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EN LA OTRA LADERA. JOSÉ ANTONIO SÁEZ por JOSÉ ANTONIO SANTANO

JOSÉ ANTONIO SÁEZ
SALÓN DE LECTURA (DIARIO DE ALMERÍA 31/12/2018),
 columna de JOSÉ ANTONIO SANTANO, con el libro
 "EN LA OTRA LADERA"  DE JOSÉ ANTONIO SÁEZ

EN LA OTRA LADERA. JOSÉ ANTONIO SÁEZ
EN LA OTRA LADERA

Es reconfortarte saber que existen creadores que desde la más absoluta soledad, alejados de los centros de poder –en todos sus ámbitos-, construyen día a día una sólida y gran obra. Conforta comprobar que desde ese silencio que los distancia de las grandes urbes contaminadas –de casi todo lo contaminante, material y espiritual-, en un pequeño pueblo cualquiera de una provincia cualquiera, una mujer o un hombre cualquiera edifica un monumento literario bello y perenne, majestuoso en su honestidad, ético y estético al mismo tiempo. Uno de esos casos, que siempre están más cercanos del olvido que del reconocimiento es la razón y la causa de este comentario. Su callada pero certera labor, sin la cansina y monocorde parafernalia que acompaña a muchos escritores y poetas de hoy, se corresponde, en estas ocasiones, con el resultado de un trabajo honesto y dignísimo, capaz de proporcionar la emoción suficiente como para sentirse unido al mensaje que de forma tan indiscutible proporcionan a través de su obra, como lo es ésta: “En la otra ladera”, de José Antonio Saéz (Albox, Almería, 1957). Y así, efectivamente, sucede. Ya desde el principio de este libro hallamos la voz honda y serena que vive en este gran poeta albojense: «Si naufraga el corazón, id por él tras el sembrado de los abedules y envolvedlo en las vendas de un sudario (…) Si veis que muere, acomodadlo en un lecho de luciérnagas y hacedlo reposar sobre la almohada donde vienen a extinguirse los amantes». Sáez ha creado un universo propio, que bebe de la mejor tradición literaria española y que desde la independencia, el conocimiento y un existencialismo vital construye un discurso netamente humanista: «Pon en mi lengua las palabras precisas para dar consuelo y extender la caricia, para aliviar la herida que sangra y la pena que lacera el corazón abandonado. Dame, tú, ahora, las palabras exactas que iluminen a quien yace en tinieblas y deambula sin rumbo por calles y lugares, ignorado de todos, vapuleado por la vida, ninguneado e ignorado por sus semejantes.».
 Alcanza Sáez un estado trascendente, diríase que casi místico (“Hazte en mí y sea yo en ti”) en el cual la palabra es la luz que devuelve la esperanza, el instrumento transformador de una realidad que no satisface al poeta. Poesía en prosa la que nos muestra José Antonio Sáez en cuarenta y ocho composiciones. Poemario para los sentidos y el intelecto, tan bella como sencilla en su concepción del mundo, y reflexiva, sosegada meditación desde la experiencia del vivir, de la cotidianidad de los días, ese tiempo que en el poeta siente que se escapa entre los dedos, porque ya no hay marcha atrás: «Se van, se nos van los días deslizándose entre las manos desnudas como arena. Se nos va la vida y somos solo gotas de agua resbalando en el cristal. Qué esperar de lo porvenir». En los versos de Sáez hallamos la confluencia de la búsqueda de la belleza y la fuerza expresiva de lo cotidiano que nace como consecuencia de una honda interiorización de lo vivido y por vivir. El poeta, desde la soledad de su apartado rincón almeriense, ajeno a las modas y modismos, a la llamada posmodernidad que tan poco le ofrece, consigue conservar intacta su voz, esa que ahonda en los orígenes y acompaña como un canto en las tardes de otoño al son monocorde de la lluvia en los cristales. Consciente del lugar que ocupa, Sáez oficia de poeta auténtico, sin interés alguno por el boato o la engañosa fama que adorna al hombre («Sobran los homenajes para quien no los busca. 
De vanidad se infla el globo y alardea el pavo real en su rueda. Pues llegué sin nada, me iré desnudo, como los hijos de la mar. Alada la mano que cierre la ventana de mis párpados»), porque el amor es el principio que rige todos sus actos: «Si nos han de juzgar por algo, que sea por el amor de que fuimos capaces. (…) Porque el amor, si no se da, se pudre en nosotros como fruta madura, que no es comida por nadie y viene a ser picoteada por los pájaros o arrojada a las alimañas». 
José Antonio Sáez es sin duda un poeta existencialista, humilde y solidario que nunca se detiene y que siempre abre su corazón al desposeído, porque su razón de ser no es otra que la de humanizar cuanto le rodea: «Abrió su corazón a la verdad, a la justicia, a la nobleza, a la compasión, a la solidaridad y lo cerró al escepticismo, a la angustia, a la desazón y al desasosiego». Por ello la tierra madre, la patria, también vive en él, “siguiendo a Salvador Espríu”, de forma muy particular, y en un momento tan delicado como el actual, y así escribe: «Con desgarro en el corazón oigo hablar de mi patria, con desprecio a algunos y con ignorancia a otros. Pero yo conozco su dignidad en la pobreza y su pasado glorioso, y por ellos me enorgullezco de mi humilde, hermosa y desvalida patria». Este es el poeta José Antonio Sáez, que nos hace temblar con la luz deslumbradora de su palabra, siempre viva y humana, y que hallamos en este libro tan conmovedor como acertado para estos tiempos: “En la otra ladera”.
EN LA OTRA LADERA. JOSÉ ANTONIO SÁEZ

EN LA OTRA LADERA. JOSÉ ANTONIO SÁEZ


Título: En la otra ladera
Autor: José Antonio Sáez
Editorial: Catorcebis (2018)

EN LA OTRA LADERA. JOSÉ ANTONIO SÁEZ por JOSÉ ANTONIO SANTANO

JOSÉ ANTONIO SÁEZ
SALÓN DE LECTURA (DIARIO DE ALMERÍA 31/12/2018),
 columna de JOSÉ ANTONIO SANTANO, con el libro
 "EN LA OTRA LADERA"  DE JOSÉ ANTONIO SÁEZ

