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LUZ DE ATARDECER


La luz dorada del atardecer
estalla en las azules manos del mar,
mas nada se oye ni nada se siente
en el camino que asciende al corazón
de la tierra y sus edades de arcilla.

El hombre se acompaña de nostalgias,
de voces dormidas en la memoria,
de silencios cayendo en el estuario
de una noche cualquiera, abisal,
génesis y destierro, fuego y luna.

La luz dorada del atardecer
prende en mis pupilas hasta incendiarlas.

LUZ DE ATARDECER


La luz dorada del atardecer
estalla en las azules manos del mar,
mas nada se oye ni nada se siente
en el camino que asciende al corazón
de la tierra y sus edades de arcilla.

El hombre se acompaña de nostalgias,
de voces dormidas en la memoria,
de silencios cayendo en el estuario
de una noche cualquiera, abisal,
génesis y destierro, fuego y luna.

La luz dorada del atardecer
prende en mis pupilas hasta incendiarlas.

ÉCIJA

ÉCIJA



El tiempo me negó la luz barroca
de tus atardeceres, sus silencios
de piedra y fuego en las más altas cimas
de la memoria y el sueño, soledades
en vuelo mágico de mariposas.

El tiempo que me abrasa los sentidos
cuando paso a tu lado y sigo el camino
como si no me importaras, condena es,
castigo, profunda herida, perpetuo
abismo, amarga sinfonía del bronce.

Olvido es hoy ese tiempo, pues te hallé
en la ardentía del beso y su latido,
en los sempiternos campos de olivos,
en las tórridas tardes de verano
y en el solar océano del cielo.

Entre las altas torres, siempre viva.

ÉCIJA

ÉCIJA



El tiempo me negó la luz barroca
de tus atardeceres, sus silencios
de piedra y fuego en las más altas cimas
de la memoria y el sueño, soledades
en vuelo mágico de mariposas.

El tiempo que me abrasa los sentidos
cuando paso a tu lado y sigo el camino
como si no me importaras, condena es,
castigo, profunda herida, perpetuo
abismo, amarga sinfonía del bronce.

Olvido es hoy ese tiempo, pues te hallé
en la ardentía del beso y su latido,
en los sempiternos campos de olivos,
en las tórridas tardes de verano
y en el solar océano del cielo.

Entre las altas torres, siempre viva.

LOS DE SIEMPRE



Vosotros, los de siempre,
los de los labios de acero,
los de las palabras huecas,
los de la peste en el alma,
los del sitio de la traición.

 Manuel Ruiz Amezcua



Se ocultan tras las sombras de la noche,
ensucian la palabra con el vómito
de su palabra, y así silencian la voz
de quienes sueñan alcanzar su sueño.

Ellos, los de siempre, los que se ganan
la vida agitando enseñas de muerte,
los que se arrodillan ante el poder
y bendicen sus hazañas con versos
vanos, ungidos de miseria e infamia.

Se mecen en las ramas de la injuria,
cultivan la calumnia, se sumergen
en las aguas procelosas del odio,
se adornan con la sangre del vencido
y de progres de izquierda se coronan.


Se sientan a la mesa del invicto
y degluten sonrientes sus miserias;
saborean el sufrimiento ajeno,
y acusan con dedo firme siempre.


Se miran al espejo cada día,
frecuentan fiestas de moda y saraos,
despachos de roja y limpia moqueta,
modernos locales, serias reuniones,
y murmuran y hablan de los otros
con verbo de avariciosa mentira.

Son ellos, los de siempre, los de siempre,
los que secuestran ideas y sueños,
los que humillan, los que cautivan la voz
y la palabra, los que mortifican.

Son ellos, los de siempre, los de siempre.

LOS DE SIEMPRE



Vosotros, los de siempre,
los de los labios de acero,
los de las palabras huecas,
los de la peste en el alma,
los del sitio de la traición.

