3.- Valeria Pariso.
Nace en la provincia de Buenos Aires (Argentina) en
1970. Vive en Muñiz. Es abogada. Publicó"Cero sobre el nivel
del mar" (2012), "Paula levanta la persiana" (2013)
ambos de Ediciones AqL., “Donde termina esta casa” (2015),
Ediciones de La Eterna -colección El carterista de Bressonde poesía
contemporánea- y "Del otro lado de la noche", Editorial
El Mono Armado.
Participó de las antologías colectivas"II Colección de
Autores contemporáneos -II Certamen de poesías, cuentos y cartas de
amor", "Poesía encontrada" (2006), "Vuelo
íntimo" (2008) y "Lunario" (2008).
Participó de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires
(ediciones 2013 y 2014), del Primer festival de poesía del Atlántico
en la Feria del Libro de Mar del Plata (edición 2013) y del VI
Festival de Poesía en la Escuela (edición 2014).
Durante el 2014 coordinó el ciclo de poesía La Estación, para la
promoción y difusión de poesía contemporánea.
20
poemas
III
No sé en qué idioma me
hablan.
Qué significa: si te parece
paso.
Qué quiere decir: hay un café
muy cerca.
En casos así,
tengo la pereza de un
hipopótamo,
no me interesa averiguar y
entro en el silencio
como en un vestido.
Mi obsesión son las cosas por
su nombre.
(Del libro “Paula levanta la
persiana”, Ediciones AqL)
V
Igual que la semilla
llevada por el viento
siento que me tiraron
en la ciudad en que vivo.
Tengo la completa sensación
de estar en el lugar errado.
Soy el desvío.
(Del libro “Paula levanta la
persiana”, Ediciones AqL)
XXXIV
Habría que poner acá
y acá, algo,
algo como naranjas: acá y
acá,
y en mis manos (y aquí
dentro)
y en las tuyas, claro, (y aquí
también)
acá y aquí y ahí, algo,
cocos, o piedras, también
podrían ser bollos
de papel de diario como ponen
las vendedoras
adentro de las carteras para
que no se deformen,
algo, no sé qué,
pero algo,
algo que ocupe el espacio
que llenábamos los dos.
(De “Paula levanta la
persiana”, Ediciones AqL)
XVIII
¿Fuiste hoja alguna vez?
¿Apuntaste
la lupa sobre las nervaduras
de tu mano?
¿Y de otra mano? ¿Qué sabés
del suplicio de quemarse para
siempre
con un rayito de sol?
(Del libro Paula levanta la
persiana, Ediciones AqL)
XXVIII
En el galpón que está
enfrente de su casa
hay un depósito de papas.
Los hombres cargan sobre sus
espaldas
bolsas de arpillera de
cuarenta kilos.
En las siestas de calor,
salen a la vereda, se quitan
las remeras,
y se tiran agua fresca con una
manguera azul.
De noviembre a marzo,
a esa hora,
Paula levanta la persiana.
(Del libro Paula levanta la
persiana, Ediciones AqL)
De todas las soledades
tengo una
que no quiere
bajo ningún pretexto
estar a solas conmigo.
(Del libro Cero sobre el nivel
del mar, Ediciones AqL)
Puede parecer
que ella está evitando
la vereda del sol
o que escoge
vidrieras limpias donde
mirarse
pero no
lo cierto es que va
sorteando baldosas
con el corazón en la boca
no sea cosa que
ese amor otra vez
la encuentre
y la desordene.
(Del libro Cero sobre el nivel
del mar, Ediciones AqL)
Te soy.
Involuntariamente
como todas las cosas
naturales.
Como un sol de frente.
(Del libro Cero sobre el nivel
del mar, Ediciones AqL)
Al sur del sur
o más abajo
donde termina esta casa
en la que duermo,
en la última baldosa
debajo del cimiento
de la fosa negra
que hicieron albañiles
en los años cincuenta,
corre un río caliente
cuyo cauce
desemboca
en el sur del sur
donde termina tu casa
debajo de tu cama
en tu última baldosa.
