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Fiestas y rituales. Estación Sur

Es sana costumbre no perder la curiosidad por las cosas. El deseo de conocer, de profundizar hasta llegar a la raíz de todo lo humano y lo divino es un buen comienzo para engrasar la maquinaria de nuestro cerebro, de nuestra mente, que ha de cuidarse tanto como el cuerpo, aunque en los tiempos que corren venga siendo todo lo contrario. Alentar esa capacidad humana para descubrir lo desconocido debe ser una constante. Algo así ocurre cuando nos adentramos en las páginas de una de las últimas publicaciones del Instituto de Estudios Almerienses (IEA), que dentro de la colección Guías de Almería. Territorio, Cultura y Arte (número 12), toma el título de Fiestas y Rituales Singulares. En ella hallamos todas las fiestas de Almería y su provincia, así como aquellos rituales que, por su singularidad, merecen la atención del lector. Su coordinador, Juan Salvador López Galán, como el resto de autores (Juan Agudo, Aniceto Delgado, Rosalía Fernández, Ana María García, Modesto García, Ana Belén García, Cristina Isla, Francisco Martínez Botella, Encarna M. Navarro, Gonzalo Pozo, Elena Ramírez, Antonio Sevillano, Juan Torreblanca y Juan Pedro Vázquez) han realizado un buen trabajo y debe ser así reconocido por quienes tengan la curiosidad por saber más de las tradiciones populares, de la historia y de la antropología. No cabe duda que la variada y acertada estructura de esta Guía, propicia el acercamiento a aquellos acontecimientos festivos y rituales que a lo largo del tiempo vienen produciéndose tanto en los pueblos como en la capital. Complementan los textos un buen número de ilustraciones, mayoritariamente fotografías, hecho que viene a añadir valor a esta publicación. Cuatro grandes bloques hacen más fácil al lector la búsqueda de los aspectos que más le puedan interesar: Ciclo Festivo de Invierno (Navidad y Reyes, San Antón, san Sebastián y la Candelaria, y cerrando el ciclo, el Carnaval), Ciclo Festivo de Primavera (Semana Santa, Cruz del Voto y San Marcos y Cruces y Virgen de Fátima), Ciclo Festivo de Verano (Corpus, san Juan y otras y Romerías), y, por último, Ciclo Festivo de Otoño ( Moros y Cristianos y san Miguel).

Un viaje apasionante y posible que esta Guía nos propone sin salir de casa, que es otra manera de acercarnos a la cultura y tradición popular, conocer sus costumbres, las fiestas y rituales que vienen de antiguo y que aún hoy se conservan, afortunadamente, en muchas de las poblaciones almerienses, incluso en las más pequeñas y apartadas. Una buena razón para conocer a las gentes que habitan esta noble tierra.

Fiestas y rituales. Estación Sur

Es sana costumbre no perder la curiosidad por las cosas. El deseo de conocer, de profundizar hasta llegar a la raíz de todo lo humano y lo divino es un buen comienzo para engrasar la maquinaria de nuestro cerebro, de nuestra mente, que ha de cuidarse tanto como el cuerpo, aunque en los tiempos que corren venga siendo todo lo contrario. Alentar esa capacidad humana para descubrir lo desconocido debe ser una constante. Algo así ocurre cuando nos adentramos en las páginas de una de las últimas publicaciones del Instituto de Estudios Almerienses (IEA), que dentro de la colección Guías de Almería. Territorio, Cultura y Arte (número 12), toma el título de Fiestas y Rituales Singulares. En ella hallamos todas las fiestas de Almería y su provincia, así como aquellos rituales que, por su singularidad, merecen la atención del lector. Su coordinador, Juan Salvador López Galán, como el resto de autores (Juan Agudo, Aniceto Delgado, Rosalía Fernández, Ana María García, Modesto García, Ana Belén García, Cristina Isla, Francisco Martínez Botella, Encarna M. Navarro, Gonzalo Pozo, Elena Ramírez, Antonio Sevillano, Juan Torreblanca y Juan Pedro Vázquez) han realizado un buen trabajo y debe ser así reconocido por quienes tengan la curiosidad por saber más de las tradiciones populares, de la historia y de la antropología. No cabe duda que la variada y acertada estructura de esta Guía, propicia el acercamiento a aquellos acontecimientos festivos y rituales que a lo largo del tiempo vienen produciéndose tanto en los pueblos como en la capital. Complementan los textos un buen número de ilustraciones, mayoritariamente fotografías, hecho que viene a añadir valor a esta publicación. Cuatro grandes bloques hacen más fácil al lector la búsqueda de los aspectos que más le puedan interesar: Ciclo Festivo de Invierno (Navidad y Reyes, San Antón, san Sebastián y la Candelaria, y cerrando el ciclo, el Carnaval), Ciclo Festivo de Primavera (Semana Santa, Cruz del Voto y San Marcos y Cruces y Virgen de Fátima), Ciclo Festivo de Verano (Corpus, san Juan y otras y Romerías), y, por último, Ciclo Festivo de Otoño ( Moros y Cristianos y san Miguel).

