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SALÓN DE LECTURA
José Antonio Santano
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Existe en la actualidad poética española demasiado ruido y poca hondura. La reflexión necesaria que todo ejercicio poético necesita brilla por su ausencia. Demasiada banalidad. Es por ello que cuando nos acercamos a una obra íntegra, recuperadora de la palabra poética en toda su extensión y significado, cuando esa palabra remueve el interior de cada lector y se acomoda desde ese instante como parte del propio ADN, toda emoción está garantizada, y de esta forma, la Poesía vuelve a su estado natural. Habría para muchas páginas si nos detuviéramos en esta cuestión tan importante, pero no es posible ahora. La obra que hoy traemos a este escaparate de libros es imprescindible, porque nos acerca a uno de los grandes poetas actuales: Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925). La editorial Trotta nos convoca a la lectura de la Poesía Completa del poeta nicaragüense, en un solo volumen con más de mil páginas. Una edición, en honor a la verdad, extraordinaria, a la que hay que sumar el estudio preliminar de una buena conocedora de la poesía hispanoamericana, y en concreto de la de Ernesto Cardenal, María Ángeles Pérez López, profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, además de poeta. Pérez López nos presenta en este estudio previo todas y cada una de las claves de la poesía de Cardenal. Y lo hace de manera clara y precisa, sentando las bases que permiten al lector conocer la figura de este controvertido poeta nicaragüense. María Ángeles detalla en su análisis cada una de las facetas creadoras de Cardenal, desde su primer libro Epigramas hasta el último Hijos de las estrellas que incluye los poemas inéditos “Estamos en el firmamento” y “Con la puerta cerrada”. Toda una trayectoria poética no exenta de controversias sobre su particular modo de entender la poesía, tanto desde el punto de vista teórico como de la praxis. Sin embargo, Cardenal es honesto consigo mismo y se desnuda ante los demás con la misma naturalidad como quien toma un vaso de agua. No hay sobreactuación, él es el hombre y el poeta en un mismo cuerpo y mente; lo humano y lo divino se complementa y se manifiesta en su particular manera de entender el mundo, que es lo mismo que decir la poesía. Pérez López se adentra en cada uno de los libros publicados por Cardenal en su ya larga vida poética, los analiza al detalle hasta conseguir que sea meridianamente comprensible para el lector tanto el texto en sí mismo como el momento histórico en el que se escribe. La actividad política, religiosa y literaria de Ernesto Cardenal compone un paisaje luminoso donde la palabra y la acción se complementan, y la revolución que proclama tiene un sentido evangélico y humano de imprevisible respuesta. No obstante, Cardenal es hombre y conoce bien al hombre, al poderoso y al desposeído, y solo cuando ese humanismo florece todo parece dignificarse, si bien antes haya sido necesario la lucha por la libertad, incluso con las armas. El exteriorismo, que bebe del imaginismo representado por un movimiento poético angloamericano promovido por el también poeta Ezra Pound, se manifiesta en la mayor parte de la obra de Cardenal e incluye la presencia de la historia, la teología, la antropología, la lingüística, la economía o la ciencia… La presente obra, Poesía completa, de Ernesto Cardenal viene a demostrar que la palabra poética es todavía imprescindible, como lo es conocer a Ernesto Cardenal en toda su esencia humanística y poético-espiritual, donde el Amor es la razón de toda existencia.
