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Andrés Rubia. La banda sonora original de un político Tal.

(Metáfora fotográfica de Andrés Rubia )
LA BANDA SONORA ORIGINAL DE UN 
POLÍTICO TAL

(Por Andrés Rubia)



Pongamos que se llama Fernando…
Fernando Gurtrín Pascual es licenciado en derecho con postgrado en administración pública y un master en relaciones internacionales. Está esperando tumbado a que seque el suelo recién fregado, con los pies apoyados en el brazo del sofá. Hace poco menos de dos minutos, la señora de la limpieza ha pasado por allí para hacerle la vida más aséptica.
Las notas musicales de una canción del Sabina se filtran desde la casa de su vecina cincuentona, quien también debe estar en tareas domésticas: El blues de lo que pasa en mi escalera:
El más capullo de mi clase (¡que elemento!)
Llegó hasta el parlamento
Y a sus cuarenta y tantos años,
un escaño
decora con su terno
azul de diputado del gobierno.
Da fe de que ha triunfado
su tripa, que ha engordado
desde el día
que un ujier le llamó su señoría
ycambió a su mujer por una arpía
de pechos operados.
Y sin dejar de ser el mismo bruto
aquel que no sabía
ni dibujar la o con un canuto (…)
Se ha levantado del diván como un resorte. Lo tiene claro. Debe cambiar el mundo pero primero, ha de comenzar por su país.
La canción continúa filtrándose desde la radio de la vecina:
El superclase de mi clase (¡que pardillo!)
se pudre en el banquillo
Y, a sus cuarenta y cinco abriles,
Matarile,
y a la cola del paro
por no haber pasado por el aro.
Vencido, calvo y tieso
se quedó en los huesos
aquel día
que pilló a su mujer en plena orgía
con el miembro del miembro (¡qué ironía!)
más tonto del congreso.
Y sin dejar de ser el mismo sabio
que para hacer poesía,
sólo tenía que mover los labios (…)
Se acerca a la mesa de su despacho, se sienta. Click, on, oummmmmm… Impaciente escucha el zumbido sordo del ordenador mientras arranca. Espera. En apenas un minuto, en la pantalla obtiene el Word con el cursor parpadeándole. No debe escapársele la idea. Se pone a escribir como si fuera una cuestión de ahora o nunca, como si la inspiración no fuera a durarle mucho más de lo que ese orgasmo mental:
El problema no es la ambición, el problema es dónde ensordecer, cercanos a esa frontera entre la honradez y la inmoralidad humana donde la codicia grita tentando al individuo.
El problema no es la tentación del poder patrañero, de su propósito acabado en éxito o en ladronicio. La cuestión, la perniciosa enfermedad es que, impiadosa como una pandemia, la sociedad es capaz de lo más rapaz y fagocita a profesiones y profesionales honestos; entonces, las leyes voraces de los poderosos y corruptos, delimitan el número de románticos llamándoles revolucionarios.
Son pocos los poetas de verdad sublimando verdades con modales ancestrales, loables, adolecidos. Son muchos los políticos, por contra, promulgando mentiras con maneras eficaces. Luego está el dinero, pero ya se sabe, ahí está la historia del mundo que regresa una y otra vez a contarnos que… (Vuelta a empezar)…
El problema no es la ambición, el problema es dónde quedarse sin audición, en ese límite entre la honradez y la inmoralidad humana donde la codicia grita tentando (…)