EN LA OTRA LADERA. JOSÉ ANTONIO SÁEZ
EN LA OTRA LADERA

Es reconfortarte saber que existen creadores que desde la más absoluta soledad, alejados de los centros de poder –en todos sus ámbitos-, construyen día a día una sólida y gran obra. Conforta comprobar que desde ese silencio que los distancia de las grandes urbes contaminadas –de casi todo lo contaminante, material y espiritual-, en un pequeño pueblo cualquiera de una provincia cualquiera, una mujer o un hombre cualquiera edifica un monumento literario bello y perenne, majestuoso en su honestidad, ético y estético al mismo tiempo. Uno de esos casos, que siempre están más cercanos del olvido que del reconocimiento es la razón y la causa de este comentario. Su callada pero certera labor, sin la cansina y monocorde parafernalia que acompaña a muchos escritores y poetas de hoy, se corresponde, en estas ocasiones, con el resultado de un trabajo honesto y dignísimo, capaz de proporcionar la emoción suficiente como para sentirse unido al mensaje que de forma tan indiscutible proporcionan a través de su obra, como lo es ésta: “En la otra ladera”, de José Antonio Saéz (Albox, Almería, 1957). Y así, efectivamente, sucede. Ya desde el principio de este libro hallamos la voz honda y serena que vive en este gran poeta albojense: «Si naufraga el corazón, id por él tras el sembrado de los abedules y envolvedlo en las vendas de un sudario (…) Si veis que muere, acomodadlo en un lecho de luciérnagas y hacedlo reposar sobre la almohada donde vienen a extinguirse los amantes». Sáez ha creado un universo propio, que bebe de la mejor tradición literaria española y que desde la independencia, el conocimiento y un existencialismo vital construye un discurso netamente humanista: «Pon en mi lengua las palabras precisas para dar consuelo y extender la caricia, para aliviar la herida que sangra y la pena que lacera el corazón abandonado. Dame, tú, ahora, las palabras exactas que iluminen a quien yace en tinieblas y deambula sin rumbo por calles y lugares, ignorado de todos, vapuleado por la vida, ninguneado e ignorado por sus semejantes.».
 Alcanza Sáez un estado trascendente, diríase que casi místico (“Hazte en mí y sea yo en ti”) en el cual la palabra es la luz que devuelve la esperanza, el instrumento transformador de una realidad que no satisface al poeta. Poesía en prosa la que nos muestra José Antonio Sáez en cuarenta y ocho composiciones. Poemario para los sentidos y el intelecto, tan bella como sencilla en su concepción del mundo, y reflexiva, sosegada meditación desde la experiencia del vivir, de la cotidianidad de los días, ese tiempo que en el poeta siente que se escapa entre los dedos, porque ya no hay marcha atrás: «Se van, se nos van los días deslizándose entre las manos desnudas como arena. Se nos va la vida y somos solo gotas de agua resbalando en el cristal. Qué esperar de lo porvenir». En los versos de Sáez hallamos la confluencia de la búsqueda de la belleza y la fuerza expresiva de lo cotidiano que nace como consecuencia de una honda interiorización de lo vivido y por vivir. El poeta, desde la soledad de su apartado rincón almeriense, ajeno a las modas y modismos, a la llamada posmodernidad que tan poco le ofrece, consigue conservar intacta su voz, esa que ahonda en los orígenes y acompaña como un canto en las tardes de otoño al son monocorde de la lluvia en los cristales. Consciente del lugar que ocupa, Sáez oficia de poeta auténtico, sin interés alguno por el boato o la engañosa fama que adorna al hombre («Sobran los homenajes para quien no los busca. 
De vanidad se infla el globo y alardea el pavo real en su rueda. Pues llegué sin nada, me iré desnudo, como los hijos de la mar. Alada la mano que cierre la ventana de mis párpados»), porque el amor es el principio que rige todos sus actos: «Si nos han de juzgar por algo, que sea por el amor de que fuimos capaces. (…) Porque el amor, si no se da, se pudre en nosotros como fruta madura, que no es comida por nadie y viene a ser picoteada por los pájaros o arrojada a las alimañas». 
José Antonio Sáez es sin duda un poeta existencialista, humilde y solidario que nunca se detiene y que siempre abre su corazón al desposeído, porque su razón de ser no es otra que la de humanizar cuanto le rodea: «Abrió su corazón a la verdad, a la justicia, a la nobleza, a la compasión, a la solidaridad y lo cerró al escepticismo, a la angustia, a la desazón y al desasosiego». Por ello la tierra madre, la patria, también vive en él, “siguiendo a Salvador Espríu”, de forma muy particular, y en un momento tan delicado como el actual, y así escribe: «Con desgarro en el corazón oigo hablar de mi patria, con desprecio a algunos y con ignorancia a otros. Pero yo conozco su dignidad en la pobreza y su pasado glorioso, y por ellos me enorgullezco de mi humilde, hermosa y desvalida patria». Este es el poeta José Antonio Sáez, que nos hace temblar con la luz deslumbradora de su palabra, siempre viva y humana, y que hallamos en este libro tan conmovedor como acertado para estos tiempos: “En la otra ladera”.
EN LA OTRA LADERA. JOSÉ ANTONIO SÁEZ

EN LA OTRA LADERA. JOSÉ ANTONIO SÁEZ


Título: En la otra ladera
Autor: José Antonio Sáez
Editorial: Catorcebis (2018)