Existe en la actualidad poética española demasiado ruido y poca hondura. La reflexión necesaria que todo ejercicio poético necesita brilla por su ausencia. Demasiada banalidad. Es por ello que cuando nos acercamos a una obra íntegra, recuperadora de la palabra poética en toda su extensión y significado, cuando esa palabra remueve el interior de cada lector y se acomoda desde ese instante como parte del propio ADN, toda emoción está garantizada, y de esta forma, la Poesía vuelve a su estado natural. Habría para muchas páginas si nos detuviéramos en esta cuestión tan importante, pero no es posible ahora. La obra que hoy traemos a este escaparate de libros es imprescindible, porque nos acerca a uno de los grandes poetas actuales: Ernesto Cardenal (Granada, Nicaragua, 1925). La editorial Trotta nos convoca a la lectura de la Poesía Completa del poeta nicaragüense, en un solo volumen con más de mil páginas. Una edición, en honor a la verdad, extraordinaria, a la que hay que sumar el estudio preliminar de una buena conocedora de la poesía hispanoamericana, y en concreto de la de Ernesto Cardenal, María Ángeles Pérez López, profesora titular de Literatura Hispanoamericana en la Universidad de Salamanca, además de poeta. Pérez López nos presenta en este estudio previo todas y cada una de las claves de la poesía de Cardenal. Y lo hace de manera clara y precisa, sentando las bases que permiten al lector conocer la figura de este controvertido poeta nicaragüense. María Ángeles detalla en su análisis cada una de las facetas creadoras de Cardenal, desde su primer libro Epigramas hasta el último Hijos de las estrellas que incluye los poemas inéditos “Estamos en el firmamento” y “Con la puerta cerrada”. Toda una trayectoria poética no exenta de controversias sobre su particular modo de entender la poesía, tanto desde el punto de vista teórico como de la praxis. Sin embargo, Cardenal es honesto consigo mismo y se desnuda ante los demás con la misma naturalidad como quien toma un vaso de agua. No hay sobreactuación, él es el hombre y el poeta en un mismo cuerpo y mente; lo humano y lo divino se complementa y se manifiesta en su particular manera de entender el mundo, que es lo mismo que decir la poesía. Pérez López se adentra en cada uno de los libros publicados por Cardenal en su ya larga vida poética, los analiza al detalle hasta conseguir que sea meridianamente comprensible para el lector tanto el texto en sí mismo como el momento histórico en el que se escribe. La actividad política, religiosa y literaria de Ernesto Cardenal compone un paisaje luminoso donde la palabra y la acción se complementan, y la revolución que proclama tiene un sentido evangélico y humano de imprevisible respuesta. No obstante, Cardenal es hombre y conoce bien al hombre, al poderoso y al desposeído, y solo cuando ese humanismo florece todo parece dignificarse, si bien antes haya sido necesario la lucha por la libertad, incluso con las armas. El exteriorismo, que bebe del imaginismo representado por un movimiento poético angloamericano promovido por el también poeta Ezra Pound, se manifiesta en la mayor parte de la obra de Cardenal e incluye la presencia de la historia, la teología, la antropología, la lingüística, la economía o la ciencia… La presente obra, Poesía completa, de Ernesto Cardenal viene a demostrar que la palabra poética es todavía imprescindible, como lo es conocer a Ernesto Cardenal en toda su esencia humanística y poético-espiritual, donde el Amor es la razón de toda existencia.
El Unicornio en el Café Libertad
Hora es de llamar a las cosas por su nombre. En la literatura como en
tantas otras cuestiones de la vida existe un momento en que hay que
decir, ¡basta ya! Hasta ahora la poesía española parece obedecer a
un solo canon, o, mejor dicho, a un solo gurú, tan poderoso, que
nadie se atreve a oponerse a él, a contradecirlo en lo más mínimo,
porque ¡ay de aquél que ose a enfrentársele! El silencio será la
condena y ya nunca más podrá vivir de
sus migajas. Ocurre ahora lo
mismo que con aquella eclosión mercantilista y efímera que allá
por los años 60 se llamó Novísimos y que silenció a otro
elenco de poetas de gran calidad y diferencia estética notable. En
nuestros días, y aún después de un momento que parecía que otra
“poesía era posible” con aquella “rebelión de los
diferentes”, que luego vino en llamarse poesía “De la
Diferencia” y que bien por sus luchas internas o por la hegemonía
de la llamada poesía “De la Experiencia”, que aún cuenta con el
poder mediático, junto a las grandes editoriales, digo, poco ha
cambiado la situación, y sin embargo, a raíz de la publicación de
“La otra mirada” y “El unicornio en el Café Libertad”, ambos
autoría del también poeta, profesor universitario y ensayista Pedro
Rodríguez Pacheco (Sevilla, 1941)), parece que vuelve a estar
vigente el argumentario que sostuvo a “La Diferencia” y con el
que, posiblemente, muchos poetas actuales estarían de acuerdo.
Salvando la distancia del tiempo, en aquella diatriba de “Novísimos”
y “Poetas del Lenguaje” o “Promoción del 60” como se la
llamó también, en la actualidad, se dan parecidas circunstancias
entre seguidores de una “poesía de la Experiencia” (¿acaso
puede entenderse la creación poética ajena a la experiencia? y el
resto de poetas tan ajenos a este movimiento, como diferentes en su
concepción de la poesía. Dicho lo cual, es de una oportunísima
aparición “El unicornio en el Café Libertad. 25 años después.
