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José Antonio Santano analiza la obra "Eros en el espejo" de Pepe Criado y Antonio Carbonell.



EROS EN EL ESPEJO




El amor es un bien escaso, aunque pueda dar la sensación de todo lo contrario debido, fundamentalmente, a la frecuencia con la cual se pronuncia esa palabra. Existen aún demasiadas barreras y limitaciones para el amor pleno, ese que nace sin condiciones, el que se entrega al otro sin pedir nada a cambio, libre y libres el alma y la piel, dejando que los labios besen cada palmo de carne, el que es un solo cuerpo y espíritu, una sola voz y un único deseo, el mismo sueño repetido hasta la saciedad, perpetuándose en el tiempo, como si nada ni nadie existiera, solos los amantes y el leve y ardiente rumor de sus besos. Nada iguala ese momento que acelera el latido hasta alcanzar el éxtasis o la culminación del amor. Hallar la compenetración de los sentidos y el tacto de las sílabas sobre el amado, vaciarse en el otro hasta el paroxismo después del ciego resplandor de los cuerpos sobre el lecho, uno frente al otro, como si fuera el último segundo de vida. De este Amor, con mayúscula, trata el poemario “Eros en el espejo”, concebido y escrito por los poetas Pepe Criado y Antonio Carbonell en un acto de absoluta pasión, despojándose de toda vestidura para presentarse libres ante el mundo, libres ante el espejo, en un canto a dos voces único, que desvela la verdadera naturaleza del ser humano, esa que nace y crece del conocimiento y la tolerancia, también de la bondad y el amor. “Eros en el espejo” es una experiencia vivencial que nos acerca al amor pleno, íntegro, sentido como solo saben hacerlo los amantes, en la esplendente desnudez de los cuerpos y ante todos, mostrándosenos tal es, sin disfraces o artificios, sin engaño alguno. 

Y así leemos, precediendo al poema una cita de Valente,“Y yo lato en ti”: «Magmática quietud, / me desnudan, en la mañana, / tus olas. / A la tarde, / eres tú marejada, / pericia de oleaje / en mi soledad». El espejo refleja los cuerpos sobre el lecho y los amantes abismándose el uno en los ojos del otro, sintiéndose en la plenitud y en ese temblor indescriptible que sube y acaricia la piel. El poemario recuerda algunos versos del “Cancionero andalusí”, de Ibn Quzmān: «Bebe vino, besa a quien amas y deja reventar a los que te envidian», en alusión a esos advenedizos que nada entienden del amor porque nunca amaron. No hay frontera o muro insalvable cuando se trata del Amor. No existe fuerza capaz de destruirlo cuando está cimentado en la entrega absoluta y en la pasión; vuele hacia las más altas torres o descienda a la sima más oscura e impenetrable, de todos estos lances saldrá airoso. Y esto ocurre entre estos poetas y amantes que al unísono han bebido del Amor y la palabra, que han sentido en sus entrañas su sacudida y gemido, su luz cegadora:«Sí a los gemidos, / al compromiso de la tierra / en este hombre que me ama. / Sí al humano calor / en voluntad de luz / cuando mi amor por él / es sinrazón y bondad». La palabra precisa, la que es capaz de alterar el curso de los días y las noches amorosas, porque en ella habita el fuego que abrasa, que destierra la impostura para crear un universo nuevo y distinto, el de los amantes entregados a la vida: «Él se busca / y el espejo le llama él. / Él goza / y la piel le nombra él. / Él y él, apenas dos hombres que se aman». Nada exige el uno al otro, sólo la complicidad de los gestos y el silencio que recorre la estancia cuando cae la tarde, y en el aire el misterio, la mística de la palabra que vuelve a ser regalo en la soledad de la noche, cuando las manos ateridas buscándose se rozan y se enlazan, en la eternidad de la alcoba: «No pido nada, / su sombra y su luz, / la voz oceánica de la marea. / No pido nada, un sol y sus lunas, / la savia abundante. / No pido nada, sin temor en sus brazos / amo». 

Título: Eros en el espejo

Autores: Pepe Criado / Antonio Carbonell

Editorial: Arma Poética (Sevilla, 2014)
Del mar tenebroso y la oscuridad, de la ignominia y el odio, a la luz de la palabra hallada en la poesía desnuda y conmovedora de Antonio Carbonell y Pepe Criado en aras de la verdad –su verdad- amatoria, libres para el deleite, gozosos y puros. Sincero y bello a la vez este poemario escrito a cuatro manos, en esa búsqueda de otros mundos y otras percepciones que compartir con los demás, socializadora de la pasión y el vértigo amoroso: «Y póstrate para mí al galope, / enloquecido jinete / en la voracidad del vértigo». Ciertamente, y como dicen Mar Verdejo y Sensi Falán en el prólogo “somos testigos de la declaración más pura de Amor, siendo el Amor el fundamento de la existencia, quedando los amantes al amor consagrados y Eros en el Espejo”, una obra alentadora, sensual y valiente, que nos descubre otras maneras de vivir y entender el mundo, desde una perspectiva conceptual de la poesía como sustancia sanadora. Un encuentro necesario en un tiempo en el que la libertad se halla continuamente amenazada.

José Antonio Santano analiza la obra "Eros en el espejo" de Pepe Criado y Antonio Carbonell.



EROS EN EL ESPEJO




El amor es un bien escaso, aunque pueda dar la sensación de todo lo contrario debido, fundamentalmente, a la frecuencia con la cual se pronuncia esa palabra. Existen aún demasiadas barreras y limitaciones para el amor pleno, ese que nace sin condiciones, el que se entrega al otro sin pedir nada a cambio, libre y libres el alma y la piel, dejando que los labios besen cada palmo de carne, el que es un solo cuerpo y espíritu, una sola voz y un único deseo, el mismo sueño repetido hasta la saciedad, perpetuándose en el tiempo, como si nada ni nadie existiera, solos los amantes y el leve y ardiente rumor de sus besos. Nada iguala ese momento que acelera el latido hasta alcanzar el éxtasis o la culminación del amor. Hallar la compenetración de los sentidos y el tacto de las sílabas sobre el amado, vaciarse en el otro hasta el paroxismo después del ciego resplandor de los cuerpos sobre el lecho, uno frente al otro, como si fuera el último segundo de vida. De este Amor, con mayúscula, trata el poemario “Eros en el espejo”, concebido y escrito por los poetas Pepe Criado y Antonio Carbonell en un acto de absoluta pasión, despojándose de toda vestidura para presentarse libres ante el mundo, libres ante el espejo, en un canto a dos voces único, que desvela la verdadera naturaleza del ser humano, esa que nace y crece del conocimiento y la tolerancia, también de la bondad y el amor. “Eros en el espejo” es una experiencia vivencial que nos acerca al amor pleno, íntegro, sentido como solo saben hacerlo los amantes, en la esplendente desnudez de los cuerpos y ante todos, mostrándosenos tal es, sin disfraces o artificios, sin engaño alguno. 

