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Poesía y deporte. Estación Sur.


POESÍA Y DEPORTE



Es de justicia felicitar por partida doble a Pilar Quirosa-Cheyrouze. En primer lugar por ser una de las poetas más significativas del panorama literario almeriense, y por ende, andaluz, hecho que podemos comprobar si nos acercamos a su obra, y concretamente a su último poemario, “Valle de Lanz”, del que me ocuparé con más detalle en “Salón de Lectura”. Y en segundo lugar por ser la coordinadora del Aula de Literatura del Ayuntamiento de Roquetas. El último cuaderno publicado, número 33, ha correspondido al poeta malagueño José Sarria, con quien compartimos el pasado viernes poesía y amistad en el Castillo de Santa Ana, como viene siendo habitual. Al mismo tiempo, en la librería Metáfora se presentaba el poemario “Pequeños desnudos” de Aníbal García y en la Biblioteca Villaespesa de Almería el libro “Eros en el espejo”, de los poetas Antonio Carbonell y Pepe Criado. Es increíble con tantos viernes del calendario que coincidieran nada más y nada menos que tres actos poéticos. Pero, como suele decirse, “más vale que sobre que no que falte”. ¡Verlo para creerlo! Pero puedo asegurarles que estuve en los tres. Además, otro evento fue el centro de atención en Roquetas esa misma noche, la XIV Gala del Deporte, y como es de esperar a él asistieron lo más selecto de la sociedad roquetera: periodistas, reporteros, políticos y representantes de los clubes deportivos, amigos, allegados, etc., etc., que tuvo lugar, como no podía ser de otra forma, en el costoso Teatro Auditorio. Para la cita deportivo-social no escasearon recursos (cañones de luz a las puertas de Auditorio), infraestructura organizativa y de gestión (invitaciones, personal, azafatas, etc.), espacio escénico, catering y otras cuestiones no menores que se llevan a cabo para esta clase de ceremonias. Examinados por separado los actos descritos ni que decir tiene que la atención mediática favorece al último, de más vistosidad y boato, tal y como nos tiene acostumbrado su alcalde, Gabriel Amat. La poesía no vende, si acaso una simple fotografía de la concejal de cultura con el poeta invitado porque ha de asistir a la citada gala, mucho más importante y trascendental que una aburrida lectura poética. Pero, para más inri, y lo que asombra de esta cuestión es que el concejal de deportes, en un tono triunfalista, y diría que narcisista también, afirma: «Ha sido un año magnífico en cuanto a éxitos deportivos, gracias a los cuales se ratifica uno de nuestros lemas principales: Roquetas de Mar, ciudad del deporte base». Por supuesto que sí, Sr. Rubí, deporte base a costa de las familias que tienen que pagar cientos de euros al año para que sus hijos lo practiquen.



4.- Fernando Martínez López. Concierto de año nuevo

Concierto de año nuevo


Primer Premio del XIII Certamen Literario
de Relato Corto “Café Compás”, Valladolid






El organero Klaus Grenzing sentía la incertidumbre disolviéndole el estómago. El lacayo de la Emperatriz irrumpió en su casa cuando, arrebujado entre mantas, transitaba por los intrincados laberintos del sueño. No hubo más explicación aparte de que Su Majestad deseaba verlo con urgencia, y ahora lo conducía en carroza amparado por la furtividad nocturna de las calles de Viena.