Antología”. No es este un libro más, un texto pretencioso y
oportunista, todo lo contrario. Tras el paso de los años, con una
mirada serena y respetuosa, sabiendo que sólo los argumentos y el
análisis son los aliados del investigador o ensayista, también de
la justicia poética, se puede vislumbrar el hecho histórico que
supuso aquella “rebelión de los diferentes”, poetas todos en el
más puro sentido de la palabra, como lo demuestran las diferentes
poéticas de cada uno de ellos, pero siempre bajo el paraguas de la
Poesía. Si ya en “La otra mirada”, Rodríguez Pacheco expuso
ampliamente el devenir “De la Diferencia”, sus orígenes, sus
causas y objetivos o metas, con “El unicornio en el Café
Libertad”, de una manera resumida aporta su particular visión, al
tiempo que analiza pormenorizadamente las poéticas de cada uno de
los vates antologados y que fueron artífices de aquella rebelión:
Manuel Jurado López, Pedro J. de la Peña, Ricardo Bellveser,
Antonio Enrique, María Antonia Ortega, José Lupiáñez, Concha
García, Antonio Rodríguez Jiménez y Fernando de Villena. Es, pues,
de agradecer que, con absoluta libertad, su autor, Pedro Rodríguez
Pacheco, se haya desnudado y presentado, con la honestidad que le
caracteriza y el conocimiento experiencial adquirido también por su
relación con aquella propuesta “De la Diferencia”, ante el
lector, a sabiendas que muchos serán, todavía, sus detractores. Con
todo, es de reconocer que pocos son los que se atreven a
“enfrentarse” dialécticamente al contrario, siempre desde el
respeto. Y todo ello lo demuestra
cuando, desde un sentido crítico, analiza la obra de cada uno de
estos poetas. Rodríguez Pacheco toma como símbolo al Unicornio y lo
hace presente en el Café Libertad donde aquellos poetas se reunieron
para rebelarse contra el sistema; el Unicornio: “Un animal
fabuloso…, con figura de caballo, que lleva un solo cuerno muy
puntiagudo sobre su frente. Es veloz y muy valeroso. Según la
leyenda nadie podía cazarlo por la fuerza”. En su recorrido por la
poesía de estos autores, Rodríguez Pacheco no ceja en su empeño
por demostrar la vitalidad de aquella rebelión en el marco de la
poesía española del siglo XX. De Manuel Jurado López, el primero
de los poetas seleccionados, Rodríguez Pacheco dice: “Jurado López
es un cóndor sobre las altas cimas de la poesía: andaluza hasta la
médula ha sabido asumir ese “río
interior” y
dejarse llevar por su corriente hacia otros mares de civilización y
plenitudes fraternas”. De Poemas
de Ginebra, estos
versos: “Soy hombre y mujer al mismo tiempo porque ya estás / en
mí igual que la palabra que pronuncio / para que la oigas tú y
caiga en mí, muy honda, / como en un pozo.”. Escribe Rodríguez
Pacheco sobre el siguiente antologado: “La poesía de Pedro J. de
la Peña se mueve entre dos polos que, sin ser antagónicos,
distinguen dos poéticas, y aunque con carácter oposicional para que
el sistema funcione, el poeta intenta que sus universos, los íntimos
y los exteriores, es decir, los de la vida y su experiencia y los de
la cultura (los paisajes del sueño y los de deseo) encajen en esa
caja china de múltiples registros. De El
soplo de los Dioses, estos
versos: “Cuando un amor se pierde es asunto sabido / que los
débiles buscan desamores livianos / que ayuden a ahuyentarlo.”. El
siguiente perfil trata del poeta valenciano Ricardo Bellveser, de
quien escribe Rodríguez Pacheco: “La poesía de R. Bellveser se
nutre de urgentes afirmaciones y, seguidamente, de sus refutaciones;
es una tensión en la que el sujeto poético vive su sinvivir”. De
su poesía seleccionamos estos versos:
“El tiempo tenaz todo lo ha
cambiado:
/ el techo no es tan grande, ni tan alto,
/ ni tan
misterioso, ni me acongoja.
/ La cama, sólo es un campo de plumas
/
que el tiempo con la muerte ha desolado.”.
Es un perfil poético
de Antonio Enrique, escribe así Rodríguez Pacheco: “Antonio
Enrique, como poeta, en su esencialidad como poeta, es un místico
humanista…Esa rehumanización que compromete a toda la Naturaleza,
es el hallazgo diferencial de Antonio Enrique”. De La
palabra muda, estos
versos: “No me importa morir / porque he conocido a la mujer / que
ha sido mi madre, mi hermana, / mi amante y mi amiga: / El todo mi
ser.”. Nos descubre ahora Rodríguez Pacheco el perfil poético de
María Antonia Ortega: “En toda su obra se detecta un profundo
ardor, un fuego, un magma volcánico que cuando entra en fase
eruptiva y se derrama libre por las laderas de su universo, nos deja
esas ascuas incandescentes que son sus poemas, sus revelaciones, sus
iluminaciones…”. De “El
emparrado”, sean estos
versos: “Mi alma es antigua / y ya no volverá a reencarnarse; /
por eso necesito el desierto / y los días de luz interminables, /
igual que antes la proximidad / de los cuerpos”. José Lupiáñez,
para Rodríguez Pacheco es ese inmenso poeta proclive “a dos
grandes movimientos que vertebraron -y para algunos aún vertebran-
el universo de la creación literaria: el Barroco, como tiempo de
violenta aceleración temporal y, más acusadamente, el Modernismo”.