Un viaje apasionante y posible que esta Guía nos propone sin salir de casa, que es otra manera de acercarnos a la cultura y tradición popular, conocer sus costumbres, las fiestas y rituales que vienen de antiguo y que aún hoy se conservan, afortunadamente, en muchas de las poblaciones almerienses, incluso en las más pequeñas y apartadas. Una buena razón para conocer a las gentes que habitan esta noble tierra.

Revistas románticas almerienses. María Isabel Giménez Caro

Imagen de portada de la revista Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. LetrasPROSA NOVELESCA EN 

"EL CARIDEMO" (1847-48) y

 "EL DESEO" (1844):

DOS REVISTAS ROMÁNTICAS ALMERIENSES






LOS PROPÓSITOS, GENERALMENTE COMUNES, DE LAS REVISTAS LITERARIAS


En el Semanario Pintoresco Español aparece el anuncio siguiente: "EL CARIDEMO, revista literaria, científica, administrativa y mercantil, periódico de Almería, publícase semanalmente y contiene amenos y variados artículos y poesías; juntamente con él salen a la luz tratados de agricultura, que por este medio se ponen fácilmente al alcance de todos y pueden ejercer un influjo saludable"(1)



Revistas románticas almerienses. María Isabel Giménez Caro

Imagen de portada de la revista Boletín del Instituto de Estudios Almerienses. LetrasPROSA NOVELESCA EN 

"EL CARIDEMO" (1847-48) y

 "EL DESEO" (1844):

DOS REVISTAS ROMÁNTICAS ALMERIENSES






LOS PROPÓSITOS, GENERALMENTE COMUNES, DE LAS REVISTAS LITERARIAS


En el Semanario Pintoresco Español aparece el anuncio siguiente: "EL CARIDEMO, revista literaria, científica, administrativa y mercantil, periódico de Almería, publícase semanalmente y contiene amenos y variados artículos y poesías; juntamente con él salen a la luz tratados de agricultura, que por este medio se ponen fácilmente al alcance de todos y pueden ejercer un influjo saludable"(1)



Buda en el Bolshói. Álvaro Campos Suárez


«Buda en el Bolshói» no es un libro más entre tantos, un poemario más entre los muchos que se editan en nuestro país y concretamente en Andalucía. Su autor, Álvaro Campos Suárez, hijo del gran novelista cordobés Juan Campos Reina, lamentablemente desaparecido ya, hereda la sutiliza y elegancia, la meditación profunda y trascendental, senequista si así se quiere, de su padre.
La esencia de la tradición poética cordobesa, que bebe una vez y otra de lo oriental, en esa continua búsqueda de la belleza en la sencillez de las cosas, en la palabra trascendida, luz y universo del poeta que siente la vida como el gran hallazgo, pero también la pérdida de lo amado, del tiempo y de los sueños como propia muerte. Doble cara de una misma moneda, como dos son las claves esenciales de este poemario. Por una parte, la existencia de las cosas y de los seres; de otra, la desaparición, la pérdida, la muerte de esas cosas y seres. Ambos elementos juegan un papel destacado en la poética de Campos Suárez. 

