31. La soledad del cuerpo de Lola Benítez Molina, Editorial Granada Club Selección.
  32. La última batalla: el señor de las bestias de José de Loma, Ed. Nazarí.
  33. Luna de carbón de Carlos Torres Montañés, Editorial Márgenes.
  34. Mi avión herido. Mario Castillo. ETC Libros El Toro Celeste.
  35. Nos de Miguel Arnas Coronado, Editorial Nazarí.
  36. Palabra de sal de Mónica Collado Cañas, Ed. Tropo Editores.
  37. Pan y cielo, de Juan Cobos Wilkins, Isla de Siltolá.
  38. Peces de Colores, de Francis Vaz, Editorial Niebla.
  39. Profesor de poesía de Antonio García Velasco, Amazon.
  40. Rivera de Primo de Marcos Santiago, Andrómina.
  41. Santos, asesino en serie, de Bernardo Romero, Editorial Niebla.
  42. ¿Serías capaz de quedarte por mí? de Miguel Vasserot, Ed. Esdrújula.
  43. Solo amanece si estás despierto de José Luis Rodríguez del Corral, Ed. Siruela.
  44. Sombras en la luz de María Jesús Ortiz Moreiro, Ed. Dauro.
  45. Sulayr, dame cobijo de Ángel Fábregas García, Ed. Nazarí.
  46. Tampoco iré a Nueva York este verano de Esteban de las Heras, Academia de Buenas Letras de Granada.
  47. Todo está bien, de Daniel Ruíz (Edit. Tusquets)
  48. Un corazón roto no cabe en una maleta de Miguel Ángel Martos Sánchez, Ed. Independiente.
  49. Valparaíso. El secreto del Sacromonte de Fernando de Villena, Ed. Port Royal.
  50. Verónica y el hombre bello de Ángela Reyes, Ed. Nostrum.

RELATOS

  1. Cuentos de la cara oscura de José Antonio Sau, Ediciones del Genal.
  2. El temor inevitable, de Carmen Moreno (Ediciones En Huida)
  3. Diario de un transformista de Juan Ceyles Domínguez. ETC Libros El Toro Celeste.
  4. La vuelta al mundo de Juan Francisco Ferré, Ed. Pálido Fuego.
  5. Los fantasmas nuestros de cada día de Fernando Molero, Ediciones En Huida.
  6. Piernas fantásticas de Ricardo Reques, Ed. Adeshoras.
  7. Recuentos, de Ángel F. Becerra (Editorial Niebla)
  8. Relatos con alma, de Juan J. Labadía (Editorial Niebla)
  9. Relatos de la Biblia de Francisco Domene, Ed. Anaya.
  10. Santoral de anónimos, de Francisco Ruano (Editorial Niebla)
  11. Teoría de lo imperfecto de Antonio Luis Ginés, Isla de Sistolá. Sevilla.
  12. Trece de diciembre de Francisco de Paula Sánchez Zamorano, Ed. Ánfora Nova.
  13. Yo soy la locura de Andrés Ortiz Tafur, Ed. Huerga & Fierro Editories.
  14. Yo soy todos los besos que nunca pude darte de Francisco López Barrios, Ed. Dauro.