En su sabiduría, capacidad de creación y emoción confía el
antólogo; de su poesía estos versos que la ilustran:
“Mis manos
acarician la piedra
/ en esta inmensa grita del mundo.
/ Hasta hoy
fue el desierto,
/ con su aliento de fuego, azotándonos
/ sin
misericordia, y la arena en los ojos
/ o los labios cuarteados por la
sed”.
La poeta cordobesa afincada en Barcelona, Concha García es,
para nuestro antólogo, otro de los perfiles elegidos y de ella habla
así: “Concha García había montado su insurrección heterodoxa
ejerciendo una especie de violencia en el lenguaje normativo que era
de uso canónico en las hegemonías…”. Aquí una breve muestra de
sus versos:
“…Tú me amas.
/ La hermosa nada que recupero
/ me
pasea en automóvil”.
Si hay un poeta que, por su vitalismo, “La
Diferencia” irrumpió en el panorama poético español con fuerza
inusitada, ese es Antonio Rodríguez Jiménez. “El “yo” poético
de Rodríguez Jiménez -nos dice R. Pacheco- lo es blindado por seres
mitológicos, intuiciones fantásticas, espectros que se reparten lo
benéfico y lo maligno”, y añade: “Rodríguez Jiménez es
prototipo del paroxismo visionario, lleno de intuiciones y de
frenesíes fantasmales”. De su poema inédito “Escala primera”
tomamos estos versos:
”Las escalas indican el momento vivido,
el
pasado de humo, el presente
de plástico y el futuro de goma,
como
un alambre que se derrite
una y otra vez hasta que chorrea
como un
líquido más ligero que
el agua”.
De Fernando de Villena, último
poeta antologado, R. Pacheco escribe: “El proyecto poético de
Fernando de Villena lo es en constante erupción: todo lo incita,
todo lo provoca. Hay, principalmente, cuatro elementos conformadores
o incitadores en su poesía: el amor, el tiempo, las creencias y los
paisajes del mundo con sus consanguíneos: la alta cultura, sus
símbolos y mitos”. Reflejo de su humana condición, sean estos
versos pertenecientes al poema “Vacilaciones de la fe”: “No sé
si de verdad existes, / pero ahora quisiera / que de verdad
existieses / para sanar tanta pena, / para colmar tanta esperanza”.
Esta ha sido una pequeña muestra de lo que significó, y creo que
convendría decir, lo que aún significa hoy “La Diferencia”,
conscientemente silenciada por quienes todavía mantienen la
hegemonía poética en España, tan alejada de la calidad que
requiere toda creación que se precie.
Título:
El unicornio en el Café Libertad. 25 años después
Autor: Pedro
Rodríguez Pacheco
Editorial: Carena (Barcelona, 2019)
El hecho de escribir, como de toda acción humana ha de ser libre, sin límites que acoten o apresen, es decir, todo acto humano debe de partir de la libertad. Es, verdaderamente, el único sentido que puede tener la existencia. La expresión, en cualesquiera de sus manifestaciones, ha de ser libre. Desde esa voluntad de ser libre escribe Balbina Prior (Villaviciosa de Córdoba, 1964) desde que comenzara con poemarios tales como Soldados de Rodas, Perversidades, Poemas en off, Ladrones de miel o Los andenes de la era Heisi.
Para esta ocasión comentamos su última entrega poética: "Memorial de frontera", publicada por la editorial Trajín, de ciudad de México; texto antológico de su quehacer poético hasta ahora. Su editor, Arturo Texcahua, nos acerca a la poesía de Balbina Prior con estas palabras: «Su voz lírica recorre el mundo con una perspectiva crítica rebosante de desaliento y de sarcasmo. En su obra reafirma su libertad y el derecho al placer, se apoltrona en la tradición hispana sin nostalgia, defiende la confluencia de los pueblos y denuesta el presente globalizado, metálico y banal.