 Manuel Ruiz Amezcua



Se ocultan tras las sombras de la noche,
ensucian la palabra con el vómito
de su palabra, y así silencian la voz
de quienes sueñan alcanzar su sueño.

Ellos, los de siempre, los que se ganan
la vida agitando enseñas de muerte,
los que se arrodillan ante el poder
y bendicen sus hazañas con versos
vanos, ungidos de miseria e infamia.

Se mecen en las ramas de la injuria,
cultivan la calumnia, se sumergen
en las aguas procelosas del odio,
se adornan con la sangre del vencido
y de progres de izquierda se coronan.


Se sientan a la mesa del invicto
y degluten sonrientes sus miserias;
saborean el sufrimiento ajeno,
y acusan con dedo firme siempre.


Se miran al espejo cada día,
frecuentan fiestas de moda y saraos,
despachos de roja y limpia moqueta,
modernos locales, serias reuniones,
y murmuran y hablan de los otros
con verbo de avariciosa mentira.

Son ellos, los de siempre, los de siempre,
los que secuestran ideas y sueños,
los que humillan, los que cautivan la voz
y la palabra, los que mortifican.

Son ellos, los de siempre, los de siempre.

LA GOMERA



Nace un silbo esta noche
que va y viene, del mar
al monte, de los barrancos
al cielo, y vuela, vuela ese silbo
con alas de manantial y cobre,
y vuela, y vuela, una vez más,
mil veces mil, siglos enteros.

Nace un silbo esta noche
como un trueno inmarcesible;
nace, de la tierra y el fuego,
y nos abrasa el alma y los labios;
nace como un son preciso,
como única palabra: la vuestra,
la que une y separa,
la que nos redime y abraza
y nos tiende su cálida mano,
fraternal, copiosamente bella.

Nace un silbo, y con él,
la tierra tiembla, el universo entero
tiembla, tiembla, tiembla…



La Gomera, 21.04.05

LA GOMERA



Nace un silbo esta noche
que va y viene, del mar
al monte, de los barrancos
al cielo, y vuela, vuela ese silbo
con alas de manantial y cobre,
y vuela, y vuela, una vez más,
mil veces mil, siglos enteros.

Nace un silbo esta noche
como un trueno inmarcesible;
nace, de la tierra y el fuego,
y nos abrasa el alma y los labios;
nace como un son preciso,
como única palabra: la vuestra,
la que une y separa,
la que nos redime y abraza
y nos tiende su cálida mano,
fraternal, copiosamente bella.

Nace un silbo, y con él,
la tierra tiembla, el universo entero
tiembla, tiembla, tiembla…



La Gomera, 21.04.05

NACE TU VOZ


A Diego Clavel, cantaor.



Nace tu voz de las profundidades,
de la honda raíz del dolor,
como un quejío solo y único,
como un trueno limpio y claro,
tal fuego que abrasa y quema
la palabra esculpida en la noche
de aquel viernes de Dolores
en El Morato, cuando el sonido
entristecido de la granaína
en los dedos ciclón de Postigo
colmaba la cueva de claveles
y lunas, de aromas y luces.

Nace tu voz, tu voz siempre,
del hondo clamor de la pobreza;
entre jara y romero, en soledad,
siempre tu voz, tu voz siempre.

Nace la luz de tu voz,
en la noche,
junto al calor de la amistad,
siempre,
siempre tu voz, como un sueño.





Madrugá del 7 de abril de 2006

NACE TU VOZ


A Diego Clavel, cantaor.



Nace tu voz de las profundidades,
de la honda raíz del dolor,
como un quejío solo y único,
como un trueno limpio y claro,
tal fuego que abrasa y quema
la palabra esculpida en la noche
de aquel viernes de Dolores
en El Morato, cuando el sonido
entristecido de la granaína
en los dedos ciclón de Postigo
colmaba la cueva de claveles
y lunas, de aromas y luces.