El palacio de Schönbrunn apareció silueteado por el resplandor vaporoso de la ciudad que quedaba a sus espaldas, imponente aun en la oscuridad, mientras Grenzing no cesaba de preguntarse qué habría hecho mal para que la emperatriz María Luisa lo requiriese a horas tan intempestivas. La restauración del órgano había sido exitosa, le había devuelto el sobrecogedor sonido que conseguía estremecer los vetustos muros de la catedral de San Esteban y las almas de los feligreses, lo había destripado para revisar y remozar teclados, registros, fuelles, pedales y, sobre todo, había reinstalado con precisión milimétrica las correderas que permitían fabricar el sonido al expulsar el aire por los tubos. La Emperatriz no había malgastado su dinero con la reparación del hermoso instrumento musical, todo funcionaba perfectamente… ¿o acaso no?
El lacayo, lacónico, embutido en su librea, o no sabía o no quería aclararle las dudas, se limitó a abrirle la portezuela de la carroza, adentrarlo en palacio con el sigilo de los gatos y conducirlo por un dédalo de pasillos hasta una suntuosa habitación donde la Emperatriz aguardaba. Grenzing notó las piernas trémulas y un redoble de corazón. Sin embargo, María Luisa sonreía, no debía de estar descontenta al parecer. Ella no se anduvo por las ramas; le hizo sentar y le explicó el motivo de su llamada con un brillo malicioso en las pupilas.
-Pero Majestad, ¡eso no puedo hacerlo!
Fue entonces cuando la Emperatriz agrió el semblante. No había nada que discutir, eran sus deseos, de modo que Grenzing se limitó a inclinar la cabeza, a apretar los dientes y a regresar a casa acompañado por el lacayo. Los baches del camino hacían tintinear los ducados de oro contenidos en la bolsa que le habían entregado: se sintió más sucio que Judas traicionando a Cristo.
* * *
Era normal que aquello sucediese en Viena, la ciudad donde la música se amalgamaba con el aire ondulándolo con blandura dulce, el lugar donde recalaban hechizados los grandes compositores e intérpretes de la época. Se había creado una gran expectación acerca de quién sería el privilegiado que reviviera el magnífico órgano de San Esteban después de años fenecido, pero la propia Emperatriz había instruido órdenes tajantes de que no se supiera hasta el mismo momento del concierto previsto para la mañana de año nuevo. Lo cierto era que en aquellos inicios del siglo XIX el órgano como instrumento musical había experimentado un notable declive en el orden de preferencias de los grandes maestros. Desde que Juan Sebastián Bach lo elevara a la cúspide de lo divino no había hecho sino emprender una espiral descendente que lo arrumbaba a la categoría de lo olvidado o lo caducado. Sólo Mozart le permitió un último hálito de grandeza con su Fantasías y sonatas, pero el genio ya estaba muerto, e, ignorado por los compositores, pocos eran los músicos que se entregaban al arduo aprendizaje del órgano, al complicado manejo simultáneo de teclado, pedales y registros.
Entre la nobleza corrían, como un vacuo entretenimiento más, las apuestas de quién sería el intérprete que alumbraría nuevamente de música el interior de la catedral. La mayoría se decantaba por el español José Lidón, el más virtuoso organista del momento y maestro de la Capilla Real Alemana. Sería el candidato ideal, el que extrajera lo mejor de la restauración llevada a cabo por el organero Grenzing. Cuando lo comentaban a Su Majestad, María Luisa curvaba enigmáticamente sus labios en una media sonrisa, divertida de lo equivocadas de aquellas conjeturas. El candidato lo llevaba tatuado en su mente desde un par de años atrás, desde que el bastardo se permitiera tamaño desplante hacia ella cuando se encontraron frente a frente en el balneario de Teplice.
* * *
Ludwig van Beethoven estaba furioso, sentía una acidez zumbona en su vientre abultado que a duras penas contenía la faja. El maldito dinero otra vez. Después de conocer el desahogo, ahora de nuevo le rondaban como buitres las preocupaciones económicas tras la quiebra y el fallecimiento de los príncipes Lobkowitz y Kinsky respectivamente, sus mecenas. Y había tenido que aceptar, cómo no, la generosa oferta de la emperatriz María Luisa. ¿Por qué lo había elegido a él? Nunca lo habría imaginado después del incidente y, además, ¡él no se consideraba un organista! Era compositor, director de orquesta y pianista, aunque se veía perfectamente capacitado para interpretar un instrumento con el que entabló amistad en la niñez, de lanzar con él notas al aire como si fueran fuegos artificiales y encandilar al auditorio.
Sí, estaba furioso a pesar de aliviar sus problemas financieros. Lo estaba con frecuencia desde que la sordera le privó del placer de escuchar la belleza de sus composiciones: la música tenía que imaginársela, traducirla de las vibraciones que transmitía el piano a través de su estructura y del suelo, aunque para un genio como él no era obstáculo interpretar marcando los tiempos con exactitud sin necesidad de oír. Pero ahora estaba especialmente irritado porque aceptar el ofrecimiento de la Emperatrizimplicaba tragarse su orgullo después del encontronazo con Su Majestad dos años atrás, en el balneario de Teplice, el desaire que fue la comidilla de la Corte. Beethoven comenzó a rememorarlo con la fidelidad con que se graban en la memoria los sucesos extraordinarios: él caminando junto a Goethe por la alameda, de frente aproximándose la Emperatriz con su familia y corte, Goethe haciéndose a un lado para saludar con una servil reverencia. Él se negó a semejante muestra de sumisión; le reventaban la altivez y la indiferencia de esa clase de parásitos que para él representaban casi todos los nobles. Se caló el sombrero y mantuvo altaneramente su paso por el sendero incrustándose en el séquito como un barco que separa las aguas al navegar, ante el gesto atónito e irritado de María Luisa y sus acompañantes que tuvieron que apartarse. Cuando Goethe le alcanzó de nuevo, Beethoven le recriminó su comportamiento lacayo. ¡Qué ironía! ¡Comportamiento lacayo el del pobre Goethe! ¿Y qué estaba haciendo él ahora si no plegarse a la voluntad de la Emperatriz, verse obligado a interpretar un instrumento que tenía postergado por completo?
* * *
El organero Klaus Grenzing contemplaba el perfil irregular de las últimas casas recortadas en el horizonte conforme abandonaba Viena. No podía seguir allí, no sin que la vergüenza y una reputación fulminada fuesen sus perpetuas vestimentas cada vez que salía a la calle. Rememoraba el día de año nuevo con escozor. Su conciencia le impelió a asistir a la catedral de San Esteban antes de que lo retorciera por dentro como una cuerda de reloj. Abarrotada, la nobleza no pudo reprimir un murmullo de asombro cuando Ludwig van Beethoven apareció en escena. ¡Un sordo! ¡Y además enemistado con la Emperatriz! ¿Cómo es posible? ¡Pero si no es organista! María Luisa suspiró aliviada después de que dudara mil veces que el compositor apareciera. Luego, dibujó una sonrisa pérfida: la venganza estaba servida.
Beethoven, hierático, tomó asiento en las alturas sin saludar al auditorio, dándole la espalda. Sus dedos entrenados comenzaron a teclear con maestría, con ritmo estricto, los compases de la Tocata y fuga del genial Bach. Sin embargo, los tubos del órgano no emitían sonido alguno. La estupefacción inicial de la concurrencia se trastocó en risas tímidas y sonoras carcajadas después, dirigidas por una complacida Emperatriz que cumplía su deseo de mofarse en público del orgulloso músico. “El tonto no se da cuenta de que no se escucha nada”, dijo María Luisa como remate. Grenzing, abochornado en cuerpo ajeno, huyó de la catedral con un nudo en la nuez, arrepentido por haber manipulado la noche anterior, después del último ensayo clandestino del maestro, las correderas para que impidieran que el aire escapara por los tubos, Sin que nadie le advirtiese, Beethoven cumplió con la primera pieza. Al finalizar, se irguió con rigidez y, tras descender, se encaminó directamente hacia la Emperatriz, encarándola.
-Majestad –le dijo con mirada acerada-, mis oídos son sordos, pero mi cuerpo aún puede vibrar con la música. Le aseguro que nunca he tocado el órgano mejor que hoy. Lástima que Su Majestad y la concurrencia no hayan podido apreciar mi magistral interpretación.
Luego, frunció el ceño, se giró y abrió una brecha entre la marea humana sin doblegarse a reverencia alguna, dejando a la Emperatriz con los labios descolgados.