LA LEYENDA DE GÉMINIS de Antonio Hernández, por José Antonio Santano



SALÓN DE LECTURA _____________________ José Antonio Santano



LA LEYENDA DE GÉMINIS
Cuando el ser humano crece ajeno al conocimiento y el placer que proporciona la lectura, más aún, cuando se vanagloria de no haber leído un solo libro en su vida o vuelve a consolidarse aquel antiguo axioma de que los libros son el mismísimo diablo y embrutecen o simplemente se les quema para que no quede de ellos rastro alguno, algo no va bien y con casi toda seguridad solo cabe esperar la más grande de las catástrofes, el caos más absoluto. El libro, los libros, nos proporcionan la posibilidad de vivir las vidas de los otros, de imaginar estados inimaginables, de reflexionar y profundizar en nuestras propias vidas, alcanzando así un estado de natural sosiego. Eso y mucho más sucede cuando los libros forman parte inherente de la vida. Y tan es así que cuando hallamos ese libro y a su autor algo inexplicable sucede en el interior de cada uno de nosotros. Ocurre y ocurrirá siempre que un libro nos atrape en su red y nos haga partícipes de su íntimo mundo. La novela “La leyenda de Géminis”, del gaditano Antonio Hernández, más conocido como poeta que como narrador equilibra la balanza hasta el punto de no saber muy bien si es más narrador que poeta o viceversa. Lo que es indudable es que en esta novela de aprendizaje Hernández viene a mostrarnos su madurez narrativa, su capacidad para la descripción de personajes y situaciones de forma magistral, su conocimiento de la tradición literaria universal, su desbordante experiencia capaz de ahondar en la cotidianidad con una sutileza y elegancia poco frecuentes, pero sobre todo con un lenguaje inusual, de una gran intensidad y hondura intelectual y literaria. Algo que hasta ahora no ha sabido reconocérsele como merece. 

LA LEYENDA DE GÉMINIS

Si Antonio Hernández es el poeta que todos reconocemos en “Nueva York después de muerto”, con el que fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía 2014, también es el extraordinario narrador de esta novela y de otras como “Sangre fría”, “Vestida de novia”, “Raigosa ha muerto.Viva el rey” o “El tesoro de Juan Morales”. Dominador de ambos géneros: poesía y novela, Antonio Hernández es, en uno y otro ámbito, una de las voces más lúcidas del panorama literario español. En “La leyenda de Géminis”, Hernández nos propone la historia de un aprendizaje, no solo desde el punto de vista de la formación académica de Antonio, su protagonista, sino también vital a través de las enseñanzas del magisterio integrador de don Jonás, el otro protagonista. Esta es una novela que se caracteriza por la honda reflexión de la realidad, pero también de la poderosa revelación de la fantasía, de la ficción. Hernández es, sin duda, un escritor de raza capaz de sorprender al lector con el más profundo comentario, como de iluminar sus ojos hasta mostrar una cómplice sonrisa tras su sentido del humor (tan gaditano), o de la sutil ironía que caracteriza su discurso narrativo, siempre bajo la resplandeciente luz de un lenguaje preciso y exquisito, que nos recuerda la más pura tradición literaria española, simbolizada para esta ocasión en la picaresca, con la que Hernández tanto empatiza. Desde la posguerra, pasando por la transición democrática hasta finalizar en el triunfo socialista andaluz son los ejes centrales en los que afianza su narración Hernández para mostrarnos todos los aspectos de la condición humana, para descubrir que en ella se asientan valores perniciosos como la ambición por el poder, el culto al dios dinero o la traición, frente a otros como la solidaridad o la fraternidad humanas. Los personajes están definidos con tal precisión que la narración se desarrolla de forma ágil, en el tiempo y el espacio. “La leyenda de Géminis” viene a confirmar la excelencia narrativa de Antonio Hernández, que como en otras novelas anteriores, no duda en aplicar la observación y la profunda meditación sobre lo vivido y aprehendido para conformar así una historia que pudiendo parecer a primera vista tediosa y compleja, su oficio de escritor convierte esta sensación en puro goce de los sentidos y el intelecto. Esta es, podríamos decir, la historia de un ideal, pero también la historia de un desengaño, de una derrota: «Porque siento que ha vencido la vulgaridad: el dinero que se atesora sobre el que se reparte; la fama sobre el prestigio; el poder sobre la dignidad; la conveniencia sobre la obligación; la adicción sobre la delicadeza, estar sobre ser». Novela de aprendizaje, como ya se ha dicho con anterioridad, con el valor añadido de la erudición que caracteriza a su autor; novela donde la sátira, el humor y un discurso narrativo de una belleza y profundidad sin parangón, procuran al lector ese placentero instante en el cual la lectura se convierte, hacienda de ella una perentoria necesidad, una imprescindible actividad humana. “La leyenda de Géminis” es la crónica de un tiempo oscuro y de silencios, la historia de un lugar y unos seres derrotados, la confluencia de los opuestos, del bien y del mal, tratada con la sabiduría de un narrador imprescindible en el panorama de las letras españolas, que es de justicia distinguir ahora más que nunca: Antonio Hernández.
ANTONIO HERNANDEZ

Título:La leyenda de Géminis
Autor: Antonio Hernández
E ditorial: Carpenocten (2018)

LA LEYENDA DE GÉMINIS de Antonio Hernández, por José Antonio Santano



SALÓN DE LECTURA _____________________ José Antonio Santano



LA LEYENDA DE GÉMINIS
Cuando el ser humano crece ajeno al conocimiento y el placer que proporciona la lectura, más aún, cuando se vanagloria de no haber leído un solo libro en su vida o vuelve a consolidarse aquel antiguo axioma de que los libros son el mismísimo diablo y embrutecen o simplemente se les quema para que no quede de ellos rastro alguno, algo no va bien y con casi toda seguridad solo cabe esperar la más grande de las catástrofes, el caos más absoluto. El libro, los libros, nos proporcionan la posibilidad de vivir las vidas de los otros, de imaginar estados inimaginables, de reflexionar y profundizar en nuestras propias vidas, alcanzando así un estado de natural sosiego. Eso y mucho más sucede cuando los libros forman parte inherente de la vida. Y tan es así que cuando hallamos ese libro y a su autor algo inexplicable sucede en el interior de cada uno de nosotros. Ocurre y ocurrirá siempre que un libro nos atrape en su red y nos haga partícipes de su íntimo mundo. La novela “La leyenda de Géminis”, del gaditano Antonio Hernández, más conocido como poeta que como narrador equilibra la balanza hasta el punto de no saber muy bien si es más narrador que poeta o viceversa. Lo que es indudable es que en esta novela de aprendizaje Hernández viene a mostrarnos su madurez narrativa, su capacidad para la descripción de personajes y situaciones de forma magistral, su conocimiento de la tradición literaria universal, su desbordante experiencia capaz de ahondar en la cotidianidad con una sutileza y elegancia poco frecuentes, pero sobre todo con un lenguaje inusual, de una gran intensidad y hondura intelectual y literaria. Algo que hasta ahora no ha sabido reconocérsele como merece. 