Llama la atención el juego al que nos somete el autor al utilizar los nombres de “buda” y “bolshói”. Sin embargo, cada palabra simboliza aspectos distintos pero convergentes a la vez. Las citas de Juan Ramón Jiménez, Burckhardt y Bacon sirven de guía, de prólogo si se quiere, para encauzar la lectura de este sólido poemario: el primero alude a la muerte («Yo no seré yo, muerte, / hasta que tú te unas con mi vida…»; el segundo nos habla del por qué de la existencia de las cosas («los objetos de la naturaleza sólo existen […] en tanto que el aire y la luz practican / su juego singular entre ellos») y, el tercero, finalmente, vuelve a la muerte y el miedo a ésta («Los hombres temen la muerte / como los niños jugar en la oscuridad»). Importa, y mucho, los versos que anteceden a cada una de las partes que integran el poemario.


Título: Buda en el Bolshói
Autor: Álvaro Campos Suárez
Edita: Ediciones En Huida
(Sevilla, 2014)



Ya solos, ¿padre e hijo?, disponen sus vidas para el camino de la luz y de los sueños, ambos frente a frente, fija la mirada en el otro, convocando al recuerdo para seguir viviendo, para hallar la verdad que mantenga la esperanza intacta, como al principio, en los orígenes: «Solo recuerdo una imagen. / Tú y yo, en el escenario / bailando bajo un gran foco de luz / apagado / en el centro de la nada». Tal vez ese escenario es la viva representación del Bolshói, el lugar en el que los sueños se materializan y el tiempo se detiene. Cinco son las partes, pues, en las que Campos Suárez divide este poemario, a saber: Luto (Arabasque), que abre con un poema dedicado al Portero de las nubes, el poeta Luis Cernuda: «Dormirán entre sollozos / hombre y nube evaporados»; Aprendizaje (Glissade en avant), en ese rodar hacia delante de la muerte y el recuerdo del padre, siempre presente: «Echo la vista atrás y recuento / las largas noches de tu ausencia. / […] Ahora, tu inexistencia, / y siempre, volver a ti». También habrá una mirada hacia la madre: «Algunos tenemos ángeles, / sherpas que guardan del mal o la impericia / surgidos del amor de nuestras almas»; Entreacto, descanso o interludio, tiempo para la soledad y sus silencios, y la palabra: «Y allá me hallo, cada día, / embebido de soledad / pretérita y futura. / En el goce del cansancio, / esa plenitud inmeritaza. / La palabra / vale más que el hombre»; Ascenso (Cabrioles et pirouettes),revela la necesidad de vivir («Yo prefiero la respiración, / trasunto del alma encendida»), de creer en la utopía («Ya no me queda nada. / Sólo felicidad.), el goce de lo cotidiano («Y mientras caminábamos / a lo largo de la alameda, / supe que al fin lo había hallado, / ¡oh, mágico paseo!»), y de nuevo el padre («Sentado en el mirador junto a mi padre / […] Luz brillante y cegadora. / Campos eternos.»), y por último, Iluminación (Tour de force), de ese otro yo renovado después del despertar al recreado universo donde el poeta da paso al hombre para resurgir de su propio yo, anterior a la luz, y lo hace desde el recuerdo a Campos Reina (el padre omnipresente), el autor-actor convoca a la última representación de Buda en el Bolshói («Arrancar a la gloria su infamia, / y prestar, juntos como un solo ser, / ser / vicio enterno al Amor.»).
El poeta tiene siempre la última palabra, el alma del verso mece sus luces y sus sombras sobre la tierra entera: «Empieza a clarear / en los confines de lo etéreo. […] El teatro torna blanco y puro / a la par que nauseabundo. / Como siempre, / como nunca / hasta el fin de los tiempos.» El poeta en su voz, desnudo y libre.