El organero Grenzing miraba a través de la ventanilla de la carroza. Los árboles desnudos le devolvieron a la realidad. Se imaginó como Judas, arrepentido, colgándose de uno de ellos por haber contribuido al vilipendio del maestro, el rostro azulado, la lengua obscenamente fuera y el pene erecto, pero era demasiado cobarde para ello. Eso sí, cuentan algunos que aquella carroza fue dejando un rastro de ducados de oro por el camino, monedas que algún pasajero se entretuvo en dejar caer una a una como las cuentas de un rosario que sirviera para expiar los pecados.

4.- Fernando Martínez López. Concierto de año nuevo

Concierto de año nuevo


Primer Premio del XIII Certamen Literario
de Relato Corto “Café Compás”, Valladolid






El organero Klaus Grenzing sentía la incertidumbre disolviéndole el estómago. El lacayo de la Emperatriz irrumpió en su casa cuando, arrebujado entre mantas, transitaba por los intrincados laberintos del sueño. No hubo más explicación aparte de que Su Majestad deseaba verlo con urgencia, y ahora lo conducía en carroza amparado por la furtividad nocturna de las calles de Viena.

El palacio de Schönbrunn apareció silueteado por el resplandor vaporoso de la ciudad que quedaba a sus espaldas, imponente aun en la oscuridad, mientras Grenzing no cesaba de preguntarse qué habría hecho mal para que la emperatriz María Luisa lo requiriese a horas tan intempestivas. La restauración del órgano había sido exitosa, le había devuelto el sobrecogedor sonido que conseguía estremecer los vetustos muros de la catedral de San Esteban y las almas de los feligreses, lo había destripado para revisar y remozar teclados, registros, fuelles, pedales y, sobre todo, había reinstalado con precisión milimétrica las correderas que permitían fabricar el sonido al expulsar el aire por los tubos. La Emperatriz no había malgastado su dinero con la reparación del hermoso instrumento musical, todo funcionaba perfectamente… ¿o acaso no?
El lacayo, lacónico, embutido en su librea, o no sabía o no quería aclararle las dudas, se limitó a abrirle la portezuela de la carroza, adentrarlo en palacio con el sigilo de los gatos y conducirlo por un dédalo de pasillos hasta una suntuosa habitación donde la Emperatriz aguardaba. Grenzing notó las piernas trémulas y un redoble de corazón. Sin embargo, María Luisa sonreía, no debía de estar descontenta al parecer. Ella no se anduvo por las ramas; le hizo sentar y le explicó el motivo de su llamada con un brillo malicioso en las pupilas.
-Pero Majestad, ¡eso no puedo hacerlo!
Fue entonces cuando la Emperatriz agrió el semblante. No había nada que discutir, eran sus deseos, de modo que Grenzing se limitó a inclinar la cabeza, a apretar los dientes y a regresar a casa acompañado por el lacayo. Los baches del camino hacían tintinear los ducados de oro contenidos en la bolsa que le habían entregado: se sintió más sucio que Judas traicionando a Cristo.
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Era normal que aquello sucediese en Viena, la ciudad donde la música se amalgamaba con el aire ondulándolo con blandura dulce, el lugar donde recalaban hechizados los grandes compositores e intérpretes de la época. Se había creado una gran expectación acerca de quién sería el privilegiado que reviviera el magnífico órgano de San Esteban después de años fenecido, pero la propia Emperatriz había instruido órdenes tajantes de que no se supiera hasta el mismo momento del concierto previsto para la mañana de año nuevo. Lo cierto era que en aquellos inicios del siglo XIX el órgano como instrumento musical había experimentado un notable declive en el orden de preferencias de los grandes maestros. Desde que Juan Sebastián Bach lo elevara a la cúspide de lo divino no había hecho sino emprender una espiral descendente que lo arrumbaba a la categoría de lo olvidado o lo caducado. Sólo Mozart le permitió un último hálito de grandeza con su Fantasías y sonatas, pero el genio ya estaba muerto, e, ignorado por los compositores, pocos eran los músicos que se entregaban al arduo aprendizaje del órgano, al complicado manejo simultáneo de teclado, pedales y registros.
Entre la nobleza corrían, como un vacuo entretenimiento más, las apuestas de quién sería el intérprete que alumbraría nuevamente de música el interior de la catedral. La mayoría se decantaba por el español José Lidón, el más virtuoso organista del momento y maestro de la Capilla Real Alemana. Sería el candidato ideal, el que extrajera lo mejor de la restauración llevada a cabo por el organero Grenzing. Cuando lo comentaban a Su Majestad, María Luisa curvaba enigmáticamente sus labios en una media sonrisa, divertida de lo equivocadas de aquellas conjeturas. El candidato lo llevaba tatuado en su mente desde un par de años atrás, desde que el bastardo se permitiera tamaño desplante hacia ella cuando se encontraron frente a frente en el balneario de Teplice.
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Ludwig van Beethoven estaba furioso, sentía una acidez zumbona en su vientre abultado que a duras penas contenía la faja. El maldito dinero otra vez. Después de conocer el desahogo, ahora de nuevo le rondaban como buitres las preocupaciones económicas tras la quiebra y el fallecimiento de los príncipes Lobkowitz y Kinsky respectivamente, sus mecenas. Y había tenido que aceptar, cómo no, la generosa oferta de la emperatriz María Luisa. ¿Por qué lo había elegido a él? Nunca lo habría imaginado después del incidente y, además, ¡él no se consideraba un organista! Era compositor, director de orquesta y pianista, aunque se veía perfectamente capacitado para interpretar un instrumento con el que entabló amistad en la niñez, de lanzar con él notas al aire como si fueran fuegos artificiales y encandilar al auditorio.
Sí, estaba furioso a pesar de aliviar sus problemas financieros. Lo estaba con frecuencia desde que la sordera le privó del placer de escuchar la belleza de sus composiciones: la música tenía que imaginársela, traducirla de las vibraciones que transmitía el piano a través de su estructura y del suelo, aunque para un genio como él no era obstáculo interpretar marcando los tiempos con exactitud sin necesidad de oír. Pero ahora estaba especialmente irritado porque aceptar el ofrecimiento de la Emperatrizimplicaba tragarse su orgullo después del encontronazo con Su Majestad dos años atrás, en el balneario de Teplice, el desaire que fue la comidilla de la Corte. Beethoven comenzó a rememorarlo con la fidelidad con que se graban en la memoria los sucesos extraordinarios: él caminando junto a Goethe por la alameda, de frente aproximándose la Emperatriz con su familia y corte, Goethe haciéndose a un lado para saludar con una servil reverencia. Él se negó a semejante muestra de sumisión; le reventaban la altivez y la indiferencia de esa clase de parásitos que para él representaban casi todos los nobles. Se caló el sombrero y mantuvo altaneramente su paso por el sendero incrustándose en el séquito como un barco que separa las aguas al navegar, ante el gesto atónito e irritado de María Luisa y sus acompañantes que tuvieron que apartarse. Cuando Goethe le alcanzó de nuevo, Beethoven le recriminó su comportamiento lacayo. ¡Qué ironía! ¡Comportamiento lacayo el del pobre Goethe! ¿Y qué estaba haciendo él ahora si no plegarse a la voluntad de la Emperatriz, verse obligado a interpretar un instrumento que tenía postergado por completo?
* * *
El organero Klaus Grenzing contemplaba el perfil irregular de las últimas casas recortadas en el horizonte conforme abandonaba Viena. No podía seguir allí, no sin que la vergüenza y una reputación fulminada fuesen sus perpetuas vestimentas cada vez que salía a la calle. Rememoraba el día de año nuevo con escozor. Su conciencia le impelió a asistir a la catedral de San Esteban antes de que lo retorciera por dentro como una cuerda de reloj. Abarrotada, la nobleza no pudo reprimir un murmullo de asombro cuando Ludwig van Beethoven apareció en escena. ¡Un sordo! ¡Y además enemistado con la Emperatriz! ¿Cómo es posible? ¡Pero si no es organista! María Luisa suspiró aliviada después de que dudara mil veces que el compositor apareciera. Luego, dibujó una sonrisa pérfida: la venganza estaba servida.
Beethoven, hierático, tomó asiento en las alturas sin saludar al auditorio, dándole la espalda. Sus dedos entrenados comenzaron a teclear con maestría, con ritmo estricto, los compases de la Tocata y fuga del genial Bach. Sin embargo, los tubos del órgano no emitían sonido alguno. La estupefacción inicial de la concurrencia se trastocó en risas tímidas y sonoras carcajadas después, dirigidas por una complacida Emperatriz que cumplía su deseo de mofarse en público del orgulloso músico. “El tonto no se da cuenta de que no se escucha nada”, dijo María Luisa como remate. Grenzing, abochornado en cuerpo ajeno, huyó de la catedral con un nudo en la nuez, arrepentido por haber manipulado la noche anterior, después del último ensayo clandestino del maestro, las correderas para que impidieran que el aire escapara por los tubos, Sin que nadie le advirtiese, Beethoven cumplió con la primera pieza. Al finalizar, se irguió con rigidez y, tras descender, se encaminó directamente hacia la Emperatriz, encarándola.
-Majestad –le dijo con mirada acerada-, mis oídos son sordos, pero mi cuerpo aún puede vibrar con la música. Le aseguro que nunca he tocado el órgano mejor que hoy. Lástima que Su Majestad y la concurrencia no hayan podido apreciar mi magistral interpretación.
Luego, frunció el ceño, se giró y abrió una brecha entre la marea humana sin doblegarse a reverencia alguna, dejando a la Emperatriz con los labios descolgados.


