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2019 PERIÓDICO IDEAL.




SALÓN DE LECTURA  

 José Antonio Santano 



ERNESTO CARDENAL










POESÍA DE ULTRAMAR


Existe en la actualidad poética española demasiado ruido y poca hondura. La reflexión necesaria que todo ejercicio poético necesita brilla por su ausencia. Demasiada banalidad. Es por ello que cuando nos acercamos a una obra íntegra, recuperadora de la palabra poética en toda su extensión y significado, cuando esa palabra remueve el interior de cada lector y se acomoda desde ese instante como parte del propio ADN, toda emoción está garantizada, y de esta forma, la Poesía vuelve a su estado natural. Habría para muchas páginas si nos detuviéramos en esta cuestión tan importante, pero no es posible ahora. La obra que hoy traemos a este escaparate de libros es imprescindible, porque nos acerca a uno de los grandes poetas actuales: Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925). La editorial Trotta nos convoca a la lectura de la Poesía Completa del poeta nicaragüense, en un solo volumen con más de mil páginas. Una edición, en honor a la verdad, extraordinaria, a la que hay que sumar el estudio preliminar de una buena conocedora de la poesía hispanoamericana, y en concreto de la de Ernesto Cardenal, María Ángeles Pérez López, profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, además de poeta. Pérez López nos presenta en este estudio previo todas y cada una de las claves de la poesía de Cardenal. Y lo hace de manera clara y precisa, sentando las bases que permiten al lector conocer la figura de este controvertido poeta nicaragüense. María Ángeles detalla en su análisis cada una de las facetas creadoras de Cardenal, desde su primer libro Epigramas hasta el último Hijos de las estrellas que incluye los poemas inéditos “Estamos en el firmamento” y “Con la puerta cerrada”. Toda una trayectoria poética no exenta de controversias sobre su particular modo de entender la poesía, tanto desde el punto de vista teórico como de la praxis. Sin embargo, Cardenal es honesto consigo mismo y se desnuda ante los demás con la misma naturalidad como quien toma un vaso de agua. No hay sobreactuación, él es el hombre y el poeta en un mismo cuerpo y mente; lo humano y lo divino se complementa y se manifiesta en su particular manera de entender el mundo, que es lo mismo que decir la poesía. Pérez López se adentra en cada uno de los libros publicados por Cardenal en su ya larga vida poética, los analiza al detalle hasta conseguir que sea meridianamente comprensible para el lector tanto el texto en sí mismo como el momento histórico en el que se escribe. La actividad política, religiosa y literaria de Ernesto Cardenal compone un paisaje luminoso donde la palabra y la acción se complementan, y la revolución que proclama tiene un sentido evangélico y humano de imprevisible respuesta. No obstante, Cardenal es hombre y conoce bien al hombre, al poderoso y al desposeído, y solo cuando ese humanismo florece todo parece dignificarse, si bien antes haya sido necesario la lucha por la libertad, incluso con las armas. El exteriorismo, que bebe del imaginismo representado por un movimiento poético angloamericano promovido por el también poeta Ezra Pound, se manifiesta en la mayor parte de la obra de Cardenal e  incluye la presencia de la historia, la teología, la antropología, la lingüística, la economía o la ciencia… La presente obra, Poesía completa, de Ernesto Cardenal viene a demostrar que la palabra poética es todavía imprescindible, como lo es conocer a Ernesto Cardenal en toda su esencia humanística y poético-espiritual, donde el Amor es la razón de toda existencia.   