Nace tu voz, tu voz siempre,
del hondo clamor de la pobreza;
entre jara y romero, en soledad,
siempre tu voz, tu voz siempre.

Nace la luz de tu voz,
en la noche,
junto al calor de la amistad,
siempre,
siempre tu voz, como un sueño.





Madrugá del 7 de abril de 2006

MAR Y OLIVOS



a José Saramago

Nos viene de antiguo el amor
al olivo, ese árbol que crece
lento y sobrio sobre la tierra
y es fuego en las noches de invierno,
bálsamo, alimento, albor y luz…

Qué fue de aquella tierra,
su aroma prendido
en la piel de los ríos
y las acequias, sino
osarios y ceniza.

Nos viene de antiguo el amor
a la mar, inmensa llanura
de límpidas aguas, refugio
de náufragos y soñadores,
orilla de arenas y espuma...

Qué fue de aquellos mares,
del latir de sus olas
en los pechos del día
y los silencios, sino
abismo y desierto.

Qué fue de los colores,
de su luz primigenia
en los labios del tiempo
y los amantes, sino
eterna oscuridad.

Qué fue del pensamiento,
de la siempre encendida
palabra que lo abriga
y lo ilumina, sino
silencio y cataclismo.

Amor de mar y olivo, amor.


José Antonio Santano

MAR Y OLIVOS



a José Saramago

Nos viene de antiguo el amor
al olivo, ese árbol que crece
lento y sobrio sobre la tierra
y es fuego en las noches de invierno,
bálsamo, alimento, albor y luz…

Qué fue de aquella tierra,
su aroma prendido
en la piel de los ríos
y las acequias, sino
osarios y ceniza.

Nos viene de antiguo el amor
a la mar, inmensa llanura
de límpidas aguas, refugio
de náufragos y soñadores,
orilla de arenas y espuma...

Qué fue de aquellos mares,
del latir de sus olas
en los pechos del día
y los silencios, sino
abismo y desierto.

Qué fue de los colores,
de su luz primigenia
en los labios del tiempo
y los amantes, sino
eterna oscuridad.

Qué fue del pensamiento,
de la siempre encendida
palabra que lo abriga
y lo ilumina, sino
silencio y cataclismo.

Amor de mar y olivo, amor.


José Antonio Santano

SEA LA NOCHE

SEA LA NOCHE


a Pilar Paz Pasamar

Sea la noche con su luna de plata,
los cipreses vencidos bajo el cielo
o esta sinfonía de hojas caídas,
secuencias de un olvido, resplandores
de antiguos metales y áureas estatuas.

Sea tu nombre como un silbo de besos,
la Paz que quise siempre para todos,
sean las grises tardes de otoño, la luz
fenicia de los silencios que siempre
vuelven al abrigo de las palabras.

Sea en tu pecho la mar y sus orígenes,
la brisa azul de los sueños, el canto
de antiguas sirenas, la voz del viento
gravitando en tus pupilas de niña.

Seas de nuevo, Pasamar, la mar siempre,
espuma diamantina de las noches
de estío, nave y ola, silencio y verbo,
inagotable manantial de historias.

Seas como el eco de este mar de olivos
que con tu mar se hermana en un abrazo.

SEA LA NOCHE

SEA LA NOCHE


a Pilar Paz Pasamar

Sea la noche con su luna de plata,
los cipreses vencidos bajo el cielo
o esta sinfonía de hojas caídas,
secuencias de un olvido, resplandores
de antiguos metales y áureas estatuas.

Sea tu nombre como un silbo de besos,
la Paz que quise siempre para todos,
sean las grises tardes de otoño, la luz
fenicia de los silencios que siempre
vuelven al abrigo de las palabras.

Sea en tu pecho la mar y sus orígenes,
la brisa azul de los sueños, el canto
de antiguas sirenas, la voz del viento
gravitando en tus pupilas de niña.

