Viajar a Salamanca es adentrarse en los orígenes del saber, la más grande aventura humana. Cada vez que esto sucede una indescriptible sensación de paz y melancolía se apodera del viajero, que una vez alimentado por su historia y el fulgor de la piedra desea quedarse en Salamanca para siempre. Sabemos que existen variadas formas de viajar, según el gusto de cada cual, pero hay una que es infalible y, sobre todo, económica, me refiero a los libros, a través de ellos conocemos, sentimos, en una palabra vivimos. A través de sus páginas podemos desplazarnos de una ciudad a otra, conocer a sus gentes, escuchar su voz y amar su historia. En esta ocasión la ciudad de Salamanca se erige en canto y patria. Quien canta es el poeta peruano-español Alfredo Pérez Alencart, y la patria, la Universidad de Salamanca, a la que pertenece y presta su voz en forma de libro, de título “Gaudeamus” (‘Alegrémonos pues, / mientras seamos jóvenes…). Pérez Alencart ha construido un discurso cimentado en su experiencia como profesor de dicha Universidad y como celebrado poeta. Desde que llegara a tierras salmantinas su casa fue la Universidad. La Universidad es su vida, como lo es la poesía, irrenunciables ambas. Y así lo anuncia en el primer poema del libro: «Uno viene a ti y rompe / el reloj de arena / de la espera, // y te retiene / en un prolongado abrazo / por el tiempo, // y sorbe de tu calíz / anhelando saberlo todo. // Curso a curso, / nadie olvidará el rastro / que dejas». “Gaudeamus” consta de cinco partes: “Distinto y junto” (al que pertenece el poema reproducido; “Patio de Escuelas”, “La piedra en la lengua” (unamuniana al alimón), “Ofrendas para Teresa de Cepeda y Ahumada y Juan de Yepes Álvarez, doctores por Salamanca” y “Triptico final”. En la poesía de Pérez Alencart hallamos siempre una razón para seguir amando la poesía, la palabra abarcadora de universos y luces, ese temblor que nos invita a detener el tiempo y elevarnos sine die a la altura del aire y sus silencios. Habrá en este poemario de Alfredo Pérez lugar para el recuerdo para su maestro en leyes Carlos Palomeque, Fray Luis de León, para el abad Salinas, para Torres de Villarroel, Aníbal Núñez, Unamuno, para su amigo y hermano y pintor de los poetas Miguel Elías, Antonio de Nebrija, Santa Teresa y San Juan de la Cruz, y siempre de fondo la Ciudad Dorada de Salamanca y su Universidad. Pérez Alencart es un poeta, un visionario que ya no puede detener la máquina de la palabra que nace de la soledad y el silencio para ser compartida en lujuriosa hermandad. Su atenta mirada de poeta escudriña allá donde el dolor o la tristeza emerge, donde el desvalimiento deshumaniza y el frío anubla los sentidos y la vida. El poeta está con todos, con los humildes y desfavorecidos por encima de todo, con lo que su poesía adquiere un valor añadido, el de la solidaridad y el humanismo al que obedece su espíritu:Buscar este blog
PÁGINAS DE LA REVISTA
- Inicio
- 2020 VERSOS CONTRA VIRUS.
- 2019 PERIÓDICO IDEAL
- 2019 DIARIO DE ALMERÍA
- (2018) DIARIO DE ALMERÍA
- (2017) DIARIO DE ALMERÍA
- (2016) DIARIO DE ALMERÍA
- (2015) DIARIO DE ALMERÍA
- (2013) DIARIO DE ALMERÍA
- JOSÉ ANTONIO SANTANO SERRANO
- BIBLIOGRAFÍA JOSÉ ANTONIO SANTANO SERRANO
- CUADERNOS DE CARIDEMO IMPRESOS.