SALÓN DE LECTURA  








ERNESTO CARDENAL










POESÍA DE ULTRAMAR


Existe en la actualidad poética española demasiado ruido y poca hondura. La reflexión necesaria que todo ejercicio poético necesita brilla por su ausencia. Demasiada banalidad. Es por ello que cuando nos acercamos a una obra íntegra, recuperadora de la palabra poética en toda su extensión y significado, cuando esa palabra remueve el interior de cada lector y se acomoda desde ese instante como parte del propio ADN, toda emoción está garantizada, y de esta forma, la Poesía vuelve a su estado natural. Habría para muchas páginas si nos detuviéramos en esta cuestión tan importante, pero no es posible ahora. La obra que hoy traemos a este escaparate de libros es imprescindible, porque nos acerca a uno de los grandes poetas actuales: Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925). La editorial Trotta nos convoca a la lectura de la Poesía Completa del poeta nicaragüense, en un solo volumen con más de mil páginas. Una edición, en honor a la verdad, extraordinaria, a la que hay que sumar el estudio preliminar de una buena conocedora de la poesía hispanoamericana, y en concreto de la de Ernesto Cardenal, María Ángeles Pérez López, profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, además de poeta. Pérez López nos presenta en este estudio previo todas y cada una de las claves de la poesía de Cardenal. Y lo hace de manera clara y precisa, sentando las bases que permiten al lector conocer la figura de este controvertido poeta nicaragüense. María Ángeles detalla en su análisis cada una de las facetas creadoras de Cardenal, desde su primer libro Epigramas hasta el último Hijos de las estrellas que incluye los poemas inéditos “Estamos en el firmamento” y “Con la puerta cerrada”. Toda una trayectoria poética no exenta de controversias sobre su particular modo de entender la poesía, tanto desde el punto de vista teórico como de la praxis. Sin embargo, Cardenal es honesto consigo mismo y se desnuda ante los demás con la misma naturalidad como quien toma un vaso de agua. No hay sobreactuación, él es el hombre y el poeta en un mismo cuerpo y mente; lo humano y lo divino se complementa y se manifiesta en su particular manera de entender el mundo, que es lo mismo que decir la poesía. Pérez López se adentra en cada uno de los libros publicados por Cardenal en su ya larga vida poética, los analiza al detalle hasta conseguir que sea meridianamente comprensible para el lector tanto el texto en sí mismo como el momento histórico en el que se escribe. La actividad política, religiosa y literaria de Ernesto Cardenal compone un paisaje luminoso donde la palabra y la acción se complementan, y la revolución que proclama tiene un sentido evangélico y humano de imprevisible respuesta. No obstante, Cardenal es hombre y conoce bien al hombre, al poderoso y al desposeído, y solo cuando ese humanismo florece todo parece dignificarse, si bien antes haya sido necesario la lucha por la libertad, incluso con las armas. El exteriorismo, que bebe del imaginismo representado por un movimiento poético angloamericano promovido por el también poeta Ezra Pound, se manifiesta en la mayor parte de la obra de Cardenal e  incluye la presencia de la historia, la teología, la antropología, la lingüística, la economía o la ciencia… La presente obra, Poesía completa, de Ernesto Cardenal viene a demostrar que la palabra poética es todavía imprescindible, como lo es conocer a Ernesto Cardenal en toda su esencia humanística y poético-espiritual, donde el Amor es la razón de toda existencia.   



El Unicornio en el Café Libertad

Hora es de llamar a las cosas por su nombre. En la literatura como en tantas otras cuestiones de la vida existe un momento en que hay que decir, ¡basta ya! Hasta ahora la poesía española parece obedecer a un solo canon, o, mejor dicho, a un solo gurú, tan poderoso, que nadie se atreve a oponerse a él, a contradecirlo en lo más mínimo, porque ¡ay de aquél que ose a enfrentársele! El silencio será la condena y ya nunca más podrá vivir de 