Fernando Gurtrín funda una plataforma política de talante liberal progresista. Tras cinco años, logra ser líder de la oposición con ese partido. Veintisiete meses después gana las elecciones generales y sube a la presidencia del gobierno.
Hoy es el día. Sorprendentemente no vendió su despacho en el barrio Salamanca pese a sus periplos por Moncloa. Mi opinión es que disfrutaba con la música que ponía su vecina choni. Sí, hoy es el día. Aquí aguarda a que venga a recogerle el coche oficial. Entretanto, sobre el brazo del sofá, posa los pies respirando el olor a lejía perfumada. El fregasuelos huele bien, a lavanda. Escucha cantar al chico gay de la limpieza que dos semanas antes contrató para compensar un favor de silencio que debía a su padre, el tesorero del partido:
Ná te debo, ná te pido
me voy de tu vera
olvídame ya,
que he pagado con oro
tus carnes morenas
¡no maldigas, paya!
Que estamos en paz.
No te quiero, no me quieras,
si tó me lo diste
yo ná te pedí.
No me eches en cara
que tó lo perdiste,
también a tu vera
yo tó lo perdí (…)
Será llamado a declarar por varios delitos de malversación de fondos y prevaricación, tráfico de influencias, filtración de documentos, financiación irregular y apropiación indebida. Está tranquilo. Dos jueces entraron en el supremo gracias a él y a poco de Gurtrín sentarse en la presidencia de estado.
Yo ya he cumplido. He contado la historia de Fernando Gurtrín Pascual. ¡La leche! ¡Un tío que es la leche!.
No me esperéis en ningún mitin en estos próximos meses aplaudiendo a nadie, insisto, a nadie, a ningún político bien entrenado para timar en el nombre o no del capitalismo. Han esquilmado por completo mi confianza. La biblia de la nueva democracia ya me la leí y no soy creyente, gracias a dios. En su lugar supongo que tomaré mi coche, pondré a mi amigo Fumangie en el cedé y escucharé esa canción, manual de buena fe, aquella que dice:
Marcar la equidistancia
entre dos puntos sin nada en común.
Descubrir las veredas
que a un lado, no se dejan ver.
Deletrear las palabras
letra a letra, suelen doler más.
Piedad, una de ellas,
y estar atentos por si hay que correr.
Seguimos aferrados al manual de buena fe.
Seguimos aferrados al manual de buena fe (…)


Entonces llegará el momento de seguir siendo estafado por el ayuntamiento y la O.R.A. Aparcaré. Monedas al cajón. Cooperaré con los sueldos y nóminas de alcalde, concejales y gualdrapas varios… demasiados. Me dirigiré al karaoke. Una vez allí, cuando me dejen, “tó” castizo y muy digno, pediré cantar esa coplilla de Quintero-León y Quiroga:
¡Ay, pena, penita, pena -pena-,
pena de mi corazón,
que me corre por las venas -pena-
con la fuerza de un ciclón!
Es lo mismo que un nublado
de tiniebla y pedernal.
Es un potro desbocado
que no sabe dónde va.
Es un desierto de arena -pena-,
es mi gloria en un penal.
¡Ay, penal! ¡Ay, penal!
¡Ay, pena, penita, pena!
Cuando salga, ya habrá oscurecido y será hora de volver al lugar donde hago culto a mi bohemia desapercibida. Permaneceré un minuto reflexivo en la puerta y regresará a mi mente esa frase:
El problema no es la ambición, el problema es dónde ensordecer, cercanos a esa frontera entre la honradez y la inmoralidad humana donde la codicia grita tentando al individuo.
¡Bah! ¡Que les den! –
Y me marcharé a casa en silencio, queriendo ser un ignorante, un niño de cinco años, sin música, quizá algo abatido, escuchando el ruido del motor, el cliqueo de la intermitencia bajo el salpicadero, el rumor de las calles mientras los semáforos en rojo, el murmullo frío de la ciudad disipándose con la noche mientras arruga sus pulsaciones por minuto. Siempre pensaré que la vida puede devolvernos la ilusión con el siguiente día, a menos que sea la última vez, el último día que la existencia te permita pensar.

Andrés Rubia. La banda sonora original de un político Tal.