Seas de nuevo, Pasamar, la mar siempre,
espuma diamantina de las noches
de estío, nave y ola, silencio y verbo,
inagotable manantial de historias.

Seas como el eco de este mar de olivos
que con tu mar se hermana en un abrazo.

ATARDECER EN CARBONERAS


A Miguel Galindo Artés, al cumplir lo prometido.



No fueron tus ojos sal
ni tus aguas rumor
de sangre en los crepúsculos
ni tu boca horizonte
de signos y silencios.

Aquella tarde, la mar
en Carboneras quiso
apresarme en su pecho
y en sus brazos mecerme
-olas de espuma y fuego-,
en el tiempo infinito
que unos labios ardientes,
huella fueron en otros,
asombro y plenitud,
pertinaz laberinto
de corales y conchas,
y tesoros escondidos.

La mar, aquella tarde,
en el eco de tu voz
tuve por compañera,
Miguel, y en ti las olas
bramaron al unísono,
apasionadamente libres;
y en ti, como un regalo,
la paz de la palabra
modelada de lluvias
y soles y desiertos;
el hechizo del viento,
el vuelo de los años…

La mar siempre, Miguel,
desde el Faro y la playa,
en los atardeceres,
en las noches o al alba,
como un milagro de luz
o un paisaje de sueños
que silencioso asciende
a las nubes en brasas.

La tarde en Carboneras,
Miguel, al mar se abraza,
y en ti la mar se crece,
y late y es pulso, y vida.

ATARDECER EN CARBONERAS


A Miguel Galindo Artés, al cumplir lo prometido.



No fueron tus ojos sal
ni tus aguas rumor
de sangre en los crepúsculos
ni tu boca horizonte
de signos y silencios.

Aquella tarde, la mar
en Carboneras quiso
apresarme en su pecho
y en sus brazos mecerme
-olas de espuma y fuego-,
en el tiempo infinito
que unos labios ardientes,
huella fueron en otros,
asombro y plenitud,
pertinaz laberinto
de corales y conchas,
y tesoros escondidos.

La mar, aquella tarde,
en el eco de tu voz
tuve por compañera,
Miguel, y en ti las olas
bramaron al unísono,
apasionadamente libres;
y en ti, como un regalo,
la paz de la palabra
modelada de lluvias
y soles y desiertos;
el hechizo del viento,
el vuelo de los años…

La mar siempre, Miguel,
desde el Faro y la playa,
en los atardeceres,
en las noches o al alba,
como un milagro de luz
o un paisaje de sueños
que silencioso asciende
a las nubes en brasas.

La tarde en Carboneras,
Miguel, al mar se abraza,
y en ti la mar se crece,
y late y es pulso, y vida.

Medina Azahara o la Ciudad Mítica


Música y pena teje el ruiseñor oscuro. Y alguien,
para quien es luz y dolor la vida, queda en la noche
oyéndolo inmóvil, solo, mudo.
Ricardo Molina


A Paco Losada y Loli Puebla, por su amistad.

Celeste es la agonía del camino,
un vasto imperio de lenguas y razas
venidas de los confines del mundo,
la paz, la luz que aguarda en cada esquina.

Verde es el silencio de la retama,
de los olivos y estanques, del agua
que corre por las acequias del huerto
y a tarde sabe a los pies del madroño,
a sangre y lodo, a besos fugitivos.

Del color de la arcilla, la tristeza
que siento cuando ya ciego no alcanzo
los fulgores del día en tus desnudas
columnas, en tus arcos y atauriques;
la soledad que me abruma en esta hora
breve de la vida que junto a ti hallo
después de trasminar este recinto
y descubrirme vencido y náufrago
de no ser tú mi amor y compañera
en este viejo paisaje del Monte
de la Desposada y del infinito
Valle del Guadalquivir. A la hora
del solsticio de los sueños y el fuego
en ti resido, por y para siempre,
siempre en tus ruinas, solo, mudo.

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986