Buda en el Bolshói. Álvaro Campos Suárez


«Buda en el Bolshói» no es un libro más entre tantos, un poemario más entre los muchos que se editan en nuestro país y concretamente en Andalucía. Su autor, Álvaro Campos Suárez, hijo del gran novelista cordobés Juan Campos Reina, lamentablemente desaparecido ya, hereda la sutiliza y elegancia, la meditación profunda y trascendental, senequista si así se quiere, de su padre.
La esencia de la tradición poética cordobesa, que bebe una vez y otra de lo oriental, en esa continua búsqueda de la belleza en la sencillez de las cosas, en la palabra trascendida, luz y universo del poeta que siente la vida como el gran hallazgo, pero también la pérdida de lo amado, del tiempo y de los sueños como propia muerte. Doble cara de una misma moneda, como dos son las claves esenciales de este poemario. Por una parte, la existencia de las cosas y de los seres; de otra, la desaparición, la pérdida, la muerte de esas cosas y seres. Ambos elementos juegan un papel destacado en la poética de Campos Suárez. 

Llama la atención el juego al que nos somete el autor al utilizar los nombres de “buda” y “bolshói”. Sin embargo, cada palabra simboliza aspectos distintos pero convergentes a la vez. Las citas de Juan Ramón Jiménez, Burckhardt y Bacon sirven de guía, de prólogo si se quiere, para encauzar la lectura de este sólido poemario: el primero alude a la muerte («Yo no seré yo, muerte, / hasta que tú te unas con mi vida…»; el segundo nos habla del por qué de la existencia de las cosas («los objetos de la naturaleza sólo existen […] en tanto que el aire y la luz practican / su juego singular entre ellos») y, el tercero, finalmente, vuelve a la muerte y el miedo a ésta («Los hombres temen la muerte / como los niños jugar en la oscuridad»). Importa, y mucho, los versos que anteceden a cada una de las partes que integran el poemario.


Título: Buda en el Bolshói
Autor: Álvaro Campos Suárez
Edita: Ediciones En Huida
(Sevilla, 2014)



Ya solos, ¿padre e hijo?, disponen sus vidas para el camino de la luz y de los sueños, ambos frente a frente, fija la mirada en el otro, convocando al recuerdo para seguir viviendo, para hallar la verdad que mantenga la esperanza intacta, como al principio, en los orígenes: «Solo recuerdo una imagen. / Tú y yo, en el escenario / bailando bajo un gran foco de luz / apagado / en el centro de la nada». Tal vez ese escenario es la viva representación del Bolshói, el lugar en el que los sueños se materializan y el tiempo se detiene. Cinco son las partes, pues, en las que Campos Suárez divide este poemario, a saber: Luto (Arabasque), que abre con un poema dedicado al Portero de las nubes, el poeta Luis Cernuda: «Dormirán entre sollozos / hombre y nube evaporados»; Aprendizaje (Glissade en avant), en ese rodar hacia delante de la muerte y el recuerdo del padre, siempre presente: «Echo la vista atrás y recuento / las largas noches de tu ausencia. / […] Ahora, tu inexistencia, / y siempre, volver a ti». También habrá una mirada hacia la madre: «Algunos tenemos ángeles, / sherpas que guardan del mal o la impericia / surgidos del amor de nuestras almas»; Entreacto, descanso o interludio, tiempo para la soledad y sus silencios, y la palabra: «Y allá me hallo, cada día, / embebido de soledad / pretérita y futura. / En el goce del cansancio, / esa plenitud inmeritaza. / La palabra / vale más que el hombre»; Ascenso (Cabrioles et pirouettes), revela la necesidad de vivir («Yo prefiero la respiración, / trasunto del alma encendida»), de creer en la utopía («Ya no me queda nada. / Sólo felicidad.), el goce de lo cotidiano («Y mientras caminábamos / a lo largo de la alameda, / supe que al fin lo había hallado, / ¡oh, mágico paseo!»), y de nuevo el padre («Sentado en el mirador junto a mi padre / […] Luz brillante y cegadora. / Campos eternos.»), y por último, Iluminación (Tour de force), de ese otro yo renovado después del despertar al recreado universo donde el poeta da paso al hombre para resurgir de su propio yo, anterior a la luz, y lo hace desde el recuerdo a Campos Reina (el padre omnipresente), el autor-actor convoca a la última representación de Buda en el Bolshói («Arrancar a la gloria su infamia, / y prestar, juntos como un solo ser, / ser / vicio enterno al Amor.»).
El poeta tiene siempre la última palabra, el alma del verso mece sus luces y sus sombras sobre la tierra entera: «Empieza a clarear / en los confines de lo etéreo. […] El teatro torna blanco y puro / a la par que nauseabundo. / Como siempre, / como nunca / hasta el fin de los tiempos.» El poeta en su voz, desnudo y libre.

