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ESCAPARATE DE LIBROS


 

ESCAPARATE DE LIBROS ___________________________ José Antonio Santano



Demasiado cristal para esta piedra
La nueva antología poética de Rafael Soler



No es la primera vez que me acerco a la poética del valenciano residente en Madrid Rafael Soler, y espero que no sea la última. La poesía sigue el camino de la luz y en la luz se abisma para descubrir una voz imprescindible, independiente y libre. Rafael Soler, en estos últimos años destaca por su oficio de poeta —también de narrador—, y por una genialidad poco frecuente en los tiempos que corren. La poesía de Soler no atiende a escuela, moda o círculo de poder alguno, porque, primero, no lo necesita y, segundo, porque su concepción de la poesía y su cálida mirada es suficiente para crear —haber creado— su propio cosmos poético. Todo ello, me atrevo a decir, tal vez se inicie desde su atalaya del Café Comercial: tras el ventanal donde las palabras fluyen y se acomodan hasta convertirlas en esplendente luz, explosión de aromas y colores. La poesía de Rafael Soler mana con naturalidad expresiva, a veces con humor inteligente, otras irónica, pero las más, humana, ensamblada a la cotidiana realidad existencial y a la ensoñación. La última entrega, una antología compilada por Lucía Comba (su compañera), titulada “Demasiado cristal para esta piedra’. Llama la atención los títulos de los libros, de tal manera que siempre responden a su demostrado ingenio del oxímoron; en esta ocasión también, oponiendo así la fragilidad del cristal a la solidez de la piedra. La presente edición ha estado al cuidado del sello Nueva York Poetry Press, en su colección ‘Piedra de la locura’, dirigido por la también poeta argentina Marisa Russo. Lucía Comba, la compiladora de este texto antológico, recorre la obra poética de Soler, destacando los poemas más significativos desde el año 1980, cuando se publica ‘Los sitios interiores (sonata urgente)’, que abre con un poema transgresor y amoroso, ‘Esto que somos’, como puede comprobarse en estos primeros versos: «Espera, qué prisas / para vivir contigo con una hora me basta, qué digo, solo mirarte / y el mundo / en este puño, je, así te quiero llo»; hasta su último poemario ‘Las razones del hombre delgado’, que ve la luz pública en el año 2020, donde se muestra al poeta más reflexivo, quizá más filosófico, que mira al centro del universo para ver y verse a sí mismo, y ante el fulgor del último silencio: «no es lo mismo morir / a que te mueran // proclamé con viento a favor / como si no estuviera / no es lo mismo afirmo ahora / como si estuviera // habitar el cuerpo que te dieron / a ser habitado por las sombras». Otros cuatro poemarios y otros poemas contenidos en esta antología personal vienen a confirmar que, el poeta valenciano Rafael Soler, es una de las voces destacadas del panorama poético español.



Título: Demasiado cristal para esta piedra

Autor: Rafael Soler

Editorial: Nueva York Poetry Press (2022)



LAS RAZONES DEL HOMBRE DELGADO


LAS RAZONES DEL HOMBRE DELGADO
LAS RAZONES DEL HOMBRE DELGADO de RAFAEL SOLER


SALÓN DE LECTURA

   José Antonio Santano



RAFAEL SOLER

Cierto que la muerte es un tema constante en la poesía universal. Cierto, también, que han sido y son muchos los poetas que de una u otra forma han escrito magistrales versos sobre la muerte en sus variadas formas de aparecer, conceptualmente hablando: tránsito, partida, acabamiento, expiración, agonía, estertor, silencio, sueño eterno, extinción, trance, etc. Ese último viaje al que todos estamos llamados es, ha sido y será para la poesía un lugar común, si bien cada poeta lo ha expresado y sentido de manera diferente. En el caso que nos ocupa, también observamos esa distinción, tan rica en matices. Cuando leemos “Las razones del hombre delgado”, del poeta valenciano Rafael Soler (Valencia, 1947), advertimos de su capacidad para crear una obra magna y diferente, originalísima. En este poemario Rafael Soler se ha vaciado, ha querido dejarse llevar por una espiritualidad compleja, tal vez mágica, en la que el propio hombre y poeta se ve a sí mismo y desdoblado en dos; por una parte, la materia y, de otra, el silencio de todos los silencios.

 Para ello ha construido tres voces que hablan entre sí, que dialogan y perpetran un viaje hacia un lugar único, aunque bien pudiera decirse que son una única voz: «Una mujer se observa cautelosa en el espejo / agoniza un anciano de espaldas a su banco / busca el poeta las sílabas precisas (…) comienza a nevar / desde la cuna al nicho». Esta es la hora, principio y fin de todo. En esa original estructura hallamos, y ya lo he dicho otras veces, desde el punto de vista de la forma y el fondo, un universo propio, diferencial respecto a otros poetas, a la otra poesía que, desgraciadamente, persiste en el panorama poético español. Soler es un poeta singular, reflexivo y en esta ocasión ha querido que le acompañemos en su viaje al ser, a la verdad poética que día a día vislumbra desde su atalaya de soledad y silencio. Aun siendo una temática consustancial al hecho poético, el poeta plantea, con esa precisión de su palabra, una nueva forma de entender la vida, de vivirla a pesar de todos los pesares; descubre en lo humano la verdadera causa de la vida, sin vuelta atrás, porque la vida no es otra cosa que su contrario, la muerte. 

En anteriores entregas poéticas Soler se desvivía, y ahora, diría que se desmuere, lo que nos recuerda aquel verso de Juan Ramón Jiménez cuando se preguntaba ¿qué me vas a doler muerte? He seguido con atención la trayectoria de Rafael Soler y puedo decir, sin temor a equivocarme que, Las razones del hombre delgado, como ya se ha dicho, marca un antes y un después en el itinerario poético del vate, conjugando experiencia y simbolismo hasta crear una obra que no dejará indiferente a nadie. Soler se desnuda, se vacía por entero sin que nada le importe, sino la fuerza expresiva del verso, su hondura lumínica. La soledad permite vivir consigo mismo, desdoblarse para entender el mundo, para entenderse. En este descenso alucinante a la conciencia, el amargo latir de lo que poco que nos va quedando, ni siquiera el cuerpo que nos sostenga delante del espejo, si acaso el leve tacto de unos labios que se rozan en la noche: «solo para tu muerte yo» (…) «solo para mi muerte tú». El dolor de la decrepitud, de las pérdidas y los fracasos, de la incertidumbre y el miedo, de la oscuridad y el olvido («caer oscuro / en un tiempo sin tiempo») es una eterna huida hacia la nada, pero también la certeza ontológica del poeta de saberse vulnerable y de paso, como nos dice en su nota preliminar. Soler nos sorprende una vez más con una obra magistra y de indiscutible esencialidad poética.   


