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El Parnaso­­­­_________________________________________   Por José Antonio Santano

 

 

Francisco Javier Irazoki

La mirada que despierta a la conciencia

 

           Se preguntaba el crítico y poeta español Gerardo Diego: «Y ¿qué es, qué puede ser un panorama poético? ¿Qué perspectivas nos aguardan cuando empecemos a tender la vista a la redonda? Un panorama poético, un paisaje de poesía será esencialmente eso, poesía, pero no aislada, exclusiva y excluyente. La poesía es un hecho, una gloria humana y como tal, necesita, exige una tierra, un contorno, una atmósfera total y diversa, de la que se nutre y sostiene. Nada humano le puede ser ajeno». Y, ciertamente, la poesía necesita de un territorio del que alimentarse; es tan consustancial al ser humano que no puede eludirse. Tal es la fuerza de la poesía que en todo vive y se manifiesta por mucho que les pese a algunos. La poesía es árbol y raíz al mismo tiempo, y nada se escapa a la mirada del poeta. En esta ocasión esa mirada no es otra que la del poeta navarro Francisco Javier Irazoki (Lesaka, 1954) y su libro ‘Los descalzos’, que recoge su poesía completa (1976-2023).                                          Irazoki ha sido periodista musical en Madrid y formó parte de CLOC, grupo de escritores surrealistas. Reside en París desde 1993, donde ha cursado estudios musicales de Armonía y Composición, Historia de la Música y otros. Durante los años 2009 a 2013 escribió su columna Radio París en El Cultural, suplemento del diario El Mundo. En la actualidad es crítico de poesía en dicha revista.  


 
                                En el breve comentario del escritor Fernando Aramburu, que sirve a manera de proemio o prólogo, se dice: «El presente libro ha sido concebido por su autor como una casa definitiva. Contiene la que él considera su obra poética completa», y más adelante afirma: «Conozco a Irazoki lo suficiente como para estar seguro de que ha dado por concluida su labor creativa, al menos en lo que se refiere a libros de poemas». Contiene este libro, como ya se ha dicho la poesía completa de Irazoki, casi 500 páginas trenzadas con el hilo de un lenguaje que nos conduce hacia el misterio y los asombros de realidades que el poeta transfigura en otras y donde la luz más íntima del silencio se abisma en la magia de los días. Los poemas contenidos en este libro, sean breves como un haiku, un aforismo o sean versos en prosa, iluminan cada una de sus páginas. Es la suya una poesía testimonial, de una hondura desconcertante, alienada con un surrealismo de naturaleza humanística que recorre la cotidianidad de los días y el pensamiento que entronca con las ideas y las artes, así como de una sencillez poco frecuente en la poesía española actual. Una poesía que tiene como elementos clave el paso del tiempo, el dolor, las desapariciones, la honda reflexión de lo vivido, la compasión y la libertad, lo autobiográfico, siempre presente, en esa búsqueda de una poesía trascendente, abierta al mundo en cualquiera de sus experiencias, realzando así una ética infrecuente hoy por hoy, donde lo humano se convierte en el centro de su universo poético.                                                                                                     En este itinerario poético que se inicia con su primer libro ‘Árgoma’, al que suceden otros como ‘Desierto para Hades’, ‘La miniatura infinita’, ‘Retrato de un hilo’, ‘Los hombres intermitentes’, ‘Orquesta de desaparecidos’, ‘Ciento noventa espejos’, ‘El contador de gotas’, hasta concluir con ‘Música incinerada’, Irazoki se muestra como el extraordinario poeta que es, desde sus primeros textos de juventud a los últimos poemas en prosa que constituyen, básicamente, su manera de entender el mundo, pero sobre todo de comprender al ser humano en cualquiera de sus experiencias vitales, bajo una concepción donde no tiene cabida alguna la intolerancia o el odio.                                                            Difícilmente podemos reproducir aquí todos los destellos poéticos de Irazoki, pero sí algunos que me parecen claves para entender el universo íntimo del poeta, como pueden serlo los poemas Habitación 305, dedicado a su hermana Nica («no entiendo como no han prohibido morir a los 25 años / y han dejado al hombre mudo ante el eco impenetrable / de los días, / con el fondo de la vida atafagándole las sienes…» o Palabra de árbol, que dedica a la muerte del hermano («No conocí al que murió en el vientre de mi madre. La abuela lo recogió, dijo que grande como un guía y los puso en el hoy que el padre había cavado entre las raíces de mi higuera preferida. // Para mí, crecer fue sentir el paso del tiempo al escuchar los mensajes que un muerto me enviaba desde sus frutos»); el eco constante del paso del tiempo («…Mi juventud fue la de un anciano sin amargura. La contemplación temprana de la muerte me había apartado del lujo de las lágrimas. Quise exprimir el tiempo…»; la presencia del dolor («Al igual que el topo y la astilla, conocí el dolor, me aparté y fui a hablar a una piedra. //El niño que fui se transformó en sus viajes a la piedra» que deriva en la celebración de la vida («La gratitud es el tamiz que me separa de lo oscuro. Y con las humillaciones del dolor he moldeado mi respuesta: celebrar la vida contra las amenazas de su sufrimiento». Además, tanto el paisaje urbano (Nueva York, Pamplona, Benarés y París, sobre todo), como el rural (fundamentalmente Lesaka), permiten al poeta expresar un hondo sentimiento y una pureza reflexiva singular («En mis visitas a Lesaka, compruebo que los terrenos se han encogido. Las púas de los alambres que delimitaban las praderas sujetan ahora unos retales blancos, y el viento bate esos jirones de las ropas de los ausentes. Otras llamadas siguen despegando las calles del pueblo, y aumenta el grupo de hombres y mujeres que pasean en mi memoria al despedirse de una patria de huecos. Pronto seré el viejo que lleva en un bolsillo toda la extensión de su tierra».      
   
     El yo poético surge y resurge para descubrirnos los acontecimientos de la vida diaria, en los que la literatura, la música (culta o callejera), lo autobiográfico, y siempre los olvidados y ausentes conforman un corpus poético extraordinario, donde ética y estética se perfeccionan. Porque para Irazoki: «la poesía no es una delicadeza decorativa, sino una intensidad de la mirada que despierta a la conciencia». 

 






 

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986