SALÓN
DE LECTURA
Por
José Antonio Santano
Zéjeles
de Alborada
Recibe
uno con alborozo cada libro que llega a su morada, que no es otra que
la biblioteca personal. Libros los hay para todos los gustos, pero
tratándose de poesía y si esta, además, viene avalada por la
experiencia vivificadora y la emoción latente de su expresión más
sublime y bella, que bebe de la más grande tradición andalusí como
es el zéjel en su forma más popular de un estribillo de dos versos,
a los que siguen otros tres con distinta rima y un cuarto que muda,
para finalizar con el estribillo, la satisfacción es mayor.
Dicho lo
cual conviene decir que su autora, la poeta residente en Algeciras,
Paloma Fernández Gomá, ha conseguido crear un texto, “Zéjeles de
alborada”, que nos transporta a ese tiempo de Al-Andalus, en el
cual la poesía formaba parte de la cultura, de la vida. Fernández
Gomá es una poeta de la luz y la memoria, y gusta de adentrarse en
las formas tradicionales de igual forma que experimenta otras nuevas,
propias del tiempo que le ha tocado vivir.
Los zéjeles que nos
presenta en este libro son un total de diecisiete, rigurosos en su
forma y en su fondo, donde el tema central es el ruiseñor,
construyendo así un discurso en el cual la Naturaleza y lo vivido
forman un corpus sólido y existencial, interiorizado y hondo a su
vez.
 |
RESEÑA EN EL PERIÓDICO IDEAL, CRÓNICA LITERARIA POR JOSÉ ANTONIO SANTANO |
Es esa mirada atenta y reflexiva, esa luz que no cesa, como así
lo fue en su anterior entrega poética, al titular su obra “Iris”,
que su autora templa, y que recorre las esencias de la vida, los
detalles de la cotidianidad, siempre desde la palabra y el hálito de
los silencios que la contienen:
«El destello que se filtra en
la mirada
y el hueco de la luz en el
iris
siempre permanecen
en una vigilia continua
de múltiples connotaciones
que jamás se ausentan…».
Paloma Fernández, en su
camino hacia la otra luz, nos convoca ahora a vivir un tiempo pasado,
un tiempo que sabe a miel, como así saben estos “Zéjeles´de
alborada”. Traspasar la frontera y refugiarnos en la palabra
precisa, en la belleza del verso rimado:
«Trinos de melancolía
con esperanza tardía.
En abril ecos lejanos
de los surcos arcanos
cubren lugares montanos,
sutilmente amanecía.
Trinos de melancolía
con esperanza tardía».
La palabra en una música que
nos llega de Al-andalus y que aún resiste y vuela hasta el cielo de
esta patria madrastra, y que Fernández Gomá preserva y restituye
del olvido:
«Hoja de almendro vacía
del ruiseñor que huía.
Alborada del Estrecho,
furtiva voz de helecho,
tú habitas en mi pecho,
raíz de Andalucía.
Hoja de almendro vacía
del ruiseñor que huía».
Así son estos zéjeles,
traducidos también al árabe por Chakib Chairi en este libro, y así
también la palabra de su prologuista, el hispanista y profesor de la
Universidad de Nador, Aziz Amahjour, cuando escribe: «El libro en
su totalidad es un festín de sonido, de melodía y canto. Fruto, sin
duda, de un riguroso cuidado -pero que no parece nada forzado- de la
estructura del zéjel y de su metro». Con este libro, no cabe
duda que nuestra poeta recupera no solo la tradición popular del
zéjel, sino que rescata para las nuevas generaciones, una forma de
expresividad que incita al amor a la Naturaleza y a su más grande
creación: el hombre en su sentido más amplio.
Título:
Zéjeles de alborada
Autor:
Paloma Fernández Gomá
Editorial: Imagenta
(Tarifa, 2019)