(Metáfora fotográfica de Andrés Rubia )
LA BANDA SONORA ORIGINAL DE UN 
POLÍTICO TAL

(Por Andrés Rubia)



Pongamos que se llama Fernando…
Fernando Gurtrín Pascual es licenciado en derecho con postgrado en administración pública y un master en relaciones internacionales. Está esperando tumbado a que seque el suelo recién fregado, con los pies apoyados en el brazo del sofá. Hace poco menos de dos minutos, la señora de la limpieza ha pasado por allí para hacerle la vida más aséptica.
Las notas musicales de una canción del Sabina se filtran desde la casa de su vecina cincuentona, quien también debe estar en tareas domésticas: El blues de lo que pasa en mi escalera:
El más capullo de mi clase (¡que elemento!)
Llegó hasta el parlamento
Y a sus cuarenta y tantos años,
un escaño
decora con su terno
azul de diputado del gobierno.
Da fe de que ha triunfado
su tripa, que ha engordado
desde el día
que un ujier le llamó su señoría
ycambió a su mujer por una arpía
de pechos operados.
Y sin dejar de ser el mismo bruto
aquel que no sabía
ni dibujar la o con un canuto (…)
Se ha levantado del diván como un resorte. Lo tiene claro. Debe cambiar el mundo pero primero, ha de comenzar por su país.
La canción continúa filtrándose desde la radio de la vecina:
El superclase de mi clase (¡que pardillo!)
se pudre en el banquillo
Y, a sus cuarenta y cinco abriles,
Matarile,
y a la cola del paro
por no haber pasado por el aro.
Vencido, calvo y tieso
se quedó en los huesos
aquel día
que pilló a su mujer en plena orgía
con el miembro del miembro (¡qué ironía!)
más tonto del congreso.
Y sin dejar de ser el mismo sabio
que para hacer poesía,
sólo tenía que mover los labios (…)
Se acerca a la mesa de su despacho, se sienta. Click, on, oummmmmm… Impaciente escucha el zumbido sordo del ordenador mientras arranca. Espera. En apenas un minuto, en la pantalla obtiene el Word con el cursor parpadeándole. No debe escapársele la idea. Se pone a escribir como si fuera una cuestión de ahora o nunca, como si la inspiración no fuera a durarle mucho más de lo que ese orgasmo mental:
El problema no es la ambición, el problema es dónde ensordecer, cercanos a esa frontera entre la honradez y la inmoralidad humana donde la codicia grita tentando al individuo.
El problema no es la tentación del poder patrañero, de su propósito acabado en éxito o en ladronicio. La cuestión, la perniciosa enfermedad es que, impiadosa como una pandemia, la sociedad es capaz de lo más rapaz y fagocita a profesiones y profesionales honestos; entonces, las leyes voraces de los poderosos y corruptos, delimitan el número de románticos llamándoles revolucionarios.
Son pocos los poetas de verdad sublimando verdades con modales ancestrales, loables, adolecidos. Son muchos los políticos, por contra, promulgando mentiras con maneras eficaces. Luego está el dinero, pero ya se sabe, ahí está la historia del mundo que regresa una y otra vez a contarnos que… (Vuelta a empezar)…
El problema no es la ambición, el problema es dónde quedarse sin audición, en ese límite entre la honradez y la inmoralidad humana donde la codicia grita tentando (…)