RAFAEL SOLER


Título: Las razones del hombre delgado      

Autor: Rafael Soler

Editorial: Nueva York Poetry Press (2021) 


LEER COMO ADICCIÓN. NARRATIVA

 

Salón de Lectura­ __________________ José Antonio Santano

 

Leer como adicción

(Narrativa)

 

         El verano siempre ha sido y es un tiempo propicio para leer. En esta estación del año se hace más frecuente encontrar a los turistas de playa o montaña, asidos a un libro, elegido según los gustos de cada uno. Ese contacto esencial con las páginas de un libro debería atraernos siempre, aunque así no sea, porque los libros contienen algo que a todos nos incumbe: la vida. Con ellos aprendemos, nos divertimos, sufrimos, sonreímos o sollozamos; en cada personaje o en cada pensamiento la vida está presente; podemos vivir lo mismo la Edad Media que la Era espacial, o, adentrarnos en la tragedia de un cáncer o una pandemia. Los libros son, sin lugar a duda alguna, nuestro mejor amigo, dejemos al perro en un segundo término, entre otras razones porque se establece un diálogo, una complicidad. Por ello, y en este comentario, la lectura se convierte en una extraordinaria adicción que deleita y ennoblece, que alarga nuestra vida en la vida de los otros, en un mestizaje solidario, respetuoso y festivo. Y dado que esta adicción ya no tiene vuelta a atrás, pretenden ser las siguientes lecturas que indico un oasis donde descansar del tórrido verano, sea en una playa o en la montaña, pero siempre asidos a un libro, plenos y felices de aventurarnos en sus páginas para ser más libres y más humanos.

        

“La caza, captura y muerte de la abuelita hispánica, en una casa de lujo de una ciudad de lujo, sometida a la más rigurosa de las democracias y repleta de padres honestos y niños felices”