Y así leemos, precediendo al poema una cita de Valente,“Y yo lato en ti”: «Magmática quietud, / me desnudan, en la mañana, / tus olas. / A la tarde, / eres tú marejada, / pericia de oleaje / en mi soledad». El espejo refleja los cuerpos sobre el lecho y los amantes abismándose el uno en los ojos del otro, sintiéndose en la plenitud y en ese temblor indescriptible que sube y acaricia la piel. El poemario recuerda algunos versos del “Cancionero andalusí”, de Ibn Quzmān: «Bebe vino, besa a quien amas y deja reventar a los que te envidian», en alusión a esos advenedizos que nada entienden del amor porque nunca amaron. No hay frontera o muro insalvable cuando se trata del Amor. No existe fuerza capaz de destruirlo cuando está cimentado en la entrega absoluta y en la pasión; vuele hacia las más altas torres o descienda a la sima más oscura e impenetrable, de todos estos lances saldrá airoso. Y esto ocurre entre estos poetas y amantes que al unísono han bebido del Amor y la palabra, que han sentido en sus entrañas su sacudida y gemido, su luz cegadora:«Sí a los gemidos, / al compromiso de la tierra / en este hombre que me ama. / Sí al humano calor / en voluntad de luz / cuando mi amor por él / es sinrazón y bondad». La palabra precisa, la que es capaz de alterar el curso de los días y las noches amorosas, porque en ella habita el fuego que abrasa, que destierra la impostura para crear un universo nuevo y distinto, el de los amantes entregados a la vida: «Él se busca / y el espejo le llama él. / Él goza / y la piel le nombra él. / Él y él, apenas dos hombres que se aman». Nada exige el uno al otro, sólo la complicidad de los gestos y el silencio que recorre la estancia cuando cae la tarde, y en el aire el misterio, la mística de la palabra que vuelve a ser regalo en la soledad de la noche, cuando las manos ateridas buscándose se rozan y se enlazan, en la eternidad de la alcoba: «No pido nada, / su sombra y su luz, / la voz oceánica de la marea. / No pido nada, un sol y sus lunas, / la savia abundante. / No pido nada, sin temor en sus brazos / amo». 

Título: Eros en el espejo

Autores: Pepe Criado / Antonio Carbonell

Editorial: Arma Poética (Sevilla, 2014)
Del mar tenebroso y la oscuridad, de la ignominia y el odio, a la luz de la palabra hallada en la poesía desnuda y conmovedora de Antonio Carbonell y Pepe Criado en aras de la verdad –su verdad- amatoria, libres para el deleite, gozosos y puros. Sincero y bello a la vez este poemario escrito a cuatro manos, en esa búsqueda de otros mundos y otras percepciones que compartir con los demás, socializadora de la pasión y el vértigo amoroso: «Y póstrate para mí al galope, / enloquecido jinete / en la voracidad del vértigo». Ciertamente, y como dicen Mar Verdejo y Sensi Falán en el prólogo “somos testigos de la declaración más pura de Amor, siendo el Amor el fundamento de la existencia, quedando los amantes al amor consagrados y Eros en el Espejo”, una obra alentadora, sensual y valiente, que nos descubre otras maneras de vivir y entender el mundo, desde una perspectiva conceptual de la poesía como sustancia sanadora. Un encuentro necesario en un tiempo en el que la libertad se halla continuamente amenazada.

Eros en el espejo. Salón de lectura.



EROS EN EL ESPEJO




El amor es un bien escaso, aunque pueda dar la sensación de todo lo contrario debido, fundamentalmente, a la frecuencia con la cual se pronuncia esa palabra. Existen aún demasiadas barreras y limitaciones para el amor pleno, ese que nace sin condiciones, el que se entrega al otro sin pedir nada a cambio, libre y libres el alma y la piel, dejando que los labios besen cada palmo de carne, el que es un solo cuerpo y espíritu, una sola voz y un único deseo, el mismo sueño repetido hasta la saciedad, perpetuándose en el tiempo, como si nada ni nadie existiera, solos los amantes y el leve y ardiente rumor de sus besos. Nada iguala ese momento que acelera el latido hasta alcanzar el éxtasis o la culminación del amor. Hallar la compenetración de los sentidos y el tacto de las sílabas sobre el amado, vaciarse en el otro hasta el paroxismo después del ciego resplandor de los cuerpos sobre el lecho, uno frente al otro, como si fuera el último segundo de vida. De este Amor, con mayúscula, trata el poemario “Eros en el espejo”, concebido y escrito por los poetas Pepe Criado y Antonio Carbonell en un acto de absoluta pasión, despojándose de toda vestidura para presentarse libres ante el mundo, libres ante el espejo, en un canto a dos voces único, que desvela la verdadera naturaleza del ser humano, esa que nace y crece del conocimiento y la tolerancia, también de la bondad y el amor. “Eros en el espejo” es una experiencia vivencial que nos acerca al amor pleno, íntegro, sentido como solo saben hacerlo los amantes, en la esplendente desnudez de los cuerpos y ante todos, mostrándosenos tal es, sin disfraces o artificios, sin engaño alguno. 
EROS EN EL ESPEJO.- PEPE CRIADO Y ANTONIO CARBONELL  




Y así leemos, precediendo al poema una cita de Valente,“Y yo lato en ti”: «Magmática quietud, / me desnudan, en la mañana, / tus olas. / A la tarde, / eres tú marejada, / pericia de oleaje / en mi soledad». El espejo refleja los cuerpos sobre el lecho y los amantes abismándose el uno en los ojos del otro, sintiéndose en la plenitud y en ese temblor indescriptible que sube y acaricia la piel. El poemario recuerda algunos versos del “Cancionero andalusí”, de Ibn Quzmān: «Bebe vino, besa a quien amas y deja reventar a los que te envidian», en alusión a esos advenedizos que nada entienden del amor porque nunca amaron. No hay frontera o muro insalvable cuando se trata del Amor. No existe fuerza capaz de destruirlo cuando está cimentado en la entrega absoluta y en la pasión; vuele hacia las más altas torres o descienda a la sima más oscura e impenetrable, de todos estos lances saldrá airoso. Y esto ocurre entre estos poetas y amantes que al unísono han bebido del Amor y la palabra, que han sentido en sus entrañas su sacudida y gemido, su luz cegadora:«Sí a los gemidos, / al compromiso de la tierra / en este hombre que me ama. / Sí al humano calor / en voluntad de luz / cuando mi amor por él / es sinrazón y bondad». La palabra precisa, la que es capaz de alterar el curso de los días y las noches amorosas, porque en ella habita el fuego que abrasa, que destierra la impostura para crear un universo nuevo y distinto, el de los amantes entregados a la vida: «Él se busca / y el espejo le llama él. / Él goza / y la piel le nombra él. / Él y él, apenas dos hombres que se aman». Nada exige el uno al otro, sólo la complicidad de los gestos y el silencio que recorre la estancia cuando cae la tarde, y en el aire el misterio, la mística de la palabra que vuelve a ser regalo en la soledad de la noche, cuando las manos ateridas buscándose se rozan y se enlazan, en la eternidad de la alcoba: «No pido nada, / su sombra y su luz, / la voz oceánica de la marea. / No pido nada, un sol y sus lunas, / la savia abundante. / No pido nada, sin temor en sus brazos / amo». 