Librerías y libros andaluces.



No es habitual, pero a veces sucede. De sorprendente y casi milagroso podríamos catalogar lo acaecido hace unos días cuando me dirigía a la librería Metáfora, en Roquetas de Mar. Conducía atento a la carretera y al mismo tiempo enfrascado en mis pensamientos sobre determinados asuntos relacionados con la literatura andaluza y su escasa promoción o difusión en las librerías. Los escritores andaluces, desgraciadamente, son unos perfectos desconocidos para el público en general. Hallar un libro de autor andaluz en las bibliotecas públicas –que no sea lo suficientemente mediático, claro-, o en las de los centros de enseñanza es muy difícil. Los que ocupan los anaqueles, incluso de las universidades, corresponden a poetas o escritores generalmente conocidos por sus intervenciones en las televisiones, radios o prensa –escrita o digital-. Lamentablemente –pensaba durante el corto trayecto-, esta es una realidad constatable, pero sobre todo, triste, dado el buen número de escritores y poetas andaluces con una trayectoria literaria coherente y textos de sobrada calidad. La nómina de estos escritores andaluces sorprendería a muchos, si bien hay que tener en cuenta que forman parte de lo que viene denominándose “autores independientes”, no sujetos a la imperiosa necesidad comercial de las editoriales más famosas, todo lo contrario, afines a editoriales pequeñas e independientes también, que apuestan por la calidad de los textos, por la buena literatura, como debe ser. En estos pensamientos andaba cuando al llegar a la citada librería, me asombro al contemplar en el escaparate un expositor con los libros ganadores de la vigésima edición de los Premios Andalucía de la Crítica, año 2014.
No podía creerlo, una librería que destacaba en su escaparate los libros de autores andaluces, que los críticos literarios consideraron en su día que merecían el máximo reconocimiento de entre todos los publicados en el año 2013 en Andalucía, un premio, además, sin dotación económica alguna (a los premiados se les entrega una estatuilla, obra original del escultor jiennense Andrés Calatrava, y reproducida en Almería por la Escuela del Mármol). Allí estaban alineados sobre el fondo negro del expositor, eran libros andaluces destacados: en poesía, “Umbral de otoños”, de la granadina Mariluz Escribano; en relato, “Las frutas de la luna”, del también granadino Ángel Olgoso, y, por, último, en novela, “Adriático”, de la sevillana Eva Díaz Pérez.
¡Merecido homenaje de esta librería al libro andaluz!



Librerías y libros andaluces.