FUERA DE CONCURSO

Poetas del ´60 (Una promoción entre paréntesis) de F. Morales Lomas y Alberto Torés, ETC Libros El Toro Celeste.
Un lustro sin su mirada (En recuerdo a Campos Reina: 1946-2009), Antonio Moreno Ayora y Manuel Gahete. Ayuntamiento de Córdoba.
La ciudad en la cumbre (Torreparedones), José Antonio Santano y Manuel Gahete. Ayuntamiento de Baena.
Almudena de Luis García Montero, Valparaíso Ediciones (es una recopilación).
Biografía autorizada, de Salvador Gutiérrez Solís, Isla de Siltolá (ganó el premio en 2013).
Breviario negro de Ángel Olgoso, Menoscuarto. Palencia (ganó el premio en 2014).
El corazón de Gacela de Mariluz Escribano, Ed. Valparaíso. (Ganó el premio en 2014).
El fuego en mi poder de Antonio Carvajal, Ed. Hiperión (Obtuvo el premio en 2012, hace menos de cinco años).
La importancia de llamarse T. de Rosa Díaz, Ediciones En Huida.
Las muertas de Rosa Díaz, Ed. Zurgai.
Espacios oblicuos de Paloma Fernández Gomá, Ed. Devenir.
Valle de Lanz de Pilar Quirosa-Cheyrouze, Ed. Ánfora Nova.
Todo es poesía en Granada de Varios Autores (Edición de José Martín de Vayas), Ed. Esdrújula.

EN LA TIERRA DE NOD. SALÓN DE LECTURA.

EN LA TIERRA DE NOD


   Nos devuelve la poesía la esencia misma de la vida. No hay lugar en este camino para lo superficial o el artificio, sino para el arte poético en su más noble sentido. Es posible que algunos sigan pensando en la poesía como algo innecesario, vacuo y prescindible. Sin embargo, acercarse a la poesía, adentrarse en su mágico laberinto, es una sensación indescriptible, tremendamente placentera, enriquecedora hasta extremos impensables. Y esto ocurre con el poemario último de Pedro Juan Gomila Martorell, titulado «En la tierra de Nod», segunda entrega de la trilogía Eidolon. Si en “Arcadia desolada” Gomila «buscaba su paraíso, el edén (…), tal vez un refugio donde solo habitan los libros, la palabra escrita como única salvación, fulgor entre tanta mediocridad y sombras», hay que decir que “En la tierra de Nod” regresa de nuevo esa voz personalísima y además acrecentada con la fuerza que el tiempo y el cúmulo de experiencias cognitivas aportan felizmente a su universo poético. Un universo en el cual la palabra, en esa búsqueda de la identidad, de los yoes en conflicto, como dice el crítico Fernando Parra en el prólogo del libro («el yo verdadero que se agazapa evitando las leyes biempensantes de la “la tribu”, y “el Otro”, (“ese yo que no era yo”) impostura lacerante que niega pero no destruye, que oculta pero no opaca la herida legítima de ser»), provoca en el lector el verdadero temblor de la poesía. Ciertamente se cimenta este poemario en la lucha antagónica de los yoes, del ser y el estar, y en esa batalla el poeta aborda sus dudas y temores, reacciona ante un prototipo de moral caduca y ñoña, hasta vivir en el desmayo poético la verdadera razón de su existencia.



 La reivindicación de su homosexualidad, vedada por una sociedad hipócrita y pacata, es el punto de partida, tal vez de una huida, pero hacia adelante, reveladora del ser y estar en su esencialidad, y en ese trayecto hay cabida para el dolor, también para la resistencia y la ofrenda de una lírica inusual, bella y aterradora al mismo tiempo, alimentada por la tradición y la excelencia poética de quienes, poeta como él, le antecedieron en el tiempo. El mismo título del poemario viene a confirmar lo expresado en líneas anteriores, pues Nod es la tierra a la cual es desterrado Caín, es decir, de nuevo viene a plantearnos el poeta el debate entre el Bien y el Mal, pero desde su propia experiencia vivencial. La poesía de Pedro Juan Gomila es reflexiva, vital, coherente, apartada de ese regusto propio de nuestros días basado en el postureo, la superficialidad y el desconocimiento, es decir, en la más pura mediocridad. El libro objeto de nuestra atención produce en el lector una sensación agridulce, esa mezcla de de saber que el dolor te hace su esclavo al tiempo que te libera una ve derrotada, aunque esa derrota sea circunstancial, momentánea, porque el poeta siempre arrastra los recuerdos de su experiencia vital. Esa reclusión lleva al poeta a interiorizar su discurso poético de tal manera que aún en las tinieblas, doliéndose incluso de su suerte, sabe alzar la voz para rebelarse y crear un haz de luz, de esperanza en el hombre. Pero lo determinante en este juego de sombras y luces, de dolor y soledades no es, a mi modo de ver, ni la sexualidad, la religión, ni la Naturaleza misma, sino la búsqueda de su verdad, del pensamiento, la idealización del mundo interior del poeta, que hace que brille la palabra, que el fuego de poesía incendie la vida misma, en un desafío perenne, donde los yoes batallan uno frente al otro desnudos en cuerpo y alma. Señalemos algunos de los versos que conforman, tal vez, la esencia de la poesía (lumínica y devastadora a un tiempo) de Gomila. Abre el libro un poema que desnuda el sentimiento del poeta, que nos describe a la madre, también en él el dolor y los reproches: «Madre: / la señora de la nieve alabastrina, / la del sílex y el estuco y la madera; / la que un alba despeñó todos sus libros; / la guardiana de un castillo diminuto / gobernado por un ídolo de baro; la llanura sin batalla donde mueren / los guerreros que soñaron con ser niños».