sus migajas. Ocurre ahora lo mismo que con aquella eclosión mercantilista y efímera que allá por los años 60 se llamó Novísimos y que silenció a otro elenco de poetas de gran calidad y diferencia estética notable. En nuestros días, y aún después de un momento que parecía que otra “poesía era posible” con aquella “rebelión de los diferentes”, que luego vino en llamarse poesía “De la Diferencia” y que bien por sus luchas internas o por la hegemonía de la llamada poesía “De la Experiencia”, que aún cuenta con el poder mediático, junto a las grandes editoriales, digo, poco ha cambiado la situación, y sin embargo, a raíz de la publicación de “La otra mirada” y “El unicornio en el Café Libertad”, ambos autoría del también poeta, profesor universitario y ensayista Pedro Rodríguez Pacheco (Sevilla, 1941)), parece que vuelve a estar vigente el argumentario que sostuvo a “La Diferencia” y con el que, posiblemente, muchos poetas actuales estarían de acuerdo. Salvando la distancia del tiempo, en aquella diatriba de “Novísimos” y “Poetas del Lenguaje” o “Promoción del 60” como se la llamó también, en la actualidad, se dan parecidas circunstancias entre seguidores de una “poesía de la Experiencia” (¿acaso puede entenderse la creación poética ajena a la experiencia? y el resto de poetas tan ajenos a este movimiento, como diferentes en su concepción de la poesía. Dicho lo cual, es de una oportunísima aparición “El unicornio en el Café Libertad. 25 años después. Antología”. No es este un libro más, un texto pretencioso y oportunista, todo lo contrario. Tras el paso de los años, con una mirada serena y respetuosa, sabiendo que sólo los argumentos y el análisis son los aliados del investigador o ensayista, también de la justicia poética, se puede vislumbrar el hecho histórico que supuso aquella “rebelión de los diferentes”, poetas todos en el más puro sentido de la palabra, como lo demuestran las diferentes poéticas de cada uno de ellos, pero siempre bajo el paraguas de la Poesía. Si ya en “La otra mirada”, Rodríguez Pacheco expuso ampliamente el devenir “De la Diferencia”, sus orígenes, sus causas y objetivos o metas, con “El unicornio en el Café Libertad”, de una manera resumida aporta su particular visión, al tiempo que analiza pormenorizadamente las poéticas de cada uno de los vates antologados y que fueron artífices de aquella rebelión: Manuel Jurado López, Pedro J. de la Peña, Ricardo Bellveser, Antonio Enrique, María Antonia Ortega, José Lupiáñez, Concha García, Antonio Rodríguez Jiménez y Fernando de Villena. Es, pues, de agradecer que, con absoluta libertad, su autor, Pedro Rodríguez Pacheco, se haya desnudado y presentado, con la honestidad que le caracteriza y el conocimiento experiencial adquirido también por su relación con aquella propuesta “De la Diferencia”, ante el lector, a sabiendas que muchos serán, todavía, sus detractores. Con todo, es de reconocer que pocos son los que se atreven a “enfrentarse” dialécticamente al contrario, siempre desde el respeto. Y todo ello lo demuestra cuando, desde un sentido crítico, analiza la obra de cada uno de estos poetas. Rodríguez Pacheco toma como símbolo al Unicornio y lo hace presente en el Café Libertad donde aquellos poetas se reunieron para rebelarse contra el sistema; el Unicornio: “Un animal fabuloso…, con figura de caballo, que lleva un solo cuerno muy puntiagudo sobre su frente. Es veloz y muy valeroso. Según la leyenda nadie podía cazarlo por la fuerza”. En su recorrido por la poesía de estos autores, Rodríguez Pacheco no ceja en su empeño por demostrar la vitalidad de aquella rebelión en el marco de la poesía española del siglo XX. De Manuel Jurado López, el primero de los poetas seleccionados, Rodríguez Pacheco dice: “Jurado López es un cóndor sobre las altas cimas de la poesía: andaluza hasta la médula ha sabido asumir ese río interiory dejarse llevar por su corriente hacia otros mares de civilización y plenitudes fraternas”. De Poemas de Ginebra, estos versos: “Soy hombre y mujer al mismo tiempo porque ya estás / en mí igual que la palabra que pronuncio / para que la oigas tú y caiga en mí, muy honda, / como en un pozo.”. Escribe Rodríguez Pacheco sobre el siguiente antologado: “La poesía de Pedro J. de la Peña se mueve entre dos polos que, sin ser antagónicos, distinguen dos poéticas, y aunque con carácter oposicional para que el sistema funcione, el poeta intenta que sus universos, los íntimos y los exteriores, es decir, los de la vida y su experiencia y los de la cultura (los paisajes del sueño y los de deseo) encajen en esa caja china de múltiples registros. De El soplo de los Dioses, estos versos: “Cuando un amor se pierde es asunto sabido / que los débiles buscan desamores livianos / que ayuden a ahuyentarlo.”. El siguiente perfil trata del poeta valenciano Ricardo Bellveser, de quien escribe Rodríguez Pacheco: “La poesía de R. Bellveser se nutre de urgentes afirmaciones y, seguidamente, de sus refutaciones; es una tensión en la que el sujeto poético vive su sinvivir”. De su poesía seleccionamos estos versos: 

“El tiempo tenaz todo lo ha cambiado: 
/ el techo no es tan grande, ni tan alto, 
/ ni tan misterioso, ni me acongoja.
 / La cama, sólo es un campo de plumas 
/ que el tiempo con la muerte ha desolado.”.