Mis propuestas, de forma resumida, pues de algunas detallaré más adelante en otros medios, las voy a establecer en tres ámbitos fundamentalmente: narrativa, poesía y ensayo. Comenzando por la narrativa, y por ser de los últimos libros recibidos me detengo en uno, de más extenso título que hasta ahora me he encontrado en el panorama literario, “La caza, captura y muerte de la abuelita hispánica, en una casa de lujo de una ciudad de lujo, sometida a la más rigurosa de las democracias y repleta de padres honestos y niños felices”, del escritor granadino Francisco López Barrios, que viene a confirmar el magisterio del autor con un libro compuesto por cinco relatos, entre ellos el que da título al libro, y de los cuales, como aperitivo, me inclino por “La noche de terror del terrorista”, por ser una historia extraordinariamente bien contada y mejor resuelta, que deja al lector con la miel en los labios para continuar leyendo y ahondando en las claves de un autor que conoce bien el oficio y sabe transmitir y construir desde la exquisita fabulación historias inolvidables. “El óxido del cielo”, del escritor cordobés Alejandro López Andrada (Villanueva del Duque, 1957) nos adentra en la magia de lo desconocido y la Naturaleza, para devolvernos la esperanza en el olvidado encanto de los pueblos de interior, de las zonas rurales que a pasos agigantados se están vaciando. En esta ocasión López Andrada nos propone un viaje al “declive y añoranza de la minería”, como reza la portada del libro, y lo hace con esa lumínica manera de escribir que posee, con esa mirada serena y deslumbradora que nos descubre otra realidad desde la nostalgia y el amor a la tierra madre.  El escritor valenciano Rafael Soler nos presenta la reedición de su novela publicada en 1983 titulada “El sueño de Torba”, cuidadosamente editada por Olélibros. A estas alturas no vamos a descubrir quién es Rafael Soler dentro del panorama literario español, sin embargo, sí reiteraré su destacada voz, particularmente distinta del resto de escritores del momento. En cada historia que nos cuenta, sea relato o novela, se distingue al autor por su lenguaje y por la sólida configuración de los personajes, por su dominio del tiempo y del espacio, creando siempre las condiciones más favorables para la lectura, enriqueciendo el acto de leer. Así ocurre en “El sueño de Torba”, donde se entrecruzan historias y donde la terrible incomunicación del tiempo actual, en detrimento de las relaciones humanas a través de los distintos personajes son la esencia narratológica de esta propuesta.  Otra de las citas narrativas imprescindibles es la del novelistas, poeta y crítico granadino Fernando de Villena, con su última entrega “Los nueve círculos”. En ella nos cuenta de Villena, con casi toda seguridad uno de los escritores más prolíficos en lengua castellana, la historia de una ciudad de provincias (Granada) durante las últimas siete décadas, protagonizada por un hombre y una mujer pertenecientes a clases sociales distintas. El magisterio, el estilo y la capacidad narrativa de su autor, Fernando de Villena, es indiscutible. Solo hay que echar un vistazo a toda su trayectoria literaria para comprender que nos hallamos ante una de las voces más destacadas de la literatura española. Así, desde el territorio de la auto-ficción, desde la sabiduría que le otorga su experiencia y su compromiso humano, Fernando de Villena ha escrito unas memorias noveladas, necesarias, que no dejarán indiferente a cualquier lector que a ellas se acerque. Otro de los libros que traemos a este escaparate y continuando con el mismo género anterior, corresponde a “El muchacho pálido”, del narrador, poeta y crítico literario Manuel Jurado López (Sevilla, 1942), que nos presenta la historia del joven Ramón Mengíbar que, tras su paso por el internado de las Escuelas Sagrada Familia de Úbeda, contrae una enfermedad contagiosa que marcará su vida. La evocación de aquel tiempo será el antídoto para su obligada soledad. Un retrato exacto de los internados religiosos masculinos de una época que nos acerca a la verdadera condición humana. La novela histórica es otro de los géneros que bien se adecúa a este tiempo veraniego. Y, “Jaque al Emperador”, del escritor valenciano J.R. Barat (1959), es la elegida.  Su autor nos lleva hasta la primavera de 1808, cuando las tropas napoleónicas invaden España. Nunca  antes el pueblo español estuvo tan unido para expulsar al invasor. Uno de esos protagonistas fue José Romeu, que Barat recupera para historia. El propio Barat declara que Romeu lo “abandonó todo por defender lo que consideraba justo: familia, hacienda y vida”. Este personaje que descubre por casualidad Barat, va a convertirse en el protagonista principal de esta narración, “un hombre maravilloso que encarna lo mejor del ser humano: nobleza, valentía, dignidad y sentido de la justicia”, al que se conoce como el “héroe Romeu” fue quien puso contra las cuerdas al ejército del Emperador Napoleón. Otra de esas narraciones históricas, en este caso, ambientada en la postguerra española, cuando la guerrilla antifranquista actúa en las sierras de Ronda y Grazalema es “Eras la noche”, del escritor gaditano Ramón Pérez Montero (Medina Sidonia, 1958). Su autor ha sabido trasladar a la narración la esencia de ese momento histórico a través de un lenguaje depurado, lumínico, donde la imaginación, aun cuando la novela está basada en hechos reales, trasciende esa realidad para convertirse en una obra en la cual la condición humana aflora en sus múltiples aspectos. Un autor y una novela para tener muy en cuenta. Tal y como se lee en la contraportada de esta novela: “El imposible lenguaje de la noche”, de del escritor Joaquín Fabrellas (Jaén, 1975), se trata de una narración “fragmentaria, dividida en tres partes. Su discurso se mueve ente la novela, el ensayo y el análisis cultural de los años 50 y 60 en la efervescente Nueva York”. El principal personaje de esta historia totalizadora abarcadora en géneros no es otro que el escritor beat Paul Demut, pero sobre todo es la historia del fracaso, de los naufragios de una sociedad noctámbula con melodías de jazz. El espacio y el tiempo contenidos en una narración inusual, atrevida, pero donde la creación (pictórica, cinematográfica, musical o literaria) es expresión, principio y fin del ser humano, con todos los ingredientes propios del discurrir de la vida. Otra de las novelas que ha dado que hablar y que fue merecedora del Premio Valencia de Narrativa es “Pájaros en un cielo de estaño”, del escritor gaditano Antonio Tocornal (San Fernando, 1964). No sitúa su autor en un pequeño pueblo andaluz, Las Almazaras, y en justo en la posguerra. Se narra en ella la capacidad de transformación del ser humano, las relaciones sociales y la fuerza para conquistar lo deseado, sobreviviendo a cuantas vicisitudes presenta la vida. Una nueva forma de narrar, de adentrarse en los recovecos del lenguaje para expresar, de forma rigurosa, aquello que esencialmente corresponde decir. Una furgoneta deteriorada, un forastero pelirrojo y sus dos hijos y una jaula con un pájaro son los elementos narrativos que desencadenarán los acontecimientos que los lugareños vivirán a partir de la llegada de este ser extraño.         Entre el olvidado género del relato encontramos algunos libros muy interesantes que merecen la pena mencionar. Uno de esos libros es “La vida anticipada”, del escritor cordobés Francisco Javier Guerrero (1976), con ilustraciones de Lola Castillo. Para Ángel Olgoso, una de las voces más autorizadas del relato o cuento en España, La vida anticipada “es una obra apabullante, hermosa. Un volumen perfectamente cuajado, repleto de frases redondas, potentes, listas para ser grabadas en bronce; con rumor de letanía, de prisma con destellos incesantes, de molino de pensamientos. Historias que extienden valientemente los límites. Un impresionante libro de relatos”. Un pequeño fragmento podría resumir la fuerza de la palabra, su filigrana: “El presente es un tiempo manchado de cenizas. Tiene bordes afilados y duele”. Luis Lisquete (Villasarracino, Palencia, 1952) nos deja un ramillete de relatos en “La teoría del ímpetu”, que reúne un total de treinta y dos historias. El amor, la venganza, la fatalidad, el destino, y otros tantos temas extraídos de las distintas situaciones existenciales se funden en una prosa locuaz y ágil que hace que el lector mantenga su atención hasta el final de sus páginas.

Andrés Ortiz Tafur

 Con un poder de fabulación extraordinario el escritor Andrés Ortiz Tafur (Linares, Jaén, 1972) nos acerca a su último libro aparecido con el título “El agua del buitre”, publicado por el sello editorial Baile del Sol. Dieciocho son los relatos incluidos en este volumen. Y en honor a la verdad hay que decir que bien armados, coherentes, bien resueltos -diría que explosivos-, ocurrentes y sutiles a un tiempo. Después de sus tres libros de relatos publicados hasta ahora Caminos que conducen a esto, Yo soy la locura y Tipos duros, se confirma con esta cuarta entrega que Ortíz Tafur tiene mucho que contar aún y que su forma de hacerlo atrapan al lector. En último lugar llega a mis manos, recientemente -por lo que me ocuparé de él con más detalle en otro espacio-, “En la Era de Acuario”, del escritor vallisoletano Santiago Redondo Vega (Villalón de Campos, 1958), publicado por la editora Difácil. Como aperitivo, me hago eco de lo dicho en su prólogo por el profesor y poeta Fermín Herrero al referirse a los relatos que componen el libro: “De hecho, vistos así, en su conjunto, me da la impresión de que componen una especie de ópera bufa de nuestro tiempo, a veces en forma de vodevil, protagonizada por neurosis variopintas, con las que atañen a trastornos de la libido a la cabeza  y por las extremidades, a tal punto que parece con frecuencia que la función la dirigiera, bajo su atenta mirada, herr doctor Sigmund Freud, rodeado de una cohorte de ceñudos psicoanalista”.