- CUADERNOS DE CARIDEMO. REVISTA DIGITAL DE LITERATURA
- POESÍA HISPANOAMERICANA ACTUAL
GAUDEAMUS. SALÓN DE LECTURA por JOSÉ ANTONIO SANTANO
Viajar a Salamanca es adentrarse en los orígenes del saber, la más grande aventura humana. Cada vez que esto sucede una indescriptible sensación de paz y melancolía se apodera del viajero, que una vez alimentado por su historia y el fulgor de la piedra desea quedarse en Salamanca para siempre. Sabemos que existen variadas formas de viajar, según el gusto de cada cual, pero hay una que es infalible y, sobre todo, económica, me refiero a los libros, a través de ellos conocemos, sentimos, en una palabra vivimos. A través de sus páginas podemos desplazarnos de una ciudad a otra, conocer a sus gentes, escuchar su voz y amar su historia. En esta ocasión la ciudad de Salamanca se erige en canto y patria. Quien canta es el poeta peruano-español Alfredo Pérez Alencart, y la patria, la Universidad de Salamanca, a la que pertenece y presta su voz en forma de libro, de título “Gaudeamus” (‘Alegrémonos pues, / mientras seamos jóvenes…). Pérez Alencart ha construido un discurso cimentado en su experiencia como profesor de dicha Universidad y como celebrado poeta. Desde que llegara a tierras salmantinas su casa fue la Universidad. La Universidad es su vida, como lo es la poesía, irrenunciables ambas. Y así lo anuncia en el primer poema del libro: «Uno viene a ti y rompe / el reloj de arena / de la espera, // y te retiene / en un prolongado abrazo / por el tiempo, // y sorbe de tu calíz / anhelando saberlo todo. // Curso a curso, / nadie olvidará el rastro / que dejas». “Gaudeamus” consta de cinco partes: “Distinto y junto” (al que pertenece el poema reproducido; “Patio de Escuelas”, “La piedra en la lengua” (unamuniana al alimón), “Ofrendas para Teresa de Cepeda y Ahumada y Juan de Yepes Álvarez, doctores por Salamanca” y “Triptico final”. En la poesía de Pérez Alencart hallamos siempre una razón para seguir amando la poesía, la palabra abarcadora de universos y luces, ese temblor que nos invita a detener el tiempo y elevarnos sine die a la altura del aire y sus silencios. Habrá en este poemario de Alfredo Pérez lugar para el recuerdo para su maestro en leyes Carlos Palomeque, Fray Luis de León, para el abad Salinas, para Torres de Villarroel, Aníbal Núñez, Unamuno, para su amigo y hermano y pintor de los poetas Miguel Elías, Antonio de Nebrija, Santa Teresa y San Juan de la Cruz, y siempre de fondo la Ciudad Dorada de Salamanca y su Universidad. Pérez Alencart es un poeta, un visionario que ya no puede detener la máquina de la palabra que nace de la soledad y el silencio para ser compartida en lujuriosa hermandad. Su atenta mirada de poeta escudriña allá donde el dolor o la tristeza emerge, donde el desvalimiento deshumaniza y el frío anubla los sentidos y la vida. El poeta está con todos, con los humildes y desfavorecidos por encima de todo, con lo que su poesía adquiere un valor añadido, el de la solidaridad y el humanismo al que obedece su espíritu:GAUDEAMUS. SALÓN DE LECTURA por JOSÉ ANTONIO SANTANO
Viajar
a Salamanca es adentrarse en los orígenes del saber, la más grande
aventura humana. Cada vez que esto sucede una indescriptible
sensación de paz y melancolía se apodera del viajero, que una vez
alimentado por su historia y el fulgor de la piedra desea quedarse
en Salamanca para siempre. Sabemos que existen variadas formas de
viajar, según el gusto de cada cual, pero hay una que es infalible
y, sobre todo, económica, me refiero a los libros, a través de
ellos conocemos, sentimos, en una palabra vivimos. A través de sus
páginas podemos desplazarnos de una ciudad a otra, conocer a sus
gentes, escuchar su voz y amar su historia. En esta ocasión la
ciudad de Salamanca se erige en canto y patria. Quien canta es el
poeta peruano-español Alfredo Pérez Alencart, y la patria, la
Universidad de Salamanca, a la que pertenece y presta su voz en forma
de libro, de título “Gaudeamus” (‘Alegrémonos pues, /
mientras seamos jóvenes…). Pérez Alencart ha construido un
discurso cimentado en su experiencia como profesor de dicha