 Es un perfil poético de Antonio Enrique, escribe así Rodríguez Pacheco: “Antonio Enrique, como poeta, en su esencialidad como poeta, es un místico humanista…Esa rehumanización que compromete a toda la Naturaleza, es el hallazgo diferencial de Antonio Enrique”. De La palabra muda, estos versos: “No me importa morir / porque he conocido a la mujer / que ha sido mi madre, mi hermana, / mi amante y mi amiga: / El todo mi ser.”. Nos descubre ahora Rodríguez Pacheco el perfil poético de María Antonia Ortega: “En toda su obra se detecta un profundo ardor, un fuego, un magma volcánico que cuando entra en fase eruptiva y se derrama libre por las laderas de su universo, nos deja esas ascuas incandescentes que son sus poemas, sus revelaciones, sus iluminaciones…”. De “El emparrado”, sean estos versos: “Mi alma es antigua / y ya no volverá a reencarnarse; / por eso necesito el desierto / y los días de luz interminables, / igual que antes la proximidad / de los cuerpos”. José Lupiáñez, para Rodríguez Pacheco es ese inmenso poeta proclive “a dos grandes movimientos que vertebraron -y para algunos aún vertebran- el universo de la creación literaria: el Barroco, como tiempo de violenta aceleración temporal y, más acusadamente, el Modernismo”. En su sabiduría, capacidad de creación y emoción confía el antólogo; de su poesía estos versos que la ilustran: 

“Mis manos acarician la piedra 
/ en esta inmensa grita del mundo.
 / Hasta hoy fue el desierto,
 / con su aliento de fuego, azotándonos 
/ sin misericordia, y la arena en los ojos 
/ o los labios cuarteados por la sed”. 

La poeta cordobesa afincada en Barcelona, Concha García es, para nuestro antólogo, otro de los perfiles elegidos y de ella habla así: “Concha García había montado su insurrección heterodoxa ejerciendo una especie de violencia en el lenguaje normativo que era de uso canónico en las hegemonías…”. Aquí una breve muestra de sus versos: 

“…Tú me amas. 
/ La hermosa nada que recupero 
/ me pasea en automóvil”.

 Si hay un poeta que, por su vitalismo, “La Diferencia” irrumpió en el panorama poético español con fuerza inusitada, ese es Antonio Rodríguez Jiménez. “El “yo” poético de Rodríguez Jiménez -nos dice R. Pacheco- lo es blindado por seres mitológicos, intuiciones fantásticas, espectros que se reparten lo benéfico y lo maligno”, y añade: “Rodríguez Jiménez es prototipo del paroxismo visionario, lleno de intuiciones y de frenesíes fantasmales”. De su poema inédito “Escala primera” tomamos estos versos: 

”Las escalas indican el momento vivido, 
 el pasado de humo, el presente 
de plástico y el futuro de goma, 
como un alambre que se derrite  
una y otra vez hasta que chorrea 
como un líquido más ligero que
 el agua”.

 De Fernando de Villena, último poeta antologado, R. Pacheco escribe: “El proyecto poético de Fernando de Villena lo es en constante erupción: todo lo incita, todo lo provoca. Hay, principalmente, cuatro elementos conformadores o incitadores en su poesía: el amor, el tiempo, las creencias y los paisajes del mundo con sus consanguíneos: la alta cultura, sus símbolos y mitos”. Reflejo de su humana condición, sean estos versos pertenecientes al poema “Vacilaciones de la fe”: “No sé si de verdad existes, / pero ahora quisiera / que de verdad existieses / para sanar tanta pena, / para colmar tanta esperanza”. Esta ha sido una pequeña muestra de lo que significó, y creo que convendría decir, lo que aún significa hoy “La Diferencia”, conscientemente silenciada por quienes todavía mantienen la hegemonía poética en España, tan alejada de la calidad que requiere toda creación que se precie.
Título: El unicornio en el Café Libertad. 25 años después