El organero Grenzing miraba a través de la ventanilla de la carroza. Los árboles desnudos le devolvieron a la realidad. Se imaginó como Judas, arrepentido, colgándose de uno de ellos por haber contribuido al vilipendio del maestro, el rostro azulado, la lengua obscenamente fuera y el pene erecto, pero era demasiado cobarde para ello. Eso sí, cuentan algunos que aquella carroza fue dejando un rastro de ducados de oro por el camino, monedas que algún pasajero se entretuvo en dejar caer una a una como las cuentas de un rosario que sirviera para expiar los pecados.

Entrevista por D. MARTÍNEZ para DIARIO DE ALMERÍA

Entrevista por Diego Martínez para DIARIO DE ALMERÍA.

"Es la mirada del poeta la que hace que lo más sencillo alcance la más alta cima"

El poeta de Baena, afincado en Almería presenta mañana a las 20 horas en la Biblioteca Villaespesa su último poemario 'Tiempo gris de cosmos' editado por la Editorial Nazarí


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José Antonio Santano tiene ya ultimados varios proyectos para los próximos meses.
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                                                                                                            Santano presenta El escritor José Antonio Santano presenta mañana martes a las 20 horas su nuevo libro de poemas, Tiempo gris de cosmos, una publicación editada por la Editorial Nazarí. El acto tendrá lugar en la Biblioteca Francisco Villaespesa. Junto al autor intervendrán Isabel Giménez Caro, profesora de la Universidad de Almería, Paolo Remorini, responsable de la Editorial Nazarí y Sensi Falánsable de la Editorial Nazarí y Sensi Falán, cantautora con Chochi Duré. 
El escritor José Antonio Santano presenta mañana martes a las 20 horas su nuevo libro de poemas, Tiempo gris de cosmos, una publicación editada por la Editorial Nazarí. El acto tendrá lugar en la Biblioteca Francisco Villaespesa. Junto al autor intervendrán Isabel Giménez Caro, profesora de la Universidad de Almería, Paolo Remorini, responsable de la Editorial Nazarí y Sensi Falán, cantautora con Chochi Duré. 
- ¿En que centra la temática de este nuevo poemario? 