En su soledad irrespirable se alza en vuelo hacia un infinito de sueños y esperanza, y así estos versos que acopio de distintos poemas: «Apenas puedo respirar, / animal acorralado por los vicios, despojo exangüe / que bracea en el fango de la podredumbre […] mi desierto engendrado con el polvo / de los hombres que en la vida se burlaron / de mi nombre con su tralla de serpiente […] manifiesto que ni Dios ni el Apóstata abatido / nunca más gobernarán los timones de mi nave […] No hay fatiga que el amor inquebrantable / no se atreva a soportar sobre los hombros». He aquí al poeta en su esencia que, con toda seguridad, volverá a sorprendernos con el siguiente libro de su trilogía: “Hogueras de la carne”.

Título: En la tierra de Nod
Autor: Pedro Juan Gomila Martorell
Editorial: La Lucerna   (Palma de Mallorca, 2015)

EN LA TIERRA DE NOD. SALÓN DE LECTURA.

EN LA TIERRA DE NOD


   Nos devuelve la poesía la esencia misma de la vida. No hay lugar en este camino para lo superficial o el artificio, sino para el arte poético en su más noble sentido. Es posible que algunos sigan pensando en la poesía como algo innecesario, vacuo y prescindible. Sin embargo, acercarse a la poesía, adentrarse en su mágico laberinto, es una sensación indescriptible, tremendamente placentera, enriquecedora hasta extremos impensables. Y esto ocurre con el poemario último de Pedro Juan Gomila Martorell, titulado «En la tierra de Nod», segunda entrega de la trilogía Eidolon. Si en “Arcadia desolada” Gomila «buscaba su paraíso, el edén (…), tal vez un refugio donde solo habitan los libros, la palabra escrita como única salvación, fulgor entre tanta mediocridad y sombras», hay que decir que “En la tierra de Nod” regresa de nuevo esa voz personalísima y además acrecentada con la fuerza que el tiempo y el cúmulo de experiencias cognitivas aportan felizmente a su universo poético. Un universo en el cual la palabra, en esa búsqueda de la identidad, de los yoes en conflicto, como dice el crítico Fernando Parra en el prólogo del libro («el yo verdadero que se agazapa evitando las leyes biempensantes de la “la tribu”, y “el Otro”, (“ese yo que no era yo”) impostura lacerante que niega pero no destruye, que oculta pero no opaca la herida legítima de ser»), provoca en el lector el verdadero temblor de la poesía. Ciertamente se cimenta este poemario en la lucha antagónica de los yoes, del ser y el estar, y en esa batalla el poeta aborda sus dudas y temores, reacciona ante un prototipo de moral caduca y ñoña, hasta vivir en el desmayo poético la verdadera razón de su existencia.