Fernando Gurtrín funda una plataforma política de talante liberal progresista. Tras cinco años, logra ser líder de la oposición con ese partido. Veintisiete meses después gana las elecciones generales y sube a la presidencia del gobierno.
Hoy es el día. Sorprendentemente no vendió su despacho en el barrio Salamanca pese a sus periplos por Moncloa. Mi opinión es que disfrutaba con la música que ponía su vecina choni. Sí, hoy es el día. Aquí aguarda a que venga a recogerle el coche oficial. Entretanto, sobre el brazo del sofá, posa los pies respirando el olor a lejía perfumada. El fregasuelos huele bien, a lavanda. Escucha cantar al chico gay de la limpieza que dos semanas antes contrató para compensar un favor de silencio que debía a su padre, el tesorero del partido:
Ná te debo, ná te pido
me voy de tu vera
olvídame ya,
que he pagado con oro
tus carnes morenas
¡no maldigas, paya!
Que estamos en paz.
No te quiero, no me quieras,
si tó me lo diste
yo ná te pedí.
No me eches en cara
que tó lo perdiste,
también a tu vera
yo tó lo perdí (…)
Será llamado a declarar por varios delitos de malversación de fondos y prevaricación, tráfico de influencias, filtración de documentos, financiación irregular y apropiación indebida. Está tranquilo. Dos jueces entraron en el supremo gracias a él y a poco de Gurtrín sentarse en la presidencia de estado.
Yo ya he cumplido. He contado la historia de Fernando Gurtrín Pascual. ¡La leche! ¡Un tío que es la leche!.
No me esperéis en ningún mitin en estos próximos meses aplaudiendo a nadie, insisto, a nadie, a ningún político bien entrenado para timar en el nombre o no del capitalismo. Han esquilmado por completo mi confianza. La biblia de la nueva democracia ya me la leí y no soy creyente, gracias a dios. En su lugar supongo que tomaré mi coche, pondré a mi amigo Fumangie en el cedé y escucharé esa canción, manual de buena fe, aquella que dice:
Marcar la equidistancia
entre dos puntos sin nada en común.
Descubrir las veredas
que a un lado, no se dejan ver.
Deletrear las palabras
letra a letra, suelen doler más.
Piedad, una de ellas,
y estar atentos por si hay que correr.
Seguimos aferrados al manual de buena fe.
Seguimos aferrados al manual de buena fe (…)


Entonces llegará el momento de seguir siendo estafado por el ayuntamiento y la O.R.A. Aparcaré. Monedas al cajón. Cooperaré con los sueldos y nóminas de alcalde, concejales y gualdrapas varios… demasiados. Me dirigiré al karaoke. Una vez allí, cuando me dejen, “tó” castizo y muy digno, pediré cantar esa coplilla de Quintero-León y Quiroga:
¡Ay, pena, penita, pena -pena-,
pena de mi corazón,
que me corre por las venas -pena-
con la fuerza de un ciclón!
Es lo mismo que un nublado
de tiniebla y pedernal.
Es un potro desbocado
que no sabe dónde va.
Es un desierto de arena -pena-,
es mi gloria en un penal.
¡Ay, penal! ¡Ay, penal!
¡Ay, pena, penita, pena!
Cuando salga, ya habrá oscurecido y será hora de volver al lugar donde hago culto a mi bohemia desapercibida. Permaneceré un minuto reflexivo en la puerta y regresará a mi mente esa frase:
El problema no es la ambición, el problema es dónde ensordecer, cercanos a esa frontera entre la honradez y la inmoralidad humana donde la codicia grita tentando al individuo.
¡Bah! ¡Que les den! –
Y me marcharé a casa en silencio, queriendo ser un ignorante, un niño de cinco años, sin música, quizá algo abatido, escuchando el ruido del motor, el cliqueo de la intermitencia bajo el salpicadero, el rumor de las calles mientras los semáforos en rojo, el murmullo frío de la ciudad disipándose con la noche mientras arruga sus pulsaciones por minuto. Siempre pensaré que la vida puede devolvernos la ilusión con el siguiente día, a menos que sea la última vez, el último día que la existencia te permita pensar.