-Tiempo gris de cosmos es un poemario muy importante para mí. En este libro la temática principal plantea una vuelta al renacimiento, donde se preste más atención, desde el punto de visto creativo, al fondo que a la forma, donde el hombre vuelva a ser el centro del universo y los escritores, intelectuales, artistas en general, sean quienes, desde la acción creativa propaguen un humanismo solidario.

-La obra tiene alguna estructura concreta o todo gira en torno a una temática general.

-Sí. Este poemario mantiene una estructura bimembre. La primera parte, titulada Tiempo de silencios, está formada por un conjunto de poemas que hacen referencia al momento actual que vivimos. Poco a poco se ha instalado el silencio de forma generalizada. El poeta toma la voz de la calle y habla, y denuncia y manifiesta su sentir y su concepción del mundo. La segunda parte, de la que toma el título este libro, Tiempo gris de cosmos, no es sino la convicción humana y poética por la que no se puede entender el mundo si el hombre no es su centro, la única esperanza. Solo el hombre puede cambiar lo establecido. El sueño es posible y el hombre ha de ser su hacedor.

-Un poeta escribe y escribe. ¿Cuando decide que ha llegado el momento de publicar, contando siempre que haya una editorial interesada?

-La dificultad estriba más en hallar una editorial dispuesta a publicarte un poemario nuevo, aunque en esta ocasión, Nazarí ha sido todo un descubrimiento para mí, que apuesta por el libro con la única condición de su probada calidad. Y para eso cuenta con la persona idónea y con la formación precisa para llevar a buen puerto el proyecto de que se trate, en este caso concreto, el poético. No hay que tener prisa a la hora de publicar, lo importante es saber que el libro está pulido y bien pulido.

-En este momento con la amplia trayectoria que tiene en su haber con varios libros publicados cuales son las cuestiones que le gusta plasmar en sus poemas.

-Sí, efectivamente, son ya casi dos decenas de libros publicados, pero creo que el poeta no debe limitarse a la temática. La poesía late en cualquier lugar, en los sitios más insospechados. Es la predisposición al asombro lo que hace que el poeta se deje invadir por el alma de las cosas y los seres que habitan este planeta. Es la mirada del poeta la que hace que lo más sencillo, lo insignificante, alcance la más alta cima.

-Usted es de Baena pero lleva muchos años en Almería. Esta ciudad le ha servido de inspiración en su trayectoria como poeta.

-Bueno, si entendemos inspiración como el resultado del trabajo y la observación del mundo que te rodea, sí, claro que me ha servido. Exilio en Caridemo es mi libro más almeriense, por decirlo así. En él, el paisaje del Cabo de Gata, de La Chanca o del propio Mar Mediterráneo como origen de una cultura milenaria, está muy presente, también el sentimiento humanista arraigado en el poeta.

-Siempre se ha hablado de que la poesía llegaba poco al lector en general. Sin embargo, en los últimos años cada vez hay más actos poéticos y se escriben más libros.

-No me convence mucho su particular visión del estado actual de la poesía contemporánea respecto a la edición y aumento de lectores. Es cierto que en los últimos años se escriben más libros y se producen más actos poéticos, pero no nos engañemos, la existencia de editoriales que apuestan por la autoedición, sin exigir una mínima calidad está creando una opinión, a mi modo de entender, errónea. No todo vale y una editorial que se precie debe atender a criterios de calidad por encima de los puramente mercantiles. Respecto a los lectores de poesía, la realidad es que siguen siendo pocos los que se acercan a ella y pocos también quienes asisten a los actos poéticos. En cambio, sí parece existir una leve tendencia a sacar la poesía a la calle, a que forme parte de la ciudadanía en general.

-Últimamente ha aparecido una nueva antología donde le han incluido.

-Supongo que se refiere a la antología Humanismo Solidario. Poesía y compromiso en la sociedad contemporánea, publicada por la editorial Visor. Es indudable que el aparecer junto a poetas de reconocido prestigio en el ámbito nacional e internacional tiene su importancia, pero aún así me parece más relevante el hecho de formar parte de un cuerpo poético común, llamado Humanismo Solidario, que la poesía que lo representa sea la que "renace" de la oscuridad para proclamar que el hombre ha de ser por y para siempre el centro del universo.

-La poesía considera que puede servir para cambiar la forma de ver las cosas.

-No sé si a cambiar, pero sí que puede servir, junto a otras disciplinas también, de ayuda para esa transformación del pensamiento humano.

-Como es una persona muy creativa, imagino que no para un momento. ¿En que proyectos de futuro se encuentra en este momento?

-Entre mis proyectos más inmediatos está promocionar mi dos últimos poemarios Tiempo gris de cosmos, que se presenta también el día 19 en Granada, y Memorial de silencios, más adelante. Por otra parte estoy concluyendo dos antologías literarias Verde mar de olivos, cuya participación sobrepasa los 200 autores ya, y La ciudad en la cumbre: Torreparedones, con la participación de miembros de la ACE-A y que publicará el Ayuntamiento de Baena, referida al yacimiento arqueológico del mismo nombre. Reposa un poemario recién concluido, titulado El padre muertoy en proceso de redacción el ensayo Poesía esencial. Ana María Romero Yebra, además de un par de libros de prosa por pulir.

Diego Martínez entrevista a José Antonio Santano.

Entrevista por Diego Martínez para DIARIO DE ALMERÍA.