Título: Eros en el espejo

Autores: Pepe Criado / Antonio Carbonell

Editorial: Arma Poética (Sevilla, 2014)
Del mar tenebroso y la oscuridad, de la ignominia y el odio, a la luz de la palabra hallada en la poesía desnuda y conmovedora de Antonio Carbonell y Pepe Criado en aras de la verdad –su verdad- amatoria, libres para el deleite, gozosos y puros. Sincero y bello a la vez este poemario escrito a cuatro manos, en esa búsqueda de otros mundos y otras percepciones que compartir con los demás, socializadora de la pasión y el vértigo amoroso: «Y póstrate para mí al galope, / enloquecido jinete / en la voracidad del vértigo». Ciertamente, y como dicen Mar Verdejo y Sensi Falán en el prólogo “somos testigos de la declaración más pura de Amor, siendo el Amor el fundamento de la existencia, quedando los amantes al amor consagrados y Eros en el Espejo”, una obra alentadora, sensual y valiente, que nos descubre otras maneras de vivir y entender el mundo, desde una perspectiva conceptual de la poesía como sustancia sanadora. Un encuentro necesario en un tiempo en el que la libertad se halla continuamente amenazada.

Eros en el espejo. Salón de lectura.



EROS EN EL ESPEJO




El amor es un bien escaso, aunque pueda dar la sensación de todo lo contrario debido, fundamentalmente, a la frecuencia con la cual se pronuncia esa palabra. Existen aún demasiadas barreras y limitaciones para el amor pleno, ese que nace sin condiciones, el que se entrega al otro sin pedir nada a cambio, libre y libres el alma y la piel, dejando que los labios besen cada palmo de carne, el que es un solo cuerpo y espíritu, una sola voz y un único deseo, el mismo sueño repetido hasta la saciedad, perpetuándose en el tiempo, como si nada ni nadie existiera, solos los amantes y el leve y ardiente rumor de sus besos. Nada iguala ese momento que acelera el latido hasta alcanzar el éxtasis o la culminación del amor. Hallar la compenetración de los sentidos y el tacto de las sílabas sobre el amado, vaciarse en el otro hasta el paroxismo después del ciego resplandor de los cuerpos sobre el lecho, uno frente al otro, como si fuera el último segundo de vida. De este Amor, con mayúscula, trata el poemario “Eros en el espejo”, concebido y escrito por los poetas Pepe Criado y Antonio Carbonell en un acto de absoluta pasión, despojándose de toda vestidura para presentarse libres ante el mundo, libres ante el espejo, en un canto a dos voces único, que desvela la verdadera naturaleza del ser humano, esa que nace y crece del conocimiento y la tolerancia, también de la bondad y el amor. “Eros en el espejo” es una experiencia vivencial que nos acerca al amor pleno, íntegro, sentido como solo saben hacerlo los amantes, en la esplendente desnudez de los cuerpos y ante todos, mostrándosenos tal es, sin disfraces o artificios, sin engaño alguno. 
EROS EN EL ESPEJO.- PEPE CRIADO Y ANTONIO CARBONELL  




Y así leemos, precediendo al poema una cita de Valente,“Y yo lato en ti”: «Magmática quietud, / me desnudan, en la mañana, / tus olas. / A la tarde, / eres tú marejada, / pericia de oleaje / en mi soledad». El espejo refleja los cuerpos sobre el lecho y los amantes abismándose el uno en los ojos del otro, sintiéndose en la plenitud y en ese temblor indescriptible que sube y acaricia la piel. El poemario recuerda algunos versos del “Cancionero andalusí”, de Ibn Quzmān: «Bebe vino, besa a quien amas y deja reventar a los que te envidian», en alusión a esos advenedizos que nada entienden del amor porque nunca amaron. No hay frontera o muro insalvable cuando se trata del Amor. No existe fuerza capaz de destruirlo cuando está cimentado en la entrega absoluta y en la pasión; vuele hacia las más altas torres o descienda a la sima más oscura e impenetrable, de todos estos lances saldrá airoso. Y esto ocurre entre estos poetas y amantes que al unísono han bebido del Amor y la palabra, que han sentido en sus entrañas su sacudida y gemido, su luz cegadora:«Sí a los gemidos, / al compromiso de la tierra / en este hombre que me ama. / Sí al humano calor / en voluntad de luz / cuando mi amor por él / es sinrazón y bondad». La palabra precisa, la que es capaz de alterar el curso de los días y las noches amorosas, porque en ella habita el fuego que abrasa, que destierra la impostura para crear un universo nuevo y distinto, el de los amantes entregados a la vida: «Él se busca / y el espejo le llama él. / Él goza / y la piel le nombra él. / Él y él, apenas dos hombres que se aman». Nada exige el uno al otro, sólo la complicidad de los gestos y el silencio que recorre la estancia cuando cae la tarde, y en el aire el misterio, la mística de la palabra que vuelve a ser regalo en la soledad de la noche, cuando las manos ateridas buscándose se rozan y se enlazan, en la eternidad de la alcoba: «No pido nada, / su sombra y su luz, / la voz oceánica de la marea. / No pido nada, un sol y sus lunas, / la savia abundante. / No pido nada, sin temor en sus brazos / amo». 

Título: Eros en el espejo

Autores: Pepe Criado / Antonio Carbonell

Editorial: Arma Poética (Sevilla, 2014)
Del mar tenebroso y la oscuridad, de la ignominia y el odio, a la luz de la palabra hallada en la poesía desnuda y conmovedora de Antonio Carbonell y Pepe Criado en aras de la verdad –su verdad- amatoria, libres para el deleite, gozosos y puros. Sincero y bello a la vez este poemario escrito a cuatro manos, en esa búsqueda de otros mundos y otras percepciones que compartir con los demás, socializadora de la pasión y el vértigo amoroso: «Y póstrate para mí al galope, / enloquecido jinete / en la voracidad del vértigo». Ciertamente, y como dicen Mar Verdejo y Sensi Falán en el prólogo “somos testigos de la declaración más pura de Amor, siendo el Amor el fundamento de la existencia, quedando los amantes al amor consagrados y Eros en el Espejo”, una obra alentadora, sensual y valiente, que nos descubre otras maneras de vivir y entender el mundo, desde una perspectiva conceptual de la poesía como sustancia sanadora. Un encuentro necesario en un tiempo en el que la libertad se halla continuamente amenazada.

Joven poesía almeriense. Antología.


TEXTOS: Paco Luís García Cuenca, Guillermo de Jorge, Germán Guirado, Raúl Quinto.