NECESITO UNA ISLA GRANDE

 

SALÓN DE LECTURA

José Antonio Santano

 

SALÓN DE LECTURA

Necesito una isla Grande

RAFAEL SOLER

 


El mejor de los refugios para estos días aciagos que vivimos es la lectura. Dejarse llevar por la letra impresa a los lugares más insospechados es de una extraordinaria necesidad. Romper momentáneamente al menos con la realidad más cruel y abismarse en los variados mundos que nos proporcionan las páginas de un libro parece perfilarse como uno de los remedios para este tiempo de penurias. Los libros nos ayudan a pensar, a comprendernos y comprender el mundo y ser más libres. Sin libros, por mucho que quieran sus detractares son un elemento esencial en la vida de los seres humanos, y como tal debiera de procurársele atención, una especial atención. Sin embargo, otras son las miras de quienes administran el común. Craso error que pagamos, ya lo estamos pagando, con el desmesurado crecimiento de la intransigencia y la insolidaridad, algo que no debe ni puede consentir el género humano. Para evadirnos, circunstancialmente, o penetrar en esos otros mundos del imaginario o la fantasía están los libros, su utilidad más inmediata, pero también para conformar nuestra personalidad, nuestra identidad y nuestra libertad. En este sentido, cabe destacar un libro, una novela no muy extensa pero de una extraordinaria ejecución que nos acerca al mundo de nuestros mayores, concretamente a un grupo de ancianos de una residencia y que responde al título de “Necesito una isla grande”, publicada por la editorial Contrabando, y de uno de los escritores más solventes del actual panorama literario español, Rafael Soler (Valencia, 1947). A estas alturas no hay duda alguna de la excelencia narrativa de Soler, algo que viene demostrando con cada entrega, sorprendiéndonos siempre por esa continua superación de su apasionante discurso narrativo.  No me duelen prendas en reconocer que Rafael Soler es una de las voces más interesantes y necesarias de la actual narrativa. Su concepción del hecho narrativo es de una brillantez poco usual. Soler se adueña de las palabras para construir un universo único, el suyo, el de su verdad y no ceja nunca en el intento de aprovechar cuantos recursos le están a su alcance para dar vida a sus personajes de una manera diferente al resto de narradores españoles. Es su toque personal y contenido en la natural frescura de sus diálogos, por ejemplo, hasta el punto de hacer hablar a los muertos cuando tan complejo ya por sí es hacer hablar a los vivos; el mimo con el que estructura la narración, los silencios, el humor y la ironía que hacen de él un atípico novelista. “Necesito una isla grande”, en resumidas cuentas, es historia de un grupo de ancianos que viven en una residencia y al que les toca un segundo premio de la lotería que marcará un antes y un después en sus vidas. Soler es un maestro del diálogo, por su gracia natural en construirlo, y en esta historia mucho tiene que ver este recurso.
 La historia que se nos cuenta en esta novela contiene todos los ingredientes: amor, soledad, ternura, generosidad, compañerismo, miedos, humor, ironía, humanidad, muerte, y todos en esa coctelera mental del novelista toman las formas más variadas de emocionarnos, de producir en el lector ese temblor propio de la escritura rigurosa, rica en conocimiento y valores humanos, esa literatura capaz de hacernos creer que, pese a todo, hay que seguir caminando en la búsqueda de la felicidad, aunque solo sea de una pequeña porción de ella, porque la vida no es si no se vive intensamente a cada segundo. No es la primera vez que me acerco a la escritura de Soler y nunca hasta ahora me ha decepcionado, ni creo que me decepcione en futuras ocasiones, si las hubiera, que espero que sí. La razón es bien sencilla, Rafael Soler es un excelente narrador, su grado de percepción de lo oculto e imaginario es tan profundo que en su observación detenida del mundo que le rodea está su don más preciado, la luz que ilumina su literatura, tan especial y cercana a la vez, tan precisa en el lenguaje, tan viva y abarcadora, tan suculenta y necesaria.  

 


Título: Necesito un isla grande

Autor: Rafael Soler

Editorial: Contrabando (2019) 

EL ÚLTIMO GIN-TONIC



EL ÚLTIMO GIN-TONIC
SALÓN DE LECTURA ______ José Antonio Santano


No creo que me equivoque si afirmo que es muy difícil encontrar en el panorama literario actual una voz que se distinga, elegante y personal, con variedad de registros que la hagan diferente, innovadora, perspicaz e irónica al mismo tiempo, esencial en su concepción misma, divertida incluso, cosmopolita, heredera de la mejor tradición narrativa española, y moderna en el sentido de original, de una frescura tan sublime como inaudita. Pocas veces halla uno una novela tan sólida en su estructura como sugerente por sus variados recursos lingüísticos, sintácticos y semánticos. 
Lo dicho y algo más que añadiremos más adelante constituye el ensamblaje, la arquitectura de un texto extraordinario, de una novela que derrocha imaginación e ingenio a lo largo de sus algo más de 200 páginas: “El último gin-tonic”, de Rafael Soler, que regresa así al género narrativo, a tomar las riendas de una prosa vivaz y diamantina. De la idea inicial de un correo electrónico, que sitúa la acción narrativa y el motivo central de lo que será luego un derroche de historias tan distintas como distintos son los personajes protagonistas de las mismas, hasta la conclusión de la narración, Soler viene a demostrar su talento para crear situaciones tan reales y sugestivas, desde una perspectiva lingüística y sintáctica que revela al escritor de raza que ha sido capaz de construir esta novela apasionante. 