"Es la mirada del poeta la que hace que lo más sencillo alcance la más alta cima"

El poeta de Baena, afincado en Almería presenta mañana a las 20 horas en la Biblioteca Villaespesa su último poemario 'Tiempo gris de cosmos' editado por la Editorial Nazarí


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José Antonio Santano tiene ya ultimados varios proyectos para los próximos meses.
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                                                                                                            Santano presenta El escritor José Antonio Santano presenta mañana martes a las 20 horas su nuevo libro de poemas, Tiempo gris de cosmos, una publicación editada por la Editorial Nazarí. El acto tendrá lugar en la Biblioteca Francisco Villaespesa. Junto al autor intervendrán Isabel Giménez Caro, profesora de la Universidad de Almería, Paolo Remorini, responsable de la Editorial Nazarí y Sensi Falánsable de la Editorial Nazarí y Sensi Falán, cantautora con Chochi Duré. 
El escritor José Antonio Santano presenta mañana martes a las 20 horas su nuevo libro de poemas, Tiempo gris de cosmos, una publicación editada por la Editorial Nazarí. El acto tendrá lugar en la Biblioteca Francisco Villaespesa. Junto al autor intervendrán Isabel Giménez Caro, profesora de la Universidad de Almería, Paolo Remorini, responsable de la Editorial Nazarí y Sensi Falán, cantautora con Chochi Duré. 
- ¿En que centra la temática de este nuevo poemario? 

-Tiempo gris de cosmos es un poemario muy importante para mí. En este libro la temática principal plantea una vuelta al renacimiento, donde se preste más atención, desde el punto de visto creativo, al fondo que a la forma, donde el hombre vuelva a ser el centro del universo y los escritores, intelectuales, artistas en general, sean quienes, desde la acción creativa propaguen un humanismo solidario.

-La obra tiene alguna estructura concreta o todo gira en torno a una temática general.

-Sí. Este poemario mantiene una estructura bimembre. La primera parte, titulada Tiempo de silencios, está formada por un conjunto de poemas que hacen referencia al momento actual que vivimos. Poco a poco se ha instalado el silencio de forma generalizada. El poeta toma la voz de la calle y habla, y denuncia y manifiesta su sentir y su concepción del mundo. La segunda parte, de la que toma el título este libro, Tiempo gris de cosmos, no es sino la convicción humana y poética por la que no se puede entender el mundo si el hombre no es su centro, la única esperanza. Solo el hombre puede cambiar lo establecido. El sueño es posible y el hombre ha de ser su hacedor.

-Un poeta escribe y escribe. ¿Cuando decide que ha llegado el momento de publicar, contando siempre que haya una editorial interesada?

-La dificultad estriba más en hallar una editorial dispuesta a publicarte un poemario nuevo, aunque en esta ocasión, Nazarí ha sido todo un descubrimiento para mí, que apuesta por el libro con la única condición de su probada calidad. Y para eso cuenta con la persona idónea y con la formación precisa para llevar a buen puerto el proyecto de que se trate, en este caso concreto, el poético. No hay que tener prisa a la hora de publicar, lo importante es saber que el libro está pulido y bien pulido.

-En este momento con la amplia trayectoria que tiene en su haber con varios libros publicados cuales son las cuestiones que le gusta plasmar en sus poemas.

-Sí, efectivamente, son ya casi dos decenas de libros publicados, pero creo que el poeta no debe limitarse a la temática. La poesía late en cualquier lugar, en los sitios más insospechados. Es la predisposición al asombro lo que hace que el poeta se deje invadir por el alma de las cosas y los seres que habitan este planeta. Es la mirada del poeta la que hace que lo más sencillo, lo insignificante, alcance la más alta cima.

-Usted es de Baena pero lleva muchos años en Almería. Esta ciudad le ha servido de inspiración en su trayectoria como poeta.

-Bueno, si entendemos inspiración como el resultado del trabajo y la observación del mundo que te rodea, sí, claro que me ha servido. Exilio en Caridemo es mi libro más almeriense, por decirlo así. En él, el paisaje del Cabo de Gata, de La Chanca o del propio Mar Mediterráneo como origen de una cultura milenaria, está muy presente, también el sentimiento humanista arraigado en el poeta.

-Siempre se ha hablado de que la poesía llegaba poco al lector en general. Sin embargo, en los últimos años cada vez hay más actos poéticos y se escriben más libros.

-No me convence mucho su particular visión del estado actual de la poesía contemporánea respecto a la edición y aumento de lectores. Es cierto que en los últimos años se escriben más libros y se producen más actos poéticos, pero no nos engañemos, la existencia de editoriales que apuestan por la autoedición, sin exigir una mínima calidad está creando una opinión, a mi modo de entender, errónea. No todo vale y una editorial que se precie debe atender a criterios de calidad por encima de los puramente mercantiles. Respecto a los lectores de poesía, la realidad es que siguen siendo pocos los que se acercan a ella y pocos también quienes asisten a los actos poéticos. En cambio, sí parece existir una leve tendencia a sacar la poesía a la calle, a que forme parte de la ciudadanía en general.

-Últimamente ha aparecido una nueva antología donde le han incluido.

-Supongo que se refiere a la antología Humanismo Solidario. Poesía y compromiso en la sociedad contemporánea, publicada por la editorial Visor. Es indudable que el aparecer junto a poetas de reconocido prestigio en el ámbito nacional e internacional tiene su importancia, pero aún así me parece más relevante el hecho de formar parte de un cuerpo poético común, llamado Humanismo Solidario, que la poesía que lo representa sea la que "renace" de la oscuridad para proclamar que el hombre ha de ser por y para siempre el centro del universo.

-La poesía considera que puede servir para cambiar la forma de ver las cosas.

-No sé si a cambiar, pero sí que puede servir, junto a otras disciplinas también, de ayuda para esa transformación del pensamiento humano.

-Como es una persona muy creativa, imagino que no para un momento. ¿En que proyectos de futuro se encuentra en este momento?