(Del libro Cero sobre el nivel
del mar, Ediciones AqL)
Voy y vengo
una y otra vez,
como si hiciera algo.
Algo más,
además de romperme.
(Del libro Cero sobre el nivel
del mar, Ediciones AqL)
1
No para soñar/sino
para hacer memoria/
para tender al sol
como trapitos/los días y las
noches/
yo/ que no sabía escribir/
te besaba los dedos.
(Del libro “Donde termina
esta casa”, Ediciones de La Eterna)
18
La diferencia entre la espera
y el olvido/ la saben los
pájaros/
al entrar en el viento.
Ellos giran su vuelo/ para no
llorar
contracorriente.
Yo no./
yo sigo acá/ en aire/
clavada/
vaciándome.
(Del libro “Donde termina
esta casa”, Ediciones de la Eterna)
22
Como si hubiese juntado mucha
lluvia/
baldes y/ baldes y/ baldes de
agua sana/
reconstructora líquida
del cuerpo/ sales de olvido/
ella se lava el pelo mientras
llora.
(Del libro “Donde termina
esta casa”, Ediciones de la Eterna)
23
No debería tomarse como fuga
el no volver jamás
al lugar donde la dicha /
ahora/
es una huella que se cura al
sol.
Los perros hechizados por las
sombras
nunca caminan hacia atrás.
/Andamos/
malheridos de memoria/ comidos
por la luz y la alegría/
como niños que con un palito/
se marcaron
en el brazo una cruz/ un
dominio/ un
juego de abandonados/
la letra A/ la imposibilidad
del olvido.
(Del libro “Donde termina
esta casa”, Ediciones de la Eterna)
26
Donde termina esta casa
hay un poema/ que limita
con otra casa/ otro poema/
a veces/ a las casas/ les
crecen alas/
y salen volando como las
mariposas.
En esos casos/ el mundo/
tiembla.
(Del libro “Donde termina
esta casa”, Ediciones de la Eterna)
2
Si yo olvido,
si definitivamente
pasa que me olvido,
si te olvidás,
como si hubiesen muerto entre
las manos
el viento, el agua, el cielo,
lo que dura,
si juntos olvidamos para
siempre
como debieran ser todos los
olvidos,
si eso pasa,
si de una vez por todas
eso pasa,
qué nos hará temblar.
(Del libro “Del otro lado de
la noche”, Ediciones El Mono Armado)
7
Yo soy
la responsable
del desorden.
Yo escuché
la palabra
amor.
(Del libro “Del otro lado de
la noche”, Ediciones El Mono Armado)
14
Deseé un mundo con todas las
ganas.
¿Qué hacer, siglos después
de
que nos fue concedido
el pavor de un amor
que aprendió a decirse?
Yo no sé. No sé.
Como parte de mi ofrenda
te entrego este aturdimiento
mudo.
Estoy callando con todo
lo que se grita en mí.
Ya ves,
no es más trabajoso que hacer
un barco
o desplumar un pájaro.
Finjo la quietud de la sangre.
Mi silencio no te reconoce.
Con ternura de abrigo
te devuelvo al misterio.
(Del libro “Del otro lado de
la noche” Ediciones El Mono Armado)
33
Tanto cuidado, tanto ensayo,
tanto planear los bordes de la
huida,
tanto escondite gris de
refugiada,
no hicieron más que enfurecer
la forma
en que me fue lanzado.
Sin piedad, como una jabalina,
el universo me arrojó el
amor.
Y yo estaba,
ay Dios mío,
ahí.
(Del libro “Del otro lado de
la noche” Ediciones El Mono Armado)
39
Si es posible calmar
el temblor de la ausencia,
no llorar, resistir,
si es posible llamar al
invierno
y secarse de frío entre
flores azules,
si es posible volverse
paciencia,
y dudar o dudarse,
y esperar
sin que se rompa nada,
si es posible algo de esto,
tranquila,
no es amor.
(Del libro “Del otro lado de
la noche”, Ediciones El Mono Armado)