LA LEYENDA DE GÉMINIS

Si Antonio Hernández es el poeta que todos reconocemos en “Nueva York después de muerto”, con el que fue galardonado con el Premio Nacional de Poesía 2014, también es el extraordinario narrador de esta novela y de otras como “Sangre fría”, “Vestida de novia”, “Raigosa ha muerto.Viva el rey” o “El tesoro de Juan Morales”. Dominador de ambos géneros: poesía y novela, Antonio Hernández es, en uno y otro ámbito, una de las voces más lúcidas del panorama literario español. En “La leyenda de Géminis”, Hernández nos propone la historia de un aprendizaje, no solo desde el punto de vista de la formación académica de Antonio, su protagonista, sino también vital a través de las enseñanzas del magisterio integrador de don Jonás, el otro protagonista. Esta es una novela que se caracteriza por la honda reflexión de la realidad, pero también de la poderosa revelación de la fantasía, de la ficción. Hernández es, sin duda, un escritor de raza capaz de sorprender al lector con el más profundo comentario, como de iluminar sus ojos hasta mostrar una cómplice sonrisa tras su sentido del humor (tan gaditano), o de la sutil ironía que caracteriza su discurso narrativo, siempre bajo la resplandeciente luz de un lenguaje preciso y exquisito, que nos recuerda la más pura tradición literaria española, simbolizada para esta ocasión en la picaresca, con la que Hernández tanto empatiza. Desde la posguerra, pasando por la transición democrática hasta finalizar en el triunfo socialista andaluz son los ejes centrales en los que afianza su narración Hernández para mostrarnos todos los aspectos de la condición humana, para descubrir que en ella se asientan valores perniciosos como la ambición por el poder, el culto al dios dinero o la traición, frente a otros como la solidaridad o la fraternidad humanas. Los personajes están definidos con tal precisión que la narración se desarrolla de forma ágil, en el tiempo y el espacio. “La leyenda de Géminis” viene a confirmar la excelencia narrativa de Antonio Hernández, que como en otras novelas anteriores, no duda en aplicar la observación y la profunda meditación sobre lo vivido y aprehendido para conformar así una historia que pudiendo parecer a primera vista tediosa y compleja, su oficio de escritor convierte esta sensación en puro goce de los sentidos y el intelecto. Esta es, podríamos decir, la historia de un ideal, pero también la historia de un desengaño, de una derrota: «Porque siento que ha vencido la vulgaridad: el dinero que se atesora sobre el que se reparte; la fama sobre el prestigio; el poder sobre la dignidad; la conveniencia sobre la obligación; la adicción sobre la delicadeza, estar sobre ser». Novela de aprendizaje, como ya se ha dicho con anterioridad, con el valor añadido de la erudición que caracteriza a su autor; novela donde la sátira, el humor y un discurso narrativo de una belleza y profundidad sin parangón, procuran al lector ese placentero instante en el cual la lectura se convierte, hacienda de ella una perentoria necesidad, una imprescindible actividad humana. “La leyenda de Géminis” es la crónica de un tiempo oscuro y de silencios, la historia de un lugar y unos seres derrotados, la confluencia de los opuestos, del bien y del mal, tratada con la sabiduría de un narrador imprescindible en el panorama de las letras españolas, que es de justicia distinguir ahora más que nunca: Antonio Hernández.
ANTONIO HERNANDEZ

Título: La leyenda de Géminis
Autor: Antonio Hernández
E ditorial: Carpenocten (2018)