Y lo es por muchos motivos: el manejo del lenguaje, una mirada que parte de la anécdota hasta transformarse en elemento trascendental de la narración, la descripción como pilar consustancial del discurso (poético-lírico en muchas ocasiones), el laberinto como modelo resolutivo de los conflictos y las relaciones, la presentación de los personajes enfrentados a sí mismos, el culto a lo novedoso tanto en su concepción como en su ejecución, influencia de modelos audiovisuales (cine, televisión, teatro, etc.) en la acción y narración de cada una de las historias, así como la frescura constructiva de los diálogos, son aspectos que hacen difícil definir o conceptuar exactamente la tipología narrativa de la novela. Todo sucede de lunes a jueves, en cuatro capítulos respectivamente: “Tres más uno”, “Los abrazos”, “Aquí nadie tiene a nadie” y “Póker de ases”. Tiempo suficiente, cuatro días, para contarnos lo mucho que sucede a la familia Casares (Moisés Casares Cendoya, el abuelo; Alberto y Lucas, sus hijos, y Juan, Marcos y Mateo –como los evangelistas- los hijos de Lucas, además de otros personajes que complementan la narración como María –la amante- o Diego –el esposo cornudo y autor de los correos electrónicos- hasta crear una narración de auténtica filigrana). La disección de cada uno de los personajes mencionados es de una precisión matemática y todos juntos o por separado constituyen el elemento vertebrador de la narración, a veces laberíntica por su propia estructura discursiva pero nunca incomprensible o aburrida. Soler construye una historia tan sólida como ingeniosa y actual, que afronta los problemas propios del tiempo que nos ha tocado vivir, pero que él trata con ese regusto por la palabra y un lenguaje siempre acorde con la realidad que describe, en muchas ocasiones irónico, en otras con un humor tan negro como elegante, que nos devuelve a la mejor tradición novelística española, a la cervantina concepción de la novela. Realidad y ficción se complementan para vivir en las páginas de “El último gin-tonic” situaciones que van del hecho mismo de la muerte hasta el amor, pasando por la soledad, miedos, violencia, traiciones, dolor, sexo, juego; es decir, el deseo de revelar la porción que en cada ser existe de felicidad o desdicha, desde la concepción personal que cada uno de los personajes posee de la vida, que a fin de cuentas es la literatura. Un viaje al territorio de lo desconocido, no solo al de los pingüinos de Puerto Madryn en la Península Valdés (Argentina), sino al mundo interior de cada uno de los protagonistas de esta historia escrita con el rigor y el ingenio que caracteriza a su autor, Rafael Soler. 
De fuera hacia adentro, y viceversa, Soler ha sabido plasmar lo que parece una simple anécdota, en una obra que contiene innumerables matices expresivos, desde los propios del lenguaje audiovisual, hasta los de encadenamiento narrativo de los diálogos en los tiempos y el espacio que el narrador ha considerado novedosos para imprimir a la historia ecos de auténtica literatura. Una ciudad, una familia y la soledad, el vacío que la vida nos impone en determinados momentos y la alegría de otros, los menos, porque el dolor y la muerte siempre están acechantes. Un recorrido por la vida misma en sus aspectos más cotidianos, que hacen de esta novela una lectura necesaria para comprender mejor el mundo en que vivimos, que a fin de cuentas de eso se trata, de desvelar y descubrir los misterios con la mejor herramienta que dispone el verdadero escritor: la palabra. Una novela original, que no dejará indiferentes a sus lectores, para los que deseo no sea este “El último gin-tonic”, sino el penúltimo, en compañía de su autor, Rafael Soler, y sus futuras narraciones.
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EL ÚLTIMO GIN-TONIC


Título:El último gin-tonic
Autor: Rafael Soler
Editorial: Contrabando (Valencia, 2018)


EL ÚLTIMO GIN-TONIC



EL ÚLTIMO GIN-TONIC
SALÓN DE LECTURA ______ José Antonio Santano


No creo que me equivoque si afirmo que es muy difícil encontrar en el panorama literario actual una voz que se distinga, elegante y personal, con variedad de registros que la hagan diferente, innovadora, perspicaz e irónica al mismo tiempo, esencial en su concepción misma, divertida incluso, cosmopolita, heredera de la mejor tradición narrativa española, y moderna en el sentido de original, de una frescura tan sublime como inaudita. Pocas veces halla uno una novela tan sólida en su estructura como sugerente por sus variados recursos lingüísticos, sintácticos y semánticos. 
Lo dicho y algo más que añadiremos más adelante constituye el ensamblaje, la arquitectura de un texto extraordinario, de una novela que derrocha imaginación e ingenio a lo largo de sus algo más de 200 páginas: “El último gin-tonic”, de Rafael Soler, que regresa así al género narrativo, a tomar las riendas de una prosa vivaz y diamantina. De la idea inicial de un correo electrónico, que sitúa la acción narrativa y el motivo central de lo que será luego un derroche de historias tan distintas como distintos son los personajes protagonistas de las mismas, hasta la conclusión de la narración, Soler viene a demostrar su talento para crear situaciones tan reales y sugestivas, desde una perspectiva lingüística y sintáctica que revela al escritor de raza que ha sido capaz de construir esta novela apasionante. 

Y lo es por muchos motivos: el manejo del lenguaje, una mirada que parte de la anécdota hasta transformarse en elemento trascendental de la narración, la descripción como pilar consustancial del discurso (poético-lírico en muchas ocasiones), el laberinto como modelo resolutivo de los conflictos y las relaciones, la presentación de los personajes enfrentados a sí mismos, el culto a lo novedoso tanto en su concepción como en su ejecución, influencia de modelos audiovisuales (cine, televisión, teatro, etc.) en la acción y narración de cada una de las historias, así como la frescura constructiva de los diálogos, son aspectos que hacen difícil definir o conceptuar exactamente la tipología narrativa de la novela. Todo sucede de lunes a jueves, en cuatro capítulos respectivamente: “Tres más uno”, “Los abrazos”, “Aquí nadie tiene a nadie” y “Póker de ases”. Tiempo suficiente, cuatro días, para contarnos lo mucho que sucede a la familia Casares (Moisés Casares Cendoya, el abuelo; Alberto y Lucas, sus hijos, y Juan, Marcos y Mateo –como los evangelistas- los hijos de Lucas, además de otros personajes que complementan la narración como María –la amante- o Diego –el esposo cornudo y autor de los correos electrónicos- hasta crear una narración de auténtica filigrana). La disección de cada uno de los personajes mencionados es de una precisión matemática y todos juntos o por separado constituyen el elemento vertebrador de la narración, a veces laberíntica por su propia estructura discursiva pero nunca incomprensible o aburrida. Soler construye una historia tan sólida como ingeniosa y actual, que afronta los problemas propios del tiempo que nos ha tocado vivir, pero que él trata con ese regusto por la palabra y un lenguaje siempre acorde con la realidad que describe, en muchas ocasiones irónico, en otras con un humor tan negro como elegante, que nos devuelve a la mejor tradición novelística española, a la cervantina concepción de la novela. Realidad y ficción se complementan para vivir en las páginas de “El último gin-tonic” situaciones que van del hecho mismo de la muerte hasta el amor, pasando por la soledad, miedos, violencia, traiciones, dolor, sexo, juego; es decir, el deseo de revelar la porción que en cada ser existe de felicidad o desdicha, desde la concepción personal que cada uno de los personajes posee de la vida, que a fin de cuentas es la literatura. Un viaje al territorio de lo desconocido, no solo al de los pingüinos de Puerto Madryn en la Península Valdés (Argentina), sino al mundo interior de cada uno de los protagonistas de esta historia escrita con el rigor y el ingenio que caracteriza a su autor, Rafael Soler. 
De fuera hacia adentro, y viceversa, Soler ha sabido plasmar lo que parece una simple anécdota, en una obra que contiene innumerables matices expresivos, desde los propios del lenguaje audiovisual, hasta los de encadenamiento narrativo de los diálogos en los tiempos y el espacio que el narrador ha considerado novedosos para imprimir a la historia ecos de auténtica literatura. Una ciudad, una familia y la soledad, el vacío que la vida nos impone en determinados momentos y la alegría de otros, los menos, porque el dolor y la muerte siempre están acechantes. Un recorrido por la vida misma en sus aspectos más cotidianos, que hacen de esta novela una lectura necesaria para comprender mejor el mundo en que vivimos, que a fin de cuentas de eso se trata, de desvelar y descubrir los misterios con la mejor herramienta que dispone el verdadero escritor: la palabra. Una novela original, que no dejará indiferentes a sus lectores, para los que deseo no sea este “El último gin-tonic”, sino el penúltimo, en compañía de su autor, Rafael Soler, y sus futuras narraciones.
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EL ÚLTIMO GIN-TONIC