Autor: Pedro Rodríguez Pacheco

Editorial: Carena (Barcelona, 2019)







ISSA HASAN AL- YASIRI
 SALA DE LECTURA  por 

   JOSÉ ANTONIO SANTANO


 No sé cuál es la razón exacta, pero desde siempre me supe atraído por la poesía árabe, por la belleza de su grafía y su hondo pensamiento, ese que nos hace vibrar con cada palabra, desde la sencillez y la humildad que acompaña al poeta que lo ejercita y vive. Y supongo, que si eso ocurre con la poesía, también con la historia y la cultura de los principales lugares del mundo árabe, como la mítica Bagdad, claro ejemplo. Tan es así que, al recibir el libro “Oración primitiva por Uruk”, del poeta iraquí Issa Hasan Al-Yasiri (Missan, 1945), sentí un cierto estremecimiento. Allí estaba, encima de la mesa, un misterioso rostro ilustraba la portada del libro, un dibujo de Kareem Sadoom, para ser exactos, autor de todas las ilustraciones del poemario. La traducción al español ha sido realizada por Ignacio Gutiérrez de Terán y la publicación ha corrido a cargo de Alfalfa Ediciones. 
Cuenta el poeta octogenario con libros tales como “Cruzar hacia ciudades de alegría” (1973), “Episodios del viaje del ave sureño” (1976), “Cielo del sur” (1979), “La mujer es mi reino” (1982), “El silencio de las cabañas” (1996), “Te llamo desde lejos” (2008) y “Ave María” (2012). Llama la atención de “Oración primitiva por Uruk”, la espiritualidad que lo contiene, muy cercana a la tradición poética árabe, donde la honda reflexión da paso a la sencillez formal, convirtiendo así a la palabra en esencia misma; la desesperanza a la oración: 

«Dios mío, Dios mío,   por Uruk te invoco,   Uruk,  tu primera semilla,  ancestral entre todas tus ciudades»
de aquí en adelante la tensión discursiva irá en aumento y el poeta será la voz amorosa que clama en el desierto, demandará misericordia y perdón para Uruk y sus pobladores, también para quienes un día la abandonaron: 
«Por ella,
 / y por quienes en ella viven, y por los que un día la abandonaron, sálvala, bendito seas, refugio y luz»
. Hassan Al-Yasiri no puede sino sentir que el tiempo se le escapa entre las manos, y que en ese trayecto final, en ese alumbramiento del silencio total al que todo humano se abisma, solo desea contener la furia de la sinrazón y el despropósito, devolver a su tierra el fruto de los campos y los ríos; la paz de las montañas en su soledad infinita; convencer con la palabra poética de la necesidad de hermanamiento, de la humana mirada. Por eso clama en voz alta y se pregunta: «¿Por qué insistes en reducir a Uruk a un solar / habitado por la tristeza, / pasto de las plañideras?». El poeta sufre con el dolor ajeno, que es también el suyo, el de sus compatriotas y en ese estado se rebela contra él y contra todo, y una vez más demanda el perdón a un dios misericordioso: 
«Perdónala, Dios, /  ¿qué haría cualquier madre  al ver a sus hijos camino de la muerte  rumbo a un lugar lejano,  como una bandada de pájaros sobre cuyos nidos /  se ciernen los chacales de la noche?».  Solo un deseo anima al poeta a seguir el camino, a rebelarse contra el mal de las guerras y la injusticia, concluyendo así con su oración:  «Escucha pues a este siervo, Dios:   haz que Uruk vuelva a ser lo que fue,   conviértela, de nuevo, en Uruk.   Uruk,   la partera,   y la madre, /  y el lecho de la dicha».  