"Memorial de frontera" es un testimonio fresco de recorridos, de conocimientos y experiencias que sirven, como decía Rilke, para “comprenderte / como te comprende la tierra”». Y no le falta razón, la poesía de Balbina Prior se adentra hasta lo más recóndito del ser, ahonda en la existencia y de ese recorrido vital nace su natural expresión lírica. Su particular concepción del mundo y su mirada de poeta ennoblece la vida. No es sino el amor en su estado más puro lo que hace de su poesía la razón primera y única de existencia. El fuego de la palabra trascendida, la pasión por las formas y el fondo, hacen que la poesía de Prior proyecte una verdadera sensación de plenitud. Su condición de mujer también está muy presente en sus textos, en su extraordinaria sensibilidad para captar la belleza y la fuerza expresiva del verso, la contundencia de la palabra precisa, capaz de mostrar ese mundo de las cosas sencillas y ennoblecerlas.
Balbina Prior ha recogido en esta antología poética para México los poemas que dan identidad a su escritura, como el que da título a esta antología, “Memorial de frontera”, que inicia con una cita de Octavio Paz: “Nuestra vida es un diario aprendizaje de muerte”, en una reflexión sobre la libertad y el rechazo a las fronteras que excluyen y el reconocimiento de la nueva patria mexicana: «El fecundo vientre de este país hoy embargado / por las luces tudescas de medianoche, / y la sangre del azteca insigne / cumplieron con su diario aprendizaje, / pero no te lo hemos sabido agradecer lo suficiente, / patria de acogida, / pues cabe todo en tus milenarias tierras, / trenzas de niña, obreros de ancha mirada, / poetas de invertido orgullo, / charros con su corbata de rebozo, / y pieles de terciopelo y ceniza. Amemos los caminos y evitemos las fronteras…».
Una voz equilibrada y serena, que conjuga compromiso y lirismo al mismo tiempo, y una antología que nos acerca al digno quehacer poético de Balbina Prior, que ahonda en la esencia de lo humano como razón de la existencia: «En nuestra primera andadura / no estamos solos, / cuando nos hallamos en el no / a nadie necesitamos, / pero llegado al último anillo / que ciñe prieto la Edad Desnuda, / todos van desapareciendo, / nuestros padres, nuestra pareja, quizás algún hijo, / y concluimos adorando al tótem Soledad».
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SALA DE LECTURA por
JOSÉ ANTONIO SANTANO
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No sé cuál es la razón exacta, pero desde siempre me supe atraído por la poesía árabe, por la belleza de su grafía y su hondo pensamiento, ese que nos hace vibrar con cada palabra, desde la sencillez y la humildad que acompaña al poeta que lo ejercita y vive. Y supongo, que si eso ocurre con la poesía, también con la historia y la cultura de los principales lugares del mundo árabe, como la mítica Bagdad, claro ejemplo. Tan es así que, al recibir el libro “Oración primitiva por Uruk”, del poeta iraquí Issa Hasan Al-Yasiri (Missan, 1945), sentí un cierto estremecimiento. Allí estaba, encima de la mesa, un misterioso rostro ilustraba la portada del libro, un dibujo de Kareem Sadoom, para ser exactos, autor de todas las ilustraciones del poemario. La traducción al español ha sido realizada por Ignacio Gutiérrez de Terán y la publicación ha corrido a cargo de Alfalfa Ediciones.
Cuenta el poeta octogenario con libros tales como “Cruzar hacia ciudades de alegría” (1973), “Episodios del viaje del ave sureño” (1976), “Cielo del sur” (1979), “La mujer es mi reino” (1982), “El silencio de las cabañas” (1996), “Te llamo desde lejos” (2008) y “Ave María” (2012). Llama la atención de “Oración primitiva por Uruk”, la espiritualidad que lo contiene, muy cercana a la tradición poética árabe, donde la honda reflexión da paso a la sencillez formal, convirtiendo así a la palabra en esencia misma; la desesperanza a la oración:
«Dios mío, Dios mío,
por Uruk te invoco,
Uruk,
tu primera semilla,
ancestral entre todas tus ciudades»
de aquí en adelante la tensión discursiva irá en aumento y el poeta será la voz amorosa que clama en el desierto, demandará misericordia y perdón para Uruk y sus pobladores, también para quienes un día la abandonaron:
«Por ella,
/ y por quienes en ella viven, y por los que un día la abandonaron, sálvala, bendito seas, refugio y luz»
. Hassan Al-Yasiri no puede sino sentir que el tiempo se le escapa entre las manos, y que en ese trayecto final, en ese alumbramiento del silencio total al que todo humano se abisma, solo desea contener la furia de la sinrazón y el despropósito, devolver a su tierra el fruto de los campos y los ríos; la paz de las montañas en su soledad infinita; convencer con la palabra poética de la necesidad de hermanamiento, de la humana mirada. Por eso clama en voz alta y se pregunta: «¿Por qué insistes en reducir a Uruk a un solar / habitado por la tristeza, / pasto de las plañideras?». El poeta sufre con el dolor ajeno, que es también el suyo, el de sus compatriotas y en ese estado se rebela contra él y contra todo, y una vez más demanda el perdón a un dios misericordioso:
«Perdónala,
Dios, /
¿qué haría cualquier madre
al ver a sus hijos camino de la muerte
o rumbo a un lugar lejano,
como una bandada de pájaros sobre cuyos nidos /
se ciernen los chacales de la noche?».