La mesa italiana. Víctor Jiménez


LA MESA ITALIANA


 El poeta necesita del desdoblamiento, de la mutación para enriquecerse con los otros yos, vivir cada uno de ellos con la misma intensidad, esa que nos abrasa en la pérdida de lo cercano. Dice el gran poeta Rafael Guillén que el buen escritor es aquel que anda por el borde del abismo, y añado, el que se abisma en el vacío de la nada, de la oscuridad o el fulgor de lo inexistente o desconocido para crear una realidad distinta y quizá única, pero no menos verdadera que la realidad misma. La prestigiosa editorial Renacimiento nos propone una nueva aventura poética de Víctor Jiménez (Sevilla, 1957): «La mesa italiana», que es, «en teatro y por extensión en cine y televisión, una lectura conjunta con todo el reparto de un guión», como así aclara al inicio del libro su autor. Y, ciertamente, el poeta es uno y todos los actores del reparto a la vez, y así lo manifiesta desde el primer poema, un certero y magnífico soneto, del que reproducimos el último terceto: «Sólo el reparto, apenas unos pocos, / para leer, sin cámaras ni focos, / el guión inacabado de tu vida». No hay duda de que Víctor Jiménez es un gran sonetista y que su dominio del endecasílabo es extraordinario, hecho podrá comprobarse a lo largo de la lectura este poemario. Su celo y cuidado en mantener a buen recaudo la mejor tradición poética española es un garante de su particular modo de entender la vida, esa vida inacabada a la que hace referencia en el poema que da título al libro. El poeta es actor de actores, y esta circunstancia nos llevará a comprender mejor el universo poético –vital- que nos muestra. Lo hará en cuatro actos o secuencias carentes de título o marbete, pero bien definidas y diferenciadas, en las que la infancia, los trenes, las películas y el amor conformarán la temática de este gran guión llamado vida. Se adentrará el poeta en el territorio de la infancia en el poema «Niebla en el pasado» y buceará en el recuerdo de los inviernos, en esa niebla de la magia e ilusión de la epifanía: «Y mira y pasa entre la niebla y va, / en esa tarde mágica de enero, / en busca de Tres Magos que le traen, / desde Oriente, regalos, caramelos… / Más vuelve el frío y sigo solo y sigue / el niño aquel perdiéndose a lo lejos». El tiempo que nos aleja, que rememora la soledad en la que vive , que siente el poeta en una estación de tren cualquiera, a la espera de un tren que nunca llega: «Siempre nos clava el tiempo sus agujas. / Y aquí te ves, te ves al fin tan solo / como el que espera en el andén vacío / de otra vieja estación abandonada / el tren aquel que nunca ha de llegar». El soneto como metro distintivo de la personalidad poética de Víctor Jiménez, la contundencia del endecasílabo en la pantalla del cine de la vida, un rosario de imágenes que marcarán cada instante vivido, y el amor como fulgor siempre: «La que conmigo va, viene a mi encuentro. / Contigo va quien quiero, / quien por mi corazón quema sus naves. / La que comprende lo que no le digo / y me lee en los labios que la espero. / La que tú llevas dentro y en el fondo ya sabes / que una noche de luz vendrá conmigo». En «Un grito en la oscuridad» el poeta vacía todo el dolor por la ausencia del recuerdo que el Alzheimer provoca en la madre: «Se ha perdido una niña, / desvalida y desnuda, / en su mundo de niebla, / en las calles del tiempo, / como si llevara, / arrasándolo todo, / un vendaval terrible / de regreso a la nada. / Se ha perdido una niña / de más de ochenta años…» No ajeno a la realidad de las redes sociales, se adentra en sus soledades, en su incomunicación; recordará al amigo poeta en la figura del tristemente desaparecido Rafael de Cózar, como reclamo de una poética que ronda también la muerte: «Por distintas razones del alma y los latidos, / andando llevo un tiempo a vueltas con la muerte. […] Porque hay vidas que duran lo que quiere la muerte / y muertes hay que duran lo que quiere la vida». Vida y pura poesía la que hallamos en este poemario de Víctor Jiménez, que puede resumirse en el último de los poemas, “Pregúntale al viento” y estos versos: «Me preguntas, amigo, de quién hablo. / Si soy el personaje que va y viene, / con más nubes que claros, y más dudas, / de poema en poema, por el libro…Y no sé qué decirte…porque, a veces, / tampoco sé quién soy ni quién he sido». Lo dicho, pura poesía.

Título:La mesa italiana
Autor:Víctor Jiménez
Editorial:Renacimiento (Sevilla, 2015)

SEPULTA PLENITUD 2023

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José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

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José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

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JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

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Marparaíso.2019

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Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

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Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986