SALÓN DE LECTURA _____________José Antonio Santano
El grito de un pájaro
Escribía días atrás el profesor, poeta y crítico Pedro López Ávila: “Cuando los poetas orientan sus actividades hacia fórmulas exitosas dominantes, con la finalidad de no caer en el olvido de sus contemporáneos y adoptan métodos sazonados ideológicamente con un lenguaje prosaico, conversacional, excesivamente coloquial, anti literario, soez y hasta procaz en algunas ocasiones, me parece a mí, que la poesía pierde una de sus aspiraciones fundamentales: la plenitud…”. No puedo estar más de acuerdo con su opinión. Corren tiempos extraños para la lírica, sobre todo cuando el objetivo último, la finalidad de la creación poética se convierte en un simple mercadeo, en el cual la poesía pierde su verdadero sentido. Dicho lo cual no puedo sino añadir que, de esta persistente atrofia poética, se salvan algunas obras que sí contienen elementos literarios de peso, con los cuales se activan la reflexión, la retórica más o menos compleja, la profundización en las temáticas y la emoción para dar como resultado un libro que imante el interés de los lectores de poesía. Así, el último poemario de José María Muñoz Quirós (Ávila, 1957), “El grito de un pájaro”, publicado por la editorial Difácil, viene a confirmar lo dicho. Creo no equivocarme si afirmo que, de todos sus poemarios publicados hasta ahora, este es el más intimista, el que ahonda y analiza con rigor la relación hombre y mundo, quizá el que se desprende de lo banal y superfluo constituyendo un corpus coherente en el que cohabitan por igual conocimiento, experiencia y la emoción de lo vivido. Con “El grito de un pájaro” asistimos a un deslumbramiento que nace de la observación del mundo, de la vuelta a la Naturaleza y de la constatación de que todo tiempo es fugaz, que a duras penas somos un instante solo; y todo contemplado desde la óptica del goce, de la pasión por la vida, de la capacidad para vislumbrar belleza en todo cuanto le rodea, aunque desde la nostalgia:
“Sol de la mañana
acógenos
con toda la plenitud
que aborda el tiempo herido
en este instante nuevo”.
La esencialidad de la luz y la libertad fijan el pensamiento del poeta, como también abismarse en lo verdaderamente importante de la vida, en esas cosas que son imprescindibles, bellas, espirituales, pequeñas:
“Son tan pocas las cosas esenciales,
tan pequeñas
que apenas conocemos
hacia dónde transcurren sus pasos,
dónde nos regalan su ausencia
cuando están lejos”.
Muñoz Quirós sabe bien de los silencios y por ello nos deja una perla mística cuando escribe:
“Estoy callado
frente al ruido del mundo”,
porque el poeta ya no quiere hablar, solo abismarse en el silencio, como así lo hicieran Santa Teresa o San Juan de la Cruz. De todos los poemas que integran el poemario (sesenta y uno), creo que el titulado “Estar aquí” viene a ser clave para comprender “El grito de un pájaro”, porque el poeta asiste a un desprendimiento de lo vano, para concebir un mundo en el cual lo esencial es la búsqueda continua de lo desconocido, del misterio y la magia que nos liga a la vida. En este poema central, escribe el poeta:
“Estar aquí
para ser testigo
de toda plenitud:
mirar desnudo el día,
bautizar la mañana
donde se esconden
sustraídos los sueños
que se han perdido
si despiertan”.
Halla Muñoz Quirós en lo cotidiano la desnudez del mundo y es agradecido por ello:
“Y dar gracias al cielo
por la belleza que te entrega
este vivir así,
este misterio”.
Y continúa en estos versos el deseo de ser, con el recuerdo de otros versos de Santa Teresa:
“nada es inmutable,
nada permanece…”,
para concluir con
“Al fin de todo,
vivir
es lo que nos deja
un indecible abismo
en este abismo”.
No podría concluirse mejor este comentario que con estos versos del poeta:
“No creo en más verdad
que la que alienta
este vivir tan pequeño y tan mío”.
Título: El grito de un pájaro
Autor: José María Muñoz Quirós
Editorial: Difácil (Valladolid, 2020)