LA
MEMORIA DE UN HOMBRE ESTÁ EN SUS BESOS
VICENTE
ALEIXANDRE. BIOGRAFÍA por
EMILIO CALDERÓN
E
n
esta España nuestra estamos acostumbrados a relegar con pasmosa
facilidad, a que sea la desmemoria, el olvido, una nota inherente de
nuestra identidad como pueblo. Arrinconar en el trastero lo
inservible (lo que dejamos de querer) sigue siendo, lamentablemente,
una necesidad imperante, de tal forma que no estamos dispuestos a
restituir, cuando así es necesario, al objeto, a la persona de que
se trate, a su esencia de ser. Los casos de esta actitud cicatera e
injusta con quienes, por su trayectoria vital son dignos de recordar
siempre, son muchos, pero uno centrará nuestra atención, el del
poeta y premio Nobel de Literatura Vicente Aleixandre. Merecido
recordatorio el del escritor Emilio Calderón, galardonado con el II
Premio Stella Maris de Biografías y Memorias, por su trabajo “La
memoria de un hombre está en sus besos. Vicente Aleixandre.
Biografía”. Incomprensiblemente relegado a la nada, al olvido más
cruel e injusto, nuestro Nobel de Literatura es recuperado
afortunadamente ahora para el lector en este sincero y coherente
estudio de Emilio Calderón. Es esta una biografía necesaria, y en
estos momentos del devenir poético español, más que oportuna, por
cuanto restablece, ordena y sienta las bases de lo que debe
considerarse verdadera poesía, tan alejada de modas y marketing.
Ciertamente la mejor manera de acercarse a la trayectoria vital de
Vicente Aleixandre sea la de leer su obra, que contiene los latidos
de su propia vida, su manera de entender el mundo, de ser y estar en
él.
Con independencia de esta realidad, Emilio Calderón nos muestra
aquí algunas de las claves para entender mejor su trayectoria vital,
que equivale a decir poética, porque para Vicente Aleixandre vida y
poesía se convertirán, por su temprana relación con la enfermedad,
en la misma cosa. Se define Aleixandre “como un malagueño nacido
en Sevilla y, como un sevillano criado en Málaga”, para a
continuación afirmar: «Todos mis recuerdos primeros de la vida son
malagueños. Nací a la luz, e incluso a los libros, en Málaga –otro
modo de nacer-, porque allí aprendí a leer, que es el segundo
nacimiento».
La mar siempre, alma y vida. Difícil es extractar en
unas líneas el pensamiento y la vida de Aleixandre contenidas en
este libro. No obstante, incidiremos en aquellos aspectos que
redundan en la poética –su poética- como un tratado de la vida,
una singular manera de entender el mundo. La enfermedad y el dolor
marcan un antes y un después en la vida y la poesía de Aleixandre,
que afirma: «Mi experiencia del dolor ha sido enriquecedora. La
enfermedad me ha hecho distinto. Un hombre y un poeta diferentes».
Desde este punto de vista su manera de escribir viene determinada por
su propia concepción del mundo, donde estética y ética se funden
en un solo cuerpo. No cabe poesía sin moral. Ocupará un lugar
destacado en la vida de Aleixandre, el hogar, allá donde existiera,
si en Madrid, Velintonia o Miraflores de la Sierra; también la
familia, sobre todo, su hermana Conchita. Velintonia 3 será el hogar
al que acudirán muchos poetas españoles de la época, y en él
encontrarán siempre una palabra de estímulo y comprensión Rafael
Alberti, Pablo Neruda, Luis Cernuda, Dámaso Alonso, García Lorca,
Carlos Bousoño, Altolaguirre, Lepoldo de Luis, Muñoz Rojas, Antonio
Colinas, Luis Antonio de Villena, entre otros. Pero si la amistad es
importante en la vida del poeta, no lo es menos el amor. Con
independencia de su sexualidad (iniciada en su adolescencia con
Marta, la cocinera que trabaja en la casa familiar) , que es cuestión
tan íntima, nace de todas sus relaciones, sean con mujeres
(Margarita Alpers, Carmen de Granada, Eva Seifert o la enigmática y
joven Clara) u hombres (Alfonso P. o Andrés Acero, sobre todo), un
amor sincero y limpio, pasional.
El advenimiento de la República, la
guerra civil y luego la dictadura de Franco, con su exilio interior,
influiría también en el hombre y el poeta, que mostrará a través
de su relación con poetas como Miguel Hernández, fundamentalmente.
Recuerdos, soledad, la fugacidad del tiempo, el amor, también la
vejez y por último la muerte («No espero encontrar ningún cielo,
ningún paraíso, a mi muerte. No hay más paraíso, ni más
infierno, que lo que vivimos en la Tierra») serán temas que tratará
a lo largo de su vida poética, hasta el punto de alcanzar el Premio
Nobel de Literatura (el año que viene hará 40 años) en 1977,
precisamente por su valor creativo, sin repetición ni acabamiento.
Para concluir esta oportuna biografía que rescata del olvido la
figura de Vicente Aleixandre, reproducimos estas palabras del poeta
tras ser galardonado con el Premio Nobel de Literatura: «La gloria
no es el premio, no es el homenaje, no es el ruido. La verdadera
gloria del poeta es que después de muerto todavía su voz resuene en
algunos pocos corazones afines. Que después de muerto no sea un
libro cerrado, sino que palpite, se oiga y se repita».
Título:
La memoria de un hombre está en sus besos.
Vicente Aleixandre.
Biografía.
Autor:
Emilio Calderón
Edita:
Stella Maris (Barcelona, 2016)