 La reivindicación de su homosexualidad, vedada por una sociedad hipócrita y pacata, es el punto de partida, tal vez de una huida, pero hacia adelante, reveladora del ser y estar en su esencialidad, y en ese trayecto hay cabida para el dolor, también para la resistencia y la ofrenda de una lírica inusual, bella y aterradora al mismo tiempo, alimentada por la tradición y la excelencia poética de quienes, poeta como él, le antecedieron en el tiempo. El mismo título del poemario viene a confirmar lo expresado en líneas anteriores, pues Nod es la tierra a la cual es desterrado Caín, es decir, de nuevo viene a plantearnos el poeta el debate entre el Bien y el Mal, pero desde su propia experiencia vivencial. La poesía de Pedro Juan Gomila es reflexiva, vital, coherente, apartada de ese regusto propio de nuestros días basado en el postureo, la superficialidad y el desconocimiento, es decir, en la más pura mediocridad. El libro objeto de nuestra atención produce en el lector una sensación agridulce, esa mezcla de de saber que el dolor te hace su esclavo al tiempo que te libera una ve derrotada, aunque esa derrota sea circunstancial, momentánea, porque el poeta siempre arrastra los recuerdos de su experiencia vital. Esa reclusión lleva al poeta a interiorizar su discurso poético de tal manera que aún en las tinieblas, doliéndose incluso de su suerte, sabe alzar la voz para rebelarse y crear un haz de luz, de esperanza en el hombre. Pero lo determinante en este juego de sombras y luces, de dolor y soledades no es, a mi modo de ver, ni la sexualidad, la religión, ni la Naturaleza misma, sino la búsqueda de su verdad, del pensamiento, la idealización del mundo interior del poeta, que hace que brille la palabra, que el fuego de poesía incendie la vida misma, en un desafío perenne, donde los yoes batallan uno frente al otro desnudos en cuerpo y alma. Señalemos algunos de los versos que conforman, tal vez, la esencia de la poesía (lumínica y devastadora a un tiempo) de Gomila. Abre el libro un poema que desnuda el sentimiento del poeta, que nos describe a la madre, también en él el dolor y los reproches: «Madre: / la señora de la nieve alabastrina, / la del sílex y el estuco y la madera; / la que un alba despeñó todos sus libros; / la guardiana de un castillo diminuto / gobernado por un ídolo de baro; la llanura sin batalla donde mueren / los guerreros que soñaron con ser niños».


En su soledad irrespirable se alza en vuelo hacia un infinito de sueños y esperanza, y así estos versos que acopio de distintos poemas: «Apenas puedo respirar, / animal acorralado por los vicios, despojo exangüe / que bracea en el fango de la podredumbre […] mi desierto engendrado con el polvo / de los hombres que en la vida se burlaron / de mi nombre con su tralla de serpiente […] manifiesto que ni Dios ni el Apóstata abatido / nunca más gobernarán los timones de mi nave […] No hay fatiga que el amor inquebrantable / no se atreva a soportar sobre los hombros». He aquí al poeta en su esencia que, con toda seguridad, volverá a sorprendernos con el siguiente libro de su trilogía: “Hogueras de la carne”.

Título: En la tierra de Nod
Autor: Pedro Juan Gomila Martorell
Editorial: La Lucerna   (Palma de Mallorca, 2015)

EN LA TIERRA DE NOD. PEDRO JUAN GOMILA MARTORELL

Escrito para DIARIO DE ALMERÍA por 

JOSÉ ANTONIO SANTANO

 en la sección SALÓN DE LECTURA.