No es habitual, pero a veces sucede. De sorprendente y casi milagroso podríamos catalogar lo acaecido hace unos días cuando me dirigía a la librería Metáfora, en Roquetas de Mar. Conducía atento a la carretera y al mismo tiempo enfrascado en mis pensamientos sobre determinados asuntos relacionados con la literatura andaluza y su escasa promoción o difusión en las librerías. Los escritores andaluces, desgraciadamente, son unos perfectos desconocidos para el público en general. Hallar un libro de autor andaluz en las bibliotecas públicas –que no sea lo suficientemente mediático, claro-, o en las de los centros de enseñanza es muy difícil. Los que ocupan los anaqueles, incluso de las universidades, corresponden a poetas o escritores generalmente conocidos por sus intervenciones en las televisiones, radios o prensa –escrita o digital-. Lamentablemente –pensaba durante el corto trayecto-, esta es una realidad constatable, pero sobre todo, triste, dado el buen número de escritores y poetas andaluces con una trayectoria literaria coherente y textos de sobrada calidad. La nómina de estos escritores andaluces sorprendería a muchos, si bien hay que tener en cuenta que forman parte de lo que viene denominándose “autores independientes”, no sujetos a la imperiosa necesidad comercial de las editoriales más famosas, todo lo contrario, afines a editoriales pequeñas e independientes también, que apuestan por la calidad de los textos, por la buena literatura, como debe ser. En estos pensamientos andaba cuando al llegar a la citada librería, me asombro al contemplar en el escaparate un expositor con los libros ganadores de la vigésima edición de los Premios Andalucía de la Crítica, año 2014.
No podía creerlo, una librería que destacaba en su escaparate los libros de autores andaluces, que los críticos literarios consideraron en su día que merecían el máximo reconocimiento de entre todos los publicados en el año 2013 en Andalucía, un premio, además, sin dotación económica alguna (a los premiados se les entrega una estatuilla, obra original del escultor jiennense Andrés Calatrava, y reproducida en Almería por la Escuela del Mármol). Allí estaban alineados sobre el fondo negro del expositor, eran libros andaluces destacados: en poesía, “Umbral de otoños”, de la granadina Mariluz Escribano; en relato, “Las frutas de la luna”, del también granadino Ángel Olgoso, y, por, último, en novela, “Adriático”, de la sevillana Eva Díaz Pérez.
¡Merecido homenaje de esta librería al libro andaluz!



JOAQUÍN PÉREZ AZAÚSTRE. Vida y leyenda del jinete eléctrico


Los sonidos metálicos, de aire y fuego del saxo de Sonny Rollins me acompañan mientras leo con suma atención este poema río, único, que lo mismo me transporta a ciudades americanas, al cine americano, a las decenas de fotogramas que han colmado las vidas de toda una generación o que me alcanza como un dardo impregnado de impotencia e indignación reconcentrada en el devenir actual de una España antigua y ñoña, incapaz de romper las cadenas y volar alto hasta atisbar de nuevo el horizonte de la esperanza. Así es «Vida y leyenda del jinete eléctrico», poemario galardonado con el XXIII Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, del cordobés Joaquín Pérez Azaústre. 



El libro está compuesto por treinta y seis secuencias, treinta y seis cantos de una misma obra sinfónica, y no cabe duda que es un verdadero reto para el lector de poesía, porque no es fácil su lectura, que no atiende a norma alguna de puntuación, tal vez al asumir el autor que en ese discurrir de la palabra como un río, la continuidad oracional y discursiva no tendría que detenerse. El fluir de la palabra es la razón esencial de este poemario, que junto al pensamiento y la confirmación de la existencia de un mundo excesivamente material, se rebela contra el sistema, incluso de las propias normas gramaticales. Es un guiño a la rebeldía, a la asunción de lo humano como única fórmula para salvarse –salvarnos-; volver al hombre como centro del universo, renacer para crear una nueva existencia basada en la solidaridad y el hermanamiento como únicos instrumentos de progreso. Subyace en los versos que componen «Vida y leyenda del jinete eléctrico» un discurso humanista, en el cual el compromiso social alienta y alimenta incluso los fragmentos metapoéticos hallados («no habíamos acordado que el poema / era plasticidad de la vida nombrada», «hoy vamos a partir el coxis del poema», «quiero atar la poesía con cordones suaves / para que grite y sienta más allá del dolor»). La poesía y el hombre-poeta frente a frente, desnudos y a sabiendas que solo son carne y alma de una suerte de alquimia necesaria. El poeta en su soledad de siglos («el hombre sigue siendo su soledad de hierro su musgo en / soledad / un hombre es la mejor promesa de sí mismo») recorre la geografía de la palabra-imagen abastecida por el cine, elemento latente y patente en la poesía de Pérez Azaústre, como si se tratara de un apéndice más de su ser.