TRADUCCIÓN DEL SILENCIO

SALÓN DE LECTURA ___________________________ José Antonio Santano

JOSÉ ANTONIO SANTANO
TRADUCCIÓN DEL SILENCIO
Abrir las páginas de un libro es siempre un acto de amor indescriptible. Abrir las páginas de un libro de amor es abismarse en la frondosidad del silencio. El silencio del amor es como un mar inmenso e infinito. Por eso el amor es el motor del mundo, no hay nada que pueda con el amor, ni siquiera la muerte. Cuando la muerte se interpone y deja a los amantes en el dolor de la ausencia, la vida es un calvario, la oscuridad plena, el precipicio que invita a la caída, como si el mundo no existiera ya, solo sus cenizas, y sin embargo, el amor renace como un Ave Fénix. Abrir las páginas de un libro de amor es, entonces, como hallar un oasis en el desierto, el mejor bálsamo posible, pura razón de la existencia. Uno de esos libros es, sin duda, “Traducción del silencio”, de Trinidad Ruiz Marcellán (Zaragoza, 1950), poeta honda donde las halla y perseverante editora, responsable desde el año 1979 de “Olifante. Ediciones de Poesía”. 
TRINIDAD RUIZ MARCELLÁN
Nace “Traducción del silencio” como consecuencia de la muerte de Marcelo Reyes, compañero de vida de la poeta. Después de dos años de habitar el más absoluto silencio, de conversar con él día y noche, de odiarlo y amarlo al mismo tiempo, de bucear en la oscuridad hasta la extenuación, en un delirio incomprensible, de caminar sin orden ni concierto; después de haber volado hasta la más alta montaña y haber rozado los bordes dorados de la luna, de sentir la quemazón de la ausencia definitiva, de amamantar el desconsuelo y la desesperación o precipitarse en la más honda y triste soledad, Ruiz Marcellán, refugiada en la escritura, acierta al comprender de que es posible renacer a la vida después del último y aterrador silencio, de que la luz puede iluminar tanta oscuridad y que para ello no hay mejor remedio que regresar al origen del propio silencio, entenderlo, asistirlo, dialogar con él, recrearlo mediante la palabra, interpretarlo, traducirlo al fin. Ya en el prólogo el también poeta Luis Alberto de Cuenca dice: «La escritura mitiga los efectos devastadores de la muerte. Se transforma en un grito que consigue emerger de la soledad y vencer al silencio. 
Un grito que, en el caso de este libro de Trinidad Ruiz Marcellán, no sobrecoge ni aterroriza, sino que conduce a la calma y suscita el sosiego. La calma y el sosiego que reinan en el país del recuerdo, allí donde las llagas en el alma que produce el dolor comienzan a cicatrizarse». Y así es o así nos lo parece, porque este libro es un libro de vida, de la victoria siempre del amor en su entrega pura y generosa. Bien lo sabe la mujer y la poeta que vive en Trinidad Ruiz Marcellán, y lo sabe el paisaje del Moncayo, los pobladores de Litago y los árboles y pájaros, la tierra entera. Ya lo dijo el también poeta y gran amigo de Trinidad, Ángel Guinda: «Ya no hablo otra lengua que no sea el silencio». Y esto mismo ocurre con la lengua que habla y escribe Ruiz Marcellán.
 Ella ha querido, deseado amorosamente, adentrarse en la mismísima médula del silencio para crear un universo nuevo, distinto, de una belleza inconmensurable y de una extraordinaria hondura. Del silencio a aprehendido y de él ha nacido la esperanza. La poética del silencio que anida en este libro esencial es la huella indeleble del recuerdo, del amado ausente, y al mismo tiempo la vida en toda su grandeza y honestidad. Versos que beben de la tierra y el agua, del vuelo del pájaro en su descenso delirante a la planicie; versos que resplandecen los sentidos y desbordan la emoción: «Verás cómo crece / la mimosa de Tasmania / que da sombra a tu ventana. // Entre las dos te auparemos / sujetando tus vértebras rotas / y desplazadas a otro mundo. // Amor más poderoso que la vida». “Traducción del silencio” contiene la esencia de la palabra poética de Trinidad Ruiz Marcellán, la brevedad de sus versos, en esa especie de golpe seco, contundente y único, que nos alerta y nos asombra, nos seduce y abisma, distingue su personalísima voz. 
El silencio que nos muestra en toda su magnitud no es sino su propio silencio, aquel al que un día se vio sometida y del que aprendió a sentir y vivir como otros muchos silencios que habitaban la casa y la montaña: «Cumbre / del Moncayo. // Recomenzar». Versos como hilos de seda que van tejiendo cada instante de vida, a la que se aferra ya sin remisión, pues en ella habita toda la esperanza de saberse amada aún después del silencio y haber amado aún después de la muerte. Abrir las páginas de este libro es como iniciar un vuelo a lo desconocido, a los misterios de la vida o como respirar el aire puro de las altas cumbres. La verdad poética de Trinidad Ruiz Marcellán resplandece en cada una de las páginas de este pequeño gran libro, una joya literaria que no dejará impasible a lector alguno, porque en él se halla el silencio en todas sus formas y sentires. “Traducción del silencio” nos devuelve la esperanza en el ser humano para cambiar la vida y para creer en ella, y por eso la poeta se pregunta: «¿Para quién / vivir? // Silencio. / Vacío. // ¡Para la vida!». Poesía del silencio y para la vida, pura poesía la de Trinidad Ruiz Marcellán.
TRINIDAD RUIZ MARCELLÁN

Título:Traducción del silencio
Autor: Trinidad Ruiz Marcellán
Editorial: Olifante (Tarazona, 2017)

TRADUCCIÓN DEL SILENCIO

SALÓN DE LECTURA ___________________________ José Antonio Santano

JOSÉ ANTONIO SANTANO
TRADUCCIÓN DEL SILENCIO
Abrir las páginas de un libro es siempre un acto de amor indescriptible. Abrir las páginas de un libro de amor es abismarse en la frondosidad del silencio. El silencio del amor es como un mar inmenso e infinito. Por eso el amor es el motor del mundo, no hay nada que pueda con el amor, ni siquiera la muerte. Cuando la muerte se interpone y deja a los amantes en el dolor de la ausencia, la vida es un calvario, la oscuridad plena, el precipicio que invita a la caída, como si el mundo no existiera ya, solo sus cenizas, y sin embargo, el amor renace como un Ave Fénix. Abrir las páginas de un libro de amor es, entonces, como hallar un oasis en el desierto, el mejor bálsamo posible, pura razón de la existencia. Uno de esos libros es, sin duda, “Traducción del silencio”, de Trinidad Ruiz Marcellán (Zaragoza, 1950), poeta honda donde las halla y perseverante editora, responsable desde el año 1979 de “Olifante. Ediciones de Poesía”. 
TRINIDAD RUIZ MARCELLÁN
Nace “Traducción del silencio” como consecuencia de la muerte de Marcelo Reyes, compañero de vida de la poeta. Después de dos años de habitar el más absoluto silencio, de conversar con él día y noche, de odiarlo y amarlo al mismo tiempo, de bucear en la oscuridad hasta la extenuación, en un delirio incomprensible, de caminar sin orden ni concierto; después de haber volado hasta la más alta montaña y haber rozado los bordes dorados de la luna, de sentir la quemazón de la ausencia definitiva, de amamantar el desconsuelo y la desesperación o precipitarse en la más honda y triste soledad, Ruiz Marcellán, refugiada en la escritura, acierta al comprender de que es posible renacer a la vida después del último y aterrador silencio, de que la luz puede iluminar tanta oscuridad y que para ello no hay mejor remedio que regresar al origen del propio silencio, entenderlo, asistirlo, dialogar con él, recrearlo mediante la palabra, interpretarlo, traducirlo al fin. Ya en el prólogo el también poeta Luis Alberto de Cuenca dice: «La escritura mitiga los efectos devastadores de la muerte. Se transforma en un grito que consigue emerger de la soledad y vencer al silencio. 
Un grito que, en el caso de este libro de Trinidad Ruiz Marcellán, no sobrecoge ni aterroriza, sino que conduce a la calma y suscita el sosiego. La calma y el sosiego que reinan en el país del recuerdo, allí donde las llagas en el alma que produce el dolor comienzan a cicatrizarse». Y así es o así nos lo parece, porque este libro es un libro de vida, de la victoria siempre del amor en su entrega pura y generosa. Bien lo sabe la mujer y la poeta que vive en Trinidad Ruiz Marcellán, y lo sabe el paisaje del Moncayo, los pobladores de Litago y los árboles y pájaros, la tierra entera. Ya lo dijo el también poeta y gran amigo de Trinidad, Ángel Guinda: «Ya no hablo otra lengua que no sea el silencio». Y esto mismo ocurre con la lengua que habla y escribe Ruiz Marcellán.
 Ella ha querido, deseado amorosamente, adentrarse en la mismísima médula del silencio para crear un universo nuevo, distinto, de una belleza inconmensurable y de una extraordinaria hondura. Del silencio a aprehendido y de él ha nacido la esperanza. La poética del silencio que anida en este libro esencial es la huella indeleble del recuerdo, del amado ausente, y al mismo tiempo la vida en toda su grandeza y honestidad. Versos que beben de la tierra y el agua, del vuelo del pájaro en su descenso delirante a la planicie; versos que resplandecen los sentidos y desbordan la emoción: «Verás cómo crece / la mimosa de Tasmania / que da sombra a tu ventana. // Entre las dos te auparemos / sujetando tus vértebras rotas / y desplazadas a otro mundo. // Amor más poderoso que la vida». “Traducción del silencio” contiene la esencia de la palabra poética de Trinidad Ruiz Marcellán, la brevedad de sus versos, en esa especie de golpe seco, contundente y único, que nos alerta y nos asombra, nos seduce y abisma, distingue su personalísima voz. 
El silencio que nos muestra en toda su magnitud no es sino su propio silencio, aquel al que un día se vio sometida y del que aprendió a sentir y vivir como otros muchos silencios que habitaban la casa y la montaña: «Cumbre / del Moncayo. // Recomenzar». Versos como hilos de seda que van tejiendo cada instante de vida, a la que se aferra ya sin remisión, pues en ella habita toda la esperanza de saberse amada aún después del silencio y haber amado aún después de la muerte. Abrir las páginas de este libro es como iniciar un vuelo a lo desconocido, a los misterios de la vida o como respirar el aire puro de las altas cumbres. La verdad poética de Trinidad Ruiz Marcellán resplandece en cada una de las páginas de este pequeño gran libro, una joya literaria que no dejará impasible a lector alguno, porque en él se halla el silencio en todas sus formas y sentires. “Traducción del silencio” nos devuelve la esperanza en el ser humano para cambiar la vida y para creer en ella, y por eso la poeta se pregunta: «¿Para quién / vivir? // Silencio. / Vacío. // ¡Para la vida!». Poesía del silencio y para la vida, pura poesía la de Trinidad Ruiz Marcellán.
TRINIDAD RUIZ MARCELLÁN