JOVEN POESÍA ALMERIENSE. ANTOLOGÍA




ILUSTRACIÓN DE PORTADA: ANTONIO JESÚS GARCÍA
DISEÑO: JOSÉ ANTONIO SANTANO
ISSN: 1697-2120
DEPÓSITO LEGAL: AL-6-2003

PACO LUIS GARCÍA CUENCA 

Imagen
(Almería, 1977). Licenciado en Filosofía y en Antropología por la Universidad de Granada y Máster en Estudios Migratorios por la Universidad de Almería. Como poeta, ha publicado El devenir (1996) y aparece en diferentes antologías como:Antología de poesía joven (Ateneo de Almería, 1996), Entre el amor y el silencio (Tágilis, 2001), Nueva literatura de Almería (Consejería de Cultura de la J.A., 2003), Condenados en la hoguera(La Candela, 2005) o Al fin y al cabo: homenaje a Pérez Siquier (CAF, IEA y Consejería de Cultura de la J.A., 2008). Publicó la plaquette Sinestesia en la colección "Los Banderines del zaguán" (nº 10, 2006) y poemas suyos aparecen en revistas como XXVIII Premios Literarios de Sant Jordi(Consejería de Educación, Embajada en Andorra e Instituto Español de Andorra, 2010) o Nuestros escritores. Antología de lecturas almerienses(IEA y Consejería de Educación de la J.A., 2008). Ganó el Primer Premio de Poesía Joven del Ateneo de Almería, en colaboración con la IAJ, en 2006. Asimismo, consiguió el primer premio de Poesía Joven de la VII Semana de Arte Joven de Melilla en 2011. Actualmente reside en Melilla, donde ejerce como profesor de Filosofía desde hace varios años. Sus proyectos literarios actualmente están vinculados al grupo Etcétera y a la creación de videopoemas junto al artista visual Smantik (Rubén Hernández)y a algunos compañeros de la Escuela de Artes y del Conservatorio de Melilla.


GUILLERMO DE JORGE:
Guillermo de Jorge, poetaSinónimo con el que se presenta el poeta Guillermo George Hernández, nació en Santa Cruz de Tenerife en 1976 y cursó sus estudios de Filología Inglesa en la Universidad de La Laguna.
Poeta y soldado, estrategia o lírica, armas y letras, en la actualidad, Guillermo de Jorge ejerce la presidencia de la Asociación Nacional Círculo Artístico Cálamo y es Miembro del Centro Andaluz de las Letras y de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles.

Colabora con diversos medios de comunicación en España e Iberoamérica, destacando sus trabajos para La Voz de Almería y El Mundo. Dirige la Colección Cuadernos Literarios de la Editorial Círculo Artístico Cálamo. En 2008 fue nombrado miembro del Instituto de Estudios Almerienses.

En 2004, le fue otorgado por la Junta de Andalucía, un Diploma por su contribución y participación enNueva Literatura Almería y fomento de la Cultura y en 2005 fue Finalista del Premio Creación Joven de Poesía de la Universidad de La Laguna y del Premio Nacional de Poesía Fernando Quiñones.

Ha participado en encuentros literarios de carácter nacional e internacional, destacando su participación en el Encuentro Nacional de las Letras Islas Canarias, en el Festival Nacional de Poesía Ciudad de La Laguna y el Festival de Poesía del Mediterráneo. Sus textos están incluidos en más de una veintena de antologías colectivas poéticas y narrativas y han sido traducidos al catalán, al francés y al inglés.

Para más información sobre la obra y actividades culturales de Guillermo de Jorge, puede visitarse su blog personal: guillermodejorge.blogspot.com.


https://www.facebook.com/guillermo.georgehernandez?fref=ts

RAÚL QUINTO

Nacido en Cartagena 1978 y licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Granada.
 Actualmente reside en Almería donde ejerce como profesor de secundaria. 





Ha publicado los libros de poemas
Grietas (Dauro, 2002; reeditado junto 
Poemas del Cabo de Gata, La Garúa, 2007), 
La piel del vigilante (DVD, 2005)
 y La flor de la tortura (Renacimiento, 2008). 
Aparece en numerosas antologías y ha sido traducido a varios idiomas. Codirigió la revista electrónica Oniria y la colección de poesía de La Garúa Libros. Colabora con la compañía de danza contemporánea DA.TE para la que ha realizado la dramaturgia de la obra Fronteras; y escribe artículos de opinión sociopolítica en La Voz de Almería y crítica literaria en Quimera.
 Su última novedad es el libro de ensayos híbridos 
Idioteca (El Gaviero, 2010). raulquinto.blogspot.com

https://www.facebook.com/raul.quinto?fref=ts

GERMÁN GUIRADO


(Almería, 1975). Durante los últimos años sus poemas han aparecido en diversas revistas literarias como Cuadernos de Caridemo. Entre los premios destaca el VII Certamen de Creación Joven Ciudad de Almería en 2006 con la obra Canción póstuma para un poeta urgente. En 2007 publica su primer poemario en solitario titulado Menos tú (El Gaviero Ediciones).




https://www.facebook.com/german.guirado.1?fref=ts

Joven poesía almeriense. Antología.


TEXTOS: Paco Luís García Cuenca, Guillermo de Jorge, Germán Guirado, Raúl Quinto.

JOVEN POESÍA ALMERIENSE. ANTOLOGÍA




ILUSTRACIÓN DE PORTADA: ANTONIO JESÚS GARCÍA
DISEÑO: JOSÉ ANTONIO SANTANO
ISSN: 1697-2120
DEPÓSITO LEGAL: AL-6-2003

PACO LUIS GARCÍA CUENCA 

Imagen
(Almería, 1977). Licenciado en Filosofía y en Antropología por la Universidad de Granada y Máster en Estudios Migratorios por la Universidad de Almería. Como poeta, ha publicado El devenir (1996) y aparece en diferentes antologías como:Antología de poesía joven (Ateneo de Almería, 1996), Entre el amor y el silencio (Tágilis, 2001), Nueva literatura de Almería (Consejería de Cultura de la J.A., 2003), Condenados en la hoguera(La Candela, 2005) o Al fin y al cabo: homenaje a Pérez Siquier (CAF, IEA y Consejería de Cultura de la J.A., 2008). Publicó la plaquette Sinestesia en la colección "Los Banderines del zaguán" (nº 10, 2006) y poemas suyos aparecen en revistas como XXVIII Premios Literarios de Sant Jordi(Consejería de Educación, Embajada en Andorra e Instituto Español de Andorra, 2010) o Nuestros escritores. Antología de lecturas almerienses(IEA y Consejería de Educación de la J.A., 2008). Ganó el Primer Premio de Poesía Joven del Ateneo de Almería, en colaboración con la IAJ, en 2006. Asimismo, consiguió el primer premio de Poesía Joven de la VII Semana de Arte Joven de Melilla en 2011. Actualmente reside en Melilla, donde ejerce como profesor de Filosofía desde hace varios años. Sus proyectos literarios actualmente están vinculados al grupo Etcétera y a la creación de videopoemas junto al artista visual Smantik (Rubén Hernández)y a algunos compañeros de la Escuela de Artes y del Conservatorio de Melilla.