Título: El último gin-tonic
Autor: Rafael Soler
Editorial: Contrabando (Valencia, 2018)


NO ERES NADIE HASTA QUE NO TE DISPARAN. RAFAEL SOLER por JOSÉ ANTONIO SANTANO


SALÓN DE LECTURA _________________________________ José Antonio Santano



NO ERES NADIE HASTA QUE TE DISPARAN

Hay libros que dejan una huella imborrable. Los hay conmovedores, entrañables, de una inmensa belleza, ingeniosos, extravagantes, sublimes, etc., etc. Creo no equivocarme si afirmo que confluyen en “Mortal y rosa”, de Francisco Umbral todos esos calificativos y más, tal vez, su mejor libro desde mi punto de vista. Umbral dejó escrito en ese libro: «Si no hay transparencia no hay escritura […] El escritor tiene que dejar pasar la luz del mundo sobre la cuartilla, el sol de la escritura. […] La prosa es prosa porque tiene sombra, la sombra del tío que está encima. Si no tiene sombras es poesía». Hoy, dicho libro me sirve de pórtico y modelo para hablar de otro bien distinto, sin sombras, y, consecuentemente, de poesía: “No eres nadie hasta que te disparan”, del poeta Rafael Soler (Valencia, 1947). Este es el cuarto que el sello editorial Vitruvio publica, anteriores fueron “Maneras de volver”, “Las cartas que debía” y “Ácido almíbar”, que ya tuve ocasión de comentar en este misma sección hace unos meses. Si en aquella ocasión escribía: «Soler interioriza todo lo que le rodea, ya sean objetos o pensamientos, de tal manera que una vez dentro nos revela lo hallado, es decir, lo trascendido. En esa interiorización de la verdad –su verdad- el poeta se abstrae hasta el límite, creando un universo propio donde la palabra se hace luz y vida» -transparencia-, ahora no puedo sino destacar su singularísima voz, tan distinta y distinguible a la vez, que nos envuelve hasta levitar en el espacio y sus silencios. La voz de un poeta que no se achica ante nada, para el cual el reto mismo de la vida produce en sus versos esa tensión necesaria para expresar, plenamente, la originalidad, los detalles, aunando narrativa y lírica, fondo y forma en un estilo único que hace de él uno de los poetas españoles más destacados. Rafael Soler nos conduce en esta obra a los “asombros”, en esa pretensión de abismarse en el misterio de las cosas, de su sencillez hasta trascenderla, para casi desaparecer, que vendrá a explicar en sí mismo el título de este arriesgado y original texto, “No eres nadie hasta que te disparan”, que estructurado en seis partes independientes u autóctonas (Cuaderno de Elvira, Cuadernos de Martín, Cuaderno de Abel, De cuanto pudo acontecer y no sucede, El cine, en el cine y Epílogo, y no), conforman un solo objeto poético, una voz armónica y luminosa, que no se deja influenciar por ninguna moda y que busca en la infinita soledad todos los silencios existentes, la vida misma. Esta es la razón de ser del poeta, la savia recogida durante este tiempo de madurez que lo agita hasta alcanzar la plenitud toda del lenguaje, de la palabra que vuela como un pájaro por los confines celestes de la poesía verdadera, esa que suena muy adentro de la nada para convertirse en alma luz de un tiempo tan extraño como deshumanizado. 

El poeta, harto de tanta mediocridad, y bastándose de la palabra no ha dudado un momento para crear un espacio y un tiempo nuevo, una forma distinta de temblor, de luz que alumbre el camino habitado por tan devastadoras sombras. Como ejemplo de lo dicho hasta ahora cabría seleccionar cualquier poema de los contenidos en “No eres nadie hasta que te disparan”, cualquiera, pero uno solo sería suficiente para ilustrarlo, porque verdaderamente Elvira, Martín y Abel, son personajes corrientes de un guión, de una acción, nombres escritos sobre el papel y un argumento sólido y suficiente; diría más, unos versos solo resumirían la verdad que persigue el poeta, que devuelve la poesía a su estado puro, a la raíz del ser, a la olvidada locura cervantina como única verdad capaz de transformar el mundo.
 Sabe Rafael Soler de ese empeño y así lo escribe en el poema 

“La falsa pulcritud de los escombros: 

«De espalda a la pared
 / los locos crónicos son de natural pacífico 
/ y muy conservadores […] //
 un loco crónico alza sus brazos para llamar al sol 
/ y aunque viva perseguido de invisibles amenazas /
 enquistado tenaz en su rutina /
 puede sorprenderte con un don inesperado / 
multiplicar digamos mil quinientos doce / 
por tu matrícula de coche / 
y salir indemne del empeño / 
aunque lleve en el bolsillo una pinza de colgar…».