Título: Traducción del silencio
Autor: Trinidad Ruiz Marcellán
Editorial: Olifante (Tarazona, 2017)

POESÍA REUNIDA, autor IDA VITALE, por JOSÉ ANTONIO SANTANO




SALÓN DE LECTURA ___________________________ José Antonio Santano


POESÍA REUNIDA
Volver a la poesía es siempre un viaje incierto, pero tan apasionante que no se sabe nunca cuándo surgirá la luz, esa que nos ciega o nos ilumina el camino, la que nos abisma o salva, la que nos concede la exacta palabra o nos la limita. Poesía para vivir y soñar, despertar un día y seguir las órdenes de lo ilógico e incomprensible, mutar en otros cuerpos, olvidar el olvido y nacer de nuevo, percibir la respiración del universo todo. Así todos los días, sin desmayo, abriendo el corazón, el alma y los sentidos a la creación de lo increado. Amanecer al filo del límite, en el margen y seguir creyendo en la palabra y sus silencios. La poesía entonces renace de todas las cenizas y nos devuelve la esperanza siempre de vivir hasta la extenuación. Porque sabemos que no es corriente que recaigan en un corto periodo de tiempo, y en la misma persona, los premios más importantes de la literatura española e iberoamericana a los que tantos escritores aspiran, hoy celebramos que haya sido una mujer, hecho poco frecuente, pero justo, merecido y necesario, Ida Vitale (Montevideo, Uruguay, 1923) la poeta galardonada en estos últimos años con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2015), Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2016), Premio Max Jacob (2017) y recientemente el Premio Cervantes (2018), el más importante del panorama literario en lengua española. Con motivo de todos estos premios traemos a este “Salón de lectura”, la “Poesía reunida” (1949-2015), que la editorial Tusquets, en su colección “Nuevos textos sagrados” publicó el año pasado. No cabe duda que estos reconocimientos, a priori, avalan la trayectoria poética de Ida Vitale, pero es su sentido y concepción del mundo en el que vive lo que hace de Vitale una poeta esencial, de una pureza indiscutible por su profundidad en el tratamiento de los temas, su extraordinaria humanidad y su vital presencia en todos los órdenes de la vida, por su aportación lingüística y literaria, su capacidad de creación y su dedicación continuada al enriquecimiento del lenguaje, amén de su sensibilidad natural, que hace de ella una excelsa poeta y que sus textos sean como un gran faro iluminando continentes. “Poesía reunida” abarca, como ya hemos adelantado, el periodo que va de 1949 a 2015 (aunque no están todos los poemas escritos), más de medio siglo de producción poética, amplia muestra del quehacer de Ida Vitale y que ha merecido el más grande reconocimiento literario: el Premio Cervantes. Marca la poesía de Ida Vitale un continuo discurrir por la palabra en todas sus formas posibles, sus acepciones y sentidos, como si se tratara de un juego en el que las combinaciones, todas las combinaciones posibles fuesen vitales para el fin que se persigue, cual es, crear un universo propio, un mundo en el que todo lo creado parte del humano devenir. Queda patente en la poesía de Vitale el rigor intelectual con el que afrenta cada texto: «¿Qué hacer? ¿Abrir al mar la estancia de la muerte? ¿O enterrarse entre piedras que encierran amonitas fantasmas y prueban que fue agua este humano desierto?»; su diálogo permanente con la Naturaleza, ya sean ríos, árboles, pájaros: «Profundamente pájaro, / profundamente río, profundamente cielo / y árboles y árboles / profundos y distintos, / marejada de nubes sobre / golondrinas, cotorras, / palomas, benteveos / y constantes gorriones / y remilgados teros, / silencios con abrojos, / errores tan fatales, / imprecisas historias / de miserias ¿humanas?». Toda su poesía fluye acompasada, musical, como un canto único, nacida de la profunda reflexión sobre la vida y la muerte, el tiempo y el espacio. Ida Vitale parte de la nada en un discurso grandioso que nos hace vibrar con cada palabra, con cada sílaba, en vuelo de majestad indescriptible. Su mundo, la Nada, es la clave de este viaje al centro, al núcleo, a su esencial palabra, a su verbo, a su extraordinario pensamiento, a su sensibilidad mayúscula. Sumergirse en la nada, adentrarse en el vacío para vivir intensamente la vida toda, con sus conquistas y derrotas. No es otro el camino, este camino de continuo abismarse en la luz de la oscuridad para reconocer y reconocerse, alumbrando la palabra que nos redima: «Bajo la pálida / lluvia de luz de la ventana, / inconclusos poemas, / fantasmas de lo que no ha sido, / alzan sus banderas, / las derrotan y mueren. // Bajo la pálida / lluvia de luz de la ventana, / flota una especie blanca, / me digo, / un desierto de nada». Fulgor de la palabra, perfecta simbiosis de conocimiento y emoción que hacen de su poesía un lugar paradisíaco y único, de imprescindible visita, como así ha sido reconocido al otorgársele el Premio Cervantes. Quedémonos, pues, con Ida Vitale, con su lumínica y honda voz: «Sí, no vayamos más lejos, / quedemos junto al pájaro humilde / que tiene nido entre la buganvilia / y de cerca vigila. / Más allá sé que empieza lo sórdido, / la codicia, el estrago». Quedémonos con su deslumbrante magisterio y sabiduría, con el intenso fuego de sus versos, con su sólida e inmensa obra poética, humano monumento.    