-Entre mis proyectos más inmediatos está promocionar mi dos últimos poemarios Tiempo gris de cosmos, que se presenta también el día 19 en Granada, y Memorial de silencios, más adelante. Por otra parte estoy concluyendo dos antologías literarias Verde mar de olivos, cuya participación sobrepasa los 200 autores ya, y La ciudad en la cumbre: Torreparedones, con la participación de miembros de la ACE-A y que publicará el Ayuntamiento de Baena, referida al yacimiento arqueológico del mismo nombre. Reposa un poemario recién concluido, titulado El padre muertoy en proceso de redacción el ensayo Poesía esencial. Ana María Romero Yebra, además de un par de libros de prosa por pulir.

Diego Martínez entrevista a José Antonio Santano.


Entrevista por Diego Martínez para 


DIARIO DE ALMERÍA.








"Es la mirada del poeta la que hace que lo más sencillo alcance la más alta cima"

El poeta de Baena, afincado en Almería presenta mañana a las 20 horas en la Biblioteca Villaespesa su último poemario 'Tiempo gris de cosmos' editado por la Editorial Nazarí




José Antonio Santano tiene ya ultimados varios proyectos para los próximos meses.





                                                                                                            Santano presenta El escritor José Antonio Santano presenta mañana martes a las 20 horas su nuevo libro de poemas, Tiempo gris de cosmos, una publicación editada por la Editorial Nazarí. El acto tendrá lugar en la Biblioteca Francisco Villaespesa. Junto al autor intervendrán Isabel Giménez Caro, profesora de la Universidad de Almería, Paolo Remorini, responsable de la Editorial Nazarí y Sensi Falánsable de la Editorial Nazarí y Sensi Falán, cantautora con Chochi Duré. 
El escritor José Antonio Santano presenta mañana martes a las 20 horas su nuevo libro de poemas, Tiempo gris de cosmos, una publicación editada por la Editorial Nazarí. El acto tendrá lugar en la Biblioteca Francisco Villaespesa. Junto al autor intervendrán Isabel Giménez Caro, profesora de la Universidad de Almería, Paolo Remorini, responsable de la Editorial Nazarí y Sensi Falán, cantautora con Chochi Duré.




- ¿En que centra la temática de este nuevo poemario? 

-Tiempo gris de cosmos es un poemario muy importante para mí. En este libro la temática principal plantea una vuelta al renacimiento, donde se preste más atención, desde el punto de visto creativo, al fondo que a la forma, donde el hombre vuelva a ser el centro del universo y los escritores, intelectuales, artistas en general, sean quienes, desde la acción creativa propaguen un humanismo solidario.

-La obra tiene alguna estructura concreta o todo gira en torno a una temática general.

-Sí. Este poemario mantiene una estructura bimembre. La primera parte, titulada Tiempo de silencios, está formada por un conjunto de poemas que hacen referencia al momento actual que vivimos. Poco a poco se ha instalado el silencio de forma generalizada. El poeta toma la voz de la calle y habla, y denuncia y manifiesta su sentir y su concepción del mundo. La segunda parte, de la que toma el título este libro, Tiempo gris de cosmos, no es sino la convicción humana y poética por la que no se puede entender el mundo si el hombre no es su centro, la única esperanza. Solo el hombre puede cambiar lo establecido. El sueño es posible y el hombre ha de ser su hacedor.

-Un poeta escribe y escribe. ¿Cuándo decide que ha llegado el momento de publicar, contando siempre que haya una editorial interesada?

-La dificultad estriba más en hallar una editorial dispuesta a publicarte un poemario nuevo, aunque en esta ocasión, Nazarí ha sido todo un descubrimiento para mí, que apuesta por el libro con la única condición de su probada calidad. Y para eso cuenta con la persona idónea y con la formación precisa para llevar a buen puerto el proyecto de que se trate, en este caso concreto, el poético. No hay que tener prisa a la hora de publicar, lo importante es saber que el libro está pulido y bien pulido.

-En este momento con la amplia trayectoria que tiene en su haber con varios libros publicados cuales son las cuestiones que le gusta plasmar en sus poemas.

-Sí, efectivamente, son ya casi dos decenas de libros publicados, pero creo que el poeta no debe limitarse a la temática. La poesía late en cualquier lugar, en los sitios más insospechados. Es la predisposición al asombro lo que hace que el poeta se deje invadir por el alma de las cosas y los seres que habitan este planeta. Es la mirada del poeta la que hace que lo más sencillo, lo insignificante, alcance la más alta cima.



-Usted es de Baena pero lleva muchos años en Almería. Esta ciudad le ha servido de inspiración en su trayectoria como poeta.

-Bueno, si entendemos inspiración como el resultado del trabajo y la observación del mundo que te rodea, sí, claro que me ha servido. Exilio en Caridemo es mi libro más almeriense, por decirlo así. En él, el paisaje del Cabo de Gata, de La Chanca o del propio Mar Mediterráneo como origen de una cultura milenaria, está muy presente, también el sentimiento humanista arraigado en el poeta.

-Siempre se ha hablado de que la poesía llegaba poco al lector en general. Sin embargo, en los últimos años cada vez hay más actos poéticos y se escriben más libros.

-No me convence mucho su particular visión del estado actual de la poesía contemporánea respecto a la edición y aumento de lectores. Es cierto que en los últimos años se escriben más libros y se producen más actos poéticos, pero no nos engañemos, la existencia de editoriales que apuestan por la autoedición, sin exigir una mínima calidad está creando una opinión, a mi modo de entender, errónea. No todo vale y una editorial que se precie debe atender a criterios de calidad por encima de los puramente mercantiles. Respecto a los lectores de poesía, la realidad es que siguen siendo pocos los que se acercan a ella y pocos también quienes asisten a los actos poéticos. En cambio, sí parece existir una leve tendencia a sacar la poesía a la calle, a que forme parte de la ciudadanía en general.

-Últimamente ha aparecido una nueva antología donde le han incluido.