Universidad y como celebrado poeta. Desde que llegara a tierras
salmantinas su casa fue la Universidad. La Universidad es su vida,
como lo es la poesía, irrenunciables ambas. Y así lo anuncia en el
primer poema del libro: «Uno
viene a ti y rompe / el reloj de arena / de la espera, // y te
retiene / en un prolongado abrazo / por el tiempo, // y sorbe de tu
calíz / anhelando saberlo todo. // Curso a curso, / nadie olvidará
el rastro / que dejas». “Gaudeamus” consta de cinco partes:
“Distinto y junto” (al que pertenece el poema reproducido; “Patio
de Escuelas”, “La piedra en la lengua” (unamuniana al alimón),
“Ofrendas para Teresa de Cepeda y Ahumada y Juan de Yepes Álvarez,
doctores por Salamanca” y “Triptico final”. En la poesía de
Pérez Alencart hallamos siempre una razón para seguir amando la
poesía, la palabra abarcadora de universos y luces, ese temblor que
nos invita a detener el tiempo y elevarnos sine
die a la altura del aire
y sus silencios. Habrá en este poemario de Alfredo Pérez lugar para
el recuerdo para su maestro en leyes Carlos Palomeque, Fray Luis de
León, para el abad Salinas, para Torres de Villarroel, Aníbal
Núñez, Unamuno, para su amigo y hermano y pintor de los poetas
Miguel Elías, Antonio de Nebrija, Santa Teresa y San Juan de la
Cruz, y siempre de fondo la Ciudad Dorada de Salamanca y su
Universidad. Pérez Alencart es un poeta, un visionario que ya no
puede detener la máquina de la palabra que nace de la soledad y el
silencio para ser compartida en lujuriosa hermandad. Su atenta mirada
de poeta escudriña allá donde el dolor o la tristeza emerge, donde
el desvalimiento deshumaniza y el frío anubla los sentidos y la
vida. El poeta está con todos, con los humildes y desfavorecidos por
encima de todo, con lo que su poesía adquiere un valor añadido, el
de la solidaridad y el humanismo al que obedece su espíritu:EL PIE EN EL ESTRIBO. ALFREDO PÉREZ ALENCART por JOSÉ ANTONIO SANTANO
El pie en el estribo.
Alfredo Pérez Alencart (22/05/2016)
Los éxodos, los exilios. Alfredo Pérez Alencart
LOS ÉXODOS, LOS EXILIOS
La creación poética es un acto de amor, la entrega definitiva al otro a través del yo poético, una búsqueda incansable de lo desconocido, del misterio latente en cada palabra, un continuo abismarse en el origen de la nada o el vacío, del silencio de la oscuridad o el temblor primero de la luz. “Los éxodos, los exilios (1994-2014)” es la última entrega del poeta peruano-español Alfredo Pérez Alencart (Puerto Maldonado, Perú, 1962) y profesor del Derecho del Trabajo en la Universidad de Salamanca. En “Los éxodos, los exilios” (Libro primero), el poeta es recurrente con la anáfora (también aparecerá en los siguientes libros, junto a otros elementos formales como el encabalgamiento, versolibrismo, riqueza léxica, uso de neologismos, entre otros) en un deseo continuo de significar la esencia del discurso poético Toma Pérez Alencart las palabras de Gabriel García Márquez cuando dijo: “Yo sí me he sentido extranjero en todas partes”, para dar título al libro segundo: “Extranjero en todas partes”. Tal vez sea el poema “Doblemundo” la clave de estas secuencias vivenciales del poeta en este canto segundo al mostrarnos su visión dual de transterrado, de ese sentirse “de aquí” y “de allí” a un tiempo, y que viene a confirmar, una vez más, la universalidad de su palabra poética:
MIS COLABORACIONES EN YOUTUBE
VERSOS CONTRA VIRUS.
SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano
ALTA LUCIÉRNAGA. 2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO
Dos orillas.2020
Marparaíso.2019
TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014
ISBN: 13: 978-84-942992-3-0
Clasificación: Poesía.
Tamaño: 14x21 cm
Idioma de publicación: Castellano
Edición: 1ª Ed.1ª Impr.
Fecha de impresión: Noviembre 2014
Encuadernación: Rústica con solapa
Páginas: 104
PVP: 12€
Colección: Daraxa
José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.
Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.
José Cabrera Martos
Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.
El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.