Título: Vida y leyenda del jinete eléctrico
Autor: Joaquín Pérez Azaústre
Edita: Visor (Madrid, 2013)
Un viaje al centro de la tierra americana, a sus leyendas, a las metrópolis deshumanizadas donde solo se vegeta entre torres de cemento y espanto, allí en la indigencia, en la luz de la amarga existencia, en los aromas ácidos de la noche. Todo fluye y se transforma en versos desesperados de Whitman o Lorca o en la música de un trombón o un saxo vomitando soledades al doblar una esquina. Poesía de la luz entre tanta tiniebla, entre tan insolente turba de gobernantes corruptos. De ahí la necesidad de una vuelta de tuerca hasta el deslumbramiento de un nuevo tiempo («porque todo es poesía más allá del desgarro / poesía social por fin líbrame del cronida»). Un libro cargado de simbolismo y el jinete su máximo exponente, con referencias continuas a poetas, como Alberti («un caballo de luz que galopa en el canto / hasta enterrarlos sí pero también ahogarlos en el mar»). «Vida y leyenda del jinete eléctrico» es un canto a la libertad («pero jamás tendremos libertad de expresión si no luchas por ella»), una llamada de atención a una «triste y gris generación», un grito de rabia e impotencia («ahora sabes también los derechos son caros / y la paz la pensión lujuriosa del pobre / sanidad la justicia un adiós verdadero y cierta educación / privatizan también nuestro oculto lenguaje»). El poeta, en su esencia, vuelve a la raíz del ser y proclama la luz de la palabra y el sueño como única patria.

SALÓN DE LECTURA : José Antonio Santano
VIDA Y LEYENDA DEL JINETE ELÉCTRICO


JOAQUÍN PÉREZ AZAÚSTRE. Vida y leyenda del jinete eléctrico


Los sonidos metálicos, de aire y fuego del saxo de Sonny Rollins me acompañan mientras leo con suma atención este poema río, único, que lo mismo me transporta a ciudades americanas, al cine americano, a las decenas de fotogramas que han colmado las vidas de toda una generación o que me alcanza como un dardo impregnado de impotencia e indignación reconcentrada en el devenir actual de una España antigua y ñoña, incapaz de romper las cadenas y volar alto hasta atisbar de nuevo el horizonte de la esperanza. Así es «Vida y leyenda del jinete eléctrico», poemario galardonado con el XXIII Premio de Poesía Jaime Gil de Biedma, del cordobés Joaquín Pérez Azaústre. 



El libro está compuesto por treinta y seis secuencias, treinta y seis cantos de una misma obra sinfónica, y no cabe duda que es un verdadero reto para el lector de poesía, porque no es fácil su lectura, que no atiende a norma alguna de puntuación, tal vez al asumir el autor que en ese discurrir de la palabra como un río, la continuidad oracional y discursiva no tendría que detenerse. El fluir de la palabra es la razón esencial de este poemario, que junto al pensamiento y la confirmación de la existencia de un mundo excesivamente material, se rebela contra el sistema, incluso de las propias normas gramaticales. Es un guiño a la rebeldía, a la asunción de lo humano como única fórmula para salvarse –salvarnos-; volver al hombre como centro del universo, renacer para crear una nueva existencia basada en la solidaridad y el hermanamiento como únicos instrumentos de progreso. Subyace en los versos que componen «Vida y leyenda del jinete eléctrico» un discurso humanista, en el cual el compromiso social alienta y alimenta incluso los fragmentos metapoéticos hallados («no habíamos acordado que el poema / era plasticidad de la vida nombrada», «hoy vamos a partir el coxis del poema», «quiero atar la poesía con cordones suaves / para que grite y sienta más allá del dolor»). La poesía y el hombre-poeta frente a frente, desnudos y a sabiendas que solo son carne y alma de una suerte de alquimia necesaria. El poeta en su soledad de siglos («el hombre sigue siendo su soledad de hierro su musgo en / soledad / un hombre es la mejor promesa de sí mismo») recorre la geografía de la palabra-imagen abastecida por el cine, elemento latente y patente en la poesía de Pérez Azaústre, como si se tratara de un apéndice más de su ser.