 Una vez más la personalísima voz de Soler, esa forma tan suya de construir metáforas, los variados matices sintácticos y semánticos no hacen sino constatar la existencia de una poesía viva, capaz de alterarnos, por encontrar en ella una fuerza especial, una verdadera eclosión poética que no puede dejar pasar ningún lector que se precie. Sin duda alguna, “No eres nadie hasta que te disparan” sitúa a Soler en un lugar preeminente dentro del actual panorama poético español.

Título: No eres nadie hasta que te disparan
Autor: Rafael Soler
Edita: Vitruvio (Madrid, 2016)


Libros de poesía

  • “Pie de página” 2012 , nº 150 de Els Plecs del Magnânim, V-2080-2012
  • “La vida en un puño” 2012 Editorial Servilibro y la Asociación Pistilli Miranda (Asunción,Paraguay) Depósito nº 1328 / 98
  • “Los sitios interiores (sonata urgente”), 1980. Colección Adonais. Ed. Rialp ISBN: 84-321-2058-8

Libros de narrativa

NO ERES NADIE HASTA QUE NO TE DISPARAN. RAFAEL SOLER por JOSÉ ANTONIO SANTANO


SALÓN DE LECTURA _________________________________ José Antonio Santano



NO ERES NADIE HASTA QUE TE DISPARAN

Hay libros que dejan una huella imborrable. Los hay conmovedores, entrañables, de una inmensa belleza, ingeniosos, extravagantes, sublimes, etc., etc. Creo no equivocarme si afirmo que confluyen en “Mortal y rosa”, de Francisco Umbral todos esos calificativos y más, tal vez, su mejor libro desde mi punto de vista. Umbral dejó escrito en ese libro: «Si no hay transparencia no hay escritura […] El escritor tiene que dejar pasar la luz del mundo sobre la cuartilla, el sol de la escritura. […] La prosa es prosa porque tiene sombra, la sombra del tío que está encima. Si no tiene sombras es poesía». Hoy, dicho libro me sirve de pórtico y modelo para hablar de otro bien distinto, sin sombras, y, consecuentemente, de poesía: “No eres nadie hasta que te disparan”, del poeta Rafael Soler (Valencia, 1947). Este es el cuarto que el sello editorial Vitruvio publica, anteriores fueron “Maneras de volver”, “Las cartas que debía” y “Ácido almíbar”, que ya tuve ocasión de comentar en este misma sección hace unos meses. Si en aquella ocasión escribía: «Soler interioriza todo lo que le rodea, ya sean objetos o pensamientos, de tal manera que una vez dentro nos revela lo hallado, es decir, lo trascendido. En esa interiorización de la verdad –su verdad- el poeta se abstrae hasta el límite, creando un universo propio donde la palabra se hace luz y vida» -transparencia-, ahora no puedo sino destacar su singularísima voz, tan distinta y distinguible a la vez, que nos envuelve hasta levitar en el espacio y sus silencios. La voz de un poeta que no se achica ante nada, para el cual el reto mismo de la vida produce en sus versos esa tensión necesaria para expresar, plenamente, la originalidad, los detalles, aunando narrativa y lírica, fondo y forma en un estilo único que hace de él uno de los poetas españoles más destacados. Rafael Soler nos conduce en esta obra a los “asombros”, en esa pretensión de abismarse en el misterio de las cosas, de su sencillez hasta trascenderla, para casi desaparecer, que vendrá a explicar en sí mismo el título de este arriesgado y original texto, “No eres nadie hasta que te disparan”, que estructurado en seis partes independientes u autóctonas (Cuaderno de Elvira, Cuadernos de Martín, Cuaderno de Abel, De cuanto pudo acontecer y no sucede, El cine, en el cine y Epílogo, y no), conforman un solo objeto poético, una voz armónica y luminosa, que no se deja influenciar por ninguna moda y que busca en la infinita soledad todos los silencios existentes, la vida misma. Esta es la razón de ser del poeta, la savia recogida durante este tiempo de madurez que lo agita hasta alcanzar la plenitud toda del lenguaje, de la palabra que vuela como un pájaro por los confines celestes de la poesía verdadera, esa que suena muy adentro de la nada para convertirse en alma luz de un tiempo tan extraño como deshumanizado. 

El poeta, harto de tanta mediocridad, y bastándose de la palabra no ha dudado un momento para crear un espacio y un tiempo nuevo, una forma distinta de temblor, de luz que alumbre el camino habitado por tan devastadoras sombras. Como ejemplo de lo dicho hasta ahora cabría seleccionar cualquier poema de los contenidos en “No eres nadie hasta que te disparan”, cualquiera, pero uno solo sería suficiente para ilustrarlo, porque verdaderamente Elvira, Martín y Abel, son personajes corrientes de un guión, de una acción, nombres escritos sobre el papel y un argumento sólido y suficiente; diría más, unos versos solo resumirían la verdad que persigue el poeta, que devuelve la poesía a su estado puro, a la raíz del ser, a la olvidada locura cervantina como única verdad capaz de transformar el mundo.
 Sabe Rafael Soler de ese empeño y así lo escribe en el poema 

“La falsa pulcritud de los escombros: 

«De espalda a la pared
 / los locos crónicos son de natural pacífico 
/ y muy conservadores […] //
 un loco crónico alza sus brazos para llamar al sol 
/ y aunque viva perseguido de invisibles amenazas /
 enquistado tenaz en su rutina /
 puede sorprenderte con un don inesperado / 
multiplicar digamos mil quinientos doce / 
por tu matrícula de coche / 
y salir indemne del empeño / 
aunque lleve en el bolsillo una pinza de colgar…».

 Una vez más la personalísima voz de Soler, esa forma tan suya de construir metáforas, los variados matices sintácticos y semánticos no hacen sino constatar la existencia de una poesía viva, capaz de alterarnos, por encontrar en ella una fuerza especial, una verdadera eclosión poética que no puede dejar pasar ningún lector que se precie. Sin duda alguna, “No eres nadie hasta que te disparan” sitúa a Soler en un lugar preeminente dentro del actual panorama poético español.