GUILLERMO DE JORGE:
Guillermo de Jorge, poetaSinónimo con el que se presenta el poeta Guillermo George Hernández, nació en Santa Cruz de Tenerife en 1976 y cursó sus estudios de Filología Inglesa en la Universidad de La Laguna.
Poeta y soldado, estrategia o lírica, armas y letras, en la actualidad, Guillermo de Jorge ejerce la presidencia de la Asociación Nacional Círculo Artístico Cálamo y es Miembro del Centro Andaluz de las Letras y de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles.

Colabora con diversos medios de comunicación en España e Iberoamérica, destacando sus trabajos para La Voz de Almería y El Mundo. Dirige la Colección Cuadernos Literarios de la Editorial Círculo Artístico Cálamo. En 2008 fue nombrado miembro del Instituto de Estudios Almerienses.

En 2004, le fue otorgado por la Junta de Andalucía, un Diploma por su contribución y participación enNueva Literatura Almería y fomento de la Cultura y en 2005 fue Finalista del Premio Creación Joven de Poesía de la Universidad de La Laguna y del Premio Nacional de Poesía Fernando Quiñones.

Ha participado en encuentros literarios de carácter nacional e internacional, destacando su participación en el Encuentro Nacional de las Letras Islas Canarias, en el Festival Nacional de Poesía Ciudad de La Laguna y el Festival de Poesía del Mediterráneo. Sus textos están incluidos en más de una veintena de antologías colectivas poéticas y narrativas y han sido traducidos al catalán, al francés y al inglés.

Para más información sobre la obra y actividades culturales de Guillermo de Jorge, puede visitarse su blog personal: guillermodejorge.blogspot.com.


https://www.facebook.com/guillermo.georgehernandez?fref=ts

RAÚL QUINTO

Nacido en Cartagena 1978 y licenciado en Historia del Arte por la Universidad de Granada.
 Actualmente reside en Almería donde ejerce como profesor de secundaria. 





Ha publicado los libros de poemas
Grietas (Dauro, 2002; reeditado junto 
Poemas del Cabo de Gata, La Garúa, 2007), 
La piel del vigilante (DVD, 2005)
 y La flor de la tortura (Renacimiento, 2008). 
Aparece en numerosas antologías y ha sido traducido a varios idiomas. Codirigió la revista electrónica Oniria y la colección de poesía de La Garúa Libros. Colabora con la compañía de danza contemporánea DA.TE para la que ha realizado la dramaturgia de la obra Fronteras; y escribe artículos de opinión sociopolítica en La Voz de Almería y crítica literaria en Quimera.
 Su última novedad es el libro de ensayos híbridos 
Idioteca (El Gaviero, 2010). raulquinto.blogspot.com

https://www.facebook.com/raul.quinto?fref=ts

GERMÁN GUIRADO


(Almería, 1975). Durante los últimos años sus poemas han aparecido en diversas revistas literarias como Cuadernos de Caridemo. Entre los premios destaca el VII Certamen de Creación Joven Ciudad de Almería en 2006 con la obra Canción póstuma para un poeta urgente. En 2007 publica su primer poemario en solitario titulado Menos tú (El Gaviero Ediciones).




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Café a las cinco. Maribel Cerezuela

En el café de cinco a siete, tertulia a la que asistimos con asiduidad unos cuantos amigos, preguntaba Juan Reverte, si nos sería fácil nombrar a uno o dos profesores de los que tuviéramos un especial recuerdo.


“Los recuerdos se confunden con la realidad y la mayor parte de las veces son inventados “, -sentenció Oscar García-, aunque puedo citar sin reparo a Don Carlos. No he tenido otro profesor que explicara mejor la matemáticas. Las clases las convertía en un juego, donde desarrollábamos, muchos ejemplos, fáciles de comprender… Así aprendí, para siempre, las fracciones de quebrados...

Noelia Díaz nos daba una envidia tremenda cuando nos hablaba de Fernando Rebollo, su profesor de Ciencias, al que admira aún, porque supo sacar de sí misma “las mejores palabras”, mientras explicaba la circulación de la sangre o cantaba, guitarra en mano, aquello de “un elefante se paseaba...”, para acabar con la lección de la evolución de la especie humana, como en el mejor de los cuentos de aventuras del escritor Emilio Salgari.

El pasado se mezcla con el presente en un tiempo difuso llegando a la conclusión de que van cambiando las formas de transmitir los mensajes, aunque éstos sigan teniendo las mismas premisas de siempre.

Sabemos que mantenemos en mente los recuerdos que nos incentivan y ayudan a ser más felices, pero nos empeñamos en fomentar actos culturales con eventos cada día más superficiales y exhibicionistas.

Largos discursos demasiado explicativos que nos alejan del propósito que nos habían propuesto en agenda; lecturas aburridas sin ningún empuje; presentaciones academicistas, por otro lado, demasiado formales... ¿Dónde están los buenos profesores- interlocutores? O lo que es lo mismo, ¿Cuándo vamos a comprender que la palabra escrita no se puede mediatizar con las directrices del discurso político?

La imagen, continúo, penetra en tus sentidos de forma global hasta el punto de poder olerla ¿Por qué no hacemos lo mismo con la promoción de nuestros autores? Pasaríamos de un monólogo exhibicionista, de uno que habla hacia un foro que estoicamente escucha, a una actividad lúdica de mayor participación creativa.

Maribel Cerezuela

http://www.diariovoz.org/2005/12/la-tertulia-de-las-cinco.html

Café a las cinco. Maribel Cerezuela

En el café de cinco a siete, tertulia a la que asistimos con asiduidad unos cuantos amigos, preguntaba Juan Reverte, si nos sería fácil nombrar a uno o dos profesores de los que tuviéramos un especial recuerdo.


“Los recuerdos se confunden con la realidad y la mayor parte de las veces son inventados “, -sentenció Oscar García-, aunque puedo citar sin reparo a Don Carlos. No he tenido otro profesor que explicara mejor la matemáticas. Las clases las convertía en un juego, donde desarrollábamos, muchos ejemplos, fáciles de comprender… Así aprendí, para siempre, las fracciones de quebrados...

Noelia Díaz nos daba una envidia tremenda cuando nos hablaba de Fernando Rebollo, su profesor de Ciencias, al que admira aún, porque supo sacar de sí misma “las mejores palabras”, mientras explicaba la circulación de la sangre o cantaba, guitarra en mano, aquello de “un elefante se paseaba...”, para acabar con la lección de la evolución de la especie humana, como en el mejor de los cuentos de aventuras del escritor Emilio Salgari.

El pasado se mezcla con el presente en un tiempo difuso llegando a la conclusión de que van cambiando las formas de transmitir los mensajes, aunque éstos sigan teniendo las mismas premisas de siempre.