Título: Vida y leyenda del jinete eléctrico
Autor: Joaquín Pérez Azaústre
Edita: Visor (Madrid, 2013)
Un viaje al centro de la tierra americana, a sus leyendas, a las metrópolis deshumanizadas donde solo se vegeta entre torres de cemento y espanto, allí en la indigencia, en la luz de la amarga existencia, en los aromas ácidos de la noche. Todo fluye y se transforma en versos desesperados de Whitman o Lorca o en la música de un trombón o un saxo vomitando soledades al doblar una esquina. Poesía de la luz entre tanta tiniebla, entre tan insolente turba de gobernantes corruptos. De ahí la necesidad de una vuelta de tuerca hasta el deslumbramiento de un nuevo tiempo («porque todo es poesía más allá del desgarro / poesía social por fin líbrame del cronida»). Un libro cargado de simbolismo y el jinete su máximo exponente, con referencias continuas a poetas, como Alberti («un caballo de luz que galopa en el canto / hasta enterrarlos sí pero también ahogarlos en el mar»). «Vida y leyenda del jinete eléctrico» es un canto a la libertad («pero jamás tendremos libertad de expresión si no luchas por ella»), una llamada de atención a una «triste y gris generación», un grito de rabia e impotencia («ahora sabes también los derechos son caros / y la paz la pensión lujuriosa del pobre / sanidad la justicia un adiós verdadero y cierta educación / privatizan también nuestro oculto lenguaje»). El poeta, en su esencia, vuelve a la raíz del ser y proclama la luz de la palabra y el sueño como única patria.

SALÓN DE LECTURA : José Antonio Santano
VIDA Y LEYENDA DEL JINETE ELÉCTRICO


Verde mar de olivos. Antología literaria al olivo

A todos aquellos interesados en participar en la antología literaria al olivo "Verde mar de olivos": el plazo de envío de poemas (máximo 50 versos) y relatos (5 folios), así como de breve currículo,

finaliza el martes, 

día 20 de mayo de 2014.

 

  El libro que aquí mostramos pertenece a su primera edición editado por la Diputación de Almería. Instituto de Estudios Almerienses.


Descripción física:  252 p., [2] p; 21 cm;  
Colección: Letras 
 
ISBN: 84-8108-235-X 
Situación: Agotado 
PVP:  18.00 euros  
LETRAS [L] - Poesía - Pensamiento
Antigua colección: Ediciones Especiales ; 16


Resumen:
Con esta antología el autor pretende eternizar su más íntimo sentimiento hacia el milenario árbol del olivo, a través de la poesía y la prosa de un amplio ramillete de escritores andaluces y de otros puntos de la geografía española.

Verde mar de olivos. Antología literaria al olivo

A todos aquellos interesados en participar en la antología literaria al olivo "Verde mar de olivos": el plazo de envío de poemas (máximo 50 versos) y relatos (5 folios), así como de breve currículo,

finaliza el martes, 

día 20 de mayo de 2014.

 

  El libro que aquí mostramos pertenece a su primera edición editado por la Diputación de Almería. Instituto de Estudios Almerienses.


Descripción física:  252 p., [2] p; 21 cm;  
Colección: Letras 
 
ISBN: 84-8108-235-X 
Situación: Agotado 
PVP:  18.00 euros  
LETRAS [L] - Poesía - Pensamiento
Antigua colección: Ediciones Especiales ; 16


Resumen:
Con esta antología el autor pretende eternizar su más íntimo sentimiento hacia el milenario árbol del olivo, a través de la poesía y la prosa de un amplio ramillete de escritores andaluces y de otros puntos de la geografía española.

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986