Título: Poesía Reunida               
Autor: Ida Vitale
Editorial: Tusquets (Barcelona, 2017)  


POESÍA REUNIDA, autor IDA VITALE, por JOSÉ ANTONIO SANTANO




SALÓN DE LECTURA ___________________________ José Antonio Santano


POESÍA REUNIDA
Volver a la poesía es siempre un viaje incierto, pero tan apasionante que no se sabe nunca cuándo surgirá la luz, esa que nos ciega o nos ilumina el camino, la que nos abisma o salva, la que nos concede la exacta palabra o nos la limita. Poesía para vivir y soñar, despertar un día y seguir las órdenes de lo ilógico e incomprensible, mutar en otros cuerpos, olvidar el olvido y nacer de nuevo, percibir la respiración del universo todo. Así todos los días, sin desmayo, abriendo el corazón, el alma y los sentidos a la creación de lo increado. Amanecer al filo del límite, en el margen y seguir creyendo en la palabra y sus silencios. La poesía entonces renace de todas las cenizas y nos devuelve la esperanza siempre de vivir hasta la extenuación. Porque sabemos que no es corriente que recaigan en un corto periodo de tiempo, y en la misma persona, los premios más importantes de la literatura española e iberoamericana a los que tantos escritores aspiran, hoy celebramos que haya sido una mujer, hecho poco frecuente, pero justo, merecido y necesario, Ida Vitale (Montevideo, Uruguay, 1923) la poeta galardonada en estos últimos años con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2015), Premio Internacional de Poesía Federico García Lorca (2016), Premio Max Jacob (2017) y recientemente el Premio Cervantes (2018), el más importante del panorama literario en lengua española. Con motivo de todos estos premios traemos a este “Salón de lectura”, la “Poesía reunida” (1949-2015), que la editorial Tusquets, en su colección “Nuevos textos sagrados” publicó el año pasado. No cabe duda que estos reconocimientos, a priori, avalan la trayectoria poética de Ida Vitale, pero es su sentido y concepción del mundo en el que vive lo que hace de Vitale una poeta esencial, de una pureza indiscutible por su profundidad en el tratamiento de los temas, su extraordinaria humanidad y su vital presencia en todos los órdenes de la vida, por su aportación lingüística y literaria, su capacidad de creación y su dedicación continuada al enriquecimiento del lenguaje, amén de su sensibilidad natural, que hace de ella una excelsa poeta y que sus textos sean como un gran faro iluminando continentes. “Poesía reunida” abarca, como ya hemos adelantado, el periodo que va de 1949 a 2015 (aunque no están todos los poemas escritos), más de medio siglo de producción poética, amplia muestra del quehacer de Ida Vitale y que ha merecido el más grande reconocimiento literario: el Premio Cervantes. Marca la poesía de Ida Vitale un continuo discurrir por la palabra en todas sus formas posibles, sus acepciones y sentidos, como si se tratara de un juego en el que las combinaciones, todas las combinaciones posibles fuesen vitales para el fin que se persigue, cual es, crear un universo propio, un mundo en el que todo lo creado parte del humano devenir. Queda patente en la poesía de Vitale el rigor intelectual con el que afrenta cada texto: «¿Qué hacer? ¿Abrir al mar la estancia de la muerte? ¿O enterrarse entre piedras que encierran amonitas fantasmas y prueban que fue agua este humano desierto?»; su diálogo permanente con la Naturaleza, ya sean ríos, árboles, pájaros: «Profundamente pájaro, / profundamente río, profundamente cielo / y árboles y árboles / profundos y distintos, / marejada de nubes sobre / golondrinas, cotorras, / palomas, benteveos / y constantes gorriones / y remilgados teros, / silencios con abrojos, / errores tan fatales, / imprecisas historias / de miserias ¿humanas?». Toda su poesía fluye acompasada, musical, como un canto único, nacida de la profunda reflexión sobre la vida y la muerte, el tiempo y el espacio. Ida Vitale parte de la nada en un discurso grandioso que nos hace vibrar con cada palabra, con cada sílaba, en vuelo de majestad indescriptible. Su mundo, la Nada, es la clave de este viaje al centro, al núcleo, a su esencial palabra, a su verbo, a su extraordinario pensamiento, a su sensibilidad mayúscula. Sumergirse en la nada, adentrarse en el vacío para vivir intensamente la vida toda, con sus conquistas y derrotas. No es otro el camino, este camino de continuo abismarse en la luz de la oscuridad para reconocer y reconocerse, alumbrando la palabra que nos redima: «Bajo la pálida / lluvia de luz de la ventana, / inconclusos poemas, / fantasmas de lo que no ha sido, / alzan sus banderas, / las derrotan y mueren. // Bajo la pálida / lluvia de luz de la ventana, / flota una especie blanca, / me digo, / un desierto de nada». Fulgor de la palabra, perfecta simbiosis de conocimiento y emoción que hacen de su poesía un lugar paradisíaco y único, de imprescindible visita, como así ha sido reconocido al otorgársele el Premio Cervantes. Quedémonos, pues, con Ida Vitale, con su lumínica y honda voz: «Sí, no vayamos más lejos, / quedemos junto al pájaro humilde / que tiene nido entre la buganvilia / y de cerca vigila. / Más allá sé que empieza lo sórdido, / la codicia, el estrago». Quedémonos con su deslumbrante magisterio y sabiduría, con el intenso fuego de sus versos, con su sólida e inmensa obra poética, humano monumento.    