Título: Oración primitiva por Uruk         
Autor: Issa Hassan Al-Yasiri
Ediciones: Alfalfa  (2019)



































Versos Enhebrados





Si observamos el actual panorama de la poesía española, en general, comprobaremos que no es muy frecuente hallar en él referencias a poetas canarios, por no decir olvidados absolutamente del circuito peninsular. Esta circunstancia resulta incomprensible, más aún si se tiene en cuenta la calidad de la que goza la lírica canaria en la actualidad. Prueba de lo que digo es la reciente publicación del libro “Versos enhebrados. (Antología 2008-2018), de la poeta Cecilia Álvarez (La Palma, 1955) y publicado por Ediciones Aguere e Idea. A su autora la conocí el pasado año con motivo del XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos celebrado en la monumental ciudad de Salamanca. Ciertamente hay que reconocer que estos Encuentros vienen siendo para todos los poetas de la comunidad iberoamericana una ocasión extraordinaria para intercambiar experiencias poéticas de incalculable valor, pero también para celebrar el milagro de amistades imperecederas aunque sea desde la distancia que nos separa a muchos de los poetas representados en Salamanca año tras año. Pues bien, en esa ocasión pude comprobar y descubrir la voz poética de Cecilia Álvarez, diferente y de una sensibilidad poco común en los tiempos que corren. La poesía que escribe Cecilia posee un natural latido, un ritmo hondo y transparente al mismo tiempo, capaz de hacernos vibrar y sentir de otra manera hasta entonces desconocida.
En Salamanca conocí a la poeta de “Almenara de sueños”, libro con el que celebramos nuestro encuentro y del cual se recogen en esta antología (“Versos enhebrados”) algunos de sus poemas. Nos dice de Cecilia el poeta Carlos Murciano que «Su escritura desvela “lo que el amor esconde” y lleva de la mano al lector, con delicadeza y sabiduría, hasta asomarlo a ese “cristal de la memoria”, a cuyo través puede contemplar lo mejor de su envés: el verso palpitante, colmado de verdad». No se puede decir con más claridad. Efectivamente, la poesía recogida en esta antología y perteneciente a sus poemarios “El alma deshabitada” (2008), “Primera luz” (2009), “Palabras al alba” (2012), “Adagio del silencio “ (2013), “El lento suspirar de la aurora” (2016) y el ya citado “Almenara de sueños (2018) son un vivo reflejo de su honda y precisa poesía amorosa fundamentalmente, si bien aderezada de los elementos que siempre acompañan al amor: melancolía, miedo, derrota, dolor o sufrimiento, silencio, el tiempo pero signado todo con un lenguaje depurado y exquisito, y la palabra exacta que define su verdadera concepción de lo poético como universo trascendental de lo desconocido o mistérico. Cecilia Álvarez es una poeta que produce un cierto encantamiento, que nos seduce y reconforta de la soledad y el acelerado vivir del hombre sobre la tierra, que nos aparta de lo vacuo para transmitirnos la verdad que la empuja a escribir y escribir como antídoto de un mundo cruel e insolidario. Su mirada, a veces triste, es la mirada que hipnotiza desde la más absoluta entrega amorosa, ella es el amor en toda su esencia: «Hiere el amor y vano vacío de las horas, / hiere el mar y el aire salobre que te cubre. / Hiere la vida cuando sólo el silencio te vive.». Así va entretejiendo Cecilia su verdad más precisa, su andadura vital que no es otra que un darse al otro, incondicionalmente, la otredad como razón de la existencia. 
En ese camino, que es como la vida misma, la poesía de Cecilia Álvarez bebe de la más clara tradición literaria española, a la que aporta su particular experiencia y conocimiento desde su isla amorosa, con sus miedos y recelos, su soledad («Hay una soledad que buscas / y otra que te encuentra, al doblar / la esquina de tu propio silencio. // Es esa soledad tercamente ungida / de ausencia, extraviada / entre crepúsculos sin soles»), el silencio que habita el mar («Se encadenan las horas del lado del silencio / y un mar embravecido esparce su espuma sutilmente / calando hasta los huesos la piel de la memoria»), el dolor de la ausencia amorosa («No hay más lumbre que el tacto de tus manos / ni más llama que el calor de tus latidos. / No hay más aliento que el aire que te azota / ni más cruel derrota que el grito de la ausencia.») y sobre todo su continua melancolía, quizá el elemento más sugerente en este recorrido vital y poético por el amor y sus dominios («Ahora que el tiempo / añusga la piel de la memoria, / ahora que se duelen los días vividos / agolpados uno a uno tras mis días, / recorro aquellas viejas estancias, / aquellos paisajes de antaño / desde la clara luz de una azotea.»). Un canto de amor y por el amor es la esencia poética de Cecilia Álvarez, que en su condición de mujer trasciende aún más si cabe a zonas donde la voz es un hilo de aire y la ternura un huracán descontrolado que se adentra hasta el alma y nos reconcilia con la vida. “Crece el amor del lado de la herida, tenazmente…”, y aún así la poeta vive en él, entregada, a corazón abierto, porque sabe que sólo el amor puede salvarla, salvarnos a todos. Nos llega su voz, certera, honda, inolvidable, universal en su esencia, dulce como la miel, abarcadora, pues como dice su prologuista, Juan Francisco Santana, “la poeta pamera-lagunera nos deja impresionados con su expresividad, con su buen hacer literario”. ”Versos enhebrados” es una muestra más que suficiente para adentrarse en el universo poético de Cecilia Álvarez, donde el amor y la otredad ocupan un lugar preeminente.
Versos enhebrados.
CECILIA ÁLVAREZ