EN LA TIERRA DE NOD


 Nos devuelve la poesía la esencia misma de la vida. No hay lugar en este camino para lo superficial o el artificio, sino para el arte poético en su más noble sentido. Es posible que algunos sigan pensando en la poesía como algo innecesario, vacuo y prescindible. Sin embargo, acercarse a la poesía, adentrarse en su mágico laberinto, es una sensación indescriptible, tremendamente placentera, enriquecedora hasta extremos impensables. Y esto ocurre con el poemario último de Pedro Juan Gomila Martorell, titulado «En la tierra de Nod», segunda entrega de la trilogía Eidolon. Si en “Arcadia desolada” Gomila «buscaba su paraíso, el edén (…), tal vez un refugio donde solo habitan los libros, la palabra escrita como única salvación, fulgor entre tanta mediocridad y sombras», hay que decir que “En la tierra de Nod” regresa de nuevo esa voz personalísima y además acrecentada con la fuerza que el tiempo y el cúmulo de experiencias cognitivas aportan felizmente a su universo poético. Un universo en el cual la palabra, en esa búsqueda de la identidad, de los yoes en conflicto, como dice el crítico Fernando Parra en el prólogo del libro («el yo verdadero que se agazapa evitando las leyes biempensantes de la “la tribu”, y “el Otro”, (“ese yo que no era yo”) impostura lacerante que niega pero no destruye, que oculta pero no opaca la herida legítima de ser»), provoca en el lector el verdadero temblor de la poesía. Ciertamente se cimenta este poemario en la lucha antagónica de los yoes, del ser y el estar, y en esa batalla el poeta aborda sus dudas y temores, reacciona ante un prototipo de moral caduca y ñoña, hasta vivir en el desmayo poético la verdadera razón de su existencia.











 La reivindicación de su homosexualidad, vedada por una sociedad hipócrita y pacata, es el punto de partida, tal vez de una huida, pero hacia adelante, reveladora del ser y estar en su esencialidad, y en ese trayecto hay cabida para el dolor, también para la resistencia y la ofrenda de una lírica inusual, bella y aterradora al mismo tiempo, alimentada por la tradición y la excelencia poética de quienes, poeta como él, le antecedieron en el tiempo. El mismo título del poemario viene a confirmar lo expresado en líneas anteriores, pues Nod es la tierra a la cual es desterrado Caín, es decir, de nuevo viene a plantearnos el poeta el debate entre el Bien y el Mal, pero desde su propia experiencia vivencial. La poesía de Pedro Juan Gomila es reflexiva, vital, coherente, apartada de ese regusto propio de nuestros días basado en el postureo, la superficialidad y el desconocimiento, es decir, en la más pura mediocridad. El libro objeto de nuestra atención produce en el lector una sensación agridulce, esa mezcla de de saber que el dolor te hace su esclavo al tiempo que te libera una ve derrotada, aunque esa derrota sea circunstancial, momentánea, porque el poeta siempre arrastra los recuerdos de su experiencia vital. Esa reclusión lleva al poeta a interiorizar su discurso poético de tal manera que aún en las tinieblas, doliéndose incluso de su suerte, sabe alzar la voz para rebelarse y crear un haz de luz, de esperanza en el hombre. Pero lo determinante en este juego de sombras y luces, de dolor y soledades no es, a mi modo de ver, ni la sexualidad, la religión, ni la Naturaleza misma, sino la búsqueda de su verdad, del pensamiento, la idealización del mundo interior del poeta, que hace que brille la palabra, que el fuego de poesía incendie la vida misma, en un desafío perenne, donde los yoes batallan uno frente al otro desnudos en cuerpo y alma. Señalemos algunos de los versos que conforman, tal vez, la esencia de la poesía (lumínica y devastadora a un tiempo) de Gomila. Abre el libro un poema que desnuda el sentimiento del poeta, que nos describe a la madre, también en él el dolor y los reproches: «Madre: / la señora de la nieve alabastrina, / la del sílex y el estuco y la madera; / la que un alba despeñó todos sus libros; / la guardiana de un castillo diminuto / gobernado por un ídolo de baro; la llanura sin batalla donde mueren / los guerreros que soñaron con ser niños». En su soledad irrespirable se alza en vuelo hacia un infinito de sueños y esperanza, y así estos versos que acopio de distintos poemas: «Apenas puedo respirar, / animal acorralado por los vicios, despojo exangüe / que bracea en el fango de la podredumbre […] mi desierto engendrado con el polvo / de los hombres que en la vida se burlaron / de mi nombre con su tralla de serpiente […] manifiesto que ni Dios ni el Apóstata abatido / nunca más gobernarán los timones de mi nave […] No hay fatiga que el amor inquebrantable / no se atreva a soportar sobre los hombros». He aquí al poeta en su esencia que, con toda seguridad, volverá a sorprendernos con el siguiente libro de su trilogía: “Hogueras de la carne”.