Solo un deseo anima al poeta a seguir el
camino, a rebelarse contra el mal de las guerras y la injusticia, concluyendo
así con su oración:
«Escucha pues a este siervo, Dios:
haz que Uruk vuelva a
ser lo que fue,
conviértela, de nuevo, en Uruk.
Uruk,
la partera,
y la
madre, /
y el lecho de la dicha».
Título: Oración primitiva por Uruk
Autor: Issa Hassan Al-Yasiri
Ediciones: Alfalfa (2019)
Versos Enhebrados
Si observamos el actual panorama de la poesía española, en general, comprobaremos que no es muy frecuente hallar en él referencias a poetas canarios, por no decir olvidados absolutamente del circuito peninsular. Esta circunstancia resulta incomprensible, más aún si se tiene en cuenta la calidad de la que goza la lírica canaria en la actualidad. Prueba de lo que digo es la reciente publicación del libro “Versos enhebrados. (Antología 2008-2018), de la poeta Cecilia Álvarez (La Palma, 1955) y publicado por Ediciones Aguere e Idea. A su autora la conocí el pasado año con motivo del XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos celebrado en la monumental ciudad de Salamanca. Ciertamente hay que reconocer que estos Encuentros vienen siendo para todos los poetas de la comunidad iberoamericana una ocasión extraordinaria para intercambiar experiencias poéticas de incalculable valor, pero también para celebrar el milagro de amistades imperecederas aunque sea desde la distancia que nos separa a muchos de los poetas representados en Salamanca año tras año. Pues bien, en esa ocasión pude comprobar y descubrir la voz poética de Cecilia Álvarez, diferente y de una sensibilidad poco común en los tiempos que corren. La poesía que escribe Cecilia posee un natural latido, un ritmo hondo y transparente al mismo tiempo, capaz de hacernos vibrar y sentir de otra manera hasta entonces desconocida.
En Salamanca conocí a la poeta de “Almenara de sueños”, libro con el que celebramos nuestro encuentro y del cual se recogen en esta antología (“Versos enhebrados”) algunos de sus poemas. Nos dice de Cecilia el poeta Carlos Murciano que «Su escritura desvela “lo que el amor esconde” y lleva de la mano al lector, con delicadeza y sabiduría, hasta asomarlo a ese “cristal de la memoria”, a cuyo través puede contemplar lo mejor de su envés: el verso palpitante, colmado de verdad». No se puede decir con más claridad. Efectivamente, la poesía recogida en esta antología y perteneciente a sus poemarios “El alma deshabitada” (2008), “Primera luz” (2009), “Palabras al alba” (2012), “Adagio del silencio “ (2013), “El lento suspirar de la aurora” (2016) y el ya citado “Almenara de sueños (2018) son un vivo reflejo de su honda y precisa poesía amorosa fundamentalmente, si bien aderezada de los elementos que siempre acompañan al amor: melancolía, miedo, derrota, dolor o sufrimiento, silencio, el tiempo pero signado todo con un lenguaje depurado y exquisito, y la palabra exacta que define su verdadera concepción de lo poético como universo trascendental de lo desconocido o mistérico. Cecilia Álvarez es una poeta que produce un cierto encantamiento, que nos seduce y reconforta de la soledad y el acelerado vivir del hombre sobre la tierra, que nos aparta de lo vacuo para transmitirnos la verdad que la empuja a escribir y escribir como antídoto de un mundo cruel e insolidario. Su mirada, a veces triste, es la mirada que hipnotiza desde la más absoluta entrega amorosa, ella es el amor en toda su esencia: «Hiere el amor y vano vacío de las horas, / hiere el mar y el aire salobre que te cubre. / Hiere la vida cuando sólo el silencio te vive.». Así va entretejiendo Cecilia su verdad más precisa, su andadura vital que no es otra que un darse al otro, incondicionalmente, la otredad como razón de la existencia.