Sabemos que mantenemos en mente los recuerdos que nos incentivan y ayudan a ser más felices, pero nos empeñamos en fomentar actos culturales con eventos cada día más superficiales y exhibicionistas.

Largos discursos demasiado explicativos que nos alejan del propósito que nos habían propuesto en agenda; lecturas aburridas sin ningún empuje; presentaciones academicistas, por otro lado, demasiado formales... ¿Dónde están los buenos profesores- interlocutores? O lo que es lo mismo, ¿Cuándo vamos a comprender que la palabra escrita no se puede mediatizar con las directrices del discurso político?

La imagen, continúo, penetra en tus sentidos de forma global hasta el punto de poder olerla ¿Por qué no hacemos lo mismo con la promoción de nuestros autores? Pasaríamos de un monólogo exhibicionista, de uno que habla hacia un foro que estoicamente escucha, a una actividad lúdica de mayor participación creativa.

Maribel Cerezuela

http://www.diariovoz.org/2005/12/la-tertulia-de-las-cinco.html

Ninguna parte. José Luis Morante por José Antonio Santano

SALÓN DE LECTURA _ José Antonio Santano



Cómo explicar lo que se siente cuando te adentras en las entrañas de un libro. Ese acto primero de asirlo entre las manos, acariciar la cubierta y leer la palabra escrita que sobre ella se muestra, embriagarse con el aroma de su piel y dejarse llevar, sin más. Sentir que los dedos se precipitan y buscan trémulos el vuelo de la voz contenida en cada letra, en cada sílaba, hasta vivir en la palabra la vida misma, otras vidas. Sucede que ese es un momento único y mágico, del que nada ni nadie puede sustraerte. Placer de dioses hallar entre las páginas de un libro la palabra capaz de hacerte vibrar, de conmoverte desde el mismo instante y hora que inicias su lectura. Cuando esa palabra se reviste del oro de la poesía, algo más intenso e inexplicable acontece.

El rumor del silencio que habita todo acto de creación se hace grandioso, único, porque en él la existencia del misterio lo amplifica en su esencia misma. En el poemario “Ninguna parte”, de José Luis Morante (El Bohodón, Ávila, 1956) hallaremos todo eso y más. Al cuidado del sello editorial “La Isla de Siltolá”, capitaneado por el también poeta Javier Sánchez Menéndez, “Ningua parte” es el resultado de más de un lustro de trabajo (2006-2013). Será la presencia del tiempo una constante en su poesía, su influencia sobre lo cotidiano y la necesaria reflexión de la realidad, algunas de las claves para comprender su obra poética, este ir y venir, tal vez, hacia “Ninguna parte”. El poemario contiene cuatro capítulos bien diferenciados: “Patologías”, “Deshielo”, “Piedra caliza” y “Y todo lo demás”. Para el poeta la experiencia de lo vivido es esencia en la herida, en el dolor o la enfermedad, como así lo refleja desde el primer poema de “Patologías”, cuando recuerda al padre: «A veces su mirada resucita. / Posiciona en un mapa / imágenes dispersas. / Su voluntad es tacto / que gira el picaporte / para abrir desde dentro / la puerta infranqueable»; el transcurrir de los años, la muerte de los ahogados o la desmemoria: «Sobrecoge que no sepas quién eres, / que olvides quiénes somos, / o que mires las cosas / con los ojos / de una memoria estéril. / Cruzas sola / el dormido país de los lotófagos. / Estás lejos de ti, / pero nos perteneces»; también el desaliento, la incertidumbre, el vacío: «Se ha instalado en mis días / una oquedad que absorbe.[…] Salgo fuera; / respiro el aire seco del vacío». La segunda parte, “Deshielo”, abre con una cita de César Vallejo (“Quisiera hoy ser feliz de buena gana…”), que Morante asume como anhelo también de presente, del hoy, en esa búsqueda incesante del amor, del yo en ti: «En este andén fugaz / desando el día / para buscarte al fondo de la noche». Y en ese continuo devenir, de estar y no estar que nos consume, el poeta ahonda en su interior hasta hallar su propia voz: «Todos estamos / bajo la tormenta[…] Nadie enciende la lámpara / porque en casa una luz / alumbra firme. / Vivo solo. Contigo». 

El poeta sabe que vivir es desentrañar el misterio, descender al infierno mismo y alzar el vuelo hacia el espacio sideral sin mirar atrás, reafirmándose en el eco de la palabra escrita sobre el albo papel; sentirse “náufrago”, verse en los “rostros de Jano” hasta alcanzar y compartir los sueños; convertir el yo en tú y el tú en nosotros al tiempo que se intenta elegir un camino, cierto o no: «No sé qué itinerario me conviene, / si el que deja constancia de huellas conocidas / o el que la traza por primera vez», porque consciente o inconscientemente sucede que «la historia se repite. / Somos polvo; la primavera pasa», en alusión al tiempo y a la vida. Morante interioriza lo vivido, hasta el punto de convertir lo sencillo en trascendental, en algo vivo, luciente, necesario. Once epitafios contienen la tercera parte, titulada “Piedra caliza”, que abre con citas de Stanislaw J. Lec y de Epicuro. La muerte y sus silencios se incrustan en el ser del poeta hasta componer una melodía armónica de esa única y absoluta verdad: «En su artesana construcción del silencio, / la muerte no reconoce / ninguna otra verdad». 


El mundo que le rodea, la rutina de los días, a veces asfixiante, deja en el poeta una sensación continua de desazón, de desamparo en este tiempo de extrañamiento: «No hay respuestas; / la pureza del aire / habita el desamparo»; la vida es un continuo abismarse en el vacío hasta formar parte de ese nada: «Ahora vivo debajo, / con vocación de sima. […] Nada sucede aquí; / nada sucede», si bien un hilo de esperanza nace siempre para reanudar de nuevo el camino: «En un reloj sin tiempo, / ensordecido / busco un lugar / para empezar de nuevo». La última y cuarta parte, de título “Y todo lo demás”, habría que añadirle “es literatura”, como reza la cita de Verlaine. La literatura es el refugio del poeta, su vida, que repasa en el poema “Balance”: «Hoy asalgo a respirar. No pido mucho: / convivir entre libros y objetos familiares…[…] con la escueta esperanza / de un porvenir que llegue / cualquier día». José Luis Morante, poeta de honda mirada y palabra diamantina.

Título: Ninguna parte
Autor: José Luis Morante
Editorial: La Isla de Siltolá (Sevilla, 2013)

Ninguna parte. José Luis Morante

SALÓN DE LECTURA _ José Antonio Santano



Cómo explicar lo que se siente cuando te adentras en las entrañas de un libro. Ese acto primero de asirlo entre las manos, acariciar la cubierta y leer la palabra escrita que sobre ella se muestra, embriagarse con el aroma de su piel y dejarse llevar, sin más. Sentir que los dedos se precipitan y buscan trémulos el vuelo de la voz contenida en cada letra, en cada sílaba, hasta vivir en la palabra la vida misma, otras vidas. Sucede que ese es un momento único y mágico, del que nada ni nadie puede sustraerte. Placer de dioses hallar entre las páginas de un libro la palabra capaz de hacerte vibrar, de conmoverte desde el mismo instante y hora que inicias su lectura. Cuando esa palabra se reviste del oro de la poesía, algo más intenso e inexplicable acontece.