Título: Poesía Reunida               
Autor: Ida Vitale
Editorial: Tusquets (Barcelona, 2017)  


LA URUGUAYA


SALÓN DE LECTURA____________ José Antonio Santano


LA URUGUAYA
Para quienes creemos que la lectura forma parte de la vida, que es como el aire que respiramos, cualquier momento es bueno para asirse a un libro, detener nuestra mirada sobre sus páginas y dejarnos llevar por el vuelo de la palabra. Cada una de ellas en su individualidad y sumadas en su conjunto procuran siempre un viaje a lugares insospechados sobrecogiéndonos por su magia que nos adentra en otras vidas y experiencias múltiples, enseñándonos así que la literatura puede ser un refugio para la soledad o un inmenso oasis de esperanza. La propuesta para esta ocasión no es otra que una novela corta, pero sustancial y sustanciosa en la medida que su escritura puede responder a las expectativas de un amplio número de lectores. 
 PEDRO MAIRAL (BUENOS AIRES, 1970)
PEDRO MAIRAL (BUENOS AIRES, 1970)

Su título, “La uruguaya”, su autor, Pedro Mairal (Buenos Aires, 1970) y el sello editorial , publicada por el sello editorial “Libros del asteroide”. En ella se combinan todos los ingredientes necesarios para conformar una interesante historia, urdida sobre la base de una crisis conyugal, la que padece su protagonista, Lucas Pereyra, un escritor argentino que vive una difícil situación económica y familiar. Su país, Argentina, vive también un mal momento financiero debido a las restricciones bancarias, de tal manera que el hecho de viajar a Montevideo (Uruguay) para cobrar unos anticipos editoriales y la visita a una joven amiga de tiempo atrás será el detonante de esta aventura que durará un día solo pero que deparará en el protagonista y el lector la sorprendente huella de una nueva y desafortunada realidad, la de un vencido más, un fracasado, un inadaptado más. Este es un viaje de ida y vuelta al interior de uno mismo, en este caso de Lucas Pereyra, ese escritor que vive la incomprensión familiar y la culpa como algo cotidiano y cuyo anhelo no es otro que respirar otro aire y en otra ciudad diferente, ajeno a la dominación de la esposa: «Me tranquilizaba sentir que había una parte de mi cerebro que no compartía con vos. Necesitaba mi cono de sombra, mi traba en la puerte, mi intimidad, aunque solo fuera para estar en silencio. Siempre me aterra esa cosa siamesa de las parejas: opinan lo mismo, comen lo mismo, se emborrachan a la par, como si compartieran el torrente sanguíneo.». Este es el relato de una soledad anunciada y vivida: «Solos y juntos…, estábamos al lado pero inalcanzables, como en dos planos distintos de la realidad». La narración discurre sustentada por la lúcida prosa de Pedro Mairal, en la que hallamos la fuerza de un lenguaje que no escapa del uso de modismos o expresiones propias de su país, Argentina, como de una variedad de recursos lingüísticos tal que hace que la tensión discursiva se mantenga a lo largo de toda la lectura, procurando en el lector un único deseo: leer una página tras otra, sin tregua alguna, hasta su conclusión. En esta historia, que pudiera parecer simple y que no da juego para mucho, Mairal nos descubre su verdadero ingenio narrativo, de tal manera que, desde la apariencia de una fuerte masculinidad se nos presenta un ser frágil, al que se puede engañar con poco, para regresar al fin al mismo lugar de la partida con las manos vacías y humillado, en sentido sexual y personal. El hombre que quiso ser Lucas, supuestamente enamorado, entregado al amor de la uruguaya Guerra, no es sino una falsa ilusión, un camino aciago que lo devolverá a una cruel realidad, a la pérdida de casi todo, incluso de su dignidad. Seduce en este relato la tensión discursiva de Mairal, la capacidad para describir todas y cada una de las situaciones que se producen en el corto espacio de un día y cómo resuelve la narración de forma sorpresiva. La uruguaya es una novela en la que no falta el dinero, el sexo, el humor, la soledad, la infidelidad, la ironía, el engaño, la literatura y hasta el fútbol. Novela dirigida, por tanto, a un público amplio y heterogéneo, atractiva desde el punto y hora que centra su trama en un hecho actual con el cual muchos lectores pueden verse identificados. Una sociedad en crisis es reflejo de las continuadas crisis en las relaciones humanas, y dentro de estas, las familiares ocupan un lugar predominante. El sexo ocupa también un lugar significativo, hasta el punto que el protagonista se ciega en su búsqueda. Todo estaba planeado para el encuentro con la joven Guerra, pero también todo estaba tasado para el fracaso y el engaño. Con todo, “La uruguaya” es una novela escrita con maestría, en la que su autor ha sabido, a pesar de su brevedad, conjugar todos los elementos necesarios para hilar un discurso narrativo que seduce al lector desde el primer momento, reflejo de lo que es la vida y sus contradicciones, en consecuencia, de la fragilidad del ser humano ante sí y el mundo que le rodea. Todo puede suceder en la ficción, incluso superar el grado de conocimiento de la realidad circundante. Así lo ha creído Pedro Mairal al escribir esta sugerente, atractiva y breve novela, tal es “La uruguaya”.
LA URUGUAYA


Título:La uruguaya
Autor: Pedro Mairal
Editorial: Libros del asteroide (2018)


SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986