CECILIA ÁLVAREZ

Título:  Versos enhebrados
Autor:  Cecilia Álvarez
Editorial: Idea / Aguere (2019)

 

 






domingo, 4 de agosto de 2019


ELOCUENCIA DE SILENCIOS de FRANCISCO MUÑOZ SOLER por JOSÉ ANTONIO SANTANO



Eloquence of Silence
Francisco Muñoz Soler



Quizá no sea necesario tanto  alboroto. El ruido nos desequilibra y nos hace irascibles, inconsecuentes. Nos regresa a la barbarie de un tiempo inenarrable por díscolo y aciago. La razón del hombre se nubla y la violencia y el infortunio lo asiste cuando el mundo se vuelve retumbante en todos sus estadios. Será el silencio entonces como una luz que alumbre el camino, que nos dirija al deseado jardín, a todos los silencios que huyeron un día de nuestras vidas. Regresaremos al origen y allí en su silencio de siglos se hará verbo. Algo de esto sucede con este libro, “Elocuencia de silencios” (edición bilingüe español-inglés), de Francisco Muñoz Soler (Málaga, 1957). Despierta el interés del poeta la realidad social que le rodea, y desde una actitud puramente humanista se posiciona, libremente: 


«¿Qué es ser poeta y por qué serlo? 
/ Nunca me hice las preguntas, 
/ fluye del venero de mi ánima, 
/ forjando elección de vida 
/ mi posicionamiento en el mundo, 
/ manifestarme en la palabra
 / y en los silencios / 
con belleza y humanismo».

 Su poesía parte así de un compromiso cívico, donde estética y ética van de la mano, al unísono, convencido que solo de esta forma, la verdad –su verdad- nos hará libres a todos. Sitúa al poeta en el centro de ese silencio abarcador, capaz de transformar, de cambiar una realidad por otra, siempre desde la creencia justa de que la palabra es en sí misma el medio para alcanzar el fin. La palabra poética, en toda su intensidad, merodea por doquier, nos abisma en la oscuridad y nos ilumina al mismo tiempo. Crece de esta manera en el poeta la necesidad de comunicar y comunicarse con el mundo exterior, y no puede detenerse ahora, que todo parece imposible o al menos inalcanzable.