El rumor del silencio que habita todo acto de creación se hace grandioso, único, porque en él la existencia del misterio lo amplifica en su esencia misma. En el poemario “Ninguna parte”, de José Luis Morante (El Bohodón, Ávila, 1956) hallaremos todo eso y más. Al cuidado del sello editorial “La Isla de Siltolá”, capitaneado por el también poeta Javier Sánchez Menéndez, “Ningua parte” es el resultado de más de un lustro de trabajo (2006-2013). Será la presencia del tiempo una constante en su poesía, su influencia sobre lo cotidiano y la necesaria reflexión de la realidad, algunas de las claves para comprender su obra poética, este ir y venir, tal vez, hacia “Ninguna parte”. El poemario contiene cuatro capítulos bien diferenciados: “Patologías”, “Deshielo”, “Piedra caliza” y “Y todo lo demás”. Para el poeta la experiencia de lo vivido es esencia en la herida, en el dolor o la enfermedad, como así lo refleja desde el primer poema de “Patologías”, cuando recuerda al padre: «A veces su mirada resucita. / Posiciona en un mapa / imágenes dispersas. / Su voluntad es tacto / que gira el picaporte / para abrir desde dentro / la puerta infranqueable»; el transcurrir de los años, la muerte de los ahogados o la desmemoria: «Sobrecoge que no sepas quién eres, / que olvides quiénes somos, / o que mires las cosas / con los ojos / de una memoria estéril. / Cruzas sola / el dormido país de los lotófagos. / Estás lejos de ti, / pero nos perteneces»; también el desaliento, la incertidumbre, el vacío: «Se ha instalado en mis días / una oquedad que absorbe.[…] Salgo fuera; / respiro el aire seco del vacío». La segunda parte, “Deshielo”, abre con una cita de César Vallejo (“Quisiera hoy ser feliz de buena gana…”), que Morante asume como anhelo también de presente, del hoy, en esa búsqueda incesante del amor, del yo en ti: «En este andén fugaz / desando el día / para buscarte al fondo de la noche». Y en ese continuo devenir, de estar y no estar que nos consume, el poeta ahonda en su interior hasta hallar su propia voz: «Todos estamos / bajo la tormenta[…] Nadie enciende la lámpara / porque en casa una luz / alumbra firme. / Vivo solo. Contigo». 

El poeta sabe que vivir es desentrañar el misterio, descender al infierno mismo y alzar el vuelo hacia el espacio sideral sin mirar atrás, reafirmándose en el eco de la palabra escrita sobre el albo papel; sentirse “náufrago”, verse en los “rostros de Jano” hasta alcanzar y compartir los sueños; convertir el yo en tú y el tú en nosotros al tiempo que se intenta elegir un camino, cierto o no: «No sé qué itinerario me conviene, / si el que deja constancia de huellas conocidas / o el que la traza por primera vez», porque consciente o inconscientemente sucede que «la historia se repite. / Somos polvo; la primavera pasa», en alusión al tiempo y a la vida. Morante interioriza lo vivido, hasta el punto de convertir lo sencillo en trascendental, en algo vivo, luciente, necesario. Once epitafios contienen la tercera parte, titulada “Piedra caliza”, que abre con citas de Stanislaw J. Lec y de Epicuro. La muerte y sus silencios se incrustan en el ser del poeta hasta componer una melodía armónica de esa única y absoluta verdad: «En su artesana construcción del silencio, / la muerte no reconoce / ninguna otra verdad». 


El mundo que le rodea, la rutina de los días, a veces asfixiante, deja en el poeta una sensación continua de desazón, de desamparo en este tiempo de extrañamiento: «No hay respuestas; / la pureza del aire / habita el desamparo»; la vida es un continuo abismarse en el vacío hasta formar parte de ese nada: «Ahora vivo debajo, / con vocación de sima. […] Nada sucede aquí; / nada sucede», si bien un hilo de esperanza nace siempre para reanudar de nuevo el camino: «En un reloj sin tiempo, / ensordecido / busco un lugar / para empezar de nuevo». La última y cuarta parte, de título “Y todo lo demás”, habría que añadirle “es literatura”, como reza la cita de Verlaine. La literatura es el refugio del poeta, su vida, que repasa en el poema “Balance”: «Hoy asalgo a respirar. No pido mucho: / convivir entre libros y objetos familiares…[…] con la escueta esperanza / de un porvenir que llegue / cualquier día». José Luis Morante, poeta de honda mirada y palabra diamantina.


Título: Ninguna parte
Autor: José Luis Morante
Editorial: La Isla de Siltolá (Sevilla, 2013)

Ninguna parte. José Luis Morante

SALÓN DE LECTURA _ José Antonio Santano



Cómo explicar lo que se siente cuando te adentras en las entrañas de un libro. Ese acto primero de asirlo entre las manos, acariciar la cubierta y leer la palabra escrita que sobre ella se muestra, embriagarse con el aroma de su piel y dejarse llevar, sin más. Sentir que los dedos se precipitan y buscan trémulos el vuelo de la voz contenida en cada letra, en cada sílaba, hasta vivir en la palabra la vida misma, otras vidas. Sucede que ese es un momento único y mágico, del que nada ni nadie puede sustraerte. Placer de dioses hallar entre las páginas de un libro la palabra capaz de hacerte vibrar, de conmoverte desde el mismo instante y hora que inicias su lectura. Cuando esa palabra se reviste del oro de la poesía, algo más intenso e inexplicable acontece.