-Supongo que se refiere a la antología Humanismo Solidario. Poesía y compromiso en la sociedad contemporánea, publicada por la editorial Visor. Es indudable que el aparecer junto a poetas de reconocido prestigio en el ámbito nacional e internacional tiene su importancia, pero aún así me parece más relevante el hecho de formar parte de un cuerpo poético común, llamado Humanismo Solidario, que la poesía que lo representa sea la que "renace" de la oscuridad para proclamar que el hombre ha de ser por y para siempre el centro del universo.

-La poesía considera que puede servir para cambiar la forma de ver las cosas.

-No sé si a cambiar, pero sí que puede servir, junto a otras disciplinas también, de ayuda para esa transformación del pensamiento humano.

-Como es una persona muy creativa, imagino que no para un momento. ¿En que proyectos de futuro se encuentra en este momento?


-Entre mis proyectos más inmediatos está promocionar mi dos últimos poemarios Tiempo gris de cosmos, que se presenta también el día 19 en Granada, y Memorial de silencios, más adelante. Por otra parte estoy concluyendo dos antologías literarias Verde mar de olivos, cuya participación sobrepasa los 200 autores ya, y La ciudad en la cumbre: Torreparedones, con la participación de miembros de la ACE-A y que publicará el Ayuntamiento de Baena, referida al yacimiento arqueológico del mismo nombre. Reposa un poemario recién concluido, titulado El padre muerto y en proceso de redacción el ensayo Poesía esencial. Ana María Romero Yebra, además de un par de libros de prosa por pulir.

5.- Lectura del Mundo. José Antonio Santano


LECTURA DEL MUNDO

                   Para José Ángel Valente la poesía es «antes que nada y por encima de todo conocimiento, y más concretamente conocimiento “haciéndose”, es decir, la poesía no transmite conocimientos previos, sino conocimientos que “se hacen” a la vez que el poema se hace y que se hacen en cada lectura de un modo nuevo», lo que entronca conceptualmente con el poemario que esta semana reseñamos en este espacio. Nos dice el poeta en el último verso del poemario: «La poesía siempre será lectura del mundo», y así es como ha titulado precisamente Enrique Villagrasa su libro“Lectura del mundo”. Entronca este libro con lo señalado anteriormente respecto al concepto de poesía de Valente, porque en sí mismo el poemario es un único metapoema dividido en trece capítulos, además del introito o proemio y la coda, cada uno dividido a su vez en dos poemas o partes. La metapoesía, si nos atenemos a la definición que Guillermo Carnero da sobre ella, no es sino  «el discurso poético cuyo asunto, o uno de cuyos asuntos, es el hecho mismo de escribir poesía y la relación entre autor, texto y público», de tal manera es así que esta y no otra es la propuesta de Villagrasa, hecho que podemos constatar desde el introito, en el poema titulado “En el quehacer demiurgo”, cuando escribe: «La única poesía es el silencio / revelador, / el espacio ignoto y el tiempo / suspendido» y “En el poema”, al decir: «La memoria del verso / es la voz de la poesía. / A ella le es dada la palabra». La relación autor, texto y público de la que nos hablaba Carnero al referirse a la metapoesía es una constante, es el núcleo, la savia de este poemario, en el cual el poeta creará para crearse y recrearse en la construcción del poema, para ofrecer –ofrecerse- al lector entero a través del poema en sí mismo: «Explicar el poema / no se puede: / es volver a escribir. / Es el lector quien / reescribe, da fe / y el poema es». Pero el poeta indaga, reflexiona sobre el poema en sí, se pregunta y se responde en un soliloquio intenso y filosófico por el cómo o qué es poema: «¿Hasta qué punto es poema el poema, / si el verso es sometido, / a su vez, por la necesidad / poética que tiene de ser verso?». En la búsqueda por la verdad poética el poeta entra y sale en el universo de la palabra, pues es esta la que fundamenta la creación, y juega y niega y afirma en un caos previo a la construcción de su propio universo poético, que no es otro, en este caso que el metapoema. Y vuelve una vez y otra a la poesía, a su alma: «Tal vez la poesía no es geografía / y sí geología que arroja luz, / a lo enterrado y olvidado», apostando así por un tiempo distinto, en ese camino de encuentro hacia “una cuarta persona gramatical”, que señala Siles. Hay, tiene que haber algo más que conocimiento, como dijera Valente, y este “hacerse” quizá debería llamarse, ensoñación, extrañamiento, emoción, deseo: «El poeta escribe y va al encuentro del verso: / deseo y conocimiento; / pues sin la página en blanco, abierta, no hay nada». 


Traza el poeta Villagrasa un camino real del tiempo presente y futuro, en el cual la palabra es la única verdad existente, como lo es también esa vuelta atrás a la memoria o el recuerdo del pasado, al origen del cosmos, al reencuentro con la tierra: «Muerte y vida: origen / infancia en Burbáguena, camino de la viña. / ¡Todo es un juego! Balbuceo del ser / en la página no escrita. ¡Vuelo a ser niño! El poeta se ha convertido ya en esa “cuarta persona” que mira desde fuera y siente muy adentro, como alguien que está en ti pero que te habla del otro lado, como un narrador omnisciente: «No eres de aquí y marchaste de Burbáguena. / Sin pasado, ni presente, ni futuro alguno. / Tan solo un desconocido por descubrir. / La palabra otra leo. Espero que germine». Y ya lo creo que germina, la palabra es la vida del poeta Enrique Villagrasa, y a ella se debe y por ella vive, desangrándose en cada letra que la constituye y abrasa hasta crear un mundo propio, pues «La poesía siempre será lectura del mundo». Sin duda, un poemario para la reflexión y el disfrute de la auténtica poesía.

Título:  Lectura del mundo
Autor: Enrique Villagrasa
Edita: La Isla de Siltolá (Sevilla, 2014)

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986