Es precisamente en esta hora adversa cuando el poeta regresa a los silencios y en ellos redescubre la esperanza, y la palabra se hace luz en su interior para proyectarla luego hacia el cosmos. Su mirada, la del poeta que vive en Muñoz Soler, percibe la dolorosa tragedia de la vida, y a ella se entrega en cuerpo y alma: «Debemos tenerle miedo / a no atrevernos / a desear una vida digna». En su visión humanista del mundo no cabe sino la reivindicación plena de la dignidad en primer término, de no claudicar a lo que nos pertenece por nacimiento, a lo que es inherente al hombre. Es por ello que nos quiere mostrar otros silencios, esos que pueden cambiar y transformar la triste realidad que nos doblega: «La basura inunda los arcenes, terrales que separan del matorral, / entre ellos, hogares donde la / pobreza es dueña desde el principio de los tiempos y la violencia / ordena el tránsito de los años / de sus moradores». Pero el poeta necesita resistir, renacer de las cenizas, no claudicar, convencido de que solo la palabra será el haz de luz que entre, aunque sea poco a poco, en el corazón del ser humano. Mas la realidad está ahí, presente en cada acto de vida, en cada ser que habita este planeta moribundo, como así nos muestra el poeta en el poema que titula “Mujer Mara”: «Tengo fija en mi mente su mirada, con un odio que rasga la vida. / La muerte esculpida en su / joven rostro. // Solo su esencia de madre la hace dudar de volver a matar, no por / temor o desafecto, sino por / apartar a sus hijos de tanta crueldad, cuya recompensa es recibir y causar daño. // Su sangre, convertida en futuro, sacude la empatía que aún / queda en su naturaleza». Adentrarse en los silencios es una clara meta del poeta, hundirse en su interior y respirar su aire y sus aromas, ser su sangre, para sentirse libre como el vuelo de los pájaros: «Que el silencio no sea resignación, / sino pausa con más alcance que las palabras, / que derribe los muros invisibles de la infamia / y su sonido simiente de esperanza / sea espacio de belleza y piedad / donde se construya convivencia plena». El poeta se rebela contra toda injusticia, para él como ya dijera el poeta, el hombre es el centro del universo y con él pretende caminar de la mano, asumir este compromiso cívico en la defensa de los marginados y desfavorecidos socialmente es un deber ineludible para el poeta. Así lo entiende Muñoz Soler y así se traduce en “Elocuencia de silencios”. Emigración, violencia machista o cualesquier conculcación de los derechos humanos. Mientras esto suceda allí estará el poeta, allí estarán sus versos como única arma, la palabra que aviva el corazón de los hombres y los hace más fuertes y libres. El poeta siente la necesidad de vivir, como anuncia en la última parte del libro, de “sentir cada día como un regalo”: 


«Recorro en un canto íntimo 
/ habitadas escenas del mundo 
/ de mi yo en otro, 
/ sombras de mi alma
 / desplegadas en recuerdos… 
// solo nuestro silencioso amor 
/ se alza sobre el ocaso /
 con escalas de ternuras.». 

El poeta se resiste a vivir en «una patria de cenizas / donde brota el odio / y el sol siempre está lejano.», de aquí su voz en grito a través de la palabra que ahonda en los silencios, en el alma humana. “Elocuencia de silencios”, un lugar para la reflexión y la esperanza.

Francisco Muñoz Soler (Autor)  Málaga 24/12/1957.

 

Detalles del Libro

Título: ELOCUENCIA DE SILENCIOS
ISBN/13:
Num. Páginas:
Tamaño:
Año de publicación:
Editorial:
Categoría:
9788417669041
126
152 X 228 mm
2018
POESÍA

 



2017- Poemas Selectos-Select Poems. Costa Literaria- España
2016- Poemas Selectos- Selected Poems. Instituto Indo Hispanic - Calcuta-India.
2016- Cuaderno de Viaje. Hanan Hurawi - Perú
2014- Latido íntimo- Inner heartbeat. Corona del Sur- España
2014- Selected Poems- Poemas Selectos. CreativeSpace- California-USA
2014- En tiempo de prodigios - Navegando sueños - El Salvador.
2013- Zona Cero- Zero Zone-. La ovejitabooks- Nueva York, USA
2012- Esencias – Transtextual - México
2012- Alma entre almas -Transtextual- México
2012- La claridad asombrosa (2.ª ed.)- El barco ebrio - España
2011- La incierta superficie - Colección Sur La Habana-Cuba
2011- Ícaro. El barco ebrio - España
2011- Selección natural. Ediciones Rubeo- España
2010- La voz del pensamiento - A bordo del polen- México
2010- Restauración - A bordo del polen - México
2010- Una flor erguida - Paracaídas, Lima, Perú
2009- La claridad asombrosa - Voces de hoy, Florida- USA
2008- La densa corporeidad de mi memoria. Ediciones Estival, Venezuela
2006- Áspero tránsito, Pájaros en los cables, Lima - Perú
2000- Lluvia ácida, Vicio Perfecto, Lima - Perú
1996- Prehistoria poética (1978-1996). Ediciones Estival - Venezuela

Traducido al inglés, árabe, italiano, bengalí, rumano, assamese, alemán.
Traslated to english, arabic, italian, bengali, romanian, assamese, german.

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986