En ese camino, que es como la vida misma, la poesía de Cecilia Álvarez bebe de la más clara tradición literaria española, a la que aporta su particular experiencia y conocimiento desde su isla amorosa, con sus miedos y recelos, su soledad («Hay una soledad que buscas / y otra que te encuentra, al doblar / la esquina de tu propio silencio. // Es esa soledad tercamente ungida / de ausencia, extraviada / entre crepúsculos sin soles»), el silencio que habita el mar («Se encadenan las horas del lado del silencio / y un mar embravecido esparce su espuma sutilmente / calando hasta los huesos la piel de la memoria»), el dolor de la ausencia amorosa («No hay más lumbre que el tacto de tus manos / ni más llama que el calor de tus latidos. / No hay más aliento que el aire que te azota / ni más cruel derrota que el grito de la ausencia.») y sobre todo su continua melancolía, quizá el elemento más sugerente en este recorrido vital y poético por el amor y sus dominios («Ahora que el tiempo / añusga la piel de la memoria, / ahora que se duelen los días vividos / agolpados uno a uno tras mis días, / recorro aquellas viejas estancias, / aquellos paisajes de antaño / desde la clara luz de una azotea.»). Un canto de amor y por el amor es la esencia poética de Cecilia Álvarez, que en su condición de mujer trasciende aún más si cabe a zonas donde la voz es un hilo de aire y la ternura un huracán descontrolado que se adentra hasta el alma y nos reconcilia con la vida. “Crece el amor del lado de la herida, tenazmente…”, y aún así la poeta vive en él, entregada, a corazón abierto, porque sabe que sólo el amor puede salvarla, salvarnos a todos. Nos llega su voz, certera, honda, inolvidable, universal en su esencia, dulce como la miel, abarcadora, pues como dice su prologuista, Juan Francisco Santana, “la poeta pamera-lagunera nos deja impresionados con su expresividad, con su buen hacer literario”. ”Versos enhebrados” es una muestra más que suficiente para adentrarse en el universo poético de Cecilia Álvarez, donde el amor y la otredad ocupan un lugar preeminente.
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CECILIA ÁLVAREZ |
CECILIA ÁLVAREZ
Título: Versos enhebrados
Autor: Cecilia Álvarez
Editorial: Idea / Aguere (2019)
ELOCUENCIA DE SILENCIOS de FRANCISCO MUÑOZ SOLER por JOSÉ ANTONIO SANTANO
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Francisco Muñoz Soler |
Quizá
no sea necesario tanto alboroto. El ruido nos desequilibra y nos hace
irascibles, inconsecuentes. Nos regresa a la barbarie de un tiempo
inenarrable por díscolo y aciago. La razón del hombre se nubla y la
violencia y el infortunio lo asiste cuando el mundo se vuelve retumbante
en todos sus estadios. Será el silencio entonces como una luz que
alumbre el camino, que nos dirija al deseado jardín, a todos los
silencios que huyeron un día de nuestras vidas. Regresaremos al origen y
allí en su silencio de siglos se hará verbo. Algo de esto sucede con
este libro, “Elocuencia de silencios” (edición bilingüe español-inglés),
de Francisco Muñoz Soler (Málaga, 1957). Despierta el interés del poeta
la realidad social que le rodea, y desde una actitud puramente
humanista se posiciona, libremente:
«¿Qué es ser poeta y por qué serlo?
/ Nunca me hice las preguntas,
/ fluye del venero de mi ánima,
/ forjando elección de vida
/ mi posicionamiento en el mundo,
/ manifestarme en la palabra
/ y en los silencios /
con belleza y humanismo».
Su
poesía parte así de un compromiso cívico, donde estética y ética van de
la mano, al unísono, convencido que solo de esta forma, la verdad –su
verdad- nos hará libres a todos. Sitúa al poeta en el centro de ese
silencio abarcador, capaz de transformar, de cambiar una realidad por
otra, siempre desde la creencia justa de que la palabra es en sí misma
el medio para alcanzar el fin. La palabra poética, en toda su
intensidad, merodea por doquier, nos abisma en la oscuridad y nos
ilumina al mismo tiempo. Crece de esta manera en el poeta la necesidad
de comunicar y comunicarse con el mundo exterior, y no puede detenerse
ahora, que todo parece imposible o al menos inalcanzable.