Título: No eres nadie hasta que te disparan
Autor: Rafael Soler
Edita: Vitruvio (Madrid, 2016)


Libros de poesía

  • “Pie de página” 2012 , nº 150 de Els Plecs del Magnânim, V-2080-2012
  • “La vida en un puño” 2012 Editorial Servilibro y la Asociación Pistilli Miranda (Asunción,Paraguay) Depósito nº 1328 / 98
  • “Los sitios interiores (sonata urgente”), 1980. Colección Adonais. Ed. Rialp ISBN: 84-321-2058-8

Libros de narrativa

NO ERES NADIE HASTA QUE TE DISPARAN. RAFAEL SOLER


SALÓN DE LECTURA _________________________________ José Antonio Santano



NO ERES NADIE HASTA QUE TE DISPARAN

Hay libros que dejan una huella imborrable. Los hay conmovedores, entrañables, de una inmensa belleza, ingeniosos, extravagantes, sublimes, etc., etc. Creo no equivocarme si afirmo que confluyen en “Mortal y rosa”, de Francisco Umbral todos esos calificativos y más, tal vez, su mejor libro desde mi punto de vista. Umbral dejó escrito en ese libro: «Si no hay transparencia no hay escritura […] El escritor tiene que dejar pasar la luz del mundo sobre la cuartilla, el sol de la escritura. […] La prosa es prosa porque tiene sombra, la sombra del tío que está encima. Si no tiene sombras es poesía». Hoy, dicho libro me sirve de pórtico y modelo para hablar de otro bien distinto, sin sombras, y, consecuentemente, de poesía: “No eres nadie hasta que te disparan”, del poeta Rafael Soler (Valencia, 1947). Este es el cuarto que el sello editorial Vitruvio publica, anteriores fueron “Maneras de volver”, “Las cartas que debía” y “Ácido almíbar”, que ya tuve ocasión de comentar en este misma sección hace unos meses. Si en aquella ocasión escribía: «Soler interioriza todo lo que le rodea, ya sean objetos o pensamientos, de tal manera que una vez dentro nos revela lo hallado, es decir, lo trascendido. En esa interiorización de la verdad –su verdad- el poeta se abstrae hasta el límite, creando un universo propio donde la palabra se hace luz y vida» -transparencia-, ahora no puedo sino destacar su singularísima voz, tan distinta y distinguible a la vez, que nos envuelve hasta levitar en el espacio y sus silencios. La voz de un poeta que no se achica ante nada, para el cual el reto mismo de la vida produce en sus versos esa tensión necesaria para expresar, plenamente, la originalidad, los detalles, aunando narrativa y lírica, fondo y forma en un estilo único que hace de él uno de los poetas españoles más destacados. Rafael Soler nos conduce en esta obra a los “asombros”, en esa pretensión de abismarse en el misterio de las cosas, de su sencillez hasta trascenderla, para casi desaparecer, que vendrá a explicar en sí mismo el título de este arriesgado y original texto, “No eres nadie hasta que te disparan”, que estructurado en seis partes independientes u autóctonas (Cuaderno de Elvira, Cuadernos de Martín, Cuaderno de Abel, De cuanto pudo acontecer y no sucede, El cine, en el cine y Epílogo, y no), conforman un solo objeto poético, una voz armónica y luminosa, que no se deja influenciar por ninguna moda y que busca en la infinita soledad todos los silencios existentes, la vida misma. Esta es la razón de ser del poeta, la savia recogida durante este tiempo de madurez que lo agita hasta alcanzar la plenitud toda del lenguaje, de la palabra que vuela como un pájaro por los confines celestes de la poesía verdadera, esa que suena muy adentro de la nada para convertirse en alma luz de un tiempo tan extraño como deshumanizado. 

El poeta, harto de tanta mediocridad, y bastándose de la palabra no ha dudado un momento para crear un espacio y un tiempo nuevo, una forma distinta de temblor, de luz que alumbre el camino habitado por tan devastadoras sombras. Como ejemplo de lo dicho hasta ahora cabría seleccionar cualquier poema de los contenidos en “No eres nadie hasta que te disparan”, cualquiera, pero uno solo sería suficiente para ilustrarlo, porque verdaderamente Elvira, Martín y Abel, son personajes corrientes de un guión, de una acción, nombres escritos sobre el papel y un argumento sólido y suficiente; diría más, unos versos solo resumirían la verdad que persigue el poeta, que devuelve la poesía a su estado puro, a la raíz del ser, a la olvidada locura cervantina como única verdad capaz de transformar el mundo.
 Sabe Rafael Soler de ese empeño y así lo escribe en el poema 

“La falsa pulcritud de los escombros: 

«De espalda a la pared
 / los locos crónicos son de natural pacífico 
/ y muy conservadores […] //
 un loco crónico alza sus brazos para llamar al sol 
/ y aunque viva perseguido de invisibles amenazas /
 enquistado tenaz en su rutina /
 puede sorprenderte con un don inesperado / 
multiplicar digamos mil quinientos doce / 
por tu matrícula de coche / 
y salir indemne del empeño / 
aunque lleve en el bolsillo una pinza de colgar…».

 Una vez más la personalísima voz de Soler, esa forma tan suya de construir metáforas, los variados matices sintácticos y semánticos no hacen sino constatar la existencia de una poesía viva, capaz de alterarnos, por encontrar en ella una fuerza especial, una verdadera eclosión poética que no puede dejar pasar ningún lector que se precie. Sin duda alguna, “No eres nadie hasta que te disparan” sitúa a Soler en un lugar preeminente dentro del actual panorama poético español.

Título:No eres nadie hasta que te disparan
Autor: Rafael Soler
Edita:Vitruvio (Madrid, 2016)


Libros de poesía

  • “Pie de página” 2012 , nº 150 de Els Plecs del Magnânim, V-2080-2012
  • “La vida en un puño” 2012 Editorial Servilibro y la Asociación Pistilli Miranda (Asunción,Paraguay) Depósito nº 1328 / 98
  • “Los sitios interiores (sonata urgente”), 1980. Colección Adonais. Ed. Rialp ISBN: 84-321-2058-8

Libros de narrativa

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986