Título: En la tierra de Nod
Autor: Pedro Juan Gomila Martorell
Editorial: La Lucerna    (Palma de Mallorca, 2015)

EN LA TIERRA DE NOD. PEDRO JUAN GOMILA MARTORELL

Escrito para DIARIO DE ALMERÍA por 

JOSÉ ANTONIO SANTANO

 en la sección SALÓN DE LECTURA.


EN LA TIERRA DE NOD


 Nos devuelve la poesía la esencia misma de la vida. No hay lugar en este camino para lo superficial o el artificio, sino para el arte poético en su más noble sentido. Es posible que algunos sigan pensando en la poesía como algo innecesario, vacuo y prescindible. Sin embargo, acercarse a la poesía, adentrarse en su mágico laberinto, es una sensación indescriptible, tremendamente placentera, enriquecedora hasta extremos impensables. Y esto ocurre con el poemario último de Pedro Juan Gomila Martorell, titulado «En la tierra de Nod», segunda entrega de la trilogía Eidolon. Si en “Arcadia desolada” Gomila «buscaba su paraíso, el edén (…), tal vez un refugio donde solo habitan los libros, la palabra escrita como única salvación, fulgor entre tanta mediocridad y sombras», hay que decir que “En la tierra de Nod” regresa de nuevo esa voz personalísima y además acrecentada con la fuerza que el tiempo y el cúmulo de experiencias cognitivas aportan felizmente a su universo poético. Un universo en el cual la palabra, en esa búsqueda de la identidad, de los yoes en conflicto, como dice el crítico Fernando Parra en el prólogo del libro («el yo verdadero que se agazapa evitando las leyes biempensantes de la “la tribu”, y “el Otro”, (“ese yo que no era yo”) impostura lacerante que niega pero no destruye, que oculta pero no opaca la herida legítima de ser»), provoca en el lector el verdadero temblor de la poesía. Ciertamente se cimenta este poemario en la lucha antagónica de los yoes, del ser y el estar, y en esa batalla el poeta aborda sus dudas y temores, reacciona ante un prototipo de moral caduca y ñoña, hasta vivir en el desmayo poético la verdadera razón de su existencia.