Es
precisamente en esta hora adversa cuando el poeta regresa a los
silencios y en ellos redescubre la esperanza, y la palabra se hace luz
en su interior para proyectarla luego hacia el cosmos. Su mirada, la del
poeta que vive en Muñoz Soler, percibe la dolorosa tragedia de la vida,
y a ella se entrega en cuerpo y alma: «Debemos tenerle miedo / a no
atrevernos / a desear una vida digna». En su visión humanista del mundo
no cabe sino la reivindicación plena de la dignidad en primer término,
de no claudicar a lo que nos pertenece por nacimiento, a lo que es
inherente al hombre. Es por ello que nos quiere mostrar otros silencios,
esos que pueden cambiar y transformar la triste realidad que nos
doblega: «La basura inunda los arcenes, terrales que separan del
matorral, / entre ellos, hogares donde la / pobreza es dueña desde el
principio de los tiempos y la violencia / ordena el tránsito de los años
/ de sus moradores». Pero el poeta necesita resistir, renacer de las
cenizas, no claudicar, convencido de que solo la palabra será el haz de
luz que entre, aunque sea poco a poco, en el corazón del ser humano. Mas
la realidad está ahí, presente en cada acto de vida, en cada ser que
habita este planeta moribundo, como así nos muestra el poeta en el poema
que titula “Mujer Mara”: «Tengo fija en mi mente su mirada, con un odio
que rasga la vida. / La muerte esculpida en su / joven rostro. // Solo
su esencia de madre la hace dudar de volver a matar, no por / temor o
desafecto, sino por / apartar a sus hijos de tanta crueldad, cuya
recompensa es recibir y causar daño. // Su sangre, convertida en futuro,
sacude la empatía que aún / queda en su naturaleza». Adentrarse en los
silencios es una clara meta del poeta, hundirse en su interior y
respirar su aire y sus aromas, ser su sangre, para sentirse libre como
el vuelo de los pájaros: «Que el silencio no sea resignación, / sino
pausa con más alcance que las palabras, / que derribe los muros
invisibles de la infamia / y su sonido simiente de esperanza / sea
espacio de belleza y piedad / donde se construya convivencia plena». El
poeta se rebela contra toda injusticia, para él como ya dijera el poeta,
el hombre es el centro del universo y con él pretende caminar de la
mano, asumir este compromiso cívico en la defensa de los marginados y
desfavorecidos socialmente es un deber ineludible para el poeta. Así lo
entiende Muñoz Soler y así se traduce en “Elocuencia de silencios”.
Emigración, violencia machista o cualesquier conculcación de los
derechos humanos. Mientras esto suceda allí estará el poeta, allí
estarán sus versos como única arma, la palabra que aviva el corazón de
los hombres y los hace más fuertes y libres. El poeta siente la
necesidad de vivir, como anuncia en la última parte del libro, de
“sentir cada día como un regalo”:
«Recorro en un canto íntimo
/ habitadas escenas del mundo
/ de mi yo en otro,
/ sombras de mi alma
/ desplegadas en recuerdos…
// solo nuestro silencioso amor
/ se alza sobre el ocaso /
con escalas de ternuras.».
El
poeta se resiste a vivir en «una patria de cenizas / donde brota el
odio / y el sol siempre está lejano.», de aquí su voz en grito a través
de la palabra que ahonda en los silencios, en el alma humana.
“Elocuencia de silencios”, un lugar para la reflexión y la esperanza.
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Francisco Muñoz Soler (Autor) Málaga 24/12/1957.
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Detalles del Libro
Título: ELOCUENCIA DE SILENCIOS
ISBN/13:
Num. Páginas:
Tamaño:
Año de publicación:
Editorial:
Categoría:
9788417669041
126
152 X 228 mm
2018
POESÍA
2017- Poemas Selectos-Select Poems. Costa Literaria- España
2016- Poemas Selectos- Selected Poems. Instituto Indo Hispanic - Calcuta-India.
2016- Cuaderno de Viaje. Hanan Hurawi - Perú
2014- Latido íntimo- Inner heartbeat. Corona del Sur- España
2014- Selected Poems- Poemas Selectos. CreativeSpace- California-USA
2014- En tiempo de prodigios - Navegando sueños - El Salvador.
2013- Zona Cero- Zero Zone-. La ovejitabooks- Nueva York, USA
2012- Esencias – Transtextual - México
2012- Alma entre almas -Transtextual- México
2012- La claridad asombrosa (2.ª ed.)- El barco ebrio - España
2011- La incierta superficie - Colección Sur La Habana-Cuba
2011- Ícaro. El barco ebrio - España
2011- Selección natural. Ediciones Rubeo- España
2010- La voz del pensamiento - A bordo del polen- México
2010- Restauración - A bordo del polen - México
2010- Una flor erguida - Paracaídas, Lima, Perú
2009- La claridad asombrosa - Voces de hoy, Florida- USA
2008- La densa corporeidad de mi memoria. Ediciones Estival, Venezuela
2006- Áspero tránsito, Pájaros en los cables, Lima - Perú
2000- Lluvia ácida, Vicio Perfecto, Lima - Perú
1996- Prehistoria poética (1978-1996). Ediciones Estival - Venezuela
Traducido al inglés, árabe, italiano, bengalí, rumano, assamese, alemán.
Traslated to english, arabic, italian, bengali, romanian, assamese, german.