El rumor del silencio que habita todo acto de creación se hace grandioso, único, porque en él la existencia del misterio lo amplifica en su esencia misma. En el poemario “Ninguna parte”, de José Luis Morante (El Bohodón, Ávila, 1956) hallaremos todo eso y más. Al cuidado del sello editorial “La Isla de Siltolá”, capitaneado por el también poeta Javier Sánchez Menéndez, “Ningua parte” es el resultado de más de un lustro de trabajo (2006-2013). Será la presencia del tiempo una constante en su poesía, su influencia sobre lo cotidiano y la necesaria reflexión de la realidad, algunas de las claves para comprender su obra poética, este ir y venir, tal vez, hacia “Ninguna parte”. El poemario contiene cuatro capítulos bien diferenciados: “Patologías”, “Deshielo”, “Piedra caliza” y “Y todo lo demás”. Para el poeta la experiencia de lo vivido es esencia en la herida, en el dolor o la enfermedad, como así lo refleja desde el primer poema de “Patologías”, cuando recuerda al padre: «A veces su mirada resucita. / Posiciona en un mapa / imágenes dispersas. / Su voluntad es tacto / que gira el picaporte / para abrir desde dentro / la puerta infranqueable»; el transcurrir de los años, la muerte de los ahogados o la desmemoria: «Sobrecoge que no sepas quién eres, / que olvides quiénes somos, / o que mires las cosas / con los ojos / de una memoria estéril. / Cruzas sola / el dormido país de los lotófagos. / Estás lejos de ti, / pero nos perteneces»; también el desaliento, la incertidumbre, el vacío: «Se ha instalado en mis días / una oquedad que absorbe.[…] Salgo fuera; / respiro el aire seco del vacío». La segunda parte, “Deshielo”, abre con una cita de César Vallejo (“Quisiera hoy ser feliz de buena gana…”), que Morante asume como anhelo también de presente, del hoy, en esa búsqueda incesante del amor, del yo en ti: «En este andén fugaz / desando el día / para buscarte al fondo de la noche». Y en ese continuo devenir, de estar y no estar que nos consume, el poeta ahonda en su interior hasta hallar su propia voz: «Todos estamos / bajo la tormenta[…] Nadie enciende la lámpara / porque en casa una luz / alumbra firme. / Vivo solo. Contigo». 

El poeta sabe que vivir es desentrañar el misterio, descender al infierno mismo y alzar el vuelo hacia el espacio sideral sin mirar atrás, reafirmándose en el eco de la palabra escrita sobre el albo papel; sentirse “náufrago”, verse en los “rostros de Jano” hasta alcanzar y compartir los sueños; convertir el yo en tú y el tú en nosotros al tiempo que se intenta elegir un camino, cierto o no: «No sé qué itinerario me conviene, / si el que deja constancia de huellas conocidas / o el que la traza por primera vez», porque consciente o inconscientemente sucede que «la historia se repite. / Somos polvo; la primavera pasa», en alusión al tiempo y a la vida. Morante interioriza lo vivido, hasta el punto de convertir lo sencillo en trascendental, en algo vivo, luciente, necesario. Once epitafios contienen la tercera parte, titulada “Piedra caliza”, que abre con citas de Stanislaw J. Lec y de Epicuro. La muerte y sus silencios se incrustan en el ser del poeta hasta componer una melodía armónica de esa única y absoluta verdad: «En su artesana construcción del silencio, / la muerte no reconoce / ninguna otra verdad». 


El mundo que le rodea, la rutina de los días, a veces asfixiante, deja en el poeta una sensación continua de desazón, de desamparo en este tiempo de extrañamiento: «No hay respuestas; / la pureza del aire / habita el desamparo»; la vida es un continuo abismarse en el vacío hasta formar parte de ese nada: «Ahora vivo debajo, / con vocación de sima. […] Nada sucede aquí; / nada sucede», si bien un hilo de esperanza nace siempre para reanudar de nuevo el camino: «En un reloj sin tiempo, / ensordecido / busco un lugar / para empezar de nuevo». La última y cuarta parte, de título “Y todo lo demás”, habría que añadirle “es literatura”, como reza la cita de Verlaine. La literatura es el refugio del poeta, su vida, que repasa en el poema “Balance”: «Hoy asalgo a respirar. No pido mucho: / convivir entre libros y objetos familiares…[…] con la escueta esperanza / de un porvenir que llegue / cualquier día». José Luis Morante, poeta de honda mirada y palabra diamantina.


Título: Ninguna parte
Autor: José Luis Morante
Editorial: La Isla de Siltolá (Sevilla, 2013)

SEPULTA PLENITUD 2023

SEPULTA PLENITUD 2023
José Antonio Santano

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)

SILENCIO [Poesía 1994-2021] (2021)
José Antonio Santano

ALTA LUCIÉRNAGA. 2021

ALTA LUCIÉRNAGA.  2021
JOSÉ ANTONIO SANTANO

Madre lluvia. 2021

Dos orillas.2020

Dos orillas.2020

Marparaíso.2019

Marparaíso.2019

Tierra madre.2019

Cielo y Chanca.2019

Antología de poesía.2018

Antología de poesía.2018
Iberoamericana actual. 2018

Lunas de oriente.2018

La voz ausente. 2017

Humanismo Solidario.2015

Los silencios de La Cava. 2015

Tiempo gris de Cosmos.2014

TIEMPO GRIS DE COSMOS 2014


JOSÉ ANTONIO SANTANO

ISBN: 13: 978-84-942992-3-0

Clasificación: Poesía.

Tamaño: 14x21 cm

Idioma de publicación: Castellano

Edición: 1ª Ed.1ª Impr.

Fecha de impresión: Noviembre 2014

Encuadernación: Rústica con solapa

Páginas: 104

PVP: 12€

Colección: Daraxa












José Antonio Santano, en Tiempo gris de cosmos, articula un canto para “todos los habitantes del planeta”, una poetización de la realidad actual, de “abisales conductas, de feroces decretos / y sentencias, de gritos que enmudecen / en las paredes de las casas / […] / Pienso en la estricta ley del poderoso / clavándose en la carne como lanza, / en sus manos manchadas de sangre, / en sus actos inmorales, / en su oratoria de muerte”.

Por eso se adentra en la libertad de los fondos marinos de los sueños, de la fraternidad, de los bosques, para hospedarse junto al hombre marginado y ser el otro, el padre de los desheredados en un lorquiano romance sonámbulo donde, intertextualizando al granadino, afirma, superando el egocentrismo y derramándose en la otredad, “y yo que no soy yo”, ni su casa, la Tierra, es ya su casa.

José Cabrera Martos

Memorial de silencios. 2014

Memorial de silencios. 2014
He vuelto, como cada día he vuelto para enterrar los chopos bajo el rostro de los sueños, la estela del pasado, el vuelo de las manos en otoño. He vuelto para hundierme en el sonido desgarrado y monótono de teclas que en el blanco papel se precipitan, o en las horas perdidas, en despachos misteriosos de pálidos sillones. He vuelto como siempre, como siempre, para contar silencios de ultratumba -como siempre- que manchan la memoria de sangre y soledades, como siempre. He vuelto como siempre, como siempre, exhausto, con el drama en las pupilas, borracho de naufragios y derrotas.

Estación Sur. 2012

Caleidoscopio.2010

Razón de Ser.2008

El oro líquido.2008

El oro líquido.2008
El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. 2008 VVAA. El oro líquido. El aceite de oliva en la cultura. Edición de José Antonio Santano. Epílogo de Miguel Naveros. Diputación de Jaén. 2008.

Il volo degli Anni.2007

Trasmar.2005

Las edades de arcilla.2005

Quella strana quiete.2004

La cortaera.2004

Suerte de alquimia. 2004

Árbol de bendición.2001

La piedra escrita.2000

Exilio en Caridemo.1998

Íntima Heredad.1998

Grafías de pasión.1998

Profecía de otoño.1994

Canción popular.1986