 La reivindicación de su homosexualidad, vedada por una sociedad hipócrita y pacata, es el punto de partida, tal vez de una huida, pero hacia adelante, reveladora del ser y estar en su esencialidad, y en ese trayecto hay cabida para el dolor, también para la resistencia y la ofrenda de una lírica inusual, bella y aterradora al mismo tiempo, alimentada por la tradición y la excelencia poética de quienes, poeta como él, le antecedieron en el tiempo. El mismo título del poemario viene a confirmar lo expresado en líneas anteriores, pues Nod es la tierra a la cual es desterrado Caín, es decir, de nuevo viene a plantearnos el poeta el debate entre el Bien y el Mal, pero desde su propia experiencia vivencial. La poesía de Pedro Juan Gomila es reflexiva, vital, coherente, apartada de ese regusto propio de nuestros días basado en el postureo, la superficialidad y el desconocimiento, es decir, en la más pura mediocridad. El libro objeto de nuestra atención produce en el lector una sensación agridulce, esa mezcla de de saber que el dolor te hace su esclavo al tiempo que te libera una ve derrotada, aunque esa derrota sea circunstancial, momentánea, porque el poeta siempre arrastra los recuerdos de su experiencia vital. Esa reclusión lleva al poeta a interiorizar su discurso poético de tal manera que aún en las tinieblas, doliéndose incluso de su suerte, sabe alzar la voz para rebelarse y crear un haz de luz, de esperanza en el hombre. Pero lo determinante en este juego de sombras y luces, de dolor y soledades no es, a mi modo de ver, ni la sexualidad, la religión, ni la Naturaleza misma, sino la búsqueda de su verdad, del pensamiento, la idealización del mundo interior del poeta, que hace que brille la palabra, que el fuego de poesía incendie la vida misma, en un desafío perenne, donde los yoes batallan uno frente al otro desnudos en cuerpo y alma. Señalemos algunos de los versos que conforman, tal vez, la esencia de la poesía (lumínica y devastadora a un tiempo) de Gomila. Abre el libro un poema que desnuda el sentimiento del poeta, que nos describe a la madre, también en él el dolor y los reproches: «Madre: / la señora de la nieve alabastrina, / la del sílex y el estuco y la madera; / la que un alba despeñó todos sus libros; / la guardiana de un castillo diminuto / gobernado por un ídolo de baro; la llanura sin batalla donde mueren / los guerreros que soñaron con ser niños». En su soledad irrespirable se alza en vuelo hacia un infinito de sueños y esperanza, y así estos versos que acopio de distintos poemas: «Apenas puedo respirar, / animal acorralado por los vicios, despojo exangüe / que bracea en el fango de la podredumbre […] mi desierto engendrado con el polvo / de los hombres que en la vida se burlaron / de mi nombre con su tralla de serpiente […] manifiesto que ni Dios ni el Apóstata abatido / nunca más gobernarán los timones de mi nave […] No hay fatiga que el amor inquebrantable / no se atreva a soportar sobre los hombros». He aquí al poeta en su esencia que, con toda seguridad, volverá a sorprendernos con el siguiente libro de su trilogía: “Hogueras de la carne”.

Título: En la tierra de Nod
Autor: Pedro Juan Gomila Martorell
Editorial: La Lucerna    (Palma de Mallorca, 2015)

OSCURA TRANSPARENCIA. ENRIQUE MORÓN

OSCURA TRANSPARENCIA por JOSÉ ANTONIO SANTANO

  Una vez más nos sumergimos en el universo lírico de quien ostenta por derecho propio el noble oficio de poeta. No es fácil hallar en el panorama poético español una voz tan personalísima como la del cadiareño Enrique Morón, quien con su última entrega, bajo el oxímoron “Oscura transparencia”, nos invita a zambullirnos en la mar incontenible de sus versos. Morón nos muestra una vez más su universo lírico, iluminado por el metro clásico, de arte mayor principalmente (endecasílabo y alejandrino), fluye como agua de manantial.


Resplandecen en “Oscura transparencia” los sonetos, cuartetos y tercetos, que el poeta domina, dotando así al poema de una solidez y musicalidad indiscutible. Morón libera a la palabra y ésta se aloja luminosa en cada uno de los poemas que integran las cinco partes en las que queda dividido el libro: “Reflexión”, “Poemas de amor”, “Antiguos lares”, “La poesía” y “Despedida en tercetos”. El estilo singular de Morón queda patente en este libro, su extraordinaria versatilidad y su capacidad creativa vienen a confirmar, una vez más, que nos encontramos ante un gran poeta, con una voz capaz de seducir al lector en cada verso. Morón aboga por la desnudez y la profunda reflexión

 («Hoy el vuelto a mi aldea, la que dejé buscando /
 aquellas aventuras al borde del abismo. /
 Pero al volver he visto, con dolor, hasta cuándo /
 los años me ultrajaron, que ya no soy el mismo»),

 alía estética y ética, construye desde el conocimiento y la experiencia un discurso poético sobresaliente, de forma que la emoción y la belleza complementan, suman y añaden valor y crédito a su lírica al mostrarse desnudo y libre. Morón, instalado en su soledad y silencio, apartado del artificio poético actual –corren malos tiempos para todo-, en esa búsqueda continúa por la verdad –su verdad-, llama nuestra atención, nos alerta del momento actual cuando escribe: «No corren buenos tiempos. Instalose la ira / con toda su cohorte, sobre los aledaños / del desahucio, del hambre, de la sombra y la pena. / Se sublimó el cinismo. Se impuso la mentira / sobre la honestidad y han de quedar sus daños, / como clavel de acero que todo lo cercena». Resumen estos tercetos la alianza a la que antes nos referíamos entre estética y ética, el poeta desde la serenidad que proporciona el tiempo vivido profundiza sobre los avatares de la vida, observa su alrededor y no puede acallar su voz, se libera para ascender a la más alta cima de la poesía. Los temas que trata Morón en este hermosísimo tratado de vida, de poesía son, también, tradicionales: el tiempo, el amor, la muerte, la amistad, incluso, la propia poesía.

El poeta, como ser humano que es, no muy distinto al resto, no puede desligarse de esa condición, y habla y escribe de lo que siente, y lo embellece con la palabra exacta, diamantina, hallada en la infinitud del firmamento. Así, atento al paso del tiempo dice:


«Pues el tiempo no pasa inútilmente; /
 siempre te deja huellas si no heridas /
que desbordan los surcos de la frente.
 / Y del rosal sus flores encendidas /
cuando llega el otoño, doloridas, /
de un soplo se desmayan en la fuente». 

 Vivir cada momento, saber que el otro está ahí, en el silencio de la noche o en el trinar del día es la esencia, el luminoso rayo del amor que es el todo y la nada: «No sé de qué metal, de qué armonía / se han ahormado tus años en los míos / que en tu vida me siento más urgente. / Si en tu silencio hallé la melodía, / no me dejes de amar, serenos bríos / que hacen vibrar mi corazón doliente».


En los recuerdos también la vida, ese soplo, ese silbo que despierta los días, la imagen del padre, de su muerte, la heredad del aire en este cuarteto del poema “El poeta piensa en su padre”: «Hoy la vejez me ofrece tu elegancia, / cuando me encuentro al borde del abismo; / y ya es de ti tan corta la distancia, / que estás en mí y estoy contigo mismo». Pero si hay un sentimiento que ennoblece al hombre, al poeta, ese es el del amor fraterno, el amor hacia el otro. La unión al otro por el vínculo invisible de la amistad, la que el poeta profesa al también poeta Fernando de Villena y que resume en los tercetos encadenados de esta “Epístola…”: «Nunca dobles el pie. Alza la frente. / Sigue la línea recta, pues la vida / da mordiscos y besos y es prudente / sellar con labios de clavel la herida / que a dentelladas te sajó la envidia / que nunca cesa cuando está encendida». El fuego de la vida, las brasas del amor, de la amistad, del humanismo que aflora en la palabra luciente de Morón son rasgos de su poesía: «No sé que hubiera sido de mí sin la poesía. / Siempre la tuve cerca si la necesitaba. / Con su frialdad de nieve, con su calor de lava, / con su perfume pulcro y apuesta melodía», escribe el poeta, porque para él la poesía lo es todo, la vida de todos, la vida misma: «La vida es todo, amor, la vida es nada. / La vida es una luz que a veces brilla / y otras veces esconde su lucero». Enrique Morón: poeta.

Título: Oscura transparencia
Autor: Enrique Morón
Editorial: Port-Royal (